Percepción adulta sobre la jerga adolescente en los cantones de Puntarenas y Esparza de Costa Rica
Jonnathan Salas Alvarado
Sede del Pacífico
Universidad de Costa Rica
Resumen
El lenguaje es un elemento vivo y en constante cambio necesario para la comunicación entre grupos; sin embargo, es inevitable que este varíe y genere dificultades para los interlocutores. La edad es uno de los aspectos que produce más variaciones lingüísticas. Los adolescentes son probablemente quienes más cambios realizan en una lengua y crean, con ello, sus propios códigos de comunicación o jerga. Este artículo presenta el resultado de un estudio acerca de la percepción de la población adulta sobre la jerga adolescente utilizada en los cantones de Puntarenas y Esparza, Costa Rica. Se busca conocer la opinión de los adultos acerca del lenguaje juvenil, origen y distribución, sus similitudes y diferencias con el lenguaje adulto, entre otros aspectos. A su vez, estos resultados se contrastan con la opinión de un grupo de adolescentes de tres instituciones de educación secundaria, una del cantón central de Puntarenas y dos del cantón de Esparza. El estudio contó con la participación de 150 adultos y 66 adolescentes.
Palabras claves: jerga, adultos, adolescentes, lenguaje, actitudes lingüísticas
Abstract
Language is a living and constantly changing element that groups of people need in order to communicate with each other; however, it is inevitable that it varies generating difficulties for the interlocutors. Age is one of the aspects that produces more linguistic variations. Adolescents are probably the ones that make the most changes in a language and thus create their own codes of communication or jargon. This article presents the results of a study about the perception of the adult population on the teen jargon used in the cantons of Puntarenas and Esparza, in Costa Rica. It aims to know the opinion of adults about teen language, its origin and distribution, its similarities and differences with adult language, among other aspects. These results are contrasted with the opinion of a group of adolescents from three institutions of secondary education, one from the Central canton of Puntarenas and two from the canton of Esparza. The study was carried out with the participation of 150 adults and 66 adolescents.
Key words: jargon, adults, adolescents, language, linguistic attitudes
Introducción
La adolescencia es probablemente una de las etapas más convulsas para los seres humanos; es un período lleno de cambios e inseguridades. Asimismo, es un momento para entenderse y autodescubrirse, para construir una identidad propia y más fuerte. Urresti (2000) ve en la adolescencia un periodo en el cual los seres humanos se definen en relación con el lugar que ocupan en la serie de las generaciones. Esta etapa, amplía el autor, da inicio en la pubertad y continúa hasta el momento en el que se ha alcanzado autonomía y hecho una vida propia. Es, por tanto, un proceso que comprende varios años en los cuales existen una constante prueba y error en relación con la construcción de una personalidad, una autoestima y una identidad propia; es el descubrimiento del ser como tal.
En relación con esto —amplía Efron (1998), quien es citado por Weissman (2005)—, durante este período es necesario que las personas logren realizar tres operaciones básicas: la construcción de la identidad, la edificación del espacio subjetivo y el alcance de un proceso de emancipación. Se podría decir que en el momento en el cual la persona logra estos tres objetivos entra entonces a una edad adulta.
Los adolescentes son seres complejos vistos desde una óptica adulta. Según Weissman, tienden a presentar algunas manifestaciones que pueden ir desde una falta de interés por su apariencia física, un bajo rendimiento escolar y provocación directa a los adultos, hasta la incursión en actividades que pueden poner en peligro su integridad y su salud como, por ejemplo, la sexualidad prematura, el abuso de alcohol y drogas, y los trastornos alimenticios.
Al ser la adolescencia un período tan cambiante y relativo al entorno y a los intereses sociales de un momento específico, es complejo para los adultos comprenderlo a cabalidad, a pesar de saber que ellos mismos pasaron por algo similar. Esta es una de las razones por las cuales se crean las brechas generacionales que, en muchas ocasiones, dan inicio a conflictos entre padres e hijos. Esto motiva a los jóvenes a mantenerse al margen y lo más alejados que sea posible de sus padres; se da, por ende, un acercamiento a personas como ellos: sus grupos de pares. Con este grupo logran compartir sus ideales, intereses y preocupaciones. Aguilar, Pérez y Víquez (2007) apuntan que “en una y otra situación social se consideran rasgos inherentes al período juvenil, tales como la tensión entre la búsqueda de identidad, la necesidad de diferenciación de los padres y la búsqueda de aceptación por parte del grupo de pares” (p. 20). Esta búsqueda de identidad a veces se realiza mediante una serie de actividades o comportamientos, entre los cuales destacan la tendencia a la rebeldía y el desafío a la autoridad. Por ello, no es de extrañar que en muchos casos se vea a los adolescentes como irrespetuosos y faltos de límites.
Como parte del proceso de adolescencia, y particularmente del proceso de rebeldía o, más bien, de diferenciación que buscan los jóvenes de los adultos, nace la jerga adolescente. Es importante recordar que el lenguaje, particularmente el oral, es el medio de expresión por excelencia que tienen los seres humanos, el cual es cambiante y diverso, y está en constante evolución. Ramírez (2009) menciona que el lenguaje de los jóvenes “se caracteriza por ser contracultural, puesto que los jóvenes rechazan la forma de vida de los adultos, sus comportamientos y su sistema de valores” (p. 65). Mediante este lenguaje, los adolescentes tratan de diferenciarse de la población adulta e intentan limitar, además, el acceso a la información que estos tienen; si logran crear códigos que los adultos no comprendan, les será más fácil poder expresarse libremente sin necesidad de que sus mayores se den cuenta de lo que dicen, piensan o sienten.
Generalmente, se habla mucho acerca del lenguaje adolescente, sus características y las razones por las cuales se genera y se reproduce. Sin embargo, en pocas ocasiones, nos cuestionamos la percepción de los adultos en cuanto a este. Pensando en el hecho de que los adolescentes crean y utilizan su jerga con el afán de diferenciarse de la población adulta y de que esta no sea capaz de comprender lo que comunican mediante su variante léxica, sería interesante conocer la opinión de las personas al respecto.
El presente artículo busca dar a conocer la percepción de un grupo de adultos de diferentes contextos y localidades acerca del lenguaje adolescente. La idea es mostrar con esto la manera en que la población adulta ve la jerga adolescente, las razones por las cuales ellos creen que se crea, las diferencias que existen en relación a su propia variante lingüística.
Conceptos importantes para el
estudio
Definición de adultez
El desarrollo del ser humano es un proceso que se logra poco a poco y cada etapa es muy diferente a la otra. El niño empieza a descubrir el mundo, a entenderse como un ser humano independiente y diferente a su madre; con ello, comienza su proceso de aprendizaje y socialización. Una vez llegado a la adolescencia, el ser humano inicia la búsqueda de sí mismo, de su personalidad, de su individualidad hasta llegar a una edad adulta que tiene otras características. Por ejemplo, Fernández (2000) menciona el hecho de que entre los 20 y los 40 años los seres humanos presentan cambios. Durante esas dos décadas, las personas van a tomar decisiones con respecto a su salud, su vida, entre otras; esas decisiones, menciona el autor, “han de afectar al resto de la vida” (Fernández, 2000, p. 8).
Fernández (2000) también menciona que “para la sociedad, estos años son los más importantes de toda la vida” (p. 8). Se da mucha importancia a lo que haga la persona, sus actividades, sus decisiones, la forma en la que maneja sus problemas y sus preocupaciones. Mucho de lo que estas personas realicen en este punto de sus vidas va a marcar el curso de esta en relación con varios aspectos: sociales, fisiológicos, económicos, entre otros.
El ser humano, al llegar a la adultez, debe asumir roles que anteriormente le eran muy ajenos e incomprensibles; es cuando debe convertirse en trabajador, esposo o esposa, padre o madre, ser responsable o al menos eso es lo que se espera. Por eso, el adolescente que se rebelaba en contra de los mayores es ahora uno de ellos.
Es importante establecer una distinción entre la adolescencia, la juventud y la edad adulta. Las dos primeras, aunque similares, son muy diferentes entre sí. La adolescencia es el paso de la niñez a la juventud; es una etapa llena de cambios físicos, emocionales y cognitivos. Para los efectos de este artículo, será comprendida entre los 12 y los 18 años. Este es el periodo en el que un ser humano generalmente se encuentra cursando sus estudios de educación secundaria. En el caso de la juventud, que para algunos se denomina edad adulta emergente, es un periodo cuando las personas deben decidir sobre sus vidas de una manera más seria y las decisiones que se tomen pueden tener una repercusión importante en lo que deseen hacer en el futuro. En esta etapa de la vida, las personas eligen qué estudiar, consiguen trabajo, algunos se casan y tienen hijos, inician proyectos de vida y definen un norte por seguir; podemos hablar de un periodo que va de los 18 a los 30 años. Finalmente, la edad adulta que, para los fines de este estudio, va más allá de los 30 años, se caracteriza —según Arnett (2007), a quien citan Viladot y Esteban (2011)— por “la plena emancipación familiar, independencia económica y la creación de la propia vida familiar” (p. 235). Por otra parte, según lo mencionan Zapata, Cano y Moyá (2002), la adultez, desde un punto de vista psicosocial, al menos en las sociedades occidentales, es “el estadio de la asunción plena de responsabilidades: procreación y cuidado de la familia, educación y transmisión de las pautas normativas de la sociedad, trabajo y producción en el sistema económico que nos caracteriza” (p.18).
Según Viladot y Esteban (2011), existen diferencias entre estos grupos etarios en términos conductuales y cognitivos; por ejemplo, adolescentes y jóvenes tienden a ser más idealistas en tanto que el adulto en general es más cauto y realista. Jóvenes y adolescentes suelen ser más radicales en sus enunciados y valoraciones; se puede decir que son hasta más egoístas. El adulto por su parte, dependiendo de su realidad, debe aprender a pensar en otros y además tiende a pensar más lo que hace o dice.
Prestigio lingüístico
López (1997) considera que “la aparición de la comunicación lingüística entre individuos de una misma especie es uno de los logros más sobresalientes de la evolución” (p. 4). El solo hecho de que los seres humanos sean capaces de comunicarse y entenderse entre sí hace que las sociedades puedan avanzar de manera exitosa; sin embargo, el lenguaje es tan variado como los mismos seres humanos. Todas las sociedades, grupos de personas y seres humanos manejan cierto repertorio de palabras y frases que usan para comunicarse; son códigos compartidos y socialmente aceptados.
Cada país o región tiene sus variantes lingüísticas que los diferencian y, en muchos casos, les dan cierta identidad que a la larga logra generar una mayor cohesión social entre sus hablantes. Sin embargo, es muy difícil pensar que dentro de un país o región, por más pequeña que esta sea, todos sus hablantes van a manejar una misma versión de una lengua determinada.
Hay muchos aspectos que tienen influencia en las variantes lingüísticas: la ubicación geográfica, el género, la clase social, la ocupación y la edad. No es lo mismo escuchar a una mujer de clase baja, de mediana edad, quien vive en una zona rural, que escuchar a una mujer de la misma edad, de clase alta y citadina. Eso es fácil de comprender: ambas mujeres pertenecen a una realidad y a un contexto bastante diferentes. No obstante, lo verdaderamente interesante es escuchar a personas de la misma clase social, con un contexto bastante similar, que cohabitan bajo un mismo techo hablando de manera completamente distinta. Esta situación es algo común en muchos de los hogares alrededor del mundo; me refiero a las diferencias entre el lenguaje adulto y el de los adolescentes.
El lenguaje adulto se puede entender como lo “normal”, lo “estándar” o lo “formal”; sin embargo, es bien sabido que no existe un lenguaje normal, estándar o formal. Hay algunas variantes de una lengua que gozan de cierto prestigio lingüístico y suelen ser consideradas como lo normal, lo que se espera que todo individuo reproduzca. Sobre este aspecto, Salazar (2015) considera que “desde el punto de vista social, se reconoce el valor del prestigio que adquiere una variedad frente a otra, ya que las diferencias dialectales generan ciertas actitudes sociales que hacen que unas lenguas sean valoradas de forma positiva y otras de forma negativa” (p. 42).
En relación con el prestigio lingüístico, Hernández y Campoy (s.f.), a quienes cita Salazar (2015), consideran que es el “comportamiento lingüístico motivado por las actitudes sociales adoptadas ante determinadas formas lingüísticas que se refieren a la estima que adquieren algunas variedades dialectales, acentos o incluso rasgos lingüísticos determinados, como consecuencia de una reputación adquirida o atribuida” (pp. 43-44).
Al hablar de prestigio lingüístico, podemos decir que se trata de cierto nivel de aceptación del que goza algún aspecto o variante lingüística debido a alguna característica particular o una situación socioeconómica y cultural. Así, por ejemplo, es de esperar que la variante lingüística de la clase alta de una sociedad o al menos la variante lingüística usada en una ciudad grande e importante tenga mayor prestigio que la que se usa en una pequeña zona rural por un grupo de personas de clase baja. De tal forma, los hablantes de otras variedades consideran incluso que esa es la forma correcta y educada (prestigiosa) de hablar.
Ante lo ya expuesto, es posible entender que la variante lingüística de los adultos tenga mayor prestigio, pues estos poseen autoridad y poder sobre sus hijos: niños y adolescentes. En el caso de los niños, su lenguaje está en construcción y generalmente no hay mucha discusión al respecto debido a esta razón; no obstante, en lo que concierne a los adolescentes, sí existe mucha controversia y hasta disconformidad por parte de algunos adultos debido a la forma en la que hablan. Los adolescentes, según lo establece Eckert (2004), son individuos se están convirtiendo en adultos pero sistemáticamente se les niegan los roles de las personas mayores. La sociedad los confina en instituciones educativas por horas, donde deben compartir con personas de su misma edad y se les aísla de la esfera adulta.
A los adultos, de acuerdo con Eckert (2004), les gusta pensar que poseen identidades estables que no son influenciadas por modas y opiniones, lo cual, a todas luces, no es cierto. Las personas adultas no ven en sus variantes lingüísticas un problema; consideran, en cambio, que las variantes de los adolescentes son poco precisas, irrespetuosas, vulgares y hasta extrañas. Eckert (2004) menciona que este mundo está lleno de personas que consideran que ellas mismas no tienen un acento y que su forma de hablar es normal o neutral; esto es probablemente lo que pasa con relación con el lenguaje adulto. De hecho, es particularmente difícil encontrar fuentes que describan el lenguaje adulto, pero sí es bastante común encontrar estudios que hablen acerca de las características del lenguaje adolescente y las razones de su uso.
Actitudes lingüísticas
Las lenguas, al ser un fenómeno social, están íntimamente ligadas a los grupos de personas que hacen uso de ellas y van a generar en sus usuarios un sentimiento de pertenencia o de identidad, que provocará de una u otra forma que los usuarios de una lengua específica generen ideas —algunas veces acertadas, otras no— acerca de su lengua o variante lingüística y la lengua o variante lingüística de otros grupos. En este punto, aparece el término actitudes lingüísticas que se define, según Sinave (2009), como “reacciones, opiniones y prejuicios” (p. 11) suscitados en individuos de la sociedad. Las actitudes lingüísticas, continúa Sinave (2009), “hacen referencia a la postura valorativa del individuo hacia fenómenos específicos de una lengua o, incluso, hacia dialectos o diasistemas completos” (p. 11). Lo que sucede es que existen grupos que se basan en diversos aspectos, algunos o más bien muchos sin fundamento, para considerar que una lengua o variante lingüística es mejor que otra, a pesar de saber que no es posible determinar la creencia de que existan lenguas más primitivas o simples que otras. Las actitudes lingüísticas, en muchas ocasiones, vienen a provocar discriminación lingüística sobre ciertas variantes o lenguas, según Sinave (2009), se deriva de las actitudes negativas hacia ciertas variedades y no se puede basar en criterios gramaticales o lingüísticos, sino que solamente se puede justificar por especulaciones sociales (p. 16).
Sinave (2009) considera que los estudios sociolingüísticos realizados sobre las actitudes lingüísticas se pueden dividir en tres categorías:
los que se orientan más hacia la evaluación de la lengua en sí (si se considera “hermosa” o “fea”, “rica” o “pobre”, etc.); los que se concentran más en la significación social de la lengua o las impresiones estereotipadas hacia una variedad lingüística, su función y sus hablantes (si, por ejemplo, se considera apropiada tal variedad en tal contexto); y los que se interesan por la puesta en práctica o las repercusiones de ciertas actitudes lingüísticas, como en el caso de la planificación lingüística, del proceso de aprendizaje de la lengua o de la lengua en su contexto educativo. (p. 17)
En el caso de los adultos, en muchos casos, poseen actitudes lingüísticas muy negativas hacia el lenguaje adolescente; muchos lo consideran inferior y viciado, irrespetuoso y vulgar. Los jóvenes, según Aguilar, Pérez y Víquez (2007), son vistos como “irrespetuosos y con tendencia a quebrantar las reglas o límites impuestos” (p. 27). En otros casos, continúan los autores, se ve a los jóvenes como carentes de valores y se dividen en dos grupos: los buenos y los malos. Al tener ese tipo de opiniones acerca del grupo de jóvenes, es de esperar que la percepción o, más bien, las actitudes lingüísticas hacia la jerga adolescente por parte de muchos no sean del todo positivas.
Metodología y participantes
Este artículo se origina en el proyecto de investigación “Factores que influyen en el desarrollo y utilización de la jerga juvenil de los y las estudiantes de undécimo año de Liceo Emiliano Odio Madrigal, el Colegio Laboratorio del CUP y el Colegio Técnico profesional de Esparza”, inscrito en la Universidad de Costa Rica. En un principio, el proyecto buscaba conocer la jerga juvenil de la población adolescente de las instituciones ya mencionadas, así como las razones que motivan a hacer uso de las palabras y frases que forman parte de la jerga. Sin embargo, durante el proceso investigativo surgió la necesidad de conocer la percepción de las personas acerca de la jerga juvenil, pues se estaba considerando únicamente la opinión y percepción de la población juvenil pero no la de otro tipo de población para lograr una mejor comprensión del fenómeno en estudio.
Se decide entonces hacer una revisión bibliográfica sobre el tema y posteriormente se elabora un instrumento que consta de doce preguntas entre abiertas y cerradas que, a grandes rasgos, buscan conocer la opinión de un grupo considerable de personas adultas acerca de la jerga juvenil, su percepción, la manera en que consideran su lenguaje diferente o similar al de los jóvenes, las razones que consideran influyentes en la creación y utilización de esta variante lingüística, entre otros aspectos.
Dado que previamente se había trabajado con 66 estudiantes de tres instituciones de educación secundaria localizadas en distintos puntos con características diferentes entre sí, se decide aplicar el instrumento elaborado a personas habitantes de las comunidades a las cuales estos estudiantes pertenecían; por tanto, se aplica el instrumento a 50 personas adultas (de más de 30 años) en la ciudad de Puntarenas, donde se encuentra el Colegio Laboratorio del CUP; 50 participantes del centro de la ciudad de Esparza y la comunidad de Marañonal en la que se encuentra el Liceo Emiliano Odio Madrigal; y finalmente se aplica el instrumento a 50 personas de las comunidades rurales del cantón de Esparza, de las cuales provienen los estudiantes del Colegio Técnico Profesional de Esparza. En total, se aplica el instrumento a 150 personas entre hombres y mujeres mayores de 30 años.
Posteriormente a la aplicación del instrumento, se procede a realizar el análisis de la información obtenida, la cual se contrasta con algunos datos obtenidos durante las primeras etapas del estudio en las que se trabajó únicamente con adolescentes. Lo anterior con el objetivo de tener una visión más clara del fenómeno estudiado.
Análisis de datos
La totalidad de la población participante en el estudio tiene contacto con adolescentes: hijos, nietos, sobrinos, vecinos, estudiantes, entre otros. Un 98,6% de los participantes afirma que el lenguaje que usan los adolescentes es diferente al suyo en tanto que únicamente un 1,33% de la población considera que ambas variantes lingüísticas son iguales.
Se puede apreciar, entonces, que casi la totalidad de los adultos entrevistados se diferencia de la población juvenil en términos lingüísticos; en otras palabras, tienen claro que su variante lingüística es diferente a la jerga de los adolescentes a su alrededor. De hecho, participantes del estudio consideran, en su mayoría, que el lenguaje adolescente se diferencia del suyo en términos de vocabulario (77,3%); en tanto que un 17,3% lo encuentra distinto en la pronunciación de algunas palabras; un 5,3% ve desemejanzas en otros aspectos como la gramática. Como aspecto interesante, en el estudio que se realizó con la población adolescente, la mayoría coincide en que las diferencias entre su lenguaje y el de los adultos radica básicamente en el vocabulario.
En efecto, en la mayoría de los casos, las diferencias entre las variantes lingüísticas se encuentran en aspectos léxicos; particularmente, si se trata de variantes habladas en una misma región como es el caso del fenómeno estudiado. Los jóvenes tienen su jerga y dentro de esta crean y utilizan distintas palabras. La creación y reproducción de estas palabras puede ser atribuida a muchos aspectos. Según la percepción de los adolescentes de la población estudiada en la primera parte de la investigación, un total de 66 estudiantes entre los 16 y los 18 años de edad de tres instituciones educativas diferentes, atribuyen las diferencias al uso de redes sociales y a la interacción con otras personas; en el caso de los adultos participantes, las variaciones en el lenguaje adolescente son atribuidas al uso de redes sociales (67,3%); como segundo aspecto, se menciona la televisión (27,3%).
Es interesante ver cómo ambos grupos etarios atribuyen el origen de la jerga adolescente a las redes sociales. Estamos en una era digital en la cual los medios de comunicación más expeditos van a tener más peso en las personas y en la forma en la que estas se comportan y se relacionan entre sí.
Al consultar a la población adulta su percepción acerca del lenguaje juvenil un 27,9% lo encuentra interesante, un 51,9% considera que este es confuso y únicamente un 19,9% lo considera aburrido. Por su parte, la población adolescente considera en un 78% que su lenguaje es en efecto distinto al de la población adulta y además consideran que el lenguaje adulto es interesante (50%), otros lo encuentran aburrido (30%) y el 20% restante simplemente considera que no existen grandes diferencias entre uno y el otro. Ante estos datos es importante ver cómo la población adulta encuentra la jerga adolescente confusa, le resta importancia o la considera simplemente difícil de entender; en tanto que la población adolescente encuentra, en su mayoría, que el lenguaje adulto es interesante; de hecho, varios lo califican como culto. En este caso es posible mencionar que la variante utilizada por los adultos puede gozar de más importante que la adolescente y que estos, a pesar de oponerse a los adultos en muchas cosas, ven en su variante lingüística algo más prestigioso que lo que ellos utilizan.
En relación con la opinión de la población adulta acerca del lugar en el que ellos creen que los adolescente hacen más uso de su jerga, un 61,3% considera que es en la calle; en tanto que un 29,9% cree que lo hacen en el colegio; y finalmente un 8,6% dice que es en sus casas de habitación. En el caso de los participantes adolescentes la mayoría dice hacer uso de su jerga en el colegio y en la calle. En este caso, es posible pensar que al no estar los adultos en contacto con la población adolescente mientras se encuentran en el colegio no consideren que estos hacen uso de su jerga ahí, particularmente también por el hecho de que se espera que en una institución educativa, los jóvenes manejen un vocabulario más culto y educado. Probablemente la población adulta en su mayoría apunta a un mayor uso de la jerga adolescente en la calle debido a que en este lugar tienen mayores posibilidades de escuchar a los adolescentes hablando.
Parte importante de lo que busca entender este estudio es la razón o razones por las cuales los jóvenes hacen uso de su jerga. La mayoría de los autores apunta al hecho de que los jóvenes desean no ser entendidos por personas ajenas a su grupo de pares y esta es la razón principal por la cual están constantemente modificando sus códigos lingüísticos. Por otra parte, otros autores apuntan al deseo de pertenencia que tienen muchos jóvenes, pues estas personas necesitan sentirse aceptadas dentro de su grupo de amigos; por ello, tienden a hacer uso de ciertas palabras. Ante esto, es importante analizar las opiniones de quienes participaron del estudio. En el caso de la población de adultos, un 45,3% considera que la jerga es simplemente una moda, un 37,3% la ve como parte de lo que deben hacer los adolescentes para ser aceptados dentro de sus grupos de amigos, y únicamente un 17,3% apunta al hecho de que hacen uso de su jerga para no ser entendidos por la población adulta. Por otra parte, la población adolescente dice hacer uso de su jerga para poder estrechar los lazos con su grupo de pares (74%), un 17% dice hacerlo simplemente para estar a la moda y únicamente un 13% dice hacerlo para no ser entendido por personas ajenas a su círculo social, particularmente los adultos.
La percepción adulta del lenguaje adolescente no es positiva; de hecho, al consultarles a los participantes su opinión acerca de esta variante lingüística, la mayoría considera que es irrespetuosa y vulgar, y que se ve influenciada por la tecnología y los amigos; la caracterizan por un mal empleo del vocabulario y demuestra una clara pérdida de valores y falta de cultura y educación.
Claramente existe una percepción bastante negativa y hostil hacia la jerga adolescente por parte de los participantes adultos y esto hace que la comunicación entre ellos se vea afecta. Por ejemplo, al consultarle a la población adulta si era capaz de comprender cuando escucha a dos o más adolescentes hablando entre sí, un 50,6% dice que a veces logra comprenderlos, un 29,3% dice poder entenderlos casi siempre, un 13,3% dice casi nunca poder comprenderlos, un 2,6% dice siempre ser capaz de entenderlos y únicamente un 1,9% dice nunca entenderlos.
Ante la situación descrita, se consulta a los participantes adultos si preguntan el significado de ciertas frases y palabras a los adolescentes cuando no son capaces de comprenderlas. Ante esto, un 50,6% dice sí hacerlo y un 49,3% dice sí hacerlo [sic]. Nos encontramos ante criterios muy divididos. En algunos casos, es probable que no exista interés alguno en la jerga adolescente y esa sea la razón por la cual no se consulta al respecto; en otros
casos, es probable que exista una necesidad de comunicación y eso genere interés por conocer el significado de ciertas frases o palabras pertenecientes a la jerga adolescente.
Finalmente, se le consulta a la población adulta si en algún momento hace uso de palabras o frases pertenecientes a la jerga adolescente y un 63,3% dice no hacerlo en tanto que un 36,6% dice sí hacerlo. Es importante recordar que, para la población adulta en general, la jerga adolescente carece de prestigio y el hecho de hacer uso de esta podría poner en juego su posición como personas adultas, cultas y educadas. Sin embargo, al consultarle a esta población si han escuchado a otros adultos haciendo uso de la jerga adolescente, un 56,6% dice que sí lo ha hecho y un 43,3% dice no haber escuchado a adultos hacer uso de palabras o frases pertenecientes a esta variedad lingüística. En este caso, se puede pensar que los porcentajes cambian y se puede decir que hasta podrían invertirse debido al hecho de que la manera en la que cada persona se percibe a sí misma es muy diferente a la manera en la que perciben a otros; por tanto, a pesar que ellos mismos hagan uso de la jerga adolescente, en ocasiones no van a aceptarlo puesto que ello implica poner en juego su prestigio lingüístico pero sí es más fácil señalar a otros como los individuos que caen en esta práctica. Se puede pensar entonces que en efecto los adultos de una u otra forma en algún momento hacen uso de la jerga juvenil, aunque no lo acepten.
Conclusiones
Las variaciones lingüísticas son constantes, innegables y hasta cierto punto necesarias. La lengua es de cierta forma un ser vivo que cambia, evoluciona y se desarrolla en distintos contextos y momentos.
El desarrollo humano va de la mano con el desarrollo del lenguaje y el lenguaje es la herramienta por excelencia que va ayudar a los seres humanos a comunicarse, interactuar y con ello lograr el desarrollo de las sociedades o grupos a los que pertenecen. Los adolescentes llegan a un punto de su desarrollo social y cognitivo en el cual ya dejan de ser niños que complacían los deseos de los adultos (padres, abuelos, tíos, etc) y comienzan a buscarse a sí mismos, a llenar a sus expectativas y a convertirse en seres más autónomos. Como parte de este proceso, necesitan hacerle saber a los adultos que ya no tienen todo el control sobre ellos y como parte de este proceso deciden alejarse de los adultos y acercarse a sus semejantes: sus pares. Al pasar tanto tiempo con sus pares, desarrollan códigos de comunicación que en muchas ocasiones distan de los establecidos por los estándares sociales. Estos códigos de comunicación van a servir para darles unidad y sentido de pertenencia con sus pares y, a la vez, les va a permitir crear ciertas barreras con los adultos y con ello poder distanciarse de estos.
Los adultos, en la mayoría de los casos, no ven en la jerga adolescente una parte importante del proceso de desarrollo de los jóvenes; más bien, tienden a verlo como una clara forma de rebeldía; por esto, tienden a desprestigiarla pues, de todas formas, esa jerga no cuenta con el prestigio lingüístico que tiene el lenguaje adulto. Al generarse esta percepción, es muy difícil que logren comprender los códigos comunicativos que forman parte de esa jerga.
La población adulta que se tomó en cuenta para este estudio tiene una clara posición ante la jerga adolescente. Esta, según su opinión, es grosera, inapropiada, vulgar, irrespetuosa, alejada de las formas lingüísticas correctas; por ende, no vale la pena querer comprenderla. La población adolescente, por su parte, aún ve en el lenguaje adulto una manifestación lingüística culta e interesante. A pesar de lo ya expuesto, esta población aún tiene una actitud lingüística favorable sobre el lenguaje adulto y de hecho hace uso de este cuando es necesario.
El origen del lenguaje juvenil parece estar muy ligado al uso de nuevas tecnologías, particularmente a las redes sociales. Parece ser que la inmediatez que caracteriza a las redes sociales ha cambiado la manera en la que los jóvenes interactúan entre sí y es en medio de esto en donde se crea y se reproduce la jerga adolescente. Los adultos por su parte no son nativos tecnológicos y esta es un poco la disfunción de su realidad inmediata.
Existe una idea dentro de la población adulta de que la jerga adolescente es más utilizada en la calle, en un ambiente más informal, pero esta creencia contrasta mucho con la realidad expuesta por la población juvenil en la cual aseguran que el lugar donde se usa más la jerga adolescente es en el colegio. Esto es lógico porque es en las intuiciones de educación secundaria en donde los jóvenes pasan más tiempo juntos y pueden interactuar más libremente sin ser supervisados por sus padres o encargados; existe mayor
libertad de ser sin llegar a ser juzgados por sus pares.
Por último, es importante recordar que los cambios lingüísticos siempre existirán y que la brecha generacional entre adolescentes y adultos seguirá formando parte de la realidad social. Sin embargo, sería prudente que la población adulta, que se supone es madura y con una identidad ya construida, sea capaz de comprender procesos y fenómenos de mejor forma que los adolescentes y busquen acercarse a ellos, comprender más lo que viven y no temerles. Aprender acerca de la jerga adolescente, ser capaces de entender lo que los jóvenes dicen, podría fortalecer los vínculos en las familias y podría iniciar un cambio en los paradigmas tradicionales.
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Zapata, R., Cano, A. y Moyá, J. (2002). “Tareas del desarrollo de la edad adulta”. Psiquis. 23 (5), 185-197. Recuperado de http://extension.uned.es/archivos_publicos/webex_actividades/4805/bienestarivj2.pdf
Anexos
Instrumento de investigación
Este instrumento es parte del proceso de investigación del proyecto “Factores que influyen en la creación y distribución de la jerga adolescente de tres colegios de la zona de Puntarenas”. La información que nos conceda será de carácter confidencial y únicamente se utilizará para los fines del proyecto ya mencionado.
Sexo: M _____ F ______
Edad:________ Lugar de residencia:____________________________
Ocupación:________________________________
1-¿Tiene contacto con adolescentes de alguna forma?
Sí _____ No_______ (fin de la entrevista)
2-¿Considera que el lenguaje de los adolescentes es diferente al suyo?
Sí _____ No ______ (fin de la entrevista)
3-¿En qué aspectos se diferencia el lenguaje de los adolescentes del suyo?
_____ Vocabulario
_____ Pronunciación
_____ Otros ___________________________________________________________
4-¿A qué atribuye las variaciones en el lenguaje de los adolescentes?
_____ A la televisión
_____ A la radio
_____ A las redes sociales (internet, celulares)
_____Otros____________________________________________________
5-Considera que el lenguaje de los adolescentes es:
_____ Interesante
_____ Confuso
_____ Aburrido
6-¿Dónde cree usted que los adolescentes usan más su lenguaje propio?
____ En la casa con la familia
____ En el colegio con sus compañeros
_____ En la calle con sus amigos
7- Cuando usted escucha a dos o más adolescentes entre ellos, ¿comprende lo que dicen?
_____ Siempre
_____ Casi siempre
_____ A veces
_____ Casi Nunca
_____ Nunca
8-¿Le pregunta usted a los adolescentes acerca del significado de algunas palabras que ellos usan y que usted no comprende?
Sí ______ No_________
9-¿Por qué razón cree usted que los y las adolescente hacen uso de ciertas palabras tan diferentes?
_____ Para que los adultos no los entiendan.
_____ Para estar a la moda.
_____ Para ser aceptados por sus grupos de amigos.
10- ¿Usa usted palabras que usan los adolescentes?
Sí _____
No ____
¿Por qué?_____________________________________________________________
11-¿Ha escuchado usted a otros adultos hablando como adolescentes (haciendo uso de estas palabras)?
Sí ______
No ______
12-¿Cuál es su opinión al respecto?
__________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Muchas Gracias
Recepción: 20-02-17 Aceptación: 14-03-17