Pioneras del feminismo coreano:
Movimientos de mujeres coreanas
(1876-1945)
Pioneers of Korean Feminism: Korean
Women’s Movements (1876-1945)
JUDITH MELLADO SANHUEZA
Universidad Central de Chile.
Facultad de economía, gobierno y comunicaciones.
Santiago, Chile
judithmellados@gmail.com
Resumen: En los últimos años se han incrementado las publicaciones
sobre movimientos feministas coreanos, mayoritariamente de aquellos
posteriores al 2000, los cuales se han autodenido como los primeros
movimientos feministas. Sin embargo, el feminismo coreano nace a nales
del siglo XIX, como resistencia contra la política y la cultura patriarcal
confuciana y, paralelamente, como forma de potenciar el activismo en
contra del colonialismo japonés. Este artículo es un análisis documental
con un alcance descriptivo. Dentro de los principales hallazgos se identica
y contextualiza la crisis interna del reino Joseon, tras su apertura y la
llegada de la modernización, como factor de origen de los movimientos,
pues impulsó la implementación de reformas educacionales que incluían
a las mujeres. Además, se destacan el Kunuhoe y Chanyanghoe, que
permitieron desarrollar los primeros lineamientos feministas y establecer
dispositivos de acción para insertarse en el plano social y político.
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023
DOI: https://doi.org/10.15517/riea.v2i3
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Palabras clave: Kunuhoe, Chanyanghoe, Movimiento de salvación
nacional, feminismo coreano, Corea.
Abstract: In recent years, there has been an increase in publications on
Korean feminist movements, mostly those after 2000, which have self-
dened themselves as the rst feminist movements. However, Korean
feminism was born at the end of the 19th century as a resistance against
Confucian patriarchal politics and culture, and at the same time, as a
way to strengthen activism against Japanese colonialism. This article
is a documentary analysis with a descriptive scope. Among the main
ndings, it identies and contextualizes the internal crisis of the Joseon
kingdom, after its opening and the arrival of modernization, as a factor
of origin of the movements, since it promoted the implementation
of educational reforms that included women. It also highlights the
Kunuhoe and Chanyanghoe, which allowed the development of the rst
feminist guidelines and the establishment of action mechanisms to insert
themselves in the social and political spheres.
Keywords: Kunuhoe, Chanyanghoe, National Salvation Movement,
Korean feminism, Korea.
Citar como: Mellado Sanhueza, J. (2023). Pioneras del feminismo
coreano: Movimientos de mujeres coreanas 1876-1945. Revista
Internacional de Estudios Asiáticos, 2(1), 32-69. DOI 10.15517/riea.
v2i1.52430
Fecha de recepción: 10-09-2022 | Fecha de aceptación: 20-10-2022
34
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
Introducción
La década de 2000 vio el surgimiento de nuevos grupos feministas, los
cuales ampliaron el alcance de los problemas de la mujer y reformaron la
identidad de las mujeres en sus movimientos. Estos grupos de mujeres
son los primeros que se denen a sí mismos como feministas en la historia
del movimiento de mujeres coreanas, y han adoptado las nuevas tecnolo-
gías, al integrar los espacios cibernéticos, para generar nuevos discursos y
espacios de participación. Esta adopción de nueva tecnología cibernética
representa el deseo de la generación más joven de hablar más allá de un
límite geográco especíco y fuera de las instituciones capitalistas contro-
ladas formalmente.
1
Además, han incluido la defensa de los derechos de
las llamadas minorías, que incluyen a las lesbianas, transexuales, pobres
urbanos, mujeres discapacitadas, trabajadoras irregulares, gay y feministas
masculinos.
2
Estos movimientos feministas coreanos en los últimos años han estado
buscando, principalmente, establecer una participación más activa dentro
de los espacios públicos (tangibles e intangibles) e incorporar sus deman-
das dentro del área política. Al autodenirse como las primeras feministas
coreanas, tienden a crear algún tipo de confusión o invisibilización de los
primeros grupos feministas en la historia de Corea, ya que, los movimien-
tos feministas coreanos no son grupos nuevos nacidos de la mano de la
globalización y del desarrollo económico de Corea del Sur.
3
Por el contra-
1
Song-Woo Hur, “Mapping South Korean women’s movements during and after
democratization: shifting identities”, en B. J., & B. V., East Asian Social Move-
ments. Nonprot and Civil Society Studies (An International Multidisciplinary
Series), (New York: Springer, 2011): 191
2
Song-Woo Hur, “Mapping South Korean women’s movements”, 193.
3
Vease Song-Woo Hur, “Mapping South Korean women’s movements”. Valen-
tina Najar. “El Rol de La Mujer En Corea: Revisión de Hitos Históricos.” On-
line Journal Mundo Asia Pacico 9. 16 (2020): 94–104. https://publicaciones.
eat.edu.co/index.php/map/article/view/6379/4841. Bárbara Bavoleo y Paula
Iadevito. “Mujeres, Sociedad Civil Y Proceso de Democratización En Corea Del
Sur.” Estudios Internacionales 43. 164 (2009). https://doi.org/10.5354/0719-
3769.2009.12608.
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
35
rio de lo que se piensa, las mujeres y su participación dentro de los movi-
mientos de mujeres surgen a nes del siglo XIX como resistencia contra la
política y la cultura patriarcal confuciana
4
con la intención de fomentar la
educación femenina como una forma de potenciar el activismo en contra
del colonialismo japonés.
Primeramente, tras la llegada de las primeras misiones en Corea, las
mujeres convertidas al cristianismo entendieron que para lograr resolver
los problemas de las mujeres y romper con el patriarcado y las ataduras
impuestas por la tradición confuciana debían tener una mayor participa-
ción pública. Las misiones abrieron la primera puerta para que las mujeres
pudieran salir de sus casas y desarrollaran otras tareas. Sin embargo, estos
espacios y tiempos eran limitados, ya que a pesar de recibir un catecismo
en donde se les enseñaba sobre la igualdad de género, la iglesia, al igual que
otras religiones occidentales u orientales, enseñaba la obediencia hacia el
padre o esposo por lo que la participación de las mujeres estaba condicio-
nada a la voluntad de ellos.
Sin ninguna duda, fueron las iglesias cristianas los primeros espacios
públicos de participación para las mujeres coreanas. Sin embargo, las re-
formas educacionales impuestas por el rey Gojong, en donde se incluía a
la mujer, les permitió ir ampliando los espacios públicos de participación.
De la mano de la primera generación de mujeres ilustradas, las asociacio-
nes ya existentes fueron ampliando la magnitud de sus demandas para
luego convertirse y legitimar su derecho de participación tanto política
como social.
Sin embargo, la aparición y el desarrollo de los movimientos femeninos
en Corea se diferencian de la tendencia común de occidente, en donde las
movilizaciones de las mujeres estaban centradas en la lucha por obtener
el sufragio femenino. Los movimientos de mujeres coreanos, en primeras
instancias, giraban en torno a consolidar los espacios que permitieran la
educación femenina, para luego establecer los primeros lineamientos para
luchar contra siglos de tradición patriarcal y confuciana. En consecuen-
cia, las mujeres han sido actores importantes en el desarrollo de Corea
4
Song-Woo Hur, “Mapping South Korean women’s movements”.
36
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
como país, al punto que muchas de ellas llegaron a ser líderes de estos
movimientos. El movimiento de independencia les dio un nuevo espacio
de participación, ya no solo limitado a lo social, pues ahora podían soñar
con conquistar espacios políticos para poder desarrollar sus demandas
particulares.
En este artículo revisaré algunos de los movimientos nacionales y fe-
meninos en donde la participación de la mujer coreana ha sido funda-
mental para su desarrollo. Dentro de los movimientos que se analizarán
se encuentran el Chanyanghoe, Movimiento de Salvación Nacional y el
Kunuhoe. Además, se presentan algunos medios de comunicación como
dispositivos de acción y discusión de feminismo en la Corea colonial. Fi-
nalmente se muestran las conclusiones de este artículo de investigación.
Abriendo los espacios de participación: Chanyanghoe y el Movimiento
de Salvación Nacional, el comienzo de la iluminación
En 1876, el rey Gojong, penúltimo gobernante de la dinastía Yi, puso
n a la política de secesión y abrió el país con la rma de diversos tratados.
El primero de estos fue el tratado de Ganghwa, con el cual establecía rela-
ciones económicas y diplomáticas con Japón. Posteriormente a principios
de la década de 1880, se rmó otro con los Estados europeos y americanos
y, en 1882, el Reglamento de Comercio China-Corea establecería nuevas
bases para las relaciones tributarias tradicionales entre ambos países.
5
Estos tratados dieron paso para que el reino de Joseon (desde ahora Co-
rea) se convirtiera en un escenario de lucha entre las potencias mundiales,
lo que precipitó una crisis interna, la cual se intentó aplacar con el llamado
movimiento de “Ilustración Patriótica”
6
o “de Salvación Nacional a través
5
Klaus Dittrich, “The beginnings of modern education in Korea, 1883–
1910”,Paedagogica Historica50, n.º3 (2014):265-66,https://doi.org/10.1080
/00309230.2013.839723.
6
Klaus Dittrich, “The beginnings of modern education in Korea, 1883–
1910”,268.
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
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de la educación”
7
. Este movimiento vio reejada la necesidad y la impor-
tancia de modernizar la educación con el n único de preservar la inde-
pendencia. Como resultado, se fortalecieron los movimientos educativos
para inspirar al pueblo con el pensamiento ilustrado.
8
A pesar de que estos
esfuerzos no impidieron la perdida de la independencia y se interrumpie-
ra el proceso de anexión japonesa, sí lograron cambios signicativos en la
educación coreana.
Antes de la anexión, la gran mayoría de las mujeres era analfabeta. Po-
demos armar que este analfabetismo se debía principalmente a su esta-
tus dentro de la sociedad y a las enseñanzas confucianas. Yi Ik, famoso
erudito confuciano del siglo XVIII, al referirse a la educación femenina
indicó: “Reading and learning are the domains of men. For a woman it
is enough if she shows the Confucian virtues of diligence, frugality and
chastity”
9
. Según los dichos de este erudito se podría interpretar que para
el confucianismo las mujeres no son intelectualmente capaces por lo que
serían intrínsecamente inferiores a los hombres.
Si bien existía una minoría ilustrada de mujeres, éstas pertenecían a
la clase acomodada y a las kisaeng
10
. Las primeras estaban relegadas a su
hogar, y accedían únicamente a una educación informal dentro de la es-
7
Suhwa Yuk, “The Education Movement of the royal family of the Empire of
Great Han and Myeongshin Girls’ School”, Asian Women 31, n.º 1 (2015): 52-79,
https://doi.org/10.14431/aw.2015.03.31.1.51.
8
Suhwa Yuk, “The Education Movement of the royal family”.
9
Kim Yung-Chung, (1976), citado por Kumari Jayawardena, Feminism and Na-
tionalism in the Third World. (Verso, 2016): 216.
10
Eran propiedad del gobierno, su objetivo era entretener y acompañar a los hom-
bres de las clases altas y en ocasiones se ocupaban de proporcionar entretenimien-
to a las tropas o a invitados extranjeros de la corte. En los centros de formación
recibían clases de danza y aprendían a tocar algún instrumento, la mayoría de las
veces el laúd chino. Una vez nalizado el periodo formativo, que podía iniciarse
a los 8 años, empezaba su etapa profesional, que se alargaba desde los 15 hasta
los 30 años. https://historia.nationalgeographic.com.es/foto-del-dia/mujeres-ki-
saeng_15943
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fera doméstica que se reducía a los preceptos confucianos. Las segundas,
aunque provenían de estratos sociales bajos y familias sin relevancia, al ser
artistas del entretenimiento de la élite, accedían a una educación vedada a
la mayoría de las mujeres de su época;
desde esta posición privilegiada jugaron un rol social clave ya que conectaron
la cultura de la elite con los estratos bajos de la población. Gracias a ellas la
música y la danza salen del ámbito cerrado de la corte y son llevadas al pú-
blico en general. En esta época la literatura no solo asumía una forma escrita
sino también cantada/recitada, y fueron las Kisaeng quienes llevaron este
arte al “aire libre” poniéndolo al alcance de la gente que comúnmente no
accedía a los libros, ni la instrucción suciente para leerlos.
11
Cuando estalló la Primera Guerra Sino-japonesa, el rey Gojong com-
prendió claramente que la independencia era imposible sin que Corea se
convirtiera en un estado de riqueza con un fuerte poder militar y publicó
el Yuneum (un mensaje real) que contenía una advertencia en la que pe-
día al pueblo que fuera leal al rey, estudiara la literatura de otros países y
aceptara las tecnologías de otros países, sentando así las bases de la inde-
pendencia.
12
Al año siguiente volvió a subrayar que la educación es la base
fundamental para la preservación del reino a través de “the royal doctrine
for the establishment of a state on the basis of the education”
13
, y promo-
vió la modernización de la educación mediante el establecimiento de un
sistema escolar moderno.
Cuando comenzó a ponerse en marcha el Movimiento Educativo de
Salvación Nacional, comenzaron a proliferar diversas asociaciones educa-
tivas y sociedades cientícas en todo el país, que tenían por objetivo incul-
car el patriotismo entre sus alumnos. Afortunadamente para las mujeres
11
Véase Verónica Del Valle, “La cortesana y la mediadora”, en e-Corea Procesos polí-
ticos, económicos y sociales en la península coreana, eds. Luciano Damián Bolinaga y
Bárbara Bavoleo (Buenos Aires: Teseopress, 2018). https://www.teseopress.com/
estudioscoreanos/
12
Gojong sillok. (13 de diciembre de 1894). Citado por Suhwa Yuk. “The Educa-
tion Movement of the royal family”, 57.
13
Gojong sillok. (2 de febrero de 1895), Citado por Suhwa Yuk, “The Education
Movement of the royal family”, 57.
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
39
coreanas, estas asociaciones no solo eran dirigidas por hombres locales,
sino que muchas de ellas pertenecían a congregaciones misioneras que se
habían asentado en Corea y que consideraban la educación femenina tan
importante como la de los hombres. Por otra parte, el programa del Mo-
vimiento de Salvación Nacional incluía en su reforma la educación de la
mujer.
14
A pesar de que el rey Gojong con su Movimiento de Salvación Nacio-
nal apoyó la educación de las mujeres, pues reconocían que la educación
femenina podía servir como motor del desarrollo nacional, tal como lo
habían informado y observado las delegaciones enviadas a Japón antes
de comenzar con el plan de iluminación, hubo una parte importante de
conservadores que se negaba a esto. No obstante, fueron los periódicos,
las asociaciones académicas y las escuelas privadas los que incentivaron el
espíritu del pueblo y pusieron énfasis en la educación de las mujeres.
Los periódicos Tongnip Shinmun y Tongnip Hyeophoe estaban al frente
del movimiento, seguidos por el Hwangseong Shinmun (primer periódico
publicado en Corea) y Daehan Ilbo (The Korea Daily News), los cuales
defendieron los derechos igualitarios de todos los hombres y se enfatizó
en la necesidad de reexaminar la situación de las mujeres coreanas.
Por supuesto que el énfasis sobre la educación femenina se puso encare-
cidamente cuando se percataron de que las ideas gubernamentales sobre
la educación de las mujeres coreanas eran limitadas, ya que su objetivo
era copiar la educación japonesa para mujeres, que consistía en producir
“buenas esposas y madres sabias”. A pesar de la limitada visión del gobier-
no, había que agradecer que permitió la creación de escuelas exclusiva-
mente para niñas.
Como ya se ha mencionado, el Tongnip Shinmun armó repetidamen-
te desde sus inicios que la educación era una necesidad urgente para su-
perar los problemas, una postura con la que todos los intelectuales de la
época simpatizaban. No obstante, la educación de las mujeres se realizaba
sobre todo en casa, debido a la creencia generalizada de que “los hombres
y las mujeres deben distinguirse”. Por ello, el Tongnip Shinmun también
14
Suhwa Yuk, “The Education Movement of the royal family”, 51-53.
40
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
hizo hincapié en la educación de las mujeres, armando que éstas debían
tener su derecho y que hombres y mujeres debían ser educados por igual.
Además, muchos intelectuales empezaron a reconocer la importancia de
educar a las mujeres debido a los efectos positivos de dicha educación y
participaron en el movimiento por la educación femenina. Al respecto,
un editorial del mencionado periódico decía lo siguiente:
Una de las tareas más urgentes del gobierno coreano es la escolarización tan-
to de niñas como de niños. Sin embargo, las niñas no han sido consideradas
seres humanos plenos y no se les ha dado ninguna escolarización. Qué pena
que la mitad de la población quede así desamparada.
15
Si bien el objetivo primero de las escuelas femeninas, tanto guberna-
mentales como misioneras, fue una educación que las convirtiera en bue-
nas esposas y madres sabias, dadas las coyunturas nacionales, la educación
de las mujeres también cambió su enfoque, pasando de la ilustración a la
salvación nacional a través de la educación. Así, se formaron varias organi-
zaciones de mujeres y el movimiento comenzó a organizarse gradualmen-
te.
16
Estas mujeres promovieron activamente el movimiento de salvación
nacional a través de la educación mediante la caridad, las becas y la crea-
ción de escuelas.
Yuk señala que la primera escuela femenina creada para mujeres y por
mujeres fue la escuela de Jeongseon, en Seúl, la cual fue fundada por Yang
Hyeon Dang, en 1897. Dicha escuela habría abierto sus puertas con alum-
nas seleccionadas personalmente por su fundadora, la cual también ha-
bría obtenido 10 mil Ryang (Unidad monetaria de ese entonces) de la
15
Tongnip Shinmun, editorial. 5 de septiembre 1896. Citado por Lim Sun-hee en
Women and Education in Korea 25. Nº 1: 16. Citado en Liliana García Daris. “La
situación de la mujer en Corea. Según las tradiciones en las distintas dinastías”.
Consejo Argentino para las Relaciones Internacionales (2006): 22 [mi traducción].
16
Yong Ok Park. Study of Woman Organization: 1896 to 1910. Seoul: Study of
Korean History. (1971). (en coreano); Kyung-sook Jeong. “Study on the Charac-
teristic of Woman Movement during the End of the Koran Empire”. (Doctoral
dissertation, Ewha Woman University, Seoul. 1989). (en coreano). Citado en Su-
hwa Yuk, “The Education Movement of the royal family”, 61.
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
41
familia real como apoyo para sus operaciones cuando la escuela presentó
problemas nancieros.
17
Lee Song Hee señala que el primer movimiento femenino coreano
apareció por primera vez en 1898 con la creación de la primera organi-
zación femenina autónoma coreana Chanyanghoe. Este movimiento fue
fundado en Bukchon el 12 de septiembre de 1898, liderado por mujeres
Yangban, pero estaba compuesto por unas 400 mujeres de distintas clases,
en su mayoría viudas.
El Chanyanghoe, tras su establecimiento comenzó con la fundación
de diversas escuelas y gestionó una escuela femenina llamada Sunseong e
impartió educación tradicional y moderna a las alumnas con lo que mani-
festaba una nueva visión. Esta nueva visión se tradujo en enseñanzas que
iban dirigidas a introducir en las alumnas nuevas aspiraciones tanto edu-
cativas como sociales, el despertarlas de sus viejas tradiciones, inculcando
la creencia en la igualdad de género y la mejora de la condición social de las
mujeres a través de la educación. Esta escuela se nanciaba enteramente
con fondos privados, sin ayuda del gobierno.
El éxito de la Escuela de Niñas Sunseong y del Chanyanghoe llevó a esta
asociación a contar no solo con sus miembros habituales (mujeres). El
Chanyanghoe contaba con un gran número de seguidores formado por
defensores masculinos, misioneros protestantes y católicos, mujeres ex-
tranjeras, entre otros.
No obstante, y a pesar del existo del Chanyanghoe, en 1899 comenzó
a experimentar algunas dicultades nancieras que lo llevaron a solicitar
que la escuela de niñas Sunseong fuera administrada por el gobierno. Si
bien el rey Gojong, bajo la mantención del plan de Salvación Nacional
a través de la Educación, asignó gastos de presupuestos para esta y otras
escuelas femeninas, no pudo nacionalizarlas. La razón expresada por el
entonces ministro de educación, Shin Gi-seon, fue la falta de presupues-
17
Ver en: Academy of Korean Studies. Encyclopedia of Korean Culture. Academy
of Korean Studies. (1991) (en coreano); Jeong, Y-S. History of Korean Woman
Movement (Seoul: Iljogak press, 1971). (En coreano). Citado por Suhwa Yuk.
“The Education Movement of the royal family”
42
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
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to. Sin embargo, sus detractores indicaban que se debía a que pertenecía
a un sector moderado, el cual tenía una percepción negativa de la nueva
educación, especialmente la dirigida a las mujeres.
De la mano del Chanyanghoe
Aunque el Chanyanghoe no fue la única asociación femenina que im-
pulsó la educación de las mujeres coreanas, sí se convirtió denitivamente
en la más importante. Tal fue el éxito de este y de sus escuelas, que se
convirtió en un referente que llevó a otros grupos a solicitar su asesoría a
la hora de comenzar con sus conformaciones.
El Youhoe (Asociación de Amigas Mujeres), fue fundado en marzo de
1899 y conformado inicialmente por un grupo de cincuenta mujeres.
Esta asociación se distinguió por ser la primera asociación que pidió abier-
tamente al gobierno del rey la abolición del concubinato, solicitud que se
rearmó con una manifestación femenina frente al palacio Toksu.
En 1906, fue fundada la Yoja Kyoyukhoe (Sociedad para la Educación
de la Mujer) por alrededor de 50 mujeres de la clase Yangban, la cual para
nales de su primer año de fundación contaba con unas 300 participan-
tes. Fundó varias escuelas privadas para niñas en todo el país, además de
celebrar reuniones y debates sobre temas relacionados con la mujer. En
sus inicios algunos puntos controversiales fueron desde la vestimenta y
costumbres hasta cuestionar la “inteligencia de la mujer”
18
.
Si bien, a primera vista las problemáticas planteadas en sus discusiones
pueden resultar frívolas, hay que tener en cuenta que eran “las primeras
aproximaciones a cuestiones donde el sexo femenino tenía la oportunidad
de analizar sus problemáticas”
19
.
A pesar de lo anterior, este movimiento tuvo la particularidad de ser
bastante activo. En 1908, fue responsable de la primera revista femenina
de Corea, Yoja chinam (Guía de la mujer), de la que lamentablemente
18
Kim, Y.Ch. Women of Korea. (1976): 252. Citado por Liliana García Daris, “La
situación de la mujer en Corea”, 26.
19
Liliana García Daris. “La situación de la mujer en Corea”, 26.
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por falta de recursos solo pudo ver la luz su primer número.
20
La mayoría
de los artículos de esta revista trataban sobre la educación femenina y la
necesidad de que las mujeres cambiaran su papel en la sociedad coreana en
el contexto de la lucha por la liberación nacional. Con el paso del tiempo
y con una mayor maduración intelectual, se presentaron con propuestas
concretas sobre el futuro del país, la industrialización y el papel de la mu-
jer en una sociedad con vistas al cambio, que las llevaron a ser objetos de
exacerbados debates.
Fundaron en mayo de 1907 una escuela femenina bajo el nombre de
Yoja Pohak-won, a la cual asistieron las hijas de algunas señoras que perte-
necían a la corte, quienes a su vez se preocuparon de tomar en sus manos
el mantenimiento de la institución escolar. También se preocuparon de
los temas de salud, por lo que en septiembre del mismo año establecieron
el primer hospital público, el cual estaba destinado a todas las personas
que no contaran con recursos.
21
Mujeres en los movimientos de independencia:
entre el nacionalismo y el feminismo
Cuando comienza el proceso de educación femenina en Corea, las mu-
jeres que por siglos habían estado subordinadas a una serie de tradiciones,
especialmente las mujeres yanbang, las cuales estaban connadas solo a
los espacios domésticos, empiezan a desarrollar un conocimiento de sí
mismas y de su entorno nunca visto en esta sociedad tan jerarquizada y
tradicionalista. La mujer decide aventurarse y sale de las esferas tradicio-
nales no solo socialmente, sino que intelectualmente. La educación no
solo le enseñó a tener una conciencia de sí misma (se podría decir, una
conciencia feminista), sino que le dio la oportunidad de conocer y apren-
der que, como parte de una sociedad y nación, es difícil desprenderse de
los problemas nacionales.
20
Liliana García Daris. “La situación de la mujer en Corea”.
21
Liliana García Daris. “La situación de la mujer en Corea”.
44
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Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
Muchos autores, al referirse al nacionalismo, independientemente del
país, del continente o de la época en que se ha manifestado, le han asigna-
do un carácter de género que niega la participación de las mujeres. Por lo
general, describen a la mujer como agente pasivo, mientras los hombres
son el centro de la escena, los propulsores y protagonistas. La mujer es más
un simple observador o actor de apoyo. Sin embargo, hoy en día existe
cada vez más interés en rescatar la historia de las mujeres y se ha podido
establecer que en muchas luchas de independencia han sido piezas claves,
tal como las mujeres coreanas.
Baxt hace alusión a lo mencionado con anterioridad al referirse a las
protestas estudiantiles de Kwangju en 1929:
la organización y la protesta de las estudiantes no sólo fue negada por el Esta-
do colonial japonés, sino también por la erudición poscolonial, de diferentes
maneras, por los museos conmemorativos de las protestas surcoreanas. Estas
reexaminaciones poscoloniales, al eliminar por completo la mención de la ac-
tividad de protesta femenina o al caracterizarla como menor e insignicante,
han representado inadvertidamente la actividad estudiantil de la era colonial
en Kwangju como inequívocamente masculina.
22
Para el periodista especializado en Asia del Daily Mail, Frederick Mc-
Kenzie, “el papel de las mujeres, durante el Movimiento del 1 de marzo, y
especialmente de las jóvenes, fue notable”
23
. Para él, la característica más
admirable de este levantamiento fue el papel desempeñado por las mu-
jeres y las estudiantes coreanas. Fue tanta su admiración que, en su libro
Korea’s Fight for Freedom, no solo relata su punto de vista sobre la socie-
dad coreana y su lucha por la libertad, sino también lo observado en varios
otros acontecimientos relacionados con la lucha femenina. McKenzie en
varios pasajes cuenta que había llegado a Corea unos 20 años antes, y du-
rante ese tiempo no pudo ver a ninguna mujer en la calle o incluso en casa
22
Deborah Baxt Solomon, “Imperial Lessons: Discourses of Domination and
Dissent in the 1929 Kwangju Student Protests” (Tesis doctoral, University of Mi-
chigan, 2009), 1-211[mi traducción].
23
Federick MacKenzie. Korea’s Fight for Freedom. (New York: Fleming H. Re-
vell Company,1920). https://www.gutenberg.org/cache/epub/13368/pg13368.
html. [mi Traducción].
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
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de sus amigos. Por eso, le sorprendió mucho ver a las mujeres tomar la
iniciativa en la manifestación del 1 de marzo. Al respecto, Lee Yeoul Cho
señala lo siguiente:
La invisibilidad pública de las mujeres cuando McKenzie llegó por primera
vez estaba muy inuenciada por la cultura confuciana. Se suponía que las
mujeres debían permanecer en la esfera doméstica y que el mundo exterior
era dominio de los hombres.
24
Para McKenzie, la introducción y las enseñanzas de las escuelas cris-
tianas y la presentación de un estilo de vida moderno, que estaba siendo
introducido poco a poco en la sociedad coreana, hizo que las jóvenes se
decantaran por la nueva cultura y llevó al colapso del modo de vida con-
vencional. Sin embargo, y gracias a las historias que se presentaban de mu-
jeres como Juana de Arco, las mujeres coreanas entendían que no podían
ser meras espectadoras de la lucha por su libertad.
Durante las movilizaciones del 1 de marzo de 1919, y a pesar de res-
tricciones sociales, las jóvenes, especialmente las alumnas de las escuelas
públicas, organizaron manifestaciones y participaron del movimiento de
independencia con el rme convencimiento de que debían dar la cara,
como parte del pueblo coreano, para recuperar la soberanía nacional. Por
otra parte, al igual que las estudiantes, muchas de las mujeres, que habían
logrado terminar sus estudios fuera del país y que habían tenido contacto
con grupos feministas extranjeros, tuvieron la visión de que, para recla-
mar sus derechos de igualdad, debían luchar por la liberación nacional.
En el libro The History of Korean Women’s Movements: Focusing on
the National Movement during Japanese Colonial Rule
25
, publicado en
1971, la autora Jung Yo-seob explica que las mujeres coreanas educadas de
la época estaban en contra de la política educativa japonesa y del modelo
tradicional de mujer. También señala que estas mujeres buscaban un des-
pertar social, así como la mejora de la condición de la mujer.
26
24
Yeoul Cho-Lee, “The March 1st independence Movement led by teenage girls”.
(일다, 28 de febrero de 2021) [mi traducción]. https://www.ildaro.com/8977
25
Libro publicado solo en coreano.
26
Yeoul Cho-Lee, “The March 1st independence Movement led by teenage girls”.
46
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
Este despertar social queda en maniesto no solo en los comentarios de
un McKenzie totalmente asombrado, sino también en varios periódicos
de la época, que entregaban noticias breves sobre las manifestaciones. Por
ejemplo,
el Maeil Shinbo se vio inundado de noticias breves sobre las manifestaciones
de manse
27
en Seúl, Pyeongyang, Gaeseong, Jinju, Mokpo y muchos otros
lugares. Con titulares como “Las alumnas lo iniciaron”, “Disturbios de las
alumnas”, “Conspiración de las alumnas”, “Jinju -gisaeng lideró el camino”,
“En el viejo Masan había muchas mujeres”... tales titulares y las noticias indi-
can que las mujeres de todos los rincones de Corea lideraron el movimiento
antijaponés.
28
En el artículo anteriormente citado, Cho hace referencia a otros estu-
dios y libros que revelan la gran participación femenina durante las ma-
nifestaciones del 1 de marzo. Algunos de ellos son: Study of the History of
Korean Women’s Anti-Japanese Movement
29
, de la autora ParkYong-ok,
publicado en 1996, y History of Korean Women’s Independence Move-
ment: 60th Anniversary of the March 1st Movement
30
, libro conmemo-
rativo publicado en 1980 por la organización de mujeres The March 1st
Sisters’ Group. Ambos libros revelan la participación femenina dentro del
movimiento de independencia, no solo de las manifestaciones ocurridas
en Seúl, sino también en otras partes de Corea, en los que se destacan no
solo a mujeres individuales sino también a los grupos femeninos que enca-
bezaron las marchas. Algunos de los nombres que aparecen son:
27
Literalmente signica “mil años”, sin embargo, durante el periodo de colonialis-
mo japones fue utilizado como grito de guerra de los independentistas y puede ser
traducido como ¡Viva Corea¡. Los periódicos de la época utilizaban bastante este
termino para referirse a las manifestaciones de independencia.
28
Lee Yeoul Cho, “The March 1st independence Movement led by teenage girls”
[mi traducción].
29
Lee Yeoul Cho, “The March 1st independence Movement led by teenage girls”
[mi traducción].
30
Lee Yeoul Cho, “The March 1st independence Movement led by teenage girls”
[mi traducción].
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
47
Choi Eun-hee, del instituto femenino Gyeongseong de Seúl, Kim Jeong-ae,
del instituto femenino Baehwa, Hwang Hyun-soon, del instituto femenino
Sookmyeong, Shin Maxilla, del instituto femenino Ehwa, Kim Maria, del
instituto femenino Jeong-shin, Na Hye-seok, del instituto femenino Jinm-
yeong, y Yu Gwan-sun, que volvió a su ciudad natal, Cheonan, y organizó la
famosa manifestación en el mercado Awunae. También están las hermanas
Eo Yun-hee y Lee Gyeong-ji de la región de Gaeseong, An Jeong-seok y Park
Hyun-sook de Pyeongyang, Lee Soon-ae de Daegu y Ju Gyeong-ah de Bu-
san. Estos nombres permanecen en la historia.
31
Sin embargo, hay que tener en consideración que, como pasa en mu-
chos casos, muchos de los nombres de las estudiantes, profesoras y de mu-
jeres comunes y corrientes, sobre todo de aquellas sin aliación, se han
perdido a lo largo de la historia. Se estima que fueron más de 10.000 estu-
diantes de escuelas femeninas de toda Corea las que salieron a las calles.
32
McKenzie señala que “las muchachas de las escuelas, sobre todo de las
escuelas públicas, se pusieron a la cabeza de la demanda de restauración
de su vida nacional”.
33
Además, fue muy común en las escuelas, especial-
mente en las femeninas, que las alumnas no involucraran a sus profesores
y para evitar que estos posteriormente tuvieran problemas con la policía
japonesa.
34
Al respecto, McKenzie agrega:
la directora recibió el llamado del jefe de la policía indicándole que sus alum-
nas se estaban manifestando y habían logrado agitar a toda la ciudad, si podía
ir por ellas. Cuando llegó las vio con insignias y banderas gritando “¡Man-
se!”. El jefe de esa ocina de la policía japonesa, uno de los pocos decentes
que había, no quería arrestarlas. Por eso solicitó ayuda de la directora, pero
esta, al ver que sus alumnas no la escucharían, se ofreció a ser arrestada. (…)
“Saldré y les diré a las chicas que me vas a arrestar si no se van”. “Veremos lo
que hace eso. Pero ten en cuenta que, si no se dispersan, debes arrestarme
a mí”. Cuando las niñas supieron eso comenzaron a gritar “No, profesora,
31
Lee Yeoul Cho, “The March 1st independence Movement led by teenage girls”
[mi traducción].
32
Lee Yeoul Cho, “The March 1st independence Movement led by teenage girls”.
33
Federick MacKenzie, Korea’s Fight for Freedom. (New York: Fleming H. Revell
Company, 1920). https://www.gutenberg.org/cache/epub/13368/pg13368.html
34
Frederick MacKenzie, citado en Lee Yeoul Cho, “The March 1st independence
Movement led by teenage girls”.
48
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
no”, “No es su culpa. Usted no tiene nada que ver con esto. Nosotras lo esta-
mos haciendo”. (...) Al nal, logró convencerlas (…). Una vez que las líderes
aceptaron, dijeron: “ya está todo bien. Hemos hecho todo lo que queríamos.
Hemos agitado a los hombres. Eran ovejas y querían que las mujeres se pu-
sieran en marcha. Ahora seguirán adelante”.
35
Ahora bien, estos no son los únicos relatos acerca de las alumnas que
se pueden encontrar. En Historia moderna de las mujeres en Corea, vol.
1
36
, publicado por Choi Eun-hee, participante en el Movimiento del 1 de
marzo, las memorias y los testimonios recogidos explican la actitud de las
alumnas hacia el movimiento independentista y cómo lucharon. Según el
libro, citado por Cho, Kim Jeong-ae, de 14 años, de la escuela femenina
Jeongmyeong de Mokpo, tomó la cabeza incluso cuando fue rodeada por
la policía militar y detenida; gritó:
¿Por qué dicen que no podemos luchar sin ser manipuladas por los profe-
sores? ¿Dices que en Japón sólo los adultos aman a su país y los niños no?
¿Como bocas inútiles? En Corea hasta un simple niño sabe amar a su país.
Nosotras ya somos señoras adultas de 14 o 15 años.
37
Otro relato recogido en el libro de Choi es el de la estudiante del institu-
to femenino de Hosudon, Eo Yun-Hui, que fue detenida en la manifesta-
ción de independencia en Gaeseong el 3 de marzo y condenada a dos años
de prisión. Ésta respondió a su interrogador diciendo: “Cuando amanece,
¿los gallos cantan bajo la orden de alguien? Nos levantamos porque es
hora de ser independientes”
38
.
Es sorprendente leer estos relatos y sentir el coraje y la valentía de estas
niñas que no superaban los 16 años. Sobre todo sabiendo que la policía
japonesa por lo general no era muy compasiva e indulgente con los corea-
35
Federick MacKenzie. Korea’s Fight for Freedom. (New York: Fleming H. Revell
Company, 1920). https://www.gutenberg.org/cache/epub/13368/pg13368.html
[mi Traducción].
36
Libro publicado en coreano.
37
Choi, citado en Yeoul Cho-Lee, “The March 1st independence Movement led
by teenage girls” [mi traducción].
38
Choi, citado en Lee Yeoul Cho, “The March 1st independence Movement led
by teenage girls”.
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
49
nos, independientemente de su sexo. De hecho, McKenzie en el primer
capítulo de su libro detalla: “las normas de muchas de las comisarias eran
desnudar y golpear a las niñas y jóvenes que tomaban parte en las manifes-
taciones, y exponerlas, absolutamente desnudas, al mayor número posible
de hombres japoneses”
39
.
Pero este protagonismo de las mujeres no sólo sucedió durante las ma-
nifestaciones de independencia del 1 de marzo de 1919, también hubo
gran participación femenina durante las manifestaciones en Kwangju del
3 de noviembre de 1929. Lo que comenzó como un enfrentamiento entre
estudiantes coreanos y japoneses, que terminó con la intervención de la
policía, se convirtió en una gran manifestación por la independencia que
se extendió a otras regiones del país y que duraría hasta marzo de 1930.
Baxt indica:
los historiadores estiman ahora que, en el transcurso de los meses siguientes,
aproximadamente 54.000 estudiantes de un total de 194 escuelas de toda la
península coreana participaron en protestas estudiantiles antijaponesas, lo
que dio lugar a penas de prisión para más de l80 estudiantes sólo en Kwang-
ju. Los levantamientos estudiantiles que comenzaron en Kwangju se convir-
tieron en la segunda protesta antijaponesa más grande de la península en el
periodo colonial, sólo superada por el Movimiento del 1 de marzo.
40
Un gran número de alumnas de escuelas femeninas, y a veces las profe-
soras de estas estudiantes, organizaron protestas simpatizantes hasta bien
entrado 1930. Por lo general, cuando las protestas comenzaron, los fun-
cionarios japoneses no anticiparon que las manifestantes femeninas su-
pusieran una mayor amenaza para el orden, pues las consideraban menos
motivadas social y políticamente hablando. Sin embargo, a partir de enero
de 1930 la dinámica de género de las protestas cambió. Baxt señala “Las
protestas en las escuelas de mujeres empezaron a superar en número a las
realizadas en las escuelas de hombres, y las estudiantes femeninas protes-
taron en un número cada vez mayor durante enero y febrero de 1930”
41
.
Su participación iba más allá de las protestas nacionalistas, para las es-
39
Federick MacKenzie, Korea’s Fight for Freedom.
40
Deborah Baxt Solomon, “Imperial Lessons, 1-2 [mi traducción].
41
Deborah Baxt Solomon, “Imperial Lesson, 109 [mi traducción].
50
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
tudiantes era su forma de ganar mayor visibilidad en los espacios públicos
que habían comenzado a abrirse con su ingreso a las escuelas y que habían
comenzado a ampliarse con las marchas y protestas del primero de marzo
de 1919.
A pesar de que la participación y el liderazgo de las mujeres durante las
protestas en varias regiones de Corea entre 1929 y 1930 permitieron que
el movimiento continuara tanto tiempo, la policía y los funcionarios co-
loniales japoneses seguían viendo a las estudiantes como agentes políticos
pasivos y no vieron a las manifestantes como capaces de desestabilizar sig-
nicativamente el dominio colonial. Si bien en esto último tenían razón,
dicha participación les sirvió para darse visibilidad y ganarse la simpatía
de varios sectores tanto políticos como intelectuales. Uno de ellos fue la
prensa coreana.
Los periódicos Choson Ilbo y Donga Ilbo publicaron constantemente
los disturbios estudiantiles, destacando especialmente el papel que juga-
ban las estudiantes femeninas en las protestas. El 12 de enero, el Choson
Ilbo había informado que estudiantes protagonizaron una manifestación
de “manse” encabezada por las estudiantes de la escuela superior feme-
nina. Los transeúntes que habían presenciado las protestas también se
unieron gritando espontáneamente “manse” junto con el grupo de estu-
diantes que protestaban.
42
El 15 de enero de 1930, el mismo periódico publicó un “extra”, además
de su edición matutina regular, en el que detallaba las últimas noticias de
los disturbios estudiantiles en varias ciudades. Según el periódico,
en la mañana de ese día, las 300 estudiantes de la Escuela Femenina Kunhwa,
las 300 estudiantes de la Escuela Normal Superior Femenina Tongdok, las
200 estudiantes de la Escuela Normal Superior Femenina Paehwa, las 60 es-
tudiantes de la Escuela Femenina Silch’on, las 300 estudiantes de la Escuela
Femenina ChSngsin, los 300 estudiantes de la Escuela Kyongsin, 300 estu-
diantes de la Escuela Femenina de Ehwa, 700 estudiantes de la Escuela de
Paejae, más de 800 estudiantes de la Escuela de Chungdong, 400 estudiantes
de la Escuela Normal Superior de Yangjong, 400 estudiantes de la Escuela
Normal Superior de Hwimun y varios cientos de estudiantes de la Escuela
42
Deborah Baxt Solomon, “Imperial Lessons”, 36 [mi traducción].
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
51
Especializada de Posong se reunieron cada uno en sus propias escuelas a las 9:
30 a. m., y mientras cantaban “manse” al unísono, se dirigieron a la ciudad.
43
El periódico Tonga Ilbo, que también publicó numerosos informes de
protestas, especialmente de mujeres estudiantes, informó que se habían
distribuido maniestos en las escuelas públicas de mujeres de Pusan.
44
También publicó, en su edición del 15 de enero, una carta de los funcio-
narios de la escuela a los padres de los estudiantes de una escuela normal
superior en Kaesang relacionada con el activismo allí, e informó sobre la
expulsión de las estudiantes de la Escuela Normal Superior Femenina de
Kwangju, entre otros.
45
Al comienzo de las protestas, las autoridades japonesas observaron y
culparon al Singanhoe como responsable de alentar a los estudiantes, sin
embargo, gran parte de sus miembros habían sido arrestados por lo que
volcaron sus sospechas a una organización de mujeres, el Kunuhoe, orga-
nización hermana de la antes mencionada, debido a los maniestos que
circulaban durante las protestas. Para algunos era extraño que el Kunuhoe
colaborara con las activistas estudiantiles, debido a que todos los puntos
planteados en su maniesto inicial estaban explícita y exclusivamente diri-
gidos a las mujeres, además de no incluir una discusión sobre Corea como
nación o reclamos a la presencia imperialista de Japón.
Mientras las protestas seguían expandiéndose a lo largo de la península
coreana, el aumento de la participación y liderazgo de las mujeres comen-
zó a ser notorio. Estas organizaciones comenzaron a abundar en las esferas
públicas en la década de 1920. Las autoridades japonesas decidieron ig-
norarlas debido a que, a su juicio, no representaban ningún peligro.
46
Sin
43
Choson Ilbo, 15 de enero de 1930. Citado en Deborah Baxt Solomon, “Impe-
rial Lessons”, 116 [mi traducción].
44
Tonga Ilbo, 11 de enero de 1930. Citado en Deborah Baxt Solomon, “Imperial
Lessons”, 118 [mi traducción].
45
Tonga Ilbo, 11 de enero de 1930. Citado en Deborah Baxt Solomon, “Imperial
Lessons”, 119 [mi traducción].
46
Michael Robinson, Korea’s twentieth-century odyssey: A short history. (Universi-
ty of Hawai’i Press, 2007): 60.
52
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
embargo, tras las manifestaciones de Kwangju, las autoridades japonesas
comenzaron a ver los primeros signos de independencia en los objetivos
nacionalistas de las mujeres y sus visiones, tal vez muy poco realistas de
una futura nación coreana, pero que revelaban su compromiso rme con
la participación activista.
No obstante, aunque las mujeres participaron activamente de los movi-
mientos de Independencia del 1 de marzo de 1919 y de los movimientos
estudiantiles de Kwangju durante 1929 y 1930, la forma en que su parti-
cipación quedó registrada en los libros o análisis de estos acontecimientos
escritos después de 1945 fue muy vaga y poco realista. Esto último no
solo ha dicultado la reconstrucción de la historia de las mujeres en Corea
antes de 1945, sino que también ha entorpecido la posibilidad de com-
prender cómo las mujeres articularon sus deseos de libertad femenina con
las necesidades nacionales. Esto ha llevado a que el discurso de algunos
autores sea el de armar que el feminismo coreano de este periodo se vio
eclipsado por el nacionalismo, o que lo llevó al fracaso.
Esta última armación es totalmente contradictoria con lo que se ha
podido investigar. Si bien la prioridad principal era conseguir el reconoci-
miento de su humanidad, es decir, de ellas como seres humanos, rápida-
mente se enfocaron en articular sus propias necesidades a las necesidades
de su nación. Crearon espacios para ellas mismas, siendo, en todo mo-
mento, conscientes de la complejidad, las contradicciones y las diferencias
internas que esto suponía. Dejaron en claro que ya no eran meros objetos
en los discursos destacados, sino agentes centrales en la elaboración de
una nueva identidad femenina coreana, al hacerse partícipes en las publi-
caciones de estas nuevas perspectivas.
Aunque eran muy conscientes de los riesgos a los que se sometían con
sus discursos, trataron de desdibujar los roles tradicionales de género y
armar una nueva forma de subjetividad. Las cuestiones que plantearon,
como las nuevas modas de las mujeres, el amor, el matrimonio, el divorcio
y la reproducción, expusieron la inestabilidad de la tradición e incitaron
incluso a los reformistas más obstinados a debatir, e incluso a negociar, las
identidades y los roles de género.
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
53
Como se ha visto, los movimientos femeninos desempeñaron un papel
activo no sólo en la conformación de la identidad moderna de las mu-
jeres coreanas, sino también en la construcción de su nación. Llevaron
sus debates y demandas al punto que los reformistas nacionales tuvieron
que enfrentarse a esta nueva realidad, a pesar de su intento por negar y
subordinar la independencia y la autodenición de la “nueva mujer”. De-
nieron cualquier intento de “liberación” como egoísta y vilipendiaron
su transformación cultural como corrupta y materialista
47
. Sin embargo,
cuando pretendieron promover un nuevo patriarcado, estos reformistas
sintieron la necesidad de recurrir a las mujeres para obtener su apoyo.
Las acciones de los movimientos femeninos no solo se limitaron a crear
debates, sino que fueron mucho más allá. Por ejemplo, participaron ac-
tivamente en la creación de artículos, publicaron libros, crearon revis-
tas y asociaciones que luego se convertirían en movimientos feministas.
También apoyaron abiertamente las actividades de los nacionalistas en
búsqueda de la independencia. A muchas de estas mujeres las arrestaron,
violentaron, desacreditaron, pero se mantuvieron rmes apoyando los
movimientos de independencia, sin abandonar sus objetivos feministas.
Kunuhoe: cimentando bases para la mujer actual
Desde la marcha del del 1 de marzo de 1919, y sus posteriores protes-
tas, las mujeres coreanas, no solo las estudiantes sino todas, esposas, hijas,
trabajadoras, mujeres yangban, kisaen, etc., se organizaron y participaron
activamente de los movimientos de resistencia y expresaron abiertamente
la creencia de que la liberación de la mujer no sería posible sin la indepen-
dencia nacional. En respuesta y como rechazo a la nueva idealización que
los grupos conservadores querían dar a la nueva mujer, surgió una impor-
tante corriente de movimientos femeninos que rechazaban el nuevo ideal
de madre sabia y buena esposa. Así lo expresa Na Hyesok, en un ensayo
critico en 1914, sobre la noción de Mujer ideal:
47
Theodore Jun Yoo. The ‘New Woman’ and the Politics of Love, Marriage and
Divorce in Colonial Korea, Gender & History 17, n° 2 (2005): 317 [mi traduc-
ción]
54
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
No podemos decir que una mujer ha alcanzado un ideal si es una mujer mo-
ral sólo en virtud de los hábitos o por el mero cumplimiento de sus deberes
seculares... También creo que no es prudente perseguir únicamente el ideal
habitual de “buena esposa, madre sabia” [yangch’ŏ hyŏnmo]… Sólo se re-
fuerza la conducta de las mujeres como buenas esposas y sabias madres a
través de nuestra educación, y esto convierte a las mujeres en meros apéndi-
ces de los hombres. Tal educación no desarrolla nuestras mentes. Además, la
idea de una feminidad cálida y complaciente, que ha sido un punto necesario
de la propaganda para convertir a las mujeres en esclavas, no puede ser un
ideal para las mujeres.
48
Durante la década de 1920, los movimientos femeninos existentes au-
mentaron su participación en las esferas públicas. Para 1923 había 150
movimientos u organizaciones de mujeres enfocados en educación, ilus-
tración y religión. Nam Hwasuk identica tres tipos de movimientos a los
que ella señala como el grupo feminista liberal, el grupo cristiano y el gru-
po socialista.
49
Estos movimientos estaban divididos bajo dos corrientes
ideológicas: las mujeres nacionalistas (en su mayoría, mujeres cristianas)
y las mujeres socialistas.
50
Sin embargo, a pesar de la inmensa diferencia
ideológica que las separaba, ambos bandos llegaron a establecer una coali-
ción para resolver los problemas nacionales y los de las mujeres al mismo
tiempo.
51
La unión de estos movimientos con ideologías políticas opues-
tas dio nacimiento al primer movimiento nacional de mujeres coreanas,
48
Sanggyeong Yi, ed., Na Hyeseok cheonjip (Seoul: Taehaksa, 2000), 183-85.Ci-
tado en Hyaeweol Choi,“Wise Mother, Good Wife”: A Transcultural Discursive
Construct in Modern Korea. The Journal of Korean Studies 14, n°1, (2009): 19-20
[mi traducción]. http://www.jstor.org/stable/43998361
49
Hyaeweol Choi, New Women in Colonial Korea : A Sourcebook. (London: Taylor
& Francis Group, 2012): 2, 7, 8, 196. ProQuest Ebook Central. [mi traducción].
50
Kenneth Wells, “The Price of Legitimacy: Women and the Kŭnuhoe Move-
ment, 1927-1931”, en Colonial Modernity in Korea (Leiden, The Netherlands:
Harvard University Asia Center, 1999): 195 https://books.google.cl/books?i-
d=JMVgNnkZXAQC&printsec=frontcover&hl=es&source=gbs_ge_sum-
mary_r&cad=0#v=onepage&q&f=false
51
Sunyoung Park, “Writing the real: Marxism, modernity, and literature in colo-
nial Korea, 1920–1941 ”. (Tesis doctoral, 2006): 135.
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
55
Kunuhoe.
En la Declaración de establecimiento, el Kunuhoe proclamó:
Los movimientos fragmentados y dispersos se organizan ahora en un frente
unido. Identicamos los objetivos y las estrategias en función de los retos a
los que se enfrentan habitualmente las mujeres de los distintos sectores so-
ciales. De este modo, podremos ampliar nuestro movimiento de mujeres de
forma ecaz. Es nuestro deber en esta etapa superar cualquier tendencia de
división y solidicar nuestro frente de colaboración.
52
Kunuhoe, traducida como “Amigas de la rosa de Sharon”, fue una or-
ganización paraguas, es decir, que agrupaba a varias organizaciones de
mujeres coreanas. Se fundó en julio de 1927, por 40 socias fundadoras
entre las cuales había médicas, educadoras, religiosas, reporteras, escrito-
ras, así como desempleadas y dueñas de casa. Según las cifras publicadas
en Kunu
53
,
el grupo tenía 2.970 miembros en 1929. Las concentraciones urbanas esta-
ban en Pyongyang (452), Seúl (224), Pusan (127), Tongnae (117) y Tokio
(105). El desglose provincial mostraba concentraciones en Kyongsang Sur
(623), Pyongan Sur (502), Kyonggi (224) y las dos provincias de Hamgyong
(489). Según las estadísticas de 1929, 1.256 de los miembros eran amas de
casa, 339 eran mujeres profesionales y 194 eran estudiantes, con 131 traba-
jadores y 34 agricultores. También destacan las mujeres socialistas que tra-
bajaron junto a sus maridos (107). Se ha observado que la presencia de 260
miembros en el extranjero, la mayoría de ellos en Japón, sugiere vínculos con
las mujeres socialistas japonesas y con el feminismo japonés. Se estima que
continuó expandiéndose hasta alcanzar unas 60 sucursales en 1930, y 6.000
miembros en 1931.
54
Se indica que la organización siempre estaba en apuros económicos, a
pesar de que sus socias pagaban una cuota de inscripción de 1 yen y una
mensualidad de 20 sen. Debido a esto se mantenían haciendo actividades
52
Revista Kunu 1, 1929: 3-4. citado en Hyaeweol Choi, New Women in Colonial
Korea : A Sourcebook. (London: Taylor & Francis Group, 2012): 200. ProQuest
Ebook Central. [mi traducción].
53
Revista de la organización publicada en 1929.
54
Kunu 1, 1929: 2. citado en Jennifer Jung-Kim, “Gender and modernity in colo-
nial Korea”, (Tesis doctoral, 2005): 174. [mi traducción].
56
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
de colectas en cada reunión. También pusieron en marcha una tienda y
un restaurante temporal durante un festival de 1928, el cual había sido
organizado por catorce escuelas femeninas de todo el país y celebrado en
la sede de la YMCA. La participación de las Kunuhoe en este festival puso
en evidencia el papel de las estudiantes en la organización y el apoyo que
esta agrupación les entregaba.
Dentro de sus miembros más reconocidos contó con mujeres de élite
como Chu Sejuk y Ho Chongsuk. A su vez, al ser un movimiento hetero-
géneo contaba con miembros de estratos sociales más bajos como Chong
Chilsong, una antigua kiseang, que se convirtió en activista, y Chong
Chongmyong, una viuda que había fundado en 1922 la Yohaksaeng San-
gjohoe (Asociación de Ayuda Mutua de Mujeres Estudiantes), que era un
grupo de autoayuda que proporcionaba apoyo nanciero y emocional a
las estudiantes pobres.
55
Además de varias artistas, periodistas, profesoras,
entre otras, que, si bien no estaban aliadas, prestaron su apoyo abierta-
mente y apoyaron su trabajo en la revista Kunu proporcionando algunos
artículos o ilustraciones.
Para poder mantener un equilibrio que reejara la unidad de la coali-
ción creada, el movimiento elaboró un maniesto en donde combinaban
las clásicas reivindicaciones feministas liberales con otras de carácter socia-
listas. Sus principales objetivos fueron:
1. Abolición completa de toda discriminación social y legal contra
la mujer.
2. Erradicación de todas las costumbres y supersticiones feudales re-
lativas a la mujer.
3. Abolición del matrimonio precoz y de la institución del matrimo-
nio libre.
4. Abolición de la esclavitud femenina y de la prostitución autori-
zada.
5. Mejora de la economía de las mujeres rurales.
55
Haeseong Park, “Korean new women’s uctuation in international and Korean
Contexts”,History Research2, n.º4 (2012).
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
57
6. Abolición de la discriminación salarial e institución de la licencia
de maternidad remunerada.
7. Abolición del trabajo peligroso y del trabajo nocturno para las mu-
jeres y los niños.
56
Park Sunyoung señala que, a pesar de que este movimiento se caracte-
rizó por unir dos ideologías diferentes, se destacó desde un principio por
tener una dirección con una fuerte preponderancia hacia la orientación
izquierdista, tal como lo sugiere la imagen militante de una mujer guerre-
ra y abanderada en la portada del número inaugural de su revista Kunu.
Para entender esta tendencia se debe contextualizar que Corea era una
sociedad fuertemente agrícola, sin embargo, la política japonesa de fo-
mento de la agricultura a gran escala llevó a la quiebra a gran parte de los
pequeños agricultores y campesinos, lo que dio paso a un gran éxodo de
estos a las ciudades en busca de alguna nueva oportunidad. Las mujeres de
los hogares rurales, en su gran mayoría analfabetas, recurrieron al trabajo
doméstico, a las labores en las orecientes fábricas textiles japonesas e in-
cluso algunas recurrieron a la prostitución.
No obstante, e independientemente de sus trabajos, todas sufrieron
bajos salarios y un trato duro, por lo que el discurso ideológico socialista
les parecía más afín a su realidad. Incluso aquellas que eran educadas pero
provenían de hogares de estratos sociales más humildes se sentían más a-
nes con esa ideología. Por otra parte, aunque las integrantes nacionalistas
no se sentían cómodas con el objetivo declarado por el movimiento socia-
lista, íi se sintieron muy inspiradas y animadas
57
, y continuaron trabajan-
do conjuntamente hasta su disolución.
Ya para 1929, el movimiento se fue desarrollando simultáneamente con
los movimientos políticos, cambiando su dinámica y centrándose en cues-
tiones más amplias que afectaban a toda la sociedad y que giraban en tor-
56
“Declaración de Kunuhoe”, 1927. Citada por Wells, “The Price of Legitimacy”,
207; y por Baxt, “Imperial lessons”, 121.
57
Jeong-ran Yun, “Christian women’s movement in Korean modern history and
peace & unication movement”, International Journal of Korean History, 11,
(2007): 85.
58
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
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no a las cuestiones de género, clase y nación. Bajo este cambio de dinámica
se enfocaron principalmente en cuestiones relacionadas con educación,
actividades sociales y político-económicas.
Las actividades sociales incluían ayuda a las víctimas de inundaciones
en el noreste y asistencia a la reforma de higiene. También hacían actos
recreativos y solidarios para cubrir otras necesidades básicas, y para atraer
la atención de la sociedad a otros diversos intereses. Una de las acciones
más signicativas de la Kunuhoe fue la organización de un acto en enero
de 1930, tras el Movimiento Estudiantil de Kwangju de 1929, que llevó a
la detención de muchas de las líderes de Kunuhoe, lo que casi provocó la
disolución del grupo.
58
Esto posteriormente las pondría en la mira de las
autoridades japonesas, como principales sospechosas de incitar las revuel-
tas de las estudiantes femeninas.
La acción político-económica implicaba la promoción de las sociedades
de debate, giras de conferencias en donde las líderes aprovechaban para
dar a conocer la agenda del Kunuhoe. También celebraron conferencias
por todo el país, basadas en temas como el movimiento de las mujeres
59
,
instrucción en artesanía y apoyo a las mujeres involucradas en conictos
laborales, especialmente en la zona de Wonsan. Aparte del apoyo, orga-
nizó diversas campañas y encuestas sobre las condiciones de las fábricas
para las mujeres trabajadoras. Sobre este último punto, cabe destacar que
apoyaron las huelgas sindicales que exigían mejoras en las condiciones,
sueldos, licencias de maternidad y sobre todo el cese de los acosos tanto
laborales como sexuales por parte de los supervisores japoneses.
A pesar de las nuevas dinámicas o focos para ampliar su participación,
las actividades principales de todas las organizaciones de mujeres, a par-
tir de 1920, incluidas las pertenecientes al Kunuhoe, estaban enfocadas
principalmente en la promoción de la educación de la mujer. Una de sus
primeras actividades fue un seminario de dos semanas sobre educación
general en julio de 1927. Los exponentes invitados hablaron sobre econo-
58
Jennifer Jung-Kim, “Gender and modernity in colonial Korea”, 177.
59
Jung-Kim, “Gender and modernity in colonial Korea”, 177.
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
59
mía, lógica y sociología.
60
Choi indica que Ho Chongsuk, habría sostenido que el enfoque prin-
cipal de Kunuhoe debía ser si o si la ilustración. Por eso que a 1929, las ac-
tividades de la organización en este ámbito estaban ligadas a la realización
de campañas de alfabetización, construcciones de jardines infantiles, es-
cuelas para mujeres (de todas las edades y clases sociales) y escuelas para va-
rones pobres y se realizaban clases nocturnas para mujeres trabajadoras.
61
Todas las campañas y el trabajo realizado en el ámbito educativo, tan-
to por el gobierno colonial como por los grupos de mujeres desde 1910,
dieron sus frutos, pues se estima que en 1910 las niñas matriculadas en
escuelas primarias correspondían a un total de 1.146, cifra que aumen-
tó a 105.000 en 1930. En el caso de las jóvenes en escuelas secundarias,
para 1912 había un total de 283 matrículas, que aumentaron a 5.800 para
1931.
62
De la primera generación, especialmente, surgieron grandes mu-
jeres ilustradas coreanas.
Por otra parte, el Kunuhoe recibió una importante atención de la
prensa durante sus cuatro años de historia. Sin embargo, los artículos no
eran largos y contenían solo información entregada directamente de la
organización sobre sus actividades. Según Jung-Kim, se publicaron 188
artículos breves sobre el Kunuhoe en Tonga Ilbo entre 1927 y 1931, 127
artículos en Choson Ilbo entre 1927 y 1932, y 117 artículos en Chungoe
Ilbo entre 1927 y 1930.
63
Esto reejaría de alguna manera el interés públi-
co y periodístico que la organización representaba para una gran parte de
la sociedad coreana.
Finalmente, en 1931, el grupo se disolvió por una serie de causas inter-
nas y por el arresto de sus principales integrantes. Con respecto a las cau-
sas internas hay muchos supuestos, entre ellos, según los nacionalistas ra-
60
Jung-Kim, “Gender and modernity in colonial Korea”, 177.
61
Jung-Kim, “Gender and modernity in colonial Korea”, 177.
62
Yong-Ock Park, “The Women’s Modernization Movement in Korea”, en Vir-
tues in Conict, ed. S. Mattielli (Seoul, 1977): 108. Citado en Kumari Jayawarde-
na, Feminism and Nationalism in the Third World, 224.
63
Jung-Kim, “Gender and modernity in colonial Korea”, 175.
60
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Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
dicales y conservadores, a pesar de que habían alabado su participación en
las actividades nacionalistas, anticoloniales y anti feudales para promover
la liberación de la mujer, por n habían reconocido que la independencia
nacional y la independencia social estaban entrelazadas y que la liberación
de la mujer no podría situarse por encima del nacionalismo.
Según otros, tanto la facción nacionalista como la socialista habían tra-
bajado juntas en programas comunes hasta mediados de 1928. Sin embar-
go, a partir de ese momento los lideres cristianos cambiaron su enfoque
hacia una campaña rural dirigida por la YWCA en la que enviaban a jó-
venes educados al campo para enseñar a leer y escribir, aritmética básica
y otros medios para mejorar la vida de los campesinos rurales, sin haber
contado con las socialistas, lo que habría comenzado a crear desacuerdos
entre las líderes de ambos bandos.
Independientemente de los motivos reales de la ruptura, hay que te-
ner en cuenta que su trabajo como coalición ayudó no solo a crear lazos
entre diferentes ideologías, sino que en conjunto lograron pavimentar el
camino de los futuros movimientos feministas coreanos en la lucha por la
igualdad de género, clase y mejoras tanto de su situación social como labo-
ral. Además, junto con los primeros movimientos feministas, que se die-
ron en la última década del siglo XIX, las integrantes de esta agrupación
fueron agentes de cambios importantes dentro de esta sociedad coreana
tan jerarquizada, anticuada y llena de contradicciones.
Medios de comunicación como dispositivos de
acción
A lo largo de la historia la literatura se ha considerado un medio ecaz
para propagar nuevas formas de cultura. Además, tanto los libros como
los periódicos y revistas han sido valiosos depósitos de opiniones sobre las
diferentes civilizaciones, su historia y cultura, tanto para la época en que
se han escrito como para quienes estudian el pasado.
Aunque Corea, al igual que otros países de Asia y Oriente medio, tiene
una larga data de cultura impresa, las publicaciones periódicas no se rea-
lizaron hasta nales del siglo XIX. El principal obstáculo para ello eran
sin duda las bajas tasas de alfabetización. A pesar de que Corea contaba
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
61
con idioma y alfabeto
64
propio, las primeras publicaciones realizadas eran
especialmente escritas en chino, por lo que los principales lectores eran
los intelectuales y las clases más acomodadas. Cabe destacar que, incluso
después de que la mayoría de las publicaciones cambiaran de la escritura
china al hangul, la lectura de estas era mínima por parte de las clases so-
ciales más bajas.
No obstante, a partir del siglo XX, los periódicos y revistas se convir-
tieron rápidamente en una parte importante de la sociedad coreana, no
solo por utilizar lengua vernácula, sino también por ser un medio que
permitió dar un paso a la modernización. Los periódicos y revistas corea-
nas, sobre todo en aquellas publicadas después de la anexión de Corea a
Japón y de corte feminista, evidencian los esfuerzos que abogaban por la
autonomía política, la ideología nacionalista, la libertad y la igualdad, la
ética y la ciencia occidentales y la abolición de las prácticas tradicionales
en el estilo de vida.
Las primeras revistas femeninas coreanas fueron Kajong chapchi (Home
Journal, 1906-1907), Nyoja chinam (Women’s Guide, 1908) y Chason
puinhoe chapchi (Journal of Women’s Society for Charity, 1908)
65
. Estas
tres publicaciones periódicas nacieron con el objetivo principal de la edu-
cación femenina, sin embargo, incluían constantemente artículos de di-
versa índole, como el movimiento patriótico ilustrado, incluida la facción
que se encontraba en el extranjero, los derechos de la mujer, la igualdad de
género, la salud y la crianza de los hijos.
Tras el Movimiento del primero de marzo, las mujeres pudieron apro-
vechar el cambio de política colonial para publicar revistas destinadas a las
lectoras cultas para que expresaran sus propias ideas y cuestiones relativas
a la mujer.
66
Por un lado, las mujeres pudieron ser más francas y encon-
64
Hangul fue creado por el rey Sejon en 1443 y promulgado en 1447 con la pu-
blicación del Hunminjeongeum, el primer documento que presentaba el nuevo
alfabeto.
65
Jung-Kim, “Gender and modernity in colonial Korea”, 78.
66
Cheong-suk Kang, “Ilche kangjeomha,” en Hanguk yeoseong yeonguso (ed.,
Uri yeoseong euigeoksa, 1999): 332. Citado en Jennifer Jung-Kim, “Gender and
modernity in colonial Korea”, 171.
62
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
trar nuevas formas de expresarse. Al mismo tiempo, los nuevos medios
de comunicación no se limitaron a promover las causas de las mujeres.
También fueron un medio para propagar las restricciones impuestas por
las autoridades coloniales, la sociedad patriarcal, las empresas capitalistas
y otros organismos que pretendían limitar las actividades de las mujeres.
67
No obstante, cabe destacar que hubo varias revistas importantes de
interés general que a menudo incluían artículos sobre mujeres e inclu-
so algunos de estos artículos eran escritos por mujeres. Entre ellas se en-
cuentran Kaebyok (Creación, 1920-1923), Pyolgon’gon (Otro mundo,
1926-1934), Tonggwang (Luz del Este, 1926-1933) y Sindonga (Nueva
Asia Oriental, 1931-1936). Sin embargo, muchos de los artículos de estas
revistas fueron escritos por hombres para hombres.
68
Es decir, y aunque
había artículos que apoyaban a estas mujeres, muchos otros eran críticas
directas al actuar de las mujeres, a su participación social y política. Lo que
para muchos signicaba la destrucción de la sociedad e identidad coreana.
Durante la primera década de colonialismo japonés, las autoridades ja-
ponesas, mantuvieron una política restrictiva en los medios de comunica-
ción. Sin embargo, a pesar de los acontecimientos del primero de marzo
de 1919, hubo una reducción en los controles coloniales que permitió
que se activaran nuevas actividades culturales hasta 1929. Las mujeres co-
menzaron a participar activamente tanto en actividades culturales, como
sociales, económicas y políticas, pudiendo discutir temas como la mejora
del estilo de vida, la higiene, la economía, la ilustración femenina, las mu-
jeres trabajadoras, las actividades literarias y las mujeres proletarias.
Nacieron nuevas revistas femeninas, entre las que destaca la aparición
de Sin Yoja (Nueva Mujer) en 1920. Fundada por Kim Wonju (Il-yeop),
fue apoyada por grandes intelectuales, de ambos sexos, de la época, que
habían estudiado en Japón y América, y algunos misioneros. Se convirtió
rápidamente en una de las revistas más inuyentes de la época, no solo
por los temas tratados en ella sino porque fue la primera revista publica-
da, editada y escrita por mujeres coreanas en Corea, con una orientación
67
Jung-Kim, “Gender and modernity in colonial Korea”, 171.
68
Jung-Kim, “Gender and modernity in colonial Korea”, 78.
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
63
feminista distintiva. Sin Yoja le concedió una poderosa plataforma para
la cruzada de Kim para sus causas feministas, y expresaba claramente su
espíritu y ambición en su primer número:
... ¡Liberación! Esta es la llamada de las mujeres que han estado connadas
en las profundas y oscuras cámaras interiores durante miles de años… es una
afrenta a la humanidad tratar a las mujeres como esclavas, encerrándolas en
las habitaciones interiores porque se presume que son débiles. Si esta prác-
tica se opone claramente al camino de la humanidad, ¿cuánto tiempo más
podrá sobrevivir? ¿Cuánto tiempo más podrá mantener su poder e inuen-
cia? Esa era ha llegado a su n. Es hora de recticar los errores del pasado.
69
Con la misma fuerza que su primer artículo en la revista, Kim siguió
presionando continuamente por la mejora del estatus de las mujeres, los
cambios en las relaciones de género, por la necesidad de la educación de
las mujeres y por la auto iluminación de las mujeres. En los tres números
que le siguieron publicó: Uri shin yoja ui yogu wa chujang (Demandas y
reclamos de nuevas mujeres, Sin Yoja, n.° 2), Yoja ui chagak (Despertar
de la mujer, n.° 3) y Monjo hyonsangul tapahara (Primero, ¡Deshazte del
statu quo!, n.° 4)
70
.
Kim Yung-Hee señala que Kim Wonju también utilizó la revista como
espacio para divulgar las actividades literarias y artísticas de sus amigas.
Por ejemplo, en el primer número publicó el cuento de Kim Myongsun
titulado Chonyo ui kanun kil (El camino de una niña), que era una crítica
a la intromisión de los padres en los matrimonios de sus hijas. La pintora
Na Hyesok también contribuyó con un dibujo de Kim Wonju titulado
Kim Iryop ui haru (Rutina diaria de Kim Iryop), que capturaba el doble
papel de Kim esposa y editora de la revista. También apoyó las publicacio-
nes de la educadora Kim Hwallan, que la llevó a convertirse en una de las
colaboradoras habituales de la revista.
Wells señala que Sin Yoja fue no solo la primera revista feminista de
69
Yung-Hee Kim, “From subservience to autonomy: Kim Wonju’s “Awake-
ning””. Korean Studies; Honolulu, 21, 1. (1997): 6 [mi traducción]. https://
www.proquest.com/docview/220296042/fulltextPDF/A01D67892C7B4124P-
Q/1?accountid=14619
70
Yung-Hee Kim, “From subservience to autonomy”, 6.
64
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
Corea, sino que también sirvió como vehículo del pensamiento feminista
liberal que Na Hyesok proclamaba, lo que puede admirarse en los artícu-
los publicados por ella en la revista. Lamentablemente, la revista Sin Yoja,
al igual que otras, fue de muy corta duración, pero con mensajes convin-
centes y que lograron captar no solo a las mujeres coreanas, sino a un gru-
po importante de hombres que comenzaron a identicarse con su lucha.
La primera revista de larga duración fue Puin (Mujer, 1922-1923),
que luego cambió su nombre a Sin yosong (Nueva Mujer, 1923-1934). La
primera contó con 16 publicaciones, dirigidas principalmente a las muje-
res intelectuales, contenía artículos sobre la mejora de la condición de la
mujer, las mujeres misioneras y algunas referencias libres, así como otros
temas que giraban en torno a los objetivos que las mujeres cultas debían
mantener para obtener la misma condición que los hombres. Más tarde,
cuando cambió su nombre, ofreció un amplio abanico de temas relacio-
nados con la “nueva y moderna feminidad”, lo que contribuyó a la for-
mación de un nuevo discurso de género enfocado en la era moderna. Esta
revista contribuyó con 38 números, publicados entre 1 de septiembre de
1923 al 4 de abril de 1934.
71
También son destacables algunas de las revistas femeninas, como Yoja
kye (Women’s World, (1917-1921) y Kajong chapchi (Home Journal,
1922), las cuales se publicaron en Japón para las mujeres coreanas de ese
país. Esto demostraba que las feministas coreanas no solo se preocupaban
por la situación de las mujeres dentro de la península, sino que también
estaban mantenían informadas a sus compatriotas con los temas que se
estaban discutiendo en Corea y que podrían afectarlas en su regreso. A su
vez, era el medio para dar a conocer a sus vecinos que en Corea existía un
grupo de mujeres que seguía luchando a pesar de las circunstancias por su
emancipación e ilustración.
Jung-Kim y Choi también mencionan la revista Kunu, que se publicó
el 5 de mayo de 1929. Si bien esta revista no pasó de su primera publica-
ción, ofreció no solo a las mujeres, sino a todos quienes quisieran leerla,
una visión del trabajo del Kunuhoe. Al leer algunos de los artículos de esta
71
Jung-Kim, “Gender and modernity in colonial Korea”, 325.
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
65
se puede ver que la revista fue capaz de esbozar claramente los planes que
el movimiento tenía para su futuro, además de demostrar como aun cuan-
do existían diferentes ideologías, si se mantenían objetivos claros y rmes
se podía trabajar en un frente unido.
Esta revista, a diferencia de algunas de las antes mencionadas, también
permitía que personas dueñas de casa o trabajadoras de fábrica escribie-
ran, como forma de aumentar sus esperanzas y expectativas, de modo que
no se sentirían frustradas por su ignorancia. También aportó un artículo
que daba el punto de vista de un hombre sobre la Kunuhoe, en el que
decía que el desarrollo y la dirección de la Kunuhoe no eran sólo una cues-
tión de mujeres, sino que había hombres que querían ver la liberación de
las mujeres y que también tenían un interés en la Kunuhoe.
En los artículos de su único número, la revista también elogió el papel
de la educación y abogó por el empleo y la independencia económica de
las mujeres como medio para lograr la igualdad de género. Además, contó
con varios artículos de opinión, con columnas de consejos e incluía algu-
nas obras cortas de cción.
Conclusión
La crisis interna del reino Joseon, tras su apertura y la llegada de la mo-
dernización, trajo consigo la implementación urgente de reformas edu-
cacionales que permitieron asegurar la modernización de la nación y ase-
gurar la independencia. Las reformas educacionales se pueden identicar
como el factor de origen de los movimientos femeninos debido a que el
Movimiento de Salvación Nacional fue el motor impulsor para que las
mujeres pudieran dar el primer paso para su educación.
Si bien los misioneros extranjeros jugaron un papel importante, fue-
ron las asociaciones femeninas, especialmente aquellas formadas por las
mismas mujeres coreanas, las que dieron paso a que muchas de las partici-
pantes de esta primera generación de mujeres ilustradas pudieran abrir sus
ojos a su entorno y que fueran consientes de sí mismas. En su conjunto,
la nación coreana, los misioneros cristianos y los movimientos femeninos
de Corea fundaron alrededor de 3000 escuelas en todo el país. Escuelas
que formaron a las verdaderas pioneras del feminismo coreano y que abri-
66
Revista Internacional de Estudios Asiáticos,
Vol. 2(1): 34-71, Enero-Junio 2023.
rían las puertas para que otras vinieran tras ellas persiguiendo un sueño de
igualdad e independencia.
La educación, como he mencionado anteriormente, es sin lugar a duda
la base que en cualquier sociedad ha llevado a sus miembros a contemplar
otros aspectos, que tal vez no tenían en cuenta por sentir que no tenían
los recursos o solamente porque no sabían que existían. Tal como ha ocu-
rrido en el caso de las mujeres a lo largo de la historia.
Por otra parte, los medios de comunicación han sido difusores muy im-
portantes y seguirán siéndolo en el futuro de las ideas y conocimientos. Es
destacable que, en esta época, a pesar de todas las censuras y restricciones
que el gobierno de Japón había impuesto sobre los periódicos y revistas,
aun así, las asociaciones y los movimientos de resistencia comenzaran a
publicar sus propias revistas, especialmente las de mujeres que expresaban
abiertamente su pensamiento y resistencia.
Las revistas femeninas de comienzo de siglo XX permitieron la cons-
trucción de una visión de la sociedad coreana, de los roles y los derechos
de las mujeres, diferente a la que podría imaginarse. Por lo general, los
libros occidentales sobre Asía presentan una sociedad muy cuadrada, ce-
rrada, jerarquizada y el a su cultura. En el caso de las mujeres, las presen-
tan como sumisas, incapaces de pensar en transgredir las normas. Sin em-
bargo, las variadas revistas femeninas existentes a comienzos del siglo XX
proporcionan una visión importante de los problemas de las mujeres y de
cómo se fue construyendo la Nueva Mujer, la mujer moderna, que quiere
ser socialmente reconocida y que lucha no solo por su bienestar personal,
sino que es capaz de luchar a la par de los hombres por un bien nacional.
Además, hay que destacar que los artículos fueron escritos por diferen-
tes mujeres, de diferentes estratos sociales, entre ellas, las kisaeng, que tu-
vieron su propia revista, llamada Changhan (Arrepentimiento duradero,
1927), cuyas publicaciones giraban en torno a reclamos para la elimina-
ción de su profesión o que hubiera un cambio signicativo en ella. Otras
revistas femeninas clave del periodo colonial fueron Yosong Choson, 1930-
1932; Sin kajong, 1933-1936; Sindonga, 1931-1936, y Yosong, 1936-1940,
publicadas para mujeres por el periódico Choson Ilbo.
Judith Mellado Sanhueza | Pioneras del feminismo coreano
67
En resumen, Corea, tras su apertura y la llegada de la modernización,
debió enfrentar cambios importantes en su estructura política, económi-
ca y social. Cambios que detonaron como factor de origen en los mo-
vimientos feministas, pues impulsaron la implementación de reformas
educacionales que incluyeron a las mujeres y abrieron paso a un cambio
de mentalidad femenina. Además, se destacan el Chanyanghoe y el Kunu-
hoe, como los movimientos que permitieron desarrollar los primeros
lineamientos feministas y establecer dispositivos de acción para que las
mujeres pudieran insertarse en el plano social y político. Si bien, los movi-
mientos disminuyeron durante los años de la Guerra del Pacíco y las re-
vistas femeninas, durante la década de 1930 y tras los controles coloniales
cada vez más estrictos, comenzaron a dejar de ser publicadas paralizando
denitivamente entre 1940 y 1945, retomaron sus publicaciones cuando
terminó la Guerra del Pacíco y Corea por n se liberó del colonialismo
japonés.
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