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Arte contemporáneo e identidad nacional...
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. Revista de las artes, 2025, Vol. 85, Núm. 1 (julio-diciembre), e61689
Después de la muerte de Arrieta, varias de sus obras fueron utilizadas en diferentes
exposiciones. En el 2008, el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo trabajó en la organi-
zación de la exposición Horizontes Oblicuos, la cual consistió en una muestra de 23 obras
de 19 artistas contemporáneos, tanto costarricenses como extranjeros. El eje central de la
exposición fue una problematización a la mirada ocial y políticamente correcta de la políti-
ca, la historia, la cultura y la identidad, con el n de ofrecer otros puntos de vista no siempre
bellos o halagadores. En esa ocasión, se utilizó la obra de Arrieta llamada Silencio espinoso,
la cual muestra un mapa de Costa Rica impreso sobre sacos de yute, que dirige una crítica
a la idiosincrasia nacional (Solano, 2008).
De igual forma, en el 2009, el Museo de Arte Costarricense organizó la muestra 60
obras del siglo XX, una actividad itinerante que llevó piezas emblemáticas del arte nacional
a El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras. El guion museográco sugirió un recorrido
cronológico por los diferentes periodos de la plástica costarricense, pasando por el arte
académico (1897-1928), la generación nacionalista (1928-1950), la etapa del arte abstracto
(1950-1971) y el arte actual (1980-1993). En esta última etapa, se ubicaron las propuestas de
Arrieta y del grupo Bocaracá (Solano, 2009).
En el 2013, a casi diez años de la muerte de Arrieta, el Museo de Arte Costarricense
organizó una exposición retrospectiva del artista, compuesta por 48 piezas creadas entre
1983 y 2003. Esta fue titulada Código de Pasión. El profesor emérito de la Escuela de Artes
Plásticas de la UCR, Luis Paulino Delgado, armó en esa ocasión que “la palabra social nunca
se puede dejar de lado cuando se habla de la obra de Arrieta … siempre lo sentí denuncian-
do. No puedo decir que promovía el optimismo, sino el pensamiento crítico” (Jiménez, 2013,
p. 45). Mario Maoli, del para entonces extinto grupo Bocaracá, manifestó, también, que “sus
aportes eran entonces muy frescos, llenos de color. Se interesó por manifestaciones cultura-
les y sociales, y las transformó en un lenguaje muy contemporáneo” (Jiménez, 2013, p. 45).
Los ecos de la obra de Pedro Arrieta siguieron ampliándose después de su muerte.
El legado del artista permitió que este se consagrara como uno de los principales exponen-
tes del arte contemporáneo. El recuerdo que suscitaba entre las personas que lo conocieron
de forma más cercana da cuenta de su inclinación constante por la crítica social, la innova-
ción creativa y la búsqueda de lenguajes que crearan un diálogo entre la cotidianidad y la
introspección. Esta legitimación de su trayectoria y su producción queda maniesta también
en el hecho de que, dentro de una de las mayores colecciones de arte costarricense, la que