Wimb lu, Rev. Estud. de Psicología UCR, 20(2) 2025 (Jul-Dic, publicación continua): 1-22
ISSN: 1659-2107 ISSNe: 2215-6712
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Interculturalidad crítica y pedagogía decolonial en pro del
diálogo, el encuentro entre saberes y el saber vivir
Critical interculturality and decolonial pedagogy in favor of dialogue, the
encounter between knowledge and knowing how to live
Grettel Valenciano Canet
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RESUMEN
La interculturalidad crítica se refiere al respeto y al reconocimiento mutuo, donde los diversos conocimientos
de una sociedad puedan ser considerados igualmente importantes por otras. Se considera una experiencia de
apertura entre todas las culturas. Este ensayo busca reflexionar acerca de la interculturalidad crítica y la
pedagogía decolonial para la vida, promoviendo la implementación del diálogo, el encuentro entre saberes y el
saber vivir entre las personas. Para lograr este objetivo, se somete a discusión los siguientes ejes temáticos,
colonialidad, interculturalidad crítica y pedagogía decolonial. Se analiza la relación entre la pedagogía
decolonial y la interculturalidad crítica, acomo, la correspondencia con el diálogo, el saber vivir y el encuentro
entre los saberes. En tal sentido, se presenta una alternativa socioeducativa para transformar la colonialidad del
poder, brindando una orientación para pensar la diferencia, deslegitimar la dominación y buscar la justicia e
inclusión social en Latinoamérica. Pensar pedagógicamente es pensar en una filosofía de vida. Se concluye que,
para lograr esta meta, se requiere una transformación social, siendo necesaria una pedagogía crítica, el diálogo
intercultural, el intercambio de saberes, un saber vivir para convivir en armonía, con dignidad, reconocimiento,
reciprocidad, respeto y concretar así, relaciones interpersonales de carácter equitativo y solidario.
Palabras clave: colonialidad, interculturalidad crítica, pedagogía decolonial, diálogo, encuentro entre saberes,
saber vivir.
ABSTRACT
Critical interculturality refers to respect and mutual recognition, where the diverse knowledge of one society
can be considered equally important by others. It is considered an experience of openness between all cultures.
This essay seeks to reflect on critical interculturality and decolonial pedagogy for life, promoting the
implementation of dialogue, the encounter between knowledge and knowing how to live among people. To
achieve this objective, the following thematic axes are discussed: coloniality, critical interculturality and
decolonial pedagogy. The relationship between decolonial pedagogy and critical interculturality is analyzed, as
well as the correspondence with dialogue, knowing how to live and the encounter between knowledge. In this
sense, a socio-educational alternative is presented to transform the coloniality of power, providing an orientation
to think about the difference, delegitimize domination and seek justice and social inclusion in Latin America.
Thinking pedagogically is thinking about a philosophy of life. It is concluded that, to achieve this goal, a social
transformation is required, requiring critical pedagogy, dialogue, the exchange of knowledge, knowing how to
live to live in harmony, with dignity, recognition, reciprocity, respect and thus specifying relationships.
interpersonal relationships of an equitable and supportive nature.
Keywords: coloniality, critical interculturality, decolonial pedagogy, dialogue, encounter between knowledge,
know how to live.
1
Universidad de Costa Rica. Facultad de Educación. Dra.(c). en Ciencias Sociales, Universidad Nacional de
Costa Rica. Correo electrónico: grettel.valenciano@ucr.ac.cr ORCID: https://orcid.org/0000-0002-8773-1935
DOI: https://doi.org/10.15517/sxsyaf61
Recepción: 14/10/2024 Aceptación: 25/6/2025
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Introducción
El presente trabajo, trata el tema de la interculturalidad crítica y la pedagogía
decolonial en pro del diálogo, el encuentro entre saberes y el saber vivir. Se desarrolla en dos
subtemas: el primero analiza la relación entre la interculturalidad crítica y la pedagogía
decolonial, mientras que el segundo aborda el tema del diálogo, el encuentro entre los saberes
y el "saber vivir" que, a la vez, tienen correspondencia con los conceptos anteriores. También
se presenta un ejemplo concreto de interculturalidad crítica. Las reflexiones finales buscan
recopilar los datos más cruciales para el objetivo propuesto y enfatizar en una alternativa de
transformación.
Hoy en a América Latina, se enfrenta a una serie de desafíos pedagógicos para saber
educar o crear procesos socioeducativos para quienes quebrantan la autonomía de esta región.
El fin es, reflexionar acerca de la colonialidad, la interculturalidad crítica y una pedagogía
decolonial para la vida, pues no debería existir una relación de dominación de una cultura
sobre la otra. Este ejercicio es un trabajo enriquecedor debido a que, puede aumentar la
comprensión y sensibilidad hacia la diversidad cultural, el respeto por otras formas de
conocimiento, estilos y filosofías de vida, entre otros.
Existen diferencias fundamentales entre los conceptos de interculturalidad crítica e
interculturalidad. Esta última se enfoca en la tolerancia, es práctica y no encara la situación
de fondo, es decir, el primer concepto va en contra de esta perspectiva de interculturalidad.
El motivo de esta discrepancia es que, la interculturalidad crítica, busca enfrentar el conflicto
y la dominación estructural colonial, pues no se trata sólo de una interculturalidad funcional,
tal y como se verá más adelante en el desarrollo de este trabajo.
La interculturalidad (crítica) es un paradigma “otro” que cuestiona y modifica la
colonialidad del poder, mientras, al mismo tiempo, hace visible la diferencia colonial.
Al añadir una dimensión epistemológica “otra” a este concepto una dimensión
concebida en relación con y a través de verdaderas experiencias de subalternización
promulgadas por la colonialidad la interculturalidad ofrece un camino para pensar
desde la diferencia a través de la descolonización y la construcción y constitución de una
sociedad radicalmente distinta (Walsh, 2007, p.57).
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Se comparte la noción de que, la cultura es una construcción social que afecta a todas
las personas e incluye una variedad de manifestaciones, tales como, los modos de ser y vivir,
lo que se viste, lo que se come, la organización social y política, las reglas, las creencias, los
valores, y las visiones del mundo, entre otros. Es importante, destacar que la cultura es un
proceso en incesante evolución, es dinámica, no es estática, por lo que, varía con las
circunstancias de cada sociedad.
A pesar de que todas las culturas son humanas, hay que reconocer que existen
diversidades culturales. La significación de ‘diversidad cultural’, hace referencia a la
interacción, concordia y respeto que debe existir entre las distintas culturas que forman parte
de un mismo lugar y tiempo, convirtiéndose esencialmente en una riqueza para el ser
humano. (Aravena y Martínez, 2022). Esto debido a que, se ha ido evolucionando en los
distintos contextos, no obstante, es necesario señalar que coexisten aspectos universales.
Cabe aclarar que la interculturalidad crítica transciende esta afirmación de la diversidad
cultural, pues como ya se mencionó, se busca también discutir el colonialismo, las estructuras
de poder y las distinciones existentes en las relaciones entre las culturas.
De Souza, (2013), considera que lo que se pretende es transformar las relaciones
sociales, la desigualdad y la justicia afrontando la hegemonía y propiciando el diálogo entre
saberes. De cara a esta situación, es crucial considerar la diversidad de culturas y hacer
referencias a éstas, pues, deben representar la multiplicidad y las relaciones no jerárquicas
entre personas, culturas y naciones. No tiene por qué existir una cultura que domine a otra,
ni que se considera superior a las demás. Tal es el caso de América Latina, pues, es:
Una consecuencia y un producto de la geopolítica del conocimiento, esto es, del
conocimiento geopolítico fabricado e impuesto por la modernidad en su
autodefinición como modernidad […]. La colonialidad del poder expresa una
estructura global de poder creada por el colonizador para controlar la subjetividad de
los pueblos colonizados. La invasión del imaginario del Otro y su occidentalización
se dio a través del discurso moderno/colonial, que idealmente pretendía destruir el
imaginario del Otro mientras reafirmaba el propio (Paz y Donoso, 2014, p. 46- 54).
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Consecuentemente, estas subjetividades colonizadas, se han gestado como un
ejercicio de la colonialidad del poder. Para explorar opciones y lograr transformar dichas
subjetividades de los efectos de este dominio, surge el interés de tratar el tema de la
interculturalidad crítica y la pedagogía decolonial para la vida, como fuentes alternativas para
la decolonialidad y buscar maneras para ir sanando esa herida colonial que tienen en común
las personas latinoamericanas.
Desde la perspectiva de la colonialidad, el conocimiento es impuesto a nivel mundial
de forma hegemónica dominando a las personas que se creían "inferiores" y colonizando la
realidad; es decir la colonialidad del poder y el capitalismo global (Quijano, 2000). De este
modo, el acceso a la realidad proviene de una construcción cognitiva que surge de la vivencia
de la dominación colonial, con la idea de raza superior. Es por esta razón que, la
decolonialidad requiere alejarse de esta visión eurocentrista. Podemos decir que, la
interculturalidad en su perspectiva crítica surge para defender que la lucha contra la
desigualdad o la exclusión no omita el problema de la estructura colonialista-capitalista-
patriarcal que tiene su efecto en formas estructurales, pero también institucionales y
relacionales (Giner, Saldívar, Duarte y Keck, 2018, p.3).
Como se aprecia más adelante, los conceptos de interculturalidad crítica y la
pedagogía decolonial, se relacionan entre y tienen correspondencia con el fomento del
diálogo intercultural, el encuentro entre saberes y el saber vivir. Siguiendo con este
planteamiento, se pretende dar respuesta a las siguientes interrogantes: ¿Cuál es la
importancia de acoger un enfoque intercultural crítico y la pedagogía decolonial en la
educación formal o no y en la vida cotidiana?; ¿Cuál es el vínculo entre la interculturalidad
crítica, la pedagogía decolonial y su relación con la promoción del diálogo, el encuentro entre
saberes y el saber vivir? Y, ¿Cuál es un ejemplo concreto de interculturalidad crítica?
Desarrollo del tema
Interculturalidad crítica y pedagogía decolonial
Referirse a la interculturalidad crítica conduce a un concepto suficientemente
complejo, por lo que, se considera necesario definirlo y clarificarlo, debido a que esta visión
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no busca empequeñecer el conflicto, ni la dominación estructural, sino que, lo que pretende
es resolverlos de manera asertiva. De acuerdo con Walsh (2007), se puede decir que, la
interculturalidad crítica no esconde nada, sino que, piensa en la desigualdad como parte de
la situación racial y el capitalismo global, apuntando hacia una verdadera justicia social. Para
esta autora, hoy en día se puede hacer referencia al paradigma intercultural crítico como una
nueva visión.
Con la interculturalidad crítica no partimos del problema de la diversidad o diferencia
en sí, sino del problema estructural-colonial-racial. Es decir, de un reconocimiento de
que la diferencia se construye dentro de una estructura y matriz colonial de poder
racializado y jerarquizado, con los blancos y “blanqueados” en la cima y los pueblos
indígenas y afrodescendientes en los peldaños inferiores. Desde esta posición, la
interculturalidad se entiende como una herramienta, como un proceso y proyecto que
se construye desde la gente -y como demanda de la subalternidad-, en contraste a la
funcional, que se ejerce desde arriba. Apuntala y requiere la transformación de las
estructuras, instituciones y relaciones sociales, y la construcción de condiciones de
estar, ser, pensar, conocer, aprender, sentir y vivir distintas (Walsh, 2010, p.4).
La interculturalidad crítica debe comenzar con el respeto y el reconocimiento mutuo,
donde los diversos conocimientos de una sociedad puedan ser considerados igualmente
importantes por otra u otras. Debe ser una experiencia de apertura entre todas las culturas,
con maneras de convivencia, reconociendo de sus valores, sin jerarquías previas y
asegurándose de que todas las culturas tengan la posibilidad de una interacción simétrica y
horizontal.
La interculturalidad […], es como el caleidoscopio, en el que se mezclan colores y
formas, se cambian las estructuras y se abren los límites para construir nuevas figuras,
nuevas formas, diversas, irrepetibles, estéticas, en una interacción real, compleja.
Cada figura “afecta” a la otra y no hay entre ellas jerarquías, sino una interacción
esencial para formar una nueva figura, guardando su propia forma y color” (Venegas,
2012, p. 104).
Resulta necesario abandonar la creencia de esas personas que, al no estar dentro de
una cultura dominante o semejante a la suya, piensan que por lógica las otras son inferiores.
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Por tanto, el hecho de comprender el pensamiento colonial desde una perspectiva
interculturalmente emancipatoria es fundamental. La interculturalidad es crítica también de
aquellas maneras de encuentro y desencuentro que han venido sucediendo a lo largo de la
historia y, que requiere de una transformación social.
Además, es un proyecto filosófico, moral y político que fomenta la identidad
individual y social, donde se pueden conocer las características que nos distinguen y las que
nos hacen seres únicos. La interculturalidad crítica se vive y se fortalece desde el pensar
propio de las diferentes comunidades étnicas; es decir, desde su cosmovisión y cosmogonía
y los diferentes estereotipos de vida (Chambi-Ancori, 2021).
Existe una profunda relación entre la interculturalidad crítica (la cual fue explicada
en los párrafos anteriores) y la pedagogía decolonial. En relación con esta última, cabe decir
que, la decolonialidad representa para Latinoamérica el desprendimiento de las bases euro
centradas del poder, el desenganche de la lógica de la modernidad(Rincón; Millán y Rincón
2015, p.75). La pedagogía decolonial, busca recuperar y valorar los conocimientos y saberes
ancestrales de los pueblos originarios y otras minorías, cuestionando las estructuras y relatos
impuestos por el colonialismo. La pedagogía decolonial es todo un proceso, por tanto, no
sucede de un día para otro, en otras palabras, la decolonialidad no sucede de manera
instantánea.
Implica desaprender lo que ha sido impuesto y reconstruir el ser. En este sentido, la
pedagogía decolonial es parte intrínseca del discurso sobre la colonialidad y la de(s)
colonialidad del ser, pero también conectada con el hacer, es decir, con las prácticas
de desaprender y re-aprender tanto a nivel teórico, como artístico, como de acción
política (Walsh, 2013, p.11-12).
Esta autora cree que, la pedagogía debe entenderse más allá de lo escolarizado. En su
opinión, la pedagogía y el aprendizaje no se consideran desde una perspectiva tradicional e
instrumentalista de la enseñanza y transmisión del conocimiento. Se refiere a una pedagogía
decolonial que, no está limitada a la educación formal, es una pedagogía del hacer y de la
práctica por la cual, se transmite la memoria de las comunidades, posicionando a la persona
en el cosmos.
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Aprender conceptos como libertad, autonomía, resistencia y organización es crucial
en la pedagogía decolonial. Por tanto, es necesario no dejar de lado, el autoconocimiento, los
procesos dados en un contexto específico, las luchas y las formas en que se puede influir en
la sociedad desde otros lugares y espacios. Así mismo, se puede hacer referencia a distintas
pedagogías decoloniales. De hecho, para la mencionada autora, la pedagogía va a servir como
un puente inquebrantable entre la de(s)colonialidad de ser, hacer y poder.
Por eso, la interculturalidad crítica debe ser entendida como una herramienta
pedagógica, la que pone en cuestionamiento continuo la racialización,
subalternización e inferiorización y sus patrones de poder, visibiliza maneras distintas
de ser, vivir y saber, y busca el desarrollo y creación de comprensiones y condiciones
que no sólo articulan y hacen dialogar las diferencias en un marco de legitimidad,
dignidad, igualdad, equidad y respeto, sino que también -y a la vez- alientan la
creación de modos “otros” de pensar, ser, estar, aprender, enseñar, soñar y vivir que
cruzan fronteras (Viaña, Tapia y Walsh, 2010, p.93).
En esta misma línea, se percibe que el proceso de aprender se produce en la
interacción con las demás personas, es decir, es necesario el aprendizaje colectivo. A la vez
es fundamental el resistir, el re-existir y el revivir. El resistir para (Walsh, 2013), es buscar
de manera conjunta cómo construir algo distinto y digno para todas las personas sin
excepción. Re-existir, se refiere a existir en condiciones distintas a las que tenemos y, el
revivir, se trata de cómo vivir mejor, pero no en el sentido consumista, de tener cosas, sino
de vivir en paz.
Pensar pedagógicamente es pensar filosóficamente el cambio social desde y hacia el
proceso educativo. Reflexionando críticamente desde la filosofía sobre las relaciones
entre la sociedad y la educación, la pedagogía contribuye a la emergencia de otra
sociedad y de otra educación para construirla (De Souza, 2013, p. 476).
De acuerdo con el autor, esto se originó cuando los poderes de Europa occidental,
basados en la raza, establecieron la colonialidad como el "lado oculto de la modernidad",
armonizando el poder, los conocimientos, el ser, la naturaleza y, obstaculizando la
determinación de cambiar el mundo. Por tanto, la pedagogía decolonial implica situarse en
un contexto, en este caso la colonización de América Latina.
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Nos referimos a una praxis pedagógica crítica, intercultural y de-colonial que
pretende pensar no sólo “desde” las luchas de los pueblos históricamente
subalternizados, sino también “con” sujetos, conocimientos y modos distintos de
estar, ser y vivir, dando un giro a la uninacionalidad y monoculturalidad fundantes de
la empresa educativa y su razón moderno-occidental-capitalista, para dar centralidad,
más bien, a la vida y, por ende, al trabajo aún incompleto de la humanización y
descolonización (Viaña, Tapia y Walsh, 2010, p.93).
Es esencial considerar, reconsiderar y enfocarse desde Latinoamérica, debido a que,
el poder colonial de acuerdo con estos autores sigue presente en las estructuras y, en la
actualidad, se mantiene arraigado al pasado colonial, pues, no se logró la descolonización
sólo con independizarse, sino que, esto se metió en la psique y el cuerpo de las personas de
América Latina. Dentro de este contexto, hoy por hoy, se mantienen las sociedades
racializadas y patriarcales. Desde la mirada de la educación intercultural se puede señalar:
Como contribuciones especialmente significativas: la denuncia de las diferentes
manifestaciones de la discriminación racial presentes en las sociedades
latinoamericanas y el combate a la ideología del mestizaje y de la “democracia
racial, que todavía configuran los imaginarios sociales sobre las relaciones sociales
y raciales mantenidas entre diferentes grupos presentes en las sociedades
latinoamericanas, caracterizándolos por la cordialidad (Ferrão, 2013, p.148).
Entender esta propuesta implica que, la educación intercultural crítica, más que un
paradigma, teoría u otro, debe constituirse en un desafío, debido a que, requiere todo un
proceso de desaprendizaje, reaprendizaje y de reubicación cultural y contextual, pues, lo que
se pretende es, resolver el conflicto y evitar reproducir los estereotipos y prejuicios existentes,
pues el fin es, la decolonialidad cultural para acercarse a la liberación cultural, desde y en el
contexto de las realidades de América Latina. Se presenta a continuación, una enseñanza de
para descolonizarnos:
Cuentan que, al regresar de su viaje a la luna, decenas de reporteros y curiosos
bombardearon a los astronautas de preguntas, y una en particular era la más insistente:
“¿Pudieron ver a Dios?”, “¿cómo es él?”, “¿canoso y anciano?”, “¿de barba blanca y
tupida?”. Apabullado, uno de ellos lanzó una respuesta que dejó perplejos y con la
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boca abierta a los presentes: “Ella es negra”, afirmó de manera lapidaria, y con esa
definición tan concisa como demoledora sacudió el sentido común, racista y
patriarcal, predominante en aquel entonces y aún hoy en nuestras sociedades (Ouviña,
2018, p.7).
Resulta primordial la actitud que asuman las personas frente a la interculturalidad
crítica, esto requiere abrirse ante otro ser humano, es una lucha que se realiza ante el sistema
capitalista salvaje, global, hegemónico, racista, patriarcal, sexista, moderno, antropocéntrico
y colonial. Ahora bien, la interculturalidad crítica de acuerdo con Walsh (2010), nos ofrece
la alternativa para pensar, vivir, actuar, ser y crear. Asimismo, como pedagogía crítica que
es, tiene metodologías y una práctica que nos conduce a la esperanza.
Diálogo intercultural, encuentro entre saberes y saber vivir
El diálogo entre las culturas es de suma importancia en la construcción de sociedades
más inclusivas y equitativas. Surge la necesidad de estar preparados para este diálogo, pues
se debe derivar de este contexto y, de una forma de vida que se refleje en la comunicación
entre personas de diferentes culturas, existiendo la urgente necesidad de una educación que
lo facilite.
El clima epocal en el que vivimos el mundo de hoy reclama la puesta en escena de
posturas pedagógicas que propicien el encuentro y el diálogo entre personas de
diferentes culturas - interculturalidades. Es un desafío palpitante y sentido desde las
diversas raíces étnicas que asisten a los escenarios vitales de América Latina.
(Rodríguez, 2016, p.144).
Desde la perspectiva de la interculturalidad crítica, el diálogo intercultural y el
fomento de la cultura del diálogo pueden aplicarse a cualquier diferencia sociocultural. La
interculturalidad busca transformar al ser humano con el fin de enriquecerse mutuamente,
humanizar, dignificar y valorar la diversidad. Es una tarea que atañe e insta a todas las
personas. La interculturalidad crítica, tiene relación con:
El diálogo y la acción solidaria, respetuosa y transformadora a través del encuentro,
conocimiento, valoración e integración mutua entre las diversas culturas, en búsqueda
de cambios en lo político, económico, social, cultural, educativo, institucional y en la
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vida cotidiana, para construir relaciones humanas fraternas, en igualdad de derechos,
dignidad y condiciones en estos y otros campos” (Venegas, 2012, p.98).
El marco de referencia de cada persona, la construcción de este y las percepciones
culturales, religiosas, entre otras cosas, deben ser respetadas para poder conocer al otro y
valorarlo. Debido a esto, es importante mantenerse dispuestos al intercambio de ideas entre
culturas, pues, las diferencias y la discriminación entre seres humanos puede obstaculizar los
objetivos de la educación decolonial. El encuentro entre saberes ofrece la oportunidad de
obtener conocimientos mutuos, apreciar otras representaciones y superar barreras culturales
y actitudinales.
A pesar de que, no resulta suficiente superar los estereotipos simplemente con tener
un encuentro con los demás, resulta relevante el debate de las creencias que los grupos
mayoritarios tienen acerca de los grupos minoritarios, así como, el hecho de poder reflexionar
acerca de la propia cultura y las demás para provocar actitudes favorecedoras hacia el
conocimiento y la valoración de las otras culturas.
El mundo social es complejo y las relaciones entre culturas no están ni han estado
nunca exentas de conflictos, en consecuencia, no es posible concebir una idílica
armonía entre culturas. Lo que es posible es plantear un permanente proceso de
negociaciones donde el diálogo se desarrolle en condiciones de interculturalidad
simétrica que fomenten la ampliación de los horizontes éticos, políticos, científicos
filosóficos y lingüísticos. Para que esto sea posible se debe renunciar al pensamiento
único y mantener un permanente ejercicio de autorreflexión crítica sobre nuestras
propias ideas, valores e imágenes del mundo que continuamente asumimos sin
cuestionar (Wences, 2021, p.163).
Es toda una realidad presente, pues actualmente vivimos en un contexto globalizado
en el que, el pluralismo y la diversidad de perspectivas son cruciales. Además, adquiere una
relevancia el conocimiento de otras culturas, pues, implica obtener información sobre los
valores culturales propios y de las demás personas, así como el poder contar con una
perspectiva global. Para Rodríguez (2016), es esencial el abordaje de los saberes ancestrales
y emergentes que se manifiestan en los espacios académicos y en la vida cotidiana” (p.144).
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Es todo un desafío, acompañar a la otra persona, crear un espacio intercultural con
personas de otros países, de otras culturas para descubrir que hay disímiles maneras de vivir,
de ser y de estar en el mundo. Es necesario preguntarse desde qué contexto se habla del
diálogo y de la experiencia intercultural, es decir, desde cuál paradigma, pues, en la sociedad
actual emerge la necesidad o la urgencia de un verdadero diálogo intercultural.
Entonces, ¿qse entiende por diálogo intercultural o a qué nos compromete? Este
diálogo precisamente favorece pasar de lo multicultural (que puede estar fraccionado), a lo
intercultural, referido a una relación de reciprocidad, que conlleva una práctica vivencial, la
cual facilita el intercambio de conocimientos y experiencias entre personas de diversas
culturas. No es una práctica teórica, no se trata sólo de ilustrarse de la cultura china, europea,
asiática, u otras, sino de transcender, pues consiste en hacer un diálogo intercultural y
experiencial entre personas, no entre culturas abstractas o teóricas.
En relación con lo anterior, la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), reconoció la importancia de promover la
cultura del diálogo después de que se ratificara la Declaración Universal de la Diversidad
Cultural en el 2001. Es así como, el hecho de adoptar una cultura que avive el diálogo hará
más factible el fomento de la interculturalidad.
Entonces, es necesario repensar la educación como una pedagogía decolonial para el
"saber vivir" y llevar a la práctica la interculturalidad crítica para poder construir de forma
concreta, una sociedad más justa, solidaria y equitativa, donde se valoren otros
conocimientos, se produzcan otras subjetividades, maneras de ser y comprender el mundo,
de aprender y de vivir. Se hace ineludible conceptualizar el "saber vivir" o el “buen vivir”
antes de conectarlo con la interculturalidad crítica y la pedagogía decolonial:
Walsh usa la categoría de interculturalidad crítica para dar cuenta de las
transformaciones radicales que se proponen en las constituciones de Ecuador con la
noción sumak kawsay buen vivirde los pueblos quichua, y Bolivia con la noción
aymara suma qamaña “vivir bien, que, independientemente de las dificultades y
contradicciones que se presenten para construirlas, representan un avance notorio
para la descolonización del Estado-Nación, tanto en el contexto ecuatoriano como en
el boliviano (Almanza,2011,p.85-86).
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Partiendo de esta idea, se señala que, el concepto del “buen vivir” o "saber vivir" se
originó en prácticas ancestrales de las colectividades indígenas y afrodescendientes. Dicho
término, se refiere a estar bien en la comunidad y responde a una necesidad significativa de
vivir de manera distinta con las personas y la naturaleza, busca recuperar las memorias
colectivas. Además, se relaciona con una búsqueda de bienestar no solo individual, sino
también comunitario, es vivir en armonía, en reciprocidad, con un estilo de vida y un saber,
entre otros.
Un caso concreto, de la necesidad y la relevancia de recuperar la memoria colectiva,
en el primer capítulo del escrito de Cuevas (2013), titulado “Memoria colectiva: Hacia un
proyecto decolonial”, indica cómo Walsh (2007), explica que el rescate colectivo de la
historia es, una tendencia de pensamiento que surgió en los años 80 y que, sirvió como base
para la creación de ambientes políticos, colectivos y epistémicos críticos en el espacio de la
memoria colectiva, devolviendo de esta manera la identidad y subjetividad colectivas.
En relación con la cosmovisión andina y la metáfora del “saber vivir” esta última, es
una concepción cosmocéntrica y holista de la vida, con un modo de “convivir” antropológico
y cósmico, que incluye la naturaleza no humana, lo espiritual, religioso y, las generaciones
pasadas y futuras (Estermann, 2012). Como resultado, esta filosofía respalda la vida en
concordia con la naturaleza y la comunidad, y al mismo tiempo ofrece una alternativa al
paradigma del desarrollo colonial, el cual tiene como interés fundamental, el crecimiento
económico.
Como resultado, para el autor mencionado, existe una opción de "desarrollo", que es
el “vivir bien” como una utopía retrospectiva. Desde la perspectiva de la pachasofía andina,
este es el ideal de "desarrollo" en equilibrio cósmico. “Esta idea, para Estermann, (2012), se
fundamenta en el principio básico de que cualquier “desarrollo” debe ser, entonces, la vida
(kawsay, qamaña, jakaña) en su totalidad, no solamente del ser humano o de animales y
plantas, sino de toda la Pacha” (p.7).
Para transformar la idea de cultura, según este autor, deben establecerse parámetros
fuertes. Y de acuerdo con Viaña (2009), “se vincula un elemento cultural y cosmovisivo, “el
buen vivir” como aspecto central y trasversal para plantear claramente la superación de una
visión economista e instrumental de la naturaleza” (p.47). De acuerdo con este autor, la
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constitucionalidad de los derechos del ambiente puede generar discusiones y permitir
avances teóricos y prácticos para superar la crisis de la macro cultura moderna. Esto se puede
lograr a través de una nueva perspectiva del vínculo entre la naturaleza y la cultura, en lugar
de verla como antagónica o antropocéntrica, como lo hacen las visiones eurocéntricas de la
cultura.
Lo anterior, implica que todo tiene vida, las personas son "cuidadoras" en lugar de
empresarias y consumistas, que los recursos naturales no se pueden privatizar y que la
economía es la gestión minuciosa de la casa común en la cual habitamos todas las personas
del planeta tierra. Resulta necesario que exista una cultura del autocuidado entre todas las
personas de una comunidad, pues para nadie es un secreto que, los recursos naturales deben
renovarse. Lo ideal es que, en toda acción exista una compatibilidad ecológica, pachasófica
y social. Dentro de este contexto, el desarrollo no es unidireccional, ni irreversible, ni se
centra de forma única en la humanidad (Estermann, 2012).
Según esta filosofía de vida, el progreso se puede evaluar a través del ideal del "saber
vivir" y, desde esta mirada, la modernidad no es distinción de Occidente, así mismo, el tiempo
tiene una naturaleza cualitativa y es posible revertirlo. Se trata de una cosmovisión acerca de
la armonía y el equilibrio de un planeta restringido; parte de la idea de que, todo tiene que
ver con todo. Es una suma de las dos matrices civilizatorias, es decir, un encuentro de saberes.
El “desarrollo” no puede orientarse solamente en el bienestar humano y en el
mejoramiento de las condiciones de vida para los seres humanos. Además, no se guía
por el “crecimiento” económico de bienes y “productos”, sino por el equilibrio
cósmico que se expresa entre otros en el equilibrio ecológico y social (Estermann,
2012, p.8).
Esto ilustra alternativas y, se puede pensar en futuros proyectos tendientes a promover
la interculturalidad crítica y la educación decolonial. Pueden ser proyectos culturales,
educativos o comunitarios que faciliten el diálogo intercultural y el saber vivir”. Se
considera que urge un cambio de paradigma que, integre el "buen vivir", la reformulación
del capitalismo salvaje, global, la educación ambiental y para el consumismo, como opciones
que hay que potenciar. Además, está la necesidad de rescatar las memorias colectivas, las
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cuales, se realizan actualmente de forma escrita para no perderlas y, lograr con esto que, las
nuevas generaciones las puedan conocer. En la interculturalidad crítica, está en juego:
No solo paradigmas, cosmovisiones, miradas diversas de las culturas, sino un proceso
político, social, económico y cultural de cambio profundo, que replantea modelos de
vida, desarrollo, ambientales, relaciones hacia una nueva cultura que retoma saberes
de las culturas originarias, y lo positivo de todas las culturas de la humanidad, en su
relación armónica con la naturaleza y la sociedad, en elementos profundos de
solidaridad, en la centralidad de la Pachamama como sujeto de derechos y de
construcción de un proyecto sostenible de desarrollo, uno de los temas centrales del
buen vivir personal, familiar, comunitario, social, nacional y, posiblemente,
planetario (Venegas, 2012, p.109-110).
Cuando se habla de interculturalidad, es necesario reconocer el derecho a la
diversidad de culturas y de la descolonización. Este último concepto, hace referencia a “los
procesos que socavan estructuras, agentes, cosas, mecanismos, sistemas y funciones
colonialistas posibles y reales” así como a la disminución de “la cantidad y calidad de las
maneras en que dichas realidades están o han sido colonizadas” (Wood, 2017, p.318).
Por tanto, si una persona o colectivo cree que su cultura es idónea para analizar e
interpretar el mundo, se convierte en un modo de pensar que permite visualizar el
analfabetismo cultural del cual se hace partícipe y que muy probablemente transmite a las
demás. Parte del reto es, salir de las seguridades teóricas y prácticas a las que nos aferramos
con frecuencia y acoger este nuevo enfoque.
Se puede decir que, entre los principales desafíos que enfrenta la interculturalidad
crítica es, la decolonialidad cultural como una estrategia para acercarse a la liberación
cultural en y desde el contexto y las realidades de América Latina. Es categórico, tener en
cuenta cómo el paradigma intercultural crítico puede enfrentar obstáculos o desagrado en
algunas partes de la sociedad, así como, el hecho de reconocer la importancia de seguir
trabajando para romper las barreras para el cambio cultural donde el racismo, el sexismo, la
discriminación y la violencia no tengan lugar y, crear de este modo, cada vez más, sociedades
más respetuosas, inclusivas y justas. Todas las culturas tienen que buscar sus propias
estrategias para encarar las situaciones que van en contra de los derechos humanos.
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Un ejemplo concreto de interculturalidad crítica
El fin es poder contar la experiencia de una comunidad indígena y la vivencia de la
interculturalidad en un momento de encuentro de saberes, así como, dar valor al encuentro
con el otro y rescatar las memorias colectivas de los pueblos a partir de sus voces y otras.
En América Latina la interculturalidad, comprendida desde una perspectiva crítica,
se traza precisamente como objetivo: recordar, comprender y reconstruir la historia a
partir de las voces que han sido relegadas al silencio, a saber, las voces de campesinos,
indígenas, afrodescendientes, obreros, de mujeres y hombres del pueblo cuyas voces
renacen, tras la configuración de apuestas políticas, educativas, epistémicas,
ontológicas y culturales que caminan en comunidad hacia el encuentro con otros
horizontes ( Amariles, 2019, p.228).
En un conversatorio titulado La Pachamama
2
, Madre fecunda de la Salud,
organizado por el Instituto Universitario Sophia de América Latina y el Caribe en el año
2023, la investigadora ecuatoriana Mercedes Muenala (2023), quien estudió en la
Universidad Central de Ecuador, Políticas y Gestión de sistemas de salud en el año 2009.
Además, en la Universidad San Francisco de Quito, se graduó en Desarrollo y Género en la
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales en el año 2011. Tiene una maestría en
gerencia de servicios en salud cuyo tema de investigación es el cumplimiento de los
elementos sobre la adecuación cultural de la atención del parto en el hospital, considerándose
la primera indígena mujer en luchar por hacer respetar su indumentaria.
La población investigada son las mujeres que eligieron el Servicio del Parto
Culturalmente Adecuado y las personas expertas de este centro obstétrico. Los
objetivos son la caracterización de la población indagada y la determinación del
conocimiento del profesional y la aplicación de 7 elementos mediante la observación
durante el parto y la verificación con la usuaria en el posparto. A partir de un análisis
2
de acuerdo con Avelar (2009), la Pachamama en el mundo andino posee una característica que transciende su categoría
terrenal para surgir como ser tutelar: unidad espaciotemporal que se desarrolla en tres niveles: el espacio de “arriba” en el
que dominan los fenómenos atmosféricos y astronómicos; el espacio del aquí, donde transcurre la vida diaria y, el espacio
de adentro, en el cual la vida y la muerte se reproducen.
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teórico del parto, la influencia cultural y la obtención de datos, se encontraron los
siguientes resultados. Las usuarias son indígenas del pueblo Otavalo y Kayanpi con
el 82% y el resto es la población mestiza, y los profesionales de salud que atendieron
el Servicio del Parto Culturalmente Adecuado, el 80% es mestizo. El conocimiento
de la persona profesional de la salud en promedio alcanza el 83%, mientras que el
cumplimiento de acuerdo con la observación es del 59,36%. El porcentaje de
verificación de acuerdo con las usuarias es el 53%. El elemento de mayor
cumplimiento es el de la posición del parto y los de menor cumplimiento son el
acompañamiento, la ingesta de alimentos y bebidas, acomo el uso de la vestimenta
de acuerdo con las costumbres locales. (Muenala, 2018).
Ella y otras mujeres profesionales brindaron un apoyo para que se implementara en
el Hospital San Luis de Otavalo de su comunidad, la Guía Técnica para la Atención del Parto
Culturalmente Ajustada, esto a raíz de la vivencia de maltrato a mujeres a punto de dar a luz
en los hospitales. Con el apoyo de las universidades y la voluntad política del país, se trabajó
esta guía con las organizaciones indígenas, también con las personas expertas de la salud y
las parteras. Se logró la implementación de la adecuación cultural del parto para la población
indígena que incluyó los siguientes aspectos: el trato interpersonal hacia la usuaria y sus
familiares; el acompañamiento; abrigo; vestimenta; rituales; costumbres, alimentación;
bebidas; información respecto a la forma de dar a luz que la mujer desea y, por último, la
entrega de la placenta.
También Muenala (2023), de manera conjunta con otras compañeras investigaron,
sobre la base del conocimiento ancestral trasmitido de generación en generación, primero de
forma oral, y luego escrita, haciendo una compilación de experiencias de sus antepasados
para elaborar el libro Comidas de los Kichwas de Imbabura.
Es a partir de esta vivencia, mediante la observación participante y un diagnóstico a
mujeres de sesenta y cinco años y más, quienes le facilitaron la información para la
recopilación de las recetas requeridas para validar y construir el conocimiento, y, elaborar
este documento, el cual, es considerado actualmente importante y valioso. Este fue
distribuido a las universidades, colegios y en otros ámbitos educativos, actualmente se han
realizado nuevas ediciones.
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Uno de los trabajos más importantes de acuerdo con ella, es el conocimiento de la
medicina ancestral, el cual se ha ido transmitiendo de generación en generación y en su caso,
ha sido justamente por su madre, quien hasta ese momento seguía ofreciendo los
conocimientos a sus descendientes. La abuela fue quien les enseñó el cómo debían cuidar de
la salud en todos los ámbitos: en la economía, en la agricultura y otros, convirtiéndose en una
de las fuentes del conocimiento de la medicina ancestral. Además, añade que, se ha logrado
mantener estos conocimientos gracias al resguardo de personas de algunas comunidades
indígenas, afroecuatorianas y mestizas.
En el caso de comunidades situadas en el campo, agrega Muenala (2023), aún
mantienen estos conocimientos, disponen de las plantas medicinales y los productos
derivados de éstas. Actualmente, se sigue utilizando lo que la madre tierra, la Pachamama
(Madre fecunda de la salud) y todo lo que el universo les proporciona, pues, les da de su
riqueza y esto a su vez, les ayuda a mantener el equilibrio del organismo porque según su
cultura, todo tiene que estar en armonía.
La investigadora menciona que, en el campo estos pueblos indígenas, conocen, por
ejemplo, que existen plantas hembra y macho, de tipo caliente y fresco, se pueden diferenciar
las plantas calientes porque tienen pocos líquidos, mientras que las frescas tienen muchos
líquidos las cuales hay que saber utilizar como medicina natural, según la parte u órgano del
cuerpo que se pretende atender. Por tanto:
Una propuesta intercultural fundamentada en una perspectiva crítica debe erigirse
necesariamente desde abajo, esto es, teniendo como referente las voces de aquellas
comunidades que empiezan a leer y habitar el mundo de modo crítico, a narrarlo
teniendo como referente otras miradas y posibilidades cimentadas en la construcción
de realidades más equitativas y justas (Amariles, 2019, p.230).
De esta experiencia intercultural, se puede decir que, ésta no se puede minimizar a la
tolerancia, al folclor, sino que, tiene que transitarse por la afirmación de aquellas verdades
que cada cultura tiene y que comparte. Debe existir el mutuo reconocimiento para lograr un
intercambio de saberes, es necesario un espacio de diálogo intercultural entre la vivencia de
las diferentes culturas para poder analizar desde el pensamiento y desde la vida misma. Por
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último, cabe destacar un dato relevante y es que, se les atribuye a las personas indígenas ser
los primeras en haber propuesto la interculturalidad.
Reflexiones finales
Es fundamental defender el enfoque intercultural crítico, la pedagogía decolonial y su
aplicación en la vida diaria, debido a que, es una perspectiva emancipadora de las
subjetividades generadas por la colonialidad del poder. Además, desde esta visión se piensa
en la desigualdad, se denuncia el racismo, la explotación, la violencia, los discursos
hegemónicos de la modernidad, la subalternidad cultural, étnica, social, el abuso del poder y
el capitalismo, entre otros. Ofrece deslegitimar la dominación y buscar la justicia e inclusión
social. La interculturalidad crítica es una alternativa para transformar la colonialidad del
poder, debido a que, brinda una guía para pensar la diferencia.
La interculturalidad crítica implica transformaciones en las instituciones sociales y
estatales, y está estrechamente relacionada con la educación intercultural crítica y la
pedagogía decolonial. Para lograr esta meta, es necesario el diálogo intercultural, el
intercambio de saberes y la capacidad de transmitir la memoria colectiva de las comunidades
o pueblos originarios. Como se ha visto, es fundamental realizar un proceso para desaprender
y reaprender, por tanto, hay que tener presente que el poder colonial sigue presente en la
organización y en lo más alto de la jerarquía, por tal razón, es concluyente cuestionar las
estructuras de educación formal convencionales.
La pedagogía decolonial, se vincula con la comprensión de que existen y se valoren
otros conocimientos, otras maneras de ser y comprender el mundo; de aprender y de saber
bien. En este sentido, es evidente que la interculturalidad crítica aún necesita mucho
desarrollo, pues, se trata de optimizar la calidad de vida y, no en propagar la lógica del
mercado, el consumismo o posesión de bienes, sino de saber vivir en armonía. El "saber
vivir" es lograr el bienestar tanto individual como colectivo; es vivir en armonía y
reciprocidad; es un estilo de vida y saber, entre otras cosas.
Es necesario hacer un llamado a la reflexión acerca de las propias creencias,
pensamientos y comportamientos con respecto a la propuesto en este trabajo acerca de la
interculturalidad crítica. En síntesis, resulta valioso destacar, el cómo una experiencia
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intercultural puede llegar a ser una transformación integral de cada persona de una
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Esta obra está disponible bajo una licencia https://creativecommons.org/licenses/by-nc-sa/4.0/