
Reexiones
El primitivismo en el arte: el viaje de un concepto eurocéntrico
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. Revista de las artes, 2025, Vol. 85, Núm. 1 (julio-diciembre), e61692
intransferible e irrepetible
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. En el arte, este viaje hacia lo Otro, gesto propio del siglo XIX, al
que Gombrich (1995) llama el siglo de la “revolución permanente” (p. 499), es la búsqueda de
“lo primitivo, que … es, esencialmente, un concepto temporal, una categoría, no un objeto,
del pensamiento occidental” (p. 38).
Si se comprende, entonces, lo primitivo como un concepto temporal o categoría,
el objeto designado como primitivo, el salvaje, no existe como tal. En otras palabras, el
concepto de lo primitivo no solo es aplicado al Otro o al concebido como Otro, sino que
es una construcción del Otro, la cual tiene su propia historia conceptual y “nunca esta-
blece una relación de correspondencia exacta con lo que llamamos realidad” (Koselleck,
2004, p. 36). En este sentido, Giambattista Vico (1995), en 1744, planteó lo primitivo de una
manera más compleja: es el dominio de lo mágico y el mito. El mundo histórico que él in-
augura, el historicismo, por no utilizar la palabra primitivo, es bien visto por Erich Auerbach
(2020), quien se reere a lo siguiente:
Es casi un milagro que un hombre, al comienzo del siglo XVIII en Nápoles, con
tan somero material para su investigación, pudiera crear una visión de la historia mun-
dial basada en el descubrimiento del carácter mágico de la civilización primitiva. (p. 41)
En efecto, como hemos señalado, si hay un concepto problemático en la conocida
cultura occidental, es el concepto de lo primitivo, que está fuertemente unido a la cons-
ciencia occidental del Otro o que es tratado, inventado o articulado como el Otro dentro
de la emergencia de la consciencia histórica, que, ya con Vico y desde el siglo XVIII, se ha
formulado desde una idea de la historia o del historicismo
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. Si bien no se puede establecer
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Aquí podrá objetárseme de ser un historicista por rearmar que cada época histórica tiene sus
propias condiciones, pero ayudaría a comprender mejor esta recurrencia de lo Mismo y lo Otro, en
la cultura occidental, como parte de lo que el historiador Braudel (1970) designa como un fenó-
meno de “larga duración”. Es decir, en Occidente, hay estructuras que permanecen y que, aunque
cambien, lo hacen lentamente a través del tiempo. En el caso que nos interesa, la estructura sería
la producción de lo Mismo dentro de la cultura occidental, que, como en el arte, crea al Otro como
si fuese un viaje sin retorno.
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Para Auerbach (2020), existen en Vico “principios muy similares” (p. 39) con los prerrománticos
y los románticos que, como Herder, fundaron el “historicismo moderno” y las “ciencias históricas
modernas”, que tuvieron su impacto en la historia de la literatura, el arte y el lenguaje. Este mo-
vimiento historicista y estético, para Auerbach, fue una “adquisición preciosa (y muy peligrosa
también) de la mente humana” (Auerbach, 2020, p. 36), pues podía devenir en nacionalismos y,