Resumen
La masonería cubana, que aparece en los primeros años del siglo XIX, no llegó a consolidarse hasta la década de los setenta, en un contexto colonial esclavista. La integraban y dirigían entonces actores sociales que, al acabar la primera guerra de independencia (1868 - 1878), buscaron en la corriente autonomista una nueva vía política. El progresismo que asumían les condujo a cuestionar, tanto en su vida profana como masónica, la situación de los grupos sociales marginados y reflexionar sobre su integración no sólo en la sociedad civil sino también en la masonería. La iniciación de las mujeres y de los negros se convirtió en este sentido en una preocupación para esos arquitectos de una masonería en búsqueda de una identidad y de un reconocimiento internacional. Este proceso se caracterizó por una voluntad de reformas y apertura social al tiempo que la aplicación de las reglas de la regularidad masónica limitaron sus efectos.Comentarios
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