Revista de Lenguas Modernas, N.° 37, 2023
ISSN electrónico: 2215-5643
ISSN impreso: 1659-1933
DOI: 10.15517/RLM.V0I37.54059
La trágica historia de Violante y Didaco en las versiones de Pierre Boaistuau y Jean de Marconville:
De la nouvelle al exemplum
The Tragic Tale of Violante and Didaco in the Versions of Pierre Boaistuau and Jean de Marconville: From the Nouvelle to the Exemplum
Dulce María González Doreste
Universidad de La Laguna, Islas Canarias, España
ORCID: 0000-0003-2212-7435
Resumen
De la bonté et mauvaistié des femmes (1563) está plagada de referencias a numerosas autoridades cuyos nombres son incluidos en el propio texto o destacados en los márgenes. En ocasiones estas fuentes no han sido consultadas directamente y en otros casos Marconville las oculta o no las identifica. Como señala Richard A. Carr (2000), de todas esas fuentes silenciadas, la más importante y explotada es, sin duda, la obra del humanista francés Pierre Boaistiau, señor de Launay (1520-1566). La truculenta historia de Violante y Didaco, ignorada, excepto en la obra de Marconville, en todos los tratados de Vies des femmes illustres de finales del siglo XV y del XVI, se inspira de la quinta nouvelle de las Histoires tragiques de Boaistuau. Este trabajo se propone descubrir las estrategias formales e ideológicas empleadas por Marconville para elaborar su propia versión, así como para conseguir sus propósitos didácticos y morales, orientados, como él mismo expone en la dedicatoria, a servir de ejemplo: “que cela serve de miroir et exemple perpetuel aux lecteurs pour guider et conduire leurs actions et reformer l’estat de leur vie”.
Palabras clave: Análisis literario, Renacimiento, matrimonio, bigamia, misoginia
Abstract
De la bonté et mauvaistié des femmes (1563) shows a considerable number of references to several authors whose names appear in the text itself or are mentioned in the margins. However, some of these sources were never consulted directly and for others, Marconville eluded or avoided any acknowledgement. As indicated by Richard A. Carr (2000), of all these silenced sources, the most relevant and widely used is certainly the one by the French humanist Pierre Boaistiau, Sieur de Launay, (1520-1566). All the treatises of Vies des femmes illustres from the end of the fifteenth and the sixteenth century, with the exception of Marconville’s work, ignore the gruesome story of Violante and Didaco which is inspired by the fifth nouvelle of the Histoires tragiques by Boaistuau. This article intends to reveal the formal and ideological strategies deployed by Marconville in the elaboration of his own version of the story, as well as in the consecution of his didactic and moral purposes mentioned in his dedicatory to serve as an exemple: “que cela serve de miroir et exemple perpetuel aux lecteurs pour guider et conduire leurs actions et reformer l’estat de leur vie”.
Key words: Literary analysis, Renaissance, marriage, bigamy, misogyny
Introducción y objetivos
En el Renacimiento francés y en el marco de la conocida Querelle des Femmes se desarrolla toda una literatura con vocación didáctica y polemista en la que los exempla femeninos apoyan o ponen en cuestión la conformación de un nuevo modelo femenino y un papel más activo de la mujer en la sociedad. Abundan los tratados constituidos por galerías de mujeres relevantes que en su gran mayoría proceden de la mitología, la historia o la religión, fundamentalmente de la Biblia. Este tipo de catálogos ha sido constante en el devenir de los tiempos, pero siempre profundamente imbricados con los modelos sociales y con el contexto histórico en el que surgen, puesto que el enaltecimiento de las “mujeres ilustres” del pasado ha constituido un excelente recurso para satisfacer necesidades ideológicas diversas. Remontándonos a la Antigüedad, podemos traer a colación el fragmentario Catálogo de Mujeres, atribuido a Hesíodo, que establece una lista de mujeres mortales que han tenido relaciones con los dioses, interesándose especialmente en su descendencia. Por otra parte, Plutarco en su tratado Virtudes de Mujeres (que fue objeto de varias traducciones en el siglo XVI y que fue utilizado tanto por los detractores, como por los defensores del sexo femenino) recoge veintisiete relatos que ilustran comportamientos ejemplares, dignos de ser reseñados, de mujeres tanto de la mitología como de la historia. Con esta obra, Plutarco creó un modelo que será fuente de inspiración para tratados posteriores como el anónimo Tractatus de mulieribus, compuesto por los ejemplos de catorce mujeres excepcionales, griegas y bárbaras, que destacaron por sus proezas bélicas. Jerónimo de Estridón incluirá también una lista de mujeres virtuosas en su tratado contra las ideas subversivas del monje Justiniano Adversus Jovinianum, en el que defiende la virginidad y critica el matrimonio. Este tratado se convertirá en una fuente importante en siglos posteriores para los detractores de la mujer.
En este marco literario destaca, ya en la Edad Media, el compendio De mulieribus claris de Boccaccio cuya huella se dejará sentir en los tratados de naturaleza didáctica dirigidos a las mujeres. Boccaccio proporciona, asimismo, el modelo en el que se inspira Le Livre de la Cité des Dames de Cristina de Pizán, quien utiliza con toda libertad los exempla de su fuente, eliminando de su discurso toda la carga misógina. El texto del italiano, escrito en 1360, es sin duda uno de los más influyentes del género, difundido en varios manuscritos en latín, traducido a varias lenguas europeas en los siglos XIV y XV e impreso por primera vez en 1493. Se inscribe a su vez en la línea de textos procedentes de la Antigüedad, como ya se ha visto, y de la hagiografía medieval. Boccaccio aportará buena parte de las ilustres mujeres que serán utilizadas por otros seguidores del género, entre los que se incluyen varios de los autores de Vies de femmes illustres que abundan en el siglo XVI, si bien cada cual empleará su propio principio de organización y selección, variando el número de personajes, mediante la supresión de algunos o el añadido de otros nuevos, en función de sus propósitos.
Me ocuparé en este trabajo de uno de estos compendios colectivos de mujeres ilustres, la obra De la bonté et mauvaistié des femmes, escrita por Jean de Marconville en 1563, que es de todas las suyas la que más repercusión tuvo, pues contó con nueve ediciones entre 1563 y 1586. La ambigüedad de sus argumentos, “philogyne fervent dans la Bonté des femmes, misogyne confirmé dans la Mauvaistié” (Clavier, 2018, p. 13), dificultó su posicionamiento en el marco de la Querelle des femmes, siendo considerado por algunos de sus contemporáneos como adversario de las mujeres y por otros como su gran valedor; la misma vacilación experimenta la crítica moderna, pues Gabriel-André Pérouse opina que Marconville debe estar “parmi les misogynes les plus décidés” (2000, p. 295), al igual que Marc Angenot, que lo inscribe en la tradición polémica inaugurada por Gratien du Pont de Drusac. a quien no duda en calificar como “le plus notoire des antiféministes dans la première moitié du XVIe siècle” (2011, p. 39), por su obra Les Controverses des Sexes Masculin et Femenin (1534). Sin embargo, el editor de De la bonté et mauvaistié des femmes, Richard A. Carr, se muestra más benévolo y atribuye a la obra de Marconville, una indiscutible originalidad que “risque d’échapper au lecteur moderne” (2000, p. 9); singularidad que viene dada por recopilar la verdad de todos los argumentos en pro y en contra de las mujeres en una misma obra y, además, por presentar esas biografías como un conjunto de historias prodigiosas, reorientando de esta forma la Querelle y aportándole una solución práctica (Carr, 2000, p. 15).
Las fuentes sobre las que dice inspirarse Marconville son interminables y están señaladas con precisión a lo largo de todos los capítulos de la obra y, en numerosas ocasiones, destacadas en los márgenes (Clavier, 2016, pp. 351-355). Muchas de ellas no fueron consultadas directamente, sino a través de otras obras a las que da veracidad, “renvois trompeurs”, como los llama el editor. Dentro de estas fuentes silenciosas destaca, a modo de ejemplo, que el capítulo sobre las Amazonas de De la bonté et mauvaistié des femmes está tomado de un compendio titulado Silva de varia lección de Pedro Mexía (1540), traducido al francés en 1554 por Claude Gruget con el título Les Diverses Leçons de Pierre Messie, y no de las numerosas fuentes que cita. Entre otras fuentes silenciadas se encuentran también obras como De incertitude et vanitate scientarum, del humanista alemán Enrique Cornelio Agrippa de Nettesheim; Les tres-merveilleuses victoires des femmes du nouveau monde, de Guillaume Postel; la traducción de Des Essarts de L’Horloge des princes, avec le tresrenommé livre de Marc-Aurèle, de Antonio de Guevara; De institutione foeminae christiniae de Juan Luis Vives; pero, sobre todo, serán las obras de Pierre Boaistuau, especialmente las Histoires tragiques y las Histoires prodigieuses las que más utilizará (Carr, 2000, p. 11). Para Richard A. Carr, de acuerdo con Michel Simonin, este juego de encubrir las fuentes obedece a las exigencias del género de la compilación, que se complace en invitar al lector a identificar y precisar la fuente oculta, así como a reflexionar sobre la forma y la intención con que ha sido utilizada (Carr, 2000, p. 9).
De todas las figuras femeninas presentes en la obra de Marconville, ciento treinta y cuatro exempla positivos y ciento once dedicados a sus vicios y defectos, me llamó la atención la cruenta historia de Violante porque está ausente, excepto en la obra de Marconville, de todos los tratados de Vies des femmes illustres de finales del siglo XV y del XVI que he examinado[1], cuya fuente, en opinión de Richard A. Carr, fue la quinta nouvelle de las Histoires tragiques (1559) de Pierre Boaistuau. Me propongo así contrastar ambos textos y descubrir de qué forma y con qué procedimientos, Marconville hace uso de la historia narrada por Boiastuau, al que silencia deliberadamente, para la construcción de su relato y el tratamiento que da a la protagonista. No hay que perder de vista que se trata también de la traslación de un género a otro, de la nouvelle al exemplum, que exige, este último, brevedad y concreción para que su mensaje moral llegue sin equívocos a su destinatario. En este sentido, me detendré en indagar las ideas y conceptos morales de los que Marconville se apropia, o que por el contrario desdeña, para cimentar su discurso sobre la bondad y la maldad de las mujeres, con lo que espero también aportar algún dato que contribuya a elucidar su posición ideológica con respecto a la tan controvertida polémica.
Algunos datos sobre PierreBoaistuau y Jean de Marconville
Ambos autores son prácticamente contemporáneos, poseen una vasta cultura y muestran numerosas coincidencias en sus intereses intelectuales, por lo que es oportuno ofrecer una breve noticia de sus biografías, con especial atención a sus respectivas obras, apoyándome en los datos recabados por el editor de ambos textos, Richard A. Carr, cuyas respectivas ediciones sigo en este trabajo, y ampliados más tarde por Tatiana Clavier (2016).
Pierre Boaistuau (1520-1566)
Pierre Boaistuau nació en Nantes en el seno de una familia de la pequeña burguesía. Realizó estudios de derecho civil y canónico (conocimientos que quedarán bien patentes en sus obras) en varias ciudades francesas y también en España, concretamente en Valencia, bajo la maestría del jurista francés Jean de Coras. Una enfermedad le impide seguir su periplo por varias ciudades europeas como secretario de Jean-Jacques de Cambrai, embajador francés en el Levante, y aprovecha su estancia forzosa en París para redactar su primera obra, L’Histoire de Chelidonius Tigurinus sur l’institution des princes Chrestiens et origine des Royaumes (1556), dedicada a François de Clèves, duque de Nevers, que se convertirá en su protector. Influenciado por la lectura de la Cité de Dieu, cuya traducción emprendió pero nunca llegó a ver la luz, escribe Le Théâtre du Monde (1558), tratado filosófico sobre la condición humana frente a las adversidades, y Bref discours de l’excellence et dignité de l’homme (1558), un tratado apologético sobre la religión cristiana. La dedicatoria de estos textos a James Beaton, arzobispo de Glasgow y embajador de María Estuardo en París, (Le Théâtre du Monde), y a sus sobrinos (Bref discours de l’excellence et dignité de l’homme), con quienes mantenía buenas relaciones, lo dan a conocer en Inglaterra, adonde viajará en 1560 para ofrecer a su reina una segunda edición de L’Histoire de Chelidonius Tigurinus, en la que ya no aparece la dedicatoria al Duque de Nevers, enemistados por el escándalo que supuso la publicación de una colección de nouvelles con el título de Histoires des amans fortunez por Vincent Sertenas en 1558 y sin nombre de autor, dedicadas a la Duquesa de Nevers. En realidad, estas Histoires son una edición realizada por Boaistuau del Heptaméron de Margarita de Navarra, manipuladas y reestructuradas por su editor[2]. Boaistuau también ofrece a la reina Isabel I la traducción y adaptación de seis novelle de Mateo Bandello, de las doscientas catorce publicadas por este escritor italiano en tres tomos entre 1554-1573 con el título Novelle. Estos seis relatos cortos son publicados con el título de Histoires tragiques en 1559, de las que hace una edición especial para la soberana inglesa. Al año siguiente son publicadas las Histoires prodigieuses, que conocerán un gran éxito y que serán pioneras de un género, largamente explotado por sus continuadores, uno de los cuales será Jean de Marconville. Su última obra, que dejó inacabada y fue publicada póstumamente en 1572, Histoire des persecutions de l’Eglise chrestienne et catholique, versa sobre las persecuciones sufridas por la iglesia cristiana primitiva en tiempos del Imperio Romano.
La erudición de Boaistuau se hace patente en todos sus textos, que abarcan variados campos del conocimiento, lo que le coloca en la tradición humanista, con la particularidad de su recurrencia constante a la historia del pasado, a través de la cual plantea problemas del presente.
Jean de Marconville (1520-1580)
El feudo de Marconville, ubicado en la comuna de Vitray-sur-Bezolles, en la región de Eure-et-Loire, da nombre a la familia de Jean de Marconville, señor de Deffais y de Montgoubert. Allí pasó la mayor parte de su vida, aislado y dedicado completamente a actividades intelectuales, llevando a cabo traducciones, compilaciones y la composición de sus propios tratados. Le une al autor de Les Histoires Tragiques su profunda fe en la religión católica, que le lleva a escribir una de sus primeras obras en 1563, Traicté contenant l’origine des temples des juifs, chrestiens et gentils, et la fin calamiteuse de ceulx qui les ont pillez, démoliz et ruinez, ensemble la fin tragique de ceulx qui ont destruict anciennement les temples spirituels et simulachres de Dieu, en el que ataca a los saqueadores de las iglesias durante las guerras de religión. Compuso también otro pequeño tratado de temática religiosa, publicado un año antes, con el título La Manière de bien policer la république chrestienne (selon Dieu, raison et vertu), contenant l’estat et office des magistrats, ensemble la source et origine des procès et détestation d’iceluy, auquel est indissolublement conjoinct le mal et misère qui procède des mauvais voisins, que trata sobre la manera del buen gobierno de la comunidad cristiana, con especial atención al oficio de los magistrados. En esta misma línea, después de varios años de silencio, publicó en 1571 otra obra, Chrestien advertissement aux refoidiz et escartez de l’ancienne Eglise catholique, romaine et apostolique, contenant une exhortation salutaire pour reprendre le chemin qu’ils ont délaissé, ensemble deux petits traictez aux amateurs de la paix, dirigida a los cristianos reformistas que se alejaron de la iglesia católica, exhortándolos a retomar el buen camino. Entre sus traducciones destaca la realizada sobre una versión latina, titulada Excellent opuscule de Plutarque, de la tardive vengeance de Dieu (1563). Entre 1563 y 1564 publica sus obras más importantes: el Recueil memorable d’aucuns cas merveilleux advenus de noz ans, et d’aucunes choses estranges et monstrueuses advenues ès siecles passez, continuación de las Histoires Prodigieuses de Pierre Boaistuau, que lleva un prefacio de André Thévet y un soneto liminar de François de Belleforest, reputados intelectuales contemporáneos suyos ; De la bonté et mauvaistié des femmes, que se inscribe dentro de los textos que avivan la Querelle de Femmes en el siglo XVI, y De l’heur et malheur de mariage : Ensemble des loix connubiales de Plutarque traduictes en François, que concibe como una continuación de De la bonté et mauvaistié des femmes : “ Il me semble apres auoir descrit la bonté & mauuaistié, vertus & vices, perfections & imperfections des femmes ne venir mal à propos de traicter des commoditez & incommodites, delices & espines de mariage ” (Lyon, Benoist Rigaud, 1573, p. 1r). En 1573, inspirándose en el Eclesiastés, escribe el Traicté de la bonne et mauvaise Langue, donde reflexiona sobre la moderación en la lengua como una de las mayores virtudes del ser humano, así como sobre la ética de la intención, el pensamiento y el habla. Su última obra, publicada en 1574, trata De la dignité et utilité du Sel et de la grande charté et presque famine d’iceluy en l’An present 1574, desastres que considera enviados por Dios a causa de la decadencia moral de la época.
Sobre la cuestión del matrimonio
Marconville, como la mayoría de los escritores que intervienen en la Querelle a lo largo del siglo XVI, se interesa particularmente por el tema del matrimonio. No es un aspecto novedoso ni exclusivo de este siglo, pues, como es bien sabido, desde la Antigüedad las virtudes o desventajas de la vida activa fueron objeto de debate. Los argumentos pro y contra fueron largamente utilizados como ejercicios retóricos, inspirados en la obra Institutio oratoria de Quintiliano, que tuvieron un gran éxito en el siglo XVI (Dion, 2017, p. 92). En este sentido, muchas de las obras escritas a lo largo del siglo se basan en las traducciones y ediciones del Económico de Jenofonte y de los Moralia de Plutarco, especialmente de la parte sobre los deberes del matrimonio, que conoció más de cuarenta impresiones en francés, con el título Les préceptes de mariage. Una de las traducciones, realizada a través de un texto latino, se debe precisamente, como ya he mencionado, a Marconville, que se permitió muchas libertades con respecto a su fuente, y que fue publicada con el título De l’heur et malheur de mariage: Ensemble des loix connubiales de Plutarque traduictes en François, de la que se conocen cinco ediciones entre 1564-1583. Boaistuau también reflexiona sobre este tema y, como otros escritores de su época[3], da una visión negativa del matrimonio en Le théâtre du monde y otra contraria, en la que alaba sus virtudes, en la edición de 1578 de L’Histoire de Chelidonius Tigurinus (Dion, 2017, p. 92), a la que añade un Traité de l’excellence & dignité de mariage, que permanecerá en las siguientes ediciones hasta 1585 (Clavier, 2016, p. 173).
Sin duda, el matrimonio juega un importante papel en la historia de Violante y Didaco como hilo conductor del relato. A grandes rasgos, su argumento es el siguiente: El joven caballero Didaco, perteneciente a una acaudalada familia de Valencia, pretende a Violante, una joven de baja extracción social. Para conseguir sus favores, accede a casarse con ella en secreto, pero un año después contrae matrimonio con una dama perteneciente a una de las familias más ricas de la ciudad. Cuando Violante lo descubre, decide vengarse, lo atrae de nuevo a su casa, donde le da muerte despedazando su cuerpo y haciendo público su crimen, tras lo cual es ejecutada.
Las dos versiones de la historia de Violante
En primer lugar, citaré brevemente las fuentes de las que beben ambos escritores para dar sus respectivas versiones de la historia y los elementos paratextuales que introducen para contextualizar la historia en sus respectivas obras. Los dos ofrecen datos importantes en sus respectivos paratextos que revelan, de forma más o menos encubierta, la intencionalidad con la que han abordado los hechos que van a relatar.
Fuentes y paratextos
Con respecto a sus fuentes, en el caso de Boaistuau, se trata de una traducción-adaptación muy libre de una selección de seis relatos tomados de las Novelle de Bandello, autoría que Boaistuau no oculta en el título de la primera edición de 1559, Histoires tragiques extraictes des oeuvres italiennes de Bandel, et mises en nostre langue Françoise, y que serán continuadas por François de Belleforest entre 1559 y 1582[4]. Por su parte, Marconville, que como ya se ha dicho silencia con frecuencia sus verdaderas fuentes, no duda en atribuir la historia de Violante y Didaco a Bandello, “l’histoire de laquelle est amplement et copieusement recitée par Bandel en ses histoires tragiques”, si bien Richard A. Carr afirma que “la version que Marconville a sous les yeux” es la contenida en las Histoires tragiques de Boaistuau, de quien ya ha se ha inspirado para la introducción del capítulo XIV, que habla Des maux et miseres qui ont esté au monde par les mauvaises femmes, retomando así el “Sommaire” de la quinta historia de Boaistuau, la de Didaco y Violante (2000, p. 166). No obstante, Richard A. Carr concede a Boaistuau el honor de ser el único autor, de entre las fuentes silenciadas, que Marconville menciona. Y en efecto, al principio del capítulo XIX (2000, p. 171), que trata Des femmes heretiques, et de quelles heresies elles ont esté occasion, Marconville reconoce los extensos conocimientos de Boaistuau (“ce grand vaisseau d’erudition Pierre Bouaistuau seigneur de Launay), para, a continuación, reprocharle su excesiva generosidad con el sexo femenino, acusándolo de haber omitido a célebres mujeres que introdujeron graves herejías contrarias a las doctrinas de la Iglesia. En este punto Marconville reenvía, en anotación escrita al margen, al capítulo XI de la obra de Boaistuau Chelidonius Tigurinus, donde, en efecto, el autor afirma que ninguna mujer introdujo en la Iglesia ninguna secta o ideas erróneas.
La traducción que hace Boaistuau de la novella de Bandello, número cuarenta y dos del primer volumen de las Novelle, es tan poco fiel al texto original que Jean-Claude Arnould considera incluso que “[la traduction] emporte de surcroît non seulement un changement de sens mais aussi une mutation générique” (2021, p. 117). A este respecto, Kathrin Ackermann, de acuerdo con Nancy E. Virtue, escribe: “Pierre Boaistuau, le fondateur du genre de l’histoire tragique en France, a traduit cette nouvelle avec des libertés qui dépassent même les conceptions de traduction les plus libérales qu’on ait pu avoir au seizième siècle, de sorte qu’il faudrait plutôt parler d’une adaptation libre” (2008, p. 57), si bien admite que, salvo unas pocas excepciones, respeta los acontecimientos relatados por Bandello, modificando algunos detalles.
El título que se añade a esta historia en la edición de 1568 de Les Histoires Tragiques resume bien lo esencial del argumento y pone el énfasis en los dos matrimonios que se suceden en el relato “Comment un Chevalier Espagnol, amoureux d’une fille, n’en peut jouyr que par mariage, & lequel depuis en espousa une autre: dont la premiere indignée, se vengea cruellement du chevalier”, aunque no se puede decir que haya sido intención del autor, ya que esta edición aparece dos años después de su muerte. Además, poco tiene que ver con el “sommaire” con el que Boaistuau introduce su nouvelle, ya que el título alude a Didaco, el “Chevalier Espagnol”, mientras que el mencionado sumario se refiere a las nefastas consecuencias de la pasión descontrolada en la mujer. Estos “sommaires” reemplazan las epístolas que anteceden a las novelle de Bandello y tienen como finalidad orientar al lector del sentido moral que prevalece en la historia. El “sommaire” de la quinta historia constituye una advertencia de la peligrosa transformación que sufren las mujeres, de todas las criaturas de Dios las más dulces y compasivas, cuando se dejan llevar por la cólera: “depuis qu’elles degenerent de leur naturel et que leur colere s’allume et s’enflamme, elles deviennent quelque fois furieuses et entreprennent des choses que les plus cruels tyrans auroient horreur d’executer” (2008, p. 137). Y como prueba, añade una serie de varones, tomados de la literatura sagrada y profana, que cayeron en desgracia por culpa de mujeres. Este listado empieza por Adán y termina por una alusión a la Papisa Juana, que por su astucia se erigió en pontífice de la Santa Sede. No todos ellos han sido víctimas de mujeres dominadas por la cólera, sino que sus ejemplos llevan a Boaistuau a concluir que no hay nada que se interponga a una mujer para obrar despiadadamente si le ofrecen motivos para ello, como corrobora la historia de la cruel Violante que, añade, provocará el espanto en sus lectores. Marconville hace uso, y reproduce casi textualmente, este “sommaire” en el capítulo catorce de De la bonté et mauvaistié des femmes, que está dedicado a “Des maux et miseres qui ont esté au monde par les mauvaises femmes”, que introduce transcribiendo, casi al pie de la letra, el texto de Boaistuau : “Tout ainsi que les vertueuses et sages femmes semblent avoir esté envoyées du ciel pour le soulagement de nostre humanité […] qui ont degeneré de leur naturel deviennent pires que bestes sauvages” (2000, p. 139). Es de destacar, sin embargo, una importante diferencia en esta traslación: donde Boaistuau dice que en algunas ocasiones se convierten en mujeres enfurecidas, Marconville especifica que todas se vuelven peores que animales salvajes. Continua con los mismos ejemplos de hombres que han sido destruidos o derrotados por mujeres: Adán, Sansón (en este caso Marconville menciona directamente a Dalila, acentuando de este modo la culpabilidad de la mujer, mientras que en el resto, al igual que Boaistuau, solo alude a la mujer con el término “femme” en un sentido genérico), Loth, David, Salomón, San Pedro, Job y la misma alusión a la Papisa Juana. Termina con idéntica sentencia conclusiva sobre el poder de la perversidad de las mujeres: “Bref, il ne se trouve rien au monde si difficile, ardu, ou penible, où la malice de la femme ne puisse penetrer lors qu’elle la veut desployer”(2000, p. 139). Pero no es en este capítulo donde Marconville introduce el exemplum de Violante, como cabría esperar por fidelidad a su fuente, sino en el capítulo dieciocho, titulado “De la barbare cruauté et horrible tyrannie d’aucunes femmes”, en cuyo preámbulo retoma el tema de la degeneración de la naturaleza de las mujeres cuando se dejan invadir por la cólera. Se extiende en la crueldad sanguinaria con la que las mujeres ejecutan su venganza si no pueden dominar sus desordenadas y depravadas pasiones y repite, retomando textualmente la frase de Boaistuau, el horror que provocará a sus lectores las historias que va a relatar: “…les affections féminines sont si bien exprimées que les lecteurs ne seront moins espouventez de les entendre qu’elles se son monstrées hardies et asseurées à les executer” (2000, p. 163).
Si el “sommaire” con el que Boaistuau introduce exclusivamente la historia de Violante y Didaco como ejemplo de la metamorfosis hacia el mal que pueden experimentar algunas mujeres, contrariando su naturaleza en general dulce y sumisa, a Marconville le sirve para agrupar a una serie de célebres mujeres que destacan por su extrema maldad, que alcanza límites que al mismo Satán, según señala, le resultarían ajenos. La primera de ellas y la más cruenta es Jezabel, “laquelle en toutes especes d’iniquité surpasse tous les plus inhumains bourreaux qui ayent jamais esté” (2000, p. 163). Acusadas de crímenes igualmente abominables le siguen Atalía, Tomiris, Fulvia y, por último, el ejemplo de la mayor crueldad cometida por el sexo femenino, el de una “femme Espagnole”.
Violante: de virtuosa burguesa a sangrienta asesina
Preámbulo: los protagonistas de la historia. Boaistuau comienza su relato ubicándolo en la ciudad de Valencia, ciudad que conoce bien y a la que considera “vray sejour de foi, de justice et d’humanité” (2008, p. 139), en el que abundan las mujeres educadas y corteses. A continuación, presenta a Didaco describiendo con profusión su posición de joven acomodado perteneciente a una familia de antiguo linaje valenciano, los Ventimiglia. Las consideraciones que de él se hacen desde un principio son poco halagüeñas: el autor critica su vida disipada y licenciosa, sin más oficio que disfrutar de todos los entretenimientos que la ciudad le ofrece y seducir a las mujeres sin poner en ellas el menor interés para posteriormente abandonarlas. Su atracción por Violante no deja de ser en primera instancia el de otra conquista más, fascinado por su belleza. Poco a poco su interés se reaviva, averigua su domicilio e indaga sobre su familia, descubriendo que se trata de la hija de un orfebre, fallecido hace unos años, y que vive con su madre y dos hermanos. Boaistuau señala de este modo la diferencia de clases que va a estar en el origen del desarrollo de los hechos posteriores. De reputación intachable, Violante se revela en el texto como una dama casta y espiritual, de una honestidad inquebrantable y, además, instruida y culta. Todo este cúmulo de virtudes induce a Didaco a obtener sus favores, intentando “tenter sa pudicité” (2008, p. 142) mediante presentes, cartas y mensajes sin obtener nada a cambio, solo su rechazo. Finalmente, Violante, consciente de la diferencia de clases entre ambos, “suyvant le natural des filles qui tienent mon rang”, y abrumada por la insistencia y las ardientes declaraciones de Didaco, consiente sólo en mantener una honesta amistad. Desesperado, después de “quatorze ou quince moys sans donner treves à ses desirs” (2008, p. 144), el joven propone a la madre de Violante un arreglo consistente en dotar bien a la hija para que haga un buen matrimonio, a cambio de poder ser su amante. Pero los seiscientos ducados enviados a la madre, le son devueltos, por lo que resolvió, después de pensarlo mucho “que c’estoit le plus profitable pour le repos de son esprit de l’espouser” (2008, p. 145), lo que refuerza el sentido del honor de Violante, que Boaistuau confirma con esta intervención extradiegética: “mais celle qui n’avoit peu estre vaincue par amour ne le peut estre par avarice” (2008, p. 145).
Por su parte, Marconville omite todos estos detalles de su fuente: no sitúa la historia en ciudad alguna (Bandello la ubicaba en Nápoles), no hace alusión a la modesta condición social de Violante ni a la diferencia social de los protagonistas, no menciona el chantaje de la dote ofrecida por Didaco para un matrimonio ventajoso de Violante, no tiene en cuenta su insistencia obsesiva por conseguir los favores de Violante, ni tampoco se detiene sobre el sentido del honor de la muchacha. Se limita a indicar el nombre de los protagonistas de la historia: “Or ceste femme avoit nom Violente (nom propre et convenable a sa cruauté)”, obviando las cualidades y virtudes con que la adorna Boaistuau y advirtiendo a sus lectores y lectoras de su naturaleza cruel y despiadada, impresa en su propio nombre. En el caso de Didaco, hace alusión a su nobleza refiriéndose a él como “un chevalier Espaignol nommé Didaco”.
El matrimonio clandestino de Violante y Didaco. Tras el fracaso de su empresa, Didaco no encuentra otra salida que proponerle matrimonio, a pesar de las diferencias sociales, a lo que Violante accede, no sin antes exigirle, consciente de su humilde posición social, que no la abandonaría por ninguna gran dama. Boaistuau sella el compromiso de fidelidad con la entrega por parte de Didaco de un rico anillo de esmeralda, con el ruego de que solo comunicara el matrimonio a su madre y a sus hermanos hasta que él lo hiciera público a sus familiares y amigos. El enlace se celebra clandestinamente, a las cuatro de la mañana, oficiado por un cura de campo y con la sola presencia de la madre, los dos hermanos de la novia y una esclava que servía desde joven en su casa, además de un criado del novio. Y así debería quedar, silenciado, hasta que Didaco lo anunciara a su entorno. Esta importante cuestión del matrimonio clandestino es el tema central de la historia de Boaistuau. Ello explica que el relato se sitúe en España, al margen de las leyes francesas que exigían el consentimiento parental cuando el hombre era menor de treinta años y la mujer, de veinticinco. Henri II dictó esta ley en 1555 para poner fin a los conflictos surgidos por los matrimonios secretos, si bien para el derecho canónico, antes del Concilio de Trento (1563), la no autorización parental no afecta a la validez del sacramento y después del mismo, aunque prohibidos, se reconoce su validez si han sido celebrados con dos o tres testigos ante un párroco. Asimismo, es considerado adulterio una segunda unión con otra mujer en el caso de que el marido abandone a la esposa con la que contrajo el matrimonio en clandestinidad (Boudou, 2011, p. 348).
Por otro lado, Didaco, continuando con la versión de Boiastuau, rompe con las convenciones sociales cuando afirma a Violante que con el matrimonio “le temps vous fera congnoistre la difference qu’il met entre les biens et la vertu et entre l’honneur et les richesses” (2008, p. 145), en lo que Boudou cree ver una denuncia por parte de Boiastuau a los matrimonios impuestos por conveniencia (2011, p. 349).
Será también el Concilio de Trento el que admita que el afecto y la sexualidad conyugal no están reñidos con la voluntad divina, por lo que deben ser dejar de ser considerados como un pecado. Es lo que parece admitir Boaistuau cuando abandona a la pareja en su noche nupcial “à la misericorde de l’amour et de la nuict”, del mismo modo que concede esos placeres en el segundo matrimonio de Didaco “où il vesquit quelques jours avec tel plaisir et contentement que font ceux qui sont mariez de nouveau” (2008, p. 149). Ninguno de los pormenores que proporciona Boaistuau son superfluos o arbitrarios, antes bien, cada elemento contribuye a dar coherencia al relato y a justificar su desenlace. No es así en el caso de Marconville, que resuelve la sustancial cuestión del matrimonio clandestino con apenas una frase. Se refiere a él de forma ambigua sin citar ningún precedente dando a entender que solo fue una promesa que no se cumplió después de haber tenido relaciones sexuales: “soubs pretexte de mariage, se voiant trompée et qu’après la foy à elle promise et jurée, et confirmée par le coucher d’eux deux ensemble…” (2000, p.167). Aspecto sobre el que insistirá más tarde.
El matrimonio público de Didaco. Después del matrimonio, Boaistuau señala el comportamiento ejemplar de Violante como esposa complaciente y respetuosa de la promesa dada. Al cabo de un año, las idas y venidas de Didaco despiertan los rumores de sus vecinos, que no culpan a la muchacha de su deshonor, sino a Didaco y a la madre y los hermanos de Violante:
E apres plusieurs allées et venues, les voisins commencerent à soupçoner qu’il entretenoit ceste fille impudiquement, et donnoient grand blasme à la mere et aux freres de souffrir Didaco hanter à leur maison en telle privauté et avec leur soeur. (2008, p. 148)
Boaistuau, poniendo voz al clamor popular, deplora la desgracia de Violante por haberse abandonado a la lascivia de Didaco y perder así su reputación de joven virtuosa ganada por su conducta irreprochable a lo largo de su vida:
Et surtout ils plaignoient l’infortune de Violente, laquelle s’estoit tant bien gouvernée et avecques telle beauté jusques à l’aage de vingt ans qu’il n’y avoit celui de tous les citoyens de Valence qui n’en feist grand compte et qui ne l’eust en tres bonne reputation ; toutesfois que, degenerant de son ancienne vertu, elle estoit devenue si effrontée qu’elle dependoit du tout de la lascive amitié d’un homme. (<2008, p. 148)
Violante espera disipar estos rumores cuando por fin se haga público el matrimonio y se traslade a la casa de su esposo. Mientras, su amor por Didaco se hace más fuerte y exigente y crece la devoción por su esposo, hasta el punto “qu’elle ne recevoit plaisir aucun, sinon lors qu’elle estoit aupres de son Didaco” (2008, p. 148). Boaistuau hace de ello el motivo del distanciamiento de Didaco, cuyas visitas, cada vez más espaciadas, ya no eran motivadas por el afecto, sino por la necesidad de satisfacer su deseo. El reproche que antecede al segundo matrimonio no deja dudas sobre la posición de Boaistuau con respecto a la reprobable conducta de Didaco: “Et ainsi, oubliant son Dieu et le devoir de sa conscience…”. El joven retoma sus disipadas costumbres y ve la oportunidad de un matrimonio ventajoso, acordado por sus padres, con la hija de una de las familias más nobles y acaudaladas de Valencia, ceremonia que se celebra públicamente con gran pompa y boato. No existe punto de comparación con la versión de Marconville, que resume el relato, que con tanta prolijidad ha compuesto hasta aquí Boaistuau con la intención de dar una cohesión lógica a los hechos que se suceden, en una sola frase:
Or ceste femme avoit nom Violente (nom propre et convenable à sa cruauté) laquelle aiant esté deceue par un chevalier Espaignol nommé Didaco soubs pretexte de mariage, se voiant trompée et qu’après la foy à elle promise et jurée, et confirmée par le coucher d’eux deux ensemble il se maria avec une autre. (2000, p. 167)
Llegados a este punto, es razonable preguntarse si Richard A. Carr está en lo cierto cuando afirma que el texto que Marconville tenía ante sus ojos era el de Boaistuau. Hasta aquí, nada parece corroborarlo. Puede que haya recurrido a otras fuentes, como el corto relato de la historia que hace Henri Étienne, que atribuye a Bandello, en su Apologie pour Hérodote, ou Traité de la conformité des merveilles anciennes avec les modernes, cuyo comienzo es el siguiente:
[…] ou il raconte d’une ieune fille Espagnole, qui s’estant abandonnee à un gentilhomme sous espoir de mariage (lequel il luy avoit promis, iaçoit qu’elle fust sortie de bas lieu) & puis ayant entendu qu’il s’estoit marié à un’autre, conceut une telle haine contre luy qu’elle conspira sa mort par tous moyens dont elle se pourroit aviser. (1735, p. 466)
Violante urde su venganza. La noticia de las nupcias de Didaco llega a oídos de Violante y de su madre y hermanos a través, de nuevo, del rumor público. Boaistuau vuelve a poner de relieve la diferencia de clases sociales aludiendo a la indefensión de la familia cuyo honor se ve injustamente ultrajado y a su impotencia para enfrentarse ante la justicia contra los dos caballeros más poderosos de la ciudad. La noticia enfurece a Violante, cuyos sentimientos muestra Boaistuau en un patético monólogo sin testigos en el que la infortunada lamenta su triste destino y empieza a tramar su venganza. Este castigo debe ejecutarse de su propia mano, como le confiesa más tarde a su vieja criada, Janique, cuando esta le ofrece su ayuda: “et croy que les dieux m’ont esleu pour executer moy-mesme la vengeance de leur ire et de la perte de mon honneur” (2008, p. 152), elevando así la nouvelle a la altura de una heroína clásica. A sabiendas de que su represalia la condenaría a una grave punición, Violante asume este castigo y lo prefiere a pasar el resto de su vida sin honor y con “le tiltre de vile et abominable putain” (2008, p. 152). Siguiendo el plan urdido por Janique, Violante escribe una extensa y dolorosa carta a Didaco, que el narrador omnisciente transcribe íntegramente, en la que expresa con visos de sinceridad su dolor por la desafección de Didaco, al mismo tiempo que le advierte subrepticiamente de su venganza: “Viens donc, viens donc, cruel, visiter celle, laquelle, avec quelque signe d’humanité, tu pourras, si non empescher, au moins adoucir la vengeance qu’elle te prepare”(2008, pp. 155-156). La finaliza de forma dramática implorándole que acuda a una última despedida:
Et si quelque ardeur de pitié a jamais reschauffé ton cueur glacé, vien plus que jamais armé de cruauté pour voir rendre les derniers souspirs à celle que tu as miserablement deceue, car faisant autrement, tu pourras paraventure trop tard plourer ma mort et ton inhumaine cruauté. (2008, p. 156)
Sin abordar directamente el matrimonio de Didaco, todo hace suponer que el sufrimiento de Violante y los reproches expresados en la misiva están provocados por este hecho, lo que también sugiere las palabras de Janique a Didaco cuando le entrega la carta. La criada, siguiendo el plan, excusa su segundo matrimonio por estar acorde con su clase social, y le invita a visitar a la desconsolada Violante que desea convertirse en su amante, ya que no lo puede tener por esposo. Mientras tanto, Violante ha preparado todo lo necesario para su cruenta venganza. Cuando la pareja se encuentra en la intimidad de la habitación de Violante, Didaco, viendo su estado de desesperación, teme una explosión de cólera por parte de la muchacha, por lo que procura calmarla y, a tal efecto, le confiesa que se vio forzado a ese matrimonio para salvar de la ruina a su familia, asegurándole que está dispuesto a envenenar a su nueva esposa para pasar el resto de su vida con ella.
Marconville no entra en estas consideraciones, que en la nouvelle refuerzan el perfil negativo de Didaco, y describe así la reacción de Violante al enterarse del matrimonio de Didaco y su artimaña para atraerlo a su casa: “Quoy entendu par Violente et qu’il avoit faulsé sa foy, elle pratiqua le moien de l’attirer en sa maison faignant vouloir dormir avec luy et dissimulant qu’elle eust rien entendu de son mariage avec une autre femme” (2000, p. 167). Siguiendo su versión, Didaco, “enflambé de ses naturelles chaleurs”, accedió inmediatamente a la petición de Violante y pasó un día con ella sin sospechar, “ce pauvre Didaco”, lo que albergaba en su corazón esta “sanguinolente Médée” (2000, p. 167).
La ejecución de Didaco por Violante. Es en esta parte de la historia donde más coincidencias se van a dar entre las dos versiones. En la nouvelle, cuando Didaco quiere usar sus antiguos privilegios como esposo, Violante le solicita dormir un poco antes de satisfacer su deseo. Marconville sigue el texto, pero se detiene en explicar que esos privilegios sólo son legítimos en el matrimonio y que es por ello que Violante accede a su deseo, ya que antes habían tenido varias veces relaciones “soubs couleur de mariage”, matrimonio que fue concertado entre ellos dos en presencia de varias personas. Parece, pues sugerir, con esta expresión que no hubo un matrimonio legal, pero sí la promesa de una futura alianza legítima, declarada ante varios testigos, tal y como también expone al principio del relato. Marconville, a continuación, traslada a su texto una frase, transcrita casi textualmente de su fuente: “elle luy demanda treves de trois ou quatre heures, qu’elle peust dormir pour le soulagement de son ennuy passé” (2000, p. 167).
Boaistuau describe cómo mientras él duerme, ella procede minuciosamente a los preparativos de la ejecución con la ayuda de Janique, sujetando fuertemente con cuerdas en una inextricable operación el cuerpo de Didaco. Tras lo cual, Violante, “saisie d’ire, de rage et de furie, enflammée comme une Médée” (2008, p. 162), hundió un cuchillo en su garganta que la atravesó de lado a lado, sin que él pudiera defenderse ni gritar, tras lo cual le asesta varias cuchilladas más.
Por su parte, Marconville le atribuye la cólera de una fiera o de una Tisífone, si bien retoma la misma estructura de la frase de su fuente, “Et estant encores toute embrasée de rage et furie comme une Mejere ou Thesiphone luy donna cinq ou six coups d’un grand cousteau neantmoins qu’il fust sans vie” (2000, p. 167), aunque antes, en su versión, Violante lo ha estrangulado con una cuerda.
En ambos textos, la cólera de Violante no queda satisfecha con la cruel muerte que le ha dado a su amante, sino que prosigue con la mutilación de su cuerpo, que comienza por los ojos y continua con la lengua y el corazón. Ambos autores condenan su ira y su emponzoñado corazón de igual modo y con casi idénticas palabras.
En la nouvelle:
Et lors ne pouvant encores repaistre son cueur felon ny esteindre l’eschauffé couroux qui bouillonnoit en son cueur, elle luy tira les yeux avec la pointe du cousteau hors de la teste, […] continuant avec sa rage, elle s’attaqua à la langue […] (insatiable en sa cruauté) elle feit avec le couteau une violente ouverture à l’estomach : et lançant ses cruelles mains dessus le cueur du chevalier, l’arracha de son lieu […]. Puis acharnée sur ce corps mort comme un lyon affamé sur sa proye, il n’y eust presque partie à laquelle elle ne donnast quelque atteincte. (2000, pp. 162-163)
En el exemplum :
“Et n’aiant encores assez peu repaistre son cœur tant felon et hors d’humanité, n’y estaindre son eschauffé courroux qui bouillonnoit en son estomach, luy arracha les yeux avec la pointe du cousteau, et tousjours continuant sa rage luy arracha la langue : et estant insatiable en sa cruauté, luy fist ourverture en l’estomach, et lui tira le cœur hors de son lieu. Puis acharnée sur le corps mort comme seroit un Lyon affamé sur sa proye il n’y eut presque partie du corps mort à laquelle elle ne donna quelque attainte.” (Marconville, 2000, pp. 167-168)
La diferencia fundamental entre las dos versiones en este punto es que Boaistuau concede una relación simbólica (el texto omitido entre los corchetes) a cada parte del cuerpo que Violante despedaza: ojos traidores, lengua abominable y mentirosa, corazón que ha urdido su cruel destino. Y finalmente, el resto de su cuerpo, desgarrado por violentas cuchilladas, al que Violante se dirige como carroña infecta que ha albergado el alma más infiel y desleal.
La Violante de Boaistuau siente alivio cuando concluye su venganza y se muestra con la fortaleza suficiente para afrontar su destino. A continuación, con la ayuda de Janique, arroja el cuerpo despedazado por la ventana para que no quede en la casa donde fue violada, dando así a entender la invalidez de su matrimonio con Didaco, que considera una violación, lo que Boiastuau expresa así, dándole voz propia a la protagonista, que se dirige a Janique: “Ayde-moi donc a trainer ce corps hors de la maison de mon pere en laquelle je fuz premierement violée” (2008, p. 163). Boaistuau da carácter público a la venganza de Violante, que confiesa su crimen a la justicia, ante la muchedumbre arremolinada en torno al irreconocible cadáver. Es ella misma la que desvela la identidad de los despojos, señalando que se trata del caballero Didaco, al mismo tiempo que expone los motivos que la llevaron a cometer el crimen: su amor por el caballero, su matrimonio clandestino y la traición de Didaco. No reclama clemencia por su vida, que, por la indignidad cometida no merece ser prolongada. La nouvelle concede a Violante la piedad y la comprensión del pueblo y el amparo de la justicia, pues cuenta que la gente que la oyó lloraba por el infortunio de la joven y los magistrados investigaron la veracidad del relato de Violante hasta que pudieron confirmarlo con la confesión de los testigos que asistieron a su boda. Ello no libró a Violante de ser decapitada en presencia del duque de Calabria, que, según Boaistuau, mandó escribir la historia para conservarla como uno de los hechos memorables acontecidos en la ciudad de Valencia. Para poner fin a su historia, el autor desmiente la versión de la fuente que traduce, pues Bandello en su nouvelle cuenta que Janique fue ajusticiada con su señora; sin embargo, el francés no da crédito a su versión, sino a otra escrita en latín por un español llamado Palidanus, de existencia dudosa, según Richard A. Carr (2008, p. 167), que cree más fiable, en la que se afirma que la criada nunca fue capturada.
Por su parte, Marconville concluye su versión con la confesión pública de Violante ante una muchedumbre horrorizada por la visión del cuerpo mutilado y su posterior ejecución presenciada igualmente por el Duque de Calabria.
Conclusiones
Si bien Marconville cita a Bandello como autor de la novella de Violante y Didaco, no parece que se inspire en ella para la reconstrucción de su exemplum, sino en la nouvelle de Boaistuau, aunque las diferencias son notables. Como ya se sugirió, puede que incluso haya recurrido a otra fuente para la primera parte del relato.
La brevedad del texto y la exposición lineal de los hechos, sin ninguna contextualización ni matices que los justifiquen, es característica del exemplum, cultivado en los siglos XV y XVI y en especial en los catálogos colectivos de mujeres célebres. Su brevedad exige contar sólo lo que es necesario sin incentivar la imaginación del lector para que el mensaje y la exégesis del relato le llegue de forma unívoca y sin riesgo de cualquier otra interpretación que la pretendida por el autor. Marconville se atiene a estas reglas escrupulosamente y, en consecuencia, el exemplum de Violante, comparado con su fuente, que pertenece a otra categoría literaria, la nouvelle o relato breve, está despojado de todos los desarrollos narrativos y descriptivos, así como del interés por los sentimientos y las emociones de los personajes que Boaistuau le imprime a través de varios procedimientos como el uso de diálogos, monólogos e incluso del texto transcrito de una carta íntima.
Es obvio, sin embargo, que Marconville se sirvió largamente y con total libertad de extractos del “sommaire” de la quinta nouvelle para introducir el capítulo catorce y el dieciocho de De la bonté et mauvaistié des femmes, ambos referidos a la perversión de las mujeres. De hecho, retoma con algunas pequeñas modificaciones la misma frase que hace alusión a la degeneración del carácter femenino cuando la mujer no es capaz de dominar su ira. Estos cambios acentúan en el exemplum la negatividad hacia la mujer despojándola de su naturaleza humana y asimilándola a una fiera o a una terrorífica erinia, dentro de la más divulgada tradición misógina.
No obstante, la selección que hace Marconville, dentro de su sobriedad narrativa, de los elementos de la nouvelle para redactar su exemplum es bastante significativa, así como las variaciones o tergiversaciones intencionadas para producir determinados efectos sobre su lector. Tanto es así que la sola evocación de su nombre, único rasgo personal que ofrece de Violante en la primera línea de su texto, anticipa la crueldad y la violencia de la que será capaz, lo que contrasta con la imagen de dama virtuosa y culta que le concede Boaistuau al inicio del relato. El tratamiento del matrimonio clandestino es otra de las divergencias primordiales en ambos relatos. Si a Boaistuau le preocupa la cuestión del doble matrimonio y condena de alguna forma la bigamia de Didaco a través de los comentarios populares o cuando Violante juzga su matrimonio como una violación perpetrada en casa de su padre, para Marconville la traición de Didaco solo ha sido un engaño, la fullería de un caballero que seduce a una muchacha de baja condición con falsas promesas y la abandona después de conseguir sus favores. De esta forma, Marconville desestima una unión entre clases sociales desiguales y rechaza la ascensión social a través del matrimonio. El hecho de que no se hubiera consumado legítimamente y solo quedara en promesas abunda en la naturaleza perversa de la mujer -a la que, por otra parte, acusa de impudicia por entregarse a un hombre fuera del matrimonio- porque su venganza no tiene un ápice de justificación ni mueve a la empatía ni a la piedad del lector y menos aún, de sus lectoras. En este sentido, Marconville ya advirtió en la dedicatoria de su obra a Mademoiselle Jacqueline Courtain que si hacía mención a modelos tan depravados como Pasifae o Semíramis y a “d’autres semblables cloaques et esgoutz de toute infamie, la memoire desquelles l’on ne peult eveiler sans ignominie” (2000, p. 30), entre las que, sin duda, se incluye Violante, era para que sirvieran de espejo y ejemplo a sus lectoras y aprendieran a guiar y conducir sus acciones sin dejarse llevar por sus naturales instintos, moderando sus pasiones y llevando una vida virtuosa.
En este capítulo que trata de la despiadada maldad de la que pueden ser capaces las mujeres, Marconville incluye algunas figuras femeninas que han cometido actos atroces, pero en ninguno de estos exempla se detiene con tanto detalle como en el de Violante para describir la violencia de sus crímenes. Ya se ha visto como para ello sigue fielmente su fuente, aunque sin concederle a esa ejecución monstruosa la intensidad trágica y poética que le atribuye Boaistuau, enfatizada con la simbología que adquiere el desmembramiento del cuerpo de Didaco.
Siendo así que, llegado el final de la lectura de ambas versiones, el autor de Les histoires tragiques deja abierto el camino a la reflexión de sus lectores sobre las disquisiciones y problemáticas que afectan a su época, en especial a las mujeres, como el matrimonio clandestino o la diferencia de clases, así como sobre la naturaleza humana. En cambio, el lector de Marconville no tiene opción, la lectura lo aboca irremediablemente a considerar la extrema perversión que pueden alcanzar las mujeres y lo indispone contra ellas; de igual modo ocurre con sus lectoras, que se sentirán horrorizadas e inducidas a pensar y a confirmar la maldad que hay intrínseca en ellas, como tantas veces se les ha repetido.
Sin embargo, a pesar de estas importantes divergencias, la figura de Violante presenta algunos rasgos comunes en ambos textos. Los dos escritores hacen de ella, especialmente en su faceta criminal, un personaje masculinizado, una mujer viril, con todos los atributos asociados a los hombres: la fuerza, la energía, el derecho a la violencia (no en el caso de Marconville), la habilidad en el manejo de armas mortíferas. En definitiva, la fuerza física y moral atribuida al hombre que, de alguna manera, le prestan un halo de heroicidad en el caso de la nouvelle. Son estas cualidades viriles las que permitirán a Violante ocupar el espacio público, la calle, y tomar la palabra para dirigirse a sus conciudadanos, derecho del que carece la Violante de Marconville, que solo lo invade para ser ejecutada ante la muchedumbre.
Notas
Bibliografía
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Recepción: 05-02-2023 Aceptación: 04-03-24