Wimb lu, Rev. Estud. de Psicología UCR, 20(2) 2025 (Jul-Dic, publicación continua): 1-22
ISSN: 1659-2107 ISSNe: 2215-6712
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Aprender conceptos como libertad, autonomía, resistencia y organización es crucial
en la pedagogía decolonial. Por tanto, es necesario no dejar de lado, el autoconocimiento, los
procesos dados en un contexto específico, las luchas y las formas en que se puede influir en
la sociedad desde otros lugares y espacios. Así mismo, se puede hacer referencia a distintas
pedagogías decoloniales. De hecho, para la mencionada autora, la pedagogía va a servir como
un puente inquebrantable entre la de(s)colonialidad de ser, hacer y poder.
Por eso, la interculturalidad crítica debe ser entendida como una herramienta
pedagógica, la que pone en cuestionamiento continuo la racialización,
subalternización e inferiorización y sus patrones de poder, visibiliza maneras distintas
de ser, vivir y saber, y busca el desarrollo y creación de comprensiones y condiciones
que no sólo articulan y hacen dialogar las diferencias en un marco de legitimidad,
dignidad, igualdad, equidad y respeto, sino que también -y a la vez- alientan la
creación de modos “otros” de pensar, ser, estar, aprender, enseñar, soñar y vivir que
cruzan fronteras (Viaña, Tapia y Walsh, 2010, p.93).
En esta misma línea, se percibe que el proceso de aprender se produce en la
interacción con las demás personas, es decir, es necesario el aprendizaje colectivo. A la vez
es fundamental el resistir, el re-existir y el revivir. El resistir para (Walsh, 2013), es buscar
de manera conjunta cómo construir algo distinto y digno para todas las personas sin
excepción. Re-existir, se refiere a existir en condiciones distintas a las que tenemos y, el
revivir, se trata de cómo vivir mejor, pero no en el sentido consumista, de tener cosas, sino
de vivir en paz.
Pensar pedagógicamente es pensar filosóficamente el cambio social desde y hacia el
proceso educativo. Reflexionando críticamente desde la filosofía sobre las relaciones
entre la sociedad y la educación, la pedagogía contribuye a la emergencia de otra
sociedad y de otra educación para construirla (De Souza, 2013, p. 476).
De acuerdo con el autor, esto se originó cuando los poderes de Europa occidental,
basados en la raza, establecieron la colonialidad como el "lado oculto de la modernidad",
armonizando el poder, los conocimientos, el ser, la naturaleza y, obstaculizando la
determinación de cambiar el mundo. Por tanto, la pedagogía decolonial implica situarse en
un contexto, en este caso la colonización de América Latina.