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Entre la exclusión y la desigualdad social...
Revista humanidades, 2025 (Julio-Diciembre), Vol. 15, Núm. 2, E61990
El texto se estructura en seis apartados. En primer lugar, se presenta el marco conceptual que
permite contextualizar la noción de expulsiones. En segundo lugar, se exponen ejemplos empí-
ricos que ilustran cómo se maniestan las expulsiones en distintos contextos. Luego, se analiza
cómo Sassen (2015) construye teóricamente este concepto. El cuarto apartado ejemplica las for-
maciones predatorias. El quinto aborda las disputas por la tierra como una expresión concreta de
dichas formaciones que originan expulsiones. Posteriormente, se propone un aporte crítico a los
vacíos identicados en la noción de tendencias subterráneas. En el sexto apartado, se examinan
algunas alternativas posibles frente a las expulsiones. Finalmente, se presentan las conclusiones.
2. Relación de conceptos: expulsión, exclusión y desigualdad
Sassen (2015) propone el concepto de expulsión. Para la autora, no se trata simplemente de
que ciertos individuos o grupos queden marginados o fuera de los benecios del sistema, sino de
una serie de acciones sistémicas emergentes que los arrojan fuera del espacio económico, social e
incluso biosférico. La expulsión implica que estos sujetos ya no son funcionales, ni siquiera como
fuerza de trabajo barata o población subsidiada: se les remueve del sistema por completo. Estas
acciones operan sobre comunidades, territorios y poblaciones enteras, que pierden toda posibili-
dad de reinserción. En este sentido, la expulsión representa una mutación del capitalismo global
que ha dejado atrás los mecanismos clásicos de incorporación subordinada, sustituyéndolos por
estrategias de despojo, desarticulación y descarte.
Por otro lado, la autora no desarrolla propiamente los conceptos de exclusión o desigualdad;
los presenta como categorías descriptivas de medición. Por ello, a continuación se expone el desa-
rrollo conceptual de ambas nociones desde las perspectivas de personas autoras centroamerica-
nas. La exclusión social, tal como la desarrolla Pérez Sáinz (2014), permite comprender los procesos
previos o paralelos a la expulsión. En su análisis, la exclusión no es un mero resultado de la po-
breza, sino un proceso estructural que combina desprotección estatal con el desempoderamiento
económico. Este proceso comienza con una exclusión primaria, cuando los sujetos ya no logran
insertarse en los mercados básicos, como el laboral o el de capital, y pierden funcionalidad en la
producción y el consumo. Si el Estado no interviene para reinsertarlos mediante mecanismos de
ciudadanía social, esta exclusión se consolida: se rompe el vínculo con la sociedad tanto desde
el mercado como desde el Estado. En este punto, se habla de exclusión social en sentido estricto,
donde los sujetos quedan atrapados en una doble marginalidad: sin capacidad de mercado ni pro-
tección social (Pérez Sáinz y Mora Salas, 2007; Pérez Sáinz, 2014, p. 457).
En ambos casos, el fenómeno de fondo que los produce y explica es la desigualdad de exceden-
te, en palabras de Pérez Sáinz (2014). Esta no se reere solo a brechas de ingreso, sino a las for-
mas estructurales en que se distribuye –o se impide distribuir– el poder de generar y apropiarse
del excedente. Según el autor, estas desigualdades extremas surgen cuando el trabajo asalaria-
do no se convierte en empleo digno, cuando se trabaja sin remuneración, o cuando los pequeños
propietarios no tienen acceso real a oportunidades de acumulación. Esta desigualdad, sostenida