Rev. Ciencias Sociales 155: 91-109 / 2017 (I)

ISSN: 0482-5276

ARTÍCULOS

LA EMERGENCIA DE LA MIRADA SOCIOLÓGICA: ANÁLISIS SOCIOLÓGICO SOBRE LAS DIMENSIONES SOCIALES
DE LAS IMÁGENES

THE EMERGENCY OF A SOCIOLOGICAL PERSPECTIVE: SOCIOLOGICAL ANALYSIS ABOUT THE SOCIAL DIMENSION
OF THE IMAGES

Pablo E. Carballo Chaves*

* Universidad de Costa Rica (ucr) y Universidad Estatal a Distancia (uned), Costa Rica.

carballopablo@gmail.com

RESUMEN

En este documento, se abordan tres fenómenos visuales que tuvieron un impacto en la sociedad costarricense: una fotografía internacional, un video local/nacional y por último, el fenómeno denominado selfie o autoretrato digital. Se desarrolla una serie de ideas de perfil sociológico para comprender las relaciones y los estereotipos con los que se interpreta la realidad, pero con el fin de cuestionarlos y proponer otras formas de comprensión, a lo que se le llama, siguiendo un concepto de la tradición sociológica, la imaginación sociológica. Una de las conclusiones es que la visión convulsa y desarticulada de la forma de analizar hace que el autoretratarse sea la manera de no verse envuelto en la incertidumbre. Este documento es también un esfuerzo pedagógico por acercar al estudiantado y lectores a la reflexión sociológica desde las vivencias visuales y las asimilaciones posibles.

PALABRAS CLAVE: SOCIOLOGÍA * IMÁGENES * ESTEREOTIPOS * FOTOGRAFÍA* VIDEO

ABSTRACT

In this document are presented three visual phenomena that had an impact on the Costa Rican society. The visual formats were: an international photograph, a local/national video, and finally, the phenomenon known as “selfie” or digital self-portrait. There are developed a series of ideas about sociological profiles in order to comprehend the relationships and stereotypes. But with the purpose of question them and suggest other comprehension methods, what we call, following a traditional sociological concept, the sociological imagination. One of the reached conclusions is that the convulsed and broken vision of the analyzing method causes that making a digital self-portrait is the way of not seeing one’s self implicated in the uncertainty. This document is also a pedagogical effort to approach the students and other readers to the sociological reflection, from the visual experience and possible assimilations.

KEYWORDS: SOCIOLOGY * IMAGES * STEREOTYPES * PHOTOGRAPHY * VIDEO

INTRODUCCIÓN ¡EMERGENCIA!

Cada vez más, la imagen se presenta como la realidad absoluta, como la forma inmediata de acceder al acontecimiento. La imagen busca encarnar la realidad sin aparentes intermediarios, donde lo que en dichas imágenes aparece es la “vida misma”, que no ocupa, aparentemente, mayor comprensión. Esta presunción es el centro de este artículo, donde se quiere replantear el que la imagen no es dicha “realidad” y que la inocencia de las miradas tecnológicas descontextualizadas sumerge no en ideas de profundidad, sino en vastas acumulaciones de más imágenes de “realidades” desconectadas y saturadas de ambigüedad. Este clamor no es nuevo, ni tal vez el mejor, pero busca ser uno más que apoye otras miradas disidentes de una telerealidad y una internet-realidad corrosivas de la crítica.

Cuando se revisa la literatura para abordar el tema de las imágenes en la actualidad de los medios de comunicación masiva, surge constantemente una palabra que pone en estado de vigilia: ilusión. Por mencionar dos ejemplos, Jean Baudrillard tituló uno de sus textos La ilusión del fin. La huelga de los acontecimientos (20041); y Umberto Eco escoge para uno de sus libros, que recupera parte de sus previos escritos, el título de La estrategia de la ilusión (2012). Por si esto no diera la suficiente suspicacia para dudar, Paul Watzlawick titula dos de sus libros: Es real la realidad (1981) y La realidad inventada (1994). Esta perspicacia analítica alerta de si se está viviendo y viendo un mundo “real” o un mundo ilusorio, o qué es lo que al final se vive. Sin entrar en las ideas de cada uno de esos libros y salvando las distancias en las traducciones2, lo que los títulos señalan es que se está en una situación donde no se puede diferenciar lo que es “real” de lo que no lo es, ya que la participación de constructos artísticos superficiales y la espectacularidad mediática recrean mundos, narraciones o acontecimientos de una nueva forma que, inclusive, la distancia del evento original.

La “ilusión” se comprende en este texto como una percepción inocente y mítica sobre algo. Más que una elaborada interpretación de aquello que está aconteciendo, la ilusión es una versión que puede prescindir del contexto histórico y se alza sobre una versión ideal o caricaturizada de un evento; donde sea manufacturada o reconstruida por nosotras y nosotros mismos de manera vacua, reflejan mitos o miradas desociologizadas, es decir, sin contexto y sin biografía, sin densidad, sin complicaciones y sin contradicciones. En otras palabras, la ilusión de la imagen es basarse en lo plano de las ideas debido a lo plano del espectro observado; de ahí el uso de la palabra emergencia que indica el surgimiento, la aparición de algo que sale de lo llamado seudoprofundidad de la acumulación de imágenes, de realidades desconectadas y saturadas de ambigüedad, para replantearlas ahora como conectadas y al mismo tiempo posiblemente paradójicas, lo cual se llamará “imaginación”.

Este documento presenta un acotado desarrollo metodológico, el cuál busca principalmente orientar a las y los lectores en las imágenes de referencia para la discusión, ya que el interés es profundizar sobre todo en el análisis, más que en lo procedimental. Se concentra en una discusión sociológica sobre el análisis de las ideas y pensamientos sociales que surgen de la publicación de tres ámbitos de imágenes y sus alcances. Se enfoca en una imagen con una presencia global, una con una presencia nacional/local y otra con una visión personal (ver cuadro 1). La intensión no radica tanto en estudiar las imágenes por sí mismas, sino más bien el mundo social que se desarrolla alrededor de dichas imágenes. La selección se hizo concentrándose en el año 2015 para el caso de la imagen global y nacional, y para el caso de la imagen personal se introduce en el análisis de lo que se denomina selfie o el autoretrato digital, que tiene varios años de reproducción en los entornos sociotecnológicos.

CUADRO 1

SELECCIÓN DE LAS IMÁGENES, DIMENSIÓN SOCIAL Y DESCRIPCIÓN

20153

Dimensión social

Descripción de lo gráfico

Fuentes

Lo global: una imagen, en su condición técnica de fotografía, que se volvió relevante para los llamados de indignación fue la toma de un niño sirio muerto en las costas de Turquía. Esta imagen recorrió muchos espacios sociales, tecnológicos, políticos, etc. y de ahí la escogencia para ser analizada.

Descripción: la fotografía presenta a un niño (se indica sirio) acostado (se indica muerto) alrededor de miembros de personas (se indica cuerpos de atención).

Fotógrafo: Nilufer Demir

Retratado: Aylan Kurdi (niño: 3 años)

Lugar: Playa de Turquía

Surgió primero publicado en:

facebook

Mes: setiembre.

Periódicos:

El Confidencial

TeleSurtv

cnn (cnn-Español)

The Guardian

Lo nacional/local: una segunda imagen, en su condición técnica de video, fue la captación de un hombre que a su vez filmaba el trasero de una mujer transitando una avenida capitalina costarricense. La publicación de este video llevó a una efervescencia social tanto por las razones de cuestionamiento moral y de género, como a una consecuencia criminal asociado al apuñalamiento del joven que publicó el evento.

Descripción: el video muestra el seguimiento de un hombre, que a su vez va filmando a una mujer (en vestido), caminando detrás de ella. El video consta de dos momentos, uno el del seguimiento y el segundo el del encaramiento de los dos filmadores.

Filmador: Gerardo Cruz Barrantes

(joven: 22 años)

Retratado: Luis F. Umaña Delgado

(Adulto: no se registró la edad)

Surgió primero publicado en: facebook y youtube

Mes: octubre.

Periódicos (Costa Rica):

La Nación

La Extra

La Teja

Radios (Costa Rica):

Columbia

Monumental

Lo personal: la tercera imagen se enfoca en los autoretratos/selfies, que han entrado en una dimensión de popularidad rutinaria. Esta acción representa la toma personal de su imagen, ya sea para mostrarse en apariencia, para mostrar que está con alguien más o en algún lugar en específico.

Descripción: los autoretratos/selfies, son fotografías digitales donde quien retrata es a la vez retratado. Esta imagen puede ser solamente de la o las personas, o de ellas mostrando donde se encuentran, con quien están o qué están haciendo.

Fotógrafo: cualquiera puede serlo.

Retratado: cualquiera puede serlo.

Surgen principalmente en el mundo de facebook, pero se amplía el rango de presentación a

instagram, entre otros sitios.

Fuente: Elaboración propia.

BREVES REFERENTES TEÓRICOS: IMAGINACIÓN Y MOVILIDAD

DE LA ILUSIÓN A LA IMAGINACIÓN: LA EMERGENCIA DEL FUEGO

La ilusión es una manera de llamarle a algo que se cree o se piensa sobre determinada cosa, persona, etc., pero que eso que se piensa o se cree no es tal. Esto puede acontecer por un engaño desde fuera que está pensado para ser un engaño4 —una manipulación política, por ejemplo—; o bien, una interpretación que se basa en los recursos de las personas para acercarse a una temática o idea —una forma moral de valorar un problema personal—. La combinación de estos factores es una forma de elaboración o construcción de estereotipos con los que se lidia cotidianamente. Sin embargo, la imaginación, aún cuando no está exenta de posibles ilusiones, es una capacidad que también como homo sapiens hemos desarrollado en miles de años de proceso evolutivo5. La diferencia que se marca en la imaginación es por un lado, la producción de mitos, y por otro, que en ese proceso evolutivo se da la posibilidad de pensar algo distinto a lo que se presupondría de algo en momentos anteriores.

Mientras que la ilusión estaría asociada a una primera visión simplificadora de las cosas, personas y acciones, la imaginación vendría a ser una incursión fuera de los límites de la ilusión, re-elaborando, enfrentando, debatiendo o rechazando ilusiones. Este artículo es precisamente un intento por salirse de ilusiones expresadas en imágenes, y por medio de la “imaginación sociológica” (Wright, 1987) expresar otro enfoque, así como dar elementos de contexto e interpretación que permitan replantear las miradas sobre fenómenos sociales. A su vez, es un proceso de estudio sobre temas que se mantienen mediática y políticamente distantes de diferentes espectros de la sociedad costarricense.

El fuego es tanto un recurso tecnológico como literario. Para efectos de usarlo dentro de la propuesta de la imaginación, se plantea como uno de los recursos que se han incorporado en la vida para reelaborar, ya sea alimentos, zonas territoriales o para calentarlos, o inclusive para iluminar un camino o encender una idea. El fuego como herramienta es una forma que otorga sentido a lo que vemos, el fuego sociológico emerge como una manera, que más que iluminar, funciona para reelaborar por medio de las modificaciones o cuestionamientos, las órdenes y las miradas, la forma de pensar y valorar el mundo y a nosotros en el mundo (Berger, 1973). Dicho esto, la propuesta es expresar o mostrar la ilusión que parece grabar las imágenes y los comentarios. Pero una vez expuesta la ilusión se propone incendiarla, en el sentido de utilizar la herramienta del fuego (imaginación sociológica) para reelaborar o hacer emerger otra forma de mirar.

Entonces, la imaginación es un proceso crítico que se aparta de los conocimientos, ideas o propuestas generales y busca proporcionar miradas alternativas, no sin coincidir en ciertos puntos que dependen del recorrido analítico que se esté llevando a cabo. La imaginación es un acto de apropiación sobre otras ideas, personales y/o foráneas. Pero, la imaginación y sobre todo la “imaginación sociológica” es una perspectiva que genera roces porque evidencia problemas no visibles o matices no halagadores sobre el propio proceder individual y social. Así, este fuego que se está usando es una forma de incendiar el mundo con ideas y prácticas, pero recordando que nos incendiamos con el mundo.

DE LO ESTÁTICO A LO MÓVIL: LA EMERGENCIA DE LA MOVILIDAD

Así como se ha hecho referencia a la importancia de imaginar cosas distintas, también se necesita aportar una nueva dimensión que estimule dicha imaginación. Esta dimensión se ve reflejada en la idea de la movilidad. Se entiende movilidad como el acto de desplazarse física y referencialmente para buscar cosas e ideas nuevas, y probar lo que se cree o lo que se piensa, con el fin de contrastar si lo que se ha pensado coteja con lo que sucede, o al menos ver, sentir y pensar sobre lo que solamente se ha tenido acceso por fuentes estáticas (noticias, libros, chismes, etc.).

La movilidad es la forma en que se quebrantan las ideas mitificadas, es decir, es la forma de moverse de parámetros rígidos y explorar nuevas opciones y acercamientos. Imaginación y movilidad una pareja crítica quienes se hablan mutuamente para profundizar en las acciones sociales. Están en una relación dialéctica, es decir, realizan una comunicación donde una fomenta sobre la otra el innovar y acrecentar ideas con mayor solidez o distanciarse de los pensamientos que no parecieran sostenerse. Esto es lo que se busca, generar una ebullición en el acercamiento hacia los fenómenos sociales y que en el proceso se evite lo que detectó Peter Sloterdijk respecto del arte mediático moderno, que termina “…ejercitando un proceder para transformar vistas del entorno y contenidos opcionales de vida visibles y palpables en imágenes interiores fijas y sustraídas al contexto…” (2000, p.35).

Otra perspectiva de análisis al abordar la movilidad es poder integrar dimensiones que en muchos casos representan aparentemente disociaciones. Como se vio en la introducción y el cuadro 1, se parte de establecer tres tipos de imágenes que representan tres dimensiones del ser humano: la global, la nacional/local y la personal. La idea con la movilidad es precisamente poder moverse en las tres dimensiones pero tratando de establecer algunos de los vínculos creados. Aunque esto se lleva a cabo principalmente en las conclusiones, cada abstracción (global/local/personal) es una forma de comprender cómo nos movemos o actuamos dependiendo de el espectro de fenómenos que se esten analizando. Según Michel Maffesoli:

El movimiento en espiral de la reflexión inquieta; el hecho de lanzar ideas —que con frecuencia vuelven a ser aceptadas, luego de ser tachadas de extravagantes— es nada menos que reconfortante. Pero, así como existe la deambulación existencial, existe también una audacia del pensamiento que nada tiene que ver con las prudencias pequeñoburguesas o los conformismos intelectuales (2005, p.27).

La cita anterior no es otra cosa que un llamado a mover el pensamiento y no dejarlo estático. Es una forma de buscar desbalancear momentáneamente lo que se da por cierto en búsqueda de audacia y de plantearse nuevas preguntas, tal vez sobre los mismos problemas. La reflexión sociológica es un continuo desplazamiento de mundos conceptuales, unos más complejos que otros, también es un desplazamiento hacia modalidades de vida. Más que un cuerpo teórico denso, estos elementos expuestos como referentes teóricos son imanes o polos que indican de manera general que se está intentando hacer con los siguientes fenómenos sociales. Más que teoría, son referentes para explorar territorios que suelen ser inciertos.

ANÁLISIS SOCIOLÓGICO A PARTIR DE LAS IMÁGENES

LA MIRADA GLOBAL Y EL NIÑO DE SIRIA: LA “INOCENCIA” COMO RETÓRICA DE LA PUREZA

¿QUÉ SIGNIFICA SIRIA? PARA UN UN COSTARRICENSE DISTRAÍDO

¿Qué tanto sabemos de Siria? Si somos expertos de los conflictos árabe-israelíes y si habituamos leer libros de historia de los imperios mundiales, tal vez sepamos mucho. Pero en un contexto como el costarricense, Siria y demás países y grupos sociales circunscritos a esos territorios, representan un espacio nublado o turbio en nuestra visión sobre ellos. Aunado a esto, los acontecimientos del ١١ de setiembre del año ٢٠٠١, con el atentado de las Torres Gemelas (World Trade Center6) realizado por el grupo terrorista Al-qaeda (traducción del árabe “la base”), reagruparon una serie de imágenes que llevaron a acentuar lo que ya se hacía, unificar en un mismo entorno un enemigo generalizado, bajo los rasgos de aquel que tuviera tez relativamente oscura/morena y habitara zonas de oriente medio7.

Esto estuvo a cargo de una diferida cantidad de imágenes que acompañaron la campaña militar que Estados Unidos desarrolló al invadir Irak8, como justificación por dichos atentados del 11 de setiembre. Medio Oriente se convirtió (o siguió siendo representado) como ese enemigo de la modernidad, una sociedad (presentada como toda igual, toda homogénea) que más que nunca ocupaba ser civilizada.

Más recientemente, Medio Oriente vivió una faceta distinta. Lo que se denominó la “Primavera Árabe” fue un movimiento masivo nacido en 2010 en el Magreb africano y que consistió en la lucha contra los gobiernos de los países de Túnez, Egipto, Libia y por último, Siria9, en abierto conflicto (entre otras manifestaciones en otros países, pero de menor impacto). Este movimiento y movilizaciones derrocaron gobiernos, pero en el imaginario general, también ayudó a acrecentar la visión más ambigua e incomprensible de un mundo socio-cultural que parece distante.

Así, Siria representa en términos generales, ese miedo a un mundo des-ordenado, pre-moderno y masivamente autoritario. A su vez distanciado de Occidente, y que pocas veces se valora el alto impacto de la presencia activa, política y militar de los Estados Unidos y Rusia (antes la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas-URSS) en la organización gubernamental de los países creados en períodos coloniales de Europa. Es decir, se presenta Medio Oriente como una horda primitiva y arcaica, se les niega la vinculación histórica que a lo largo de los años ha tenido con el mundo no primitivo y no arcaico.

El petróleo y la conexión entre Occidente y Oriente han hecho de Siria (que simboliza hoy al Medio Oriente) un sitio que representa uno de los miedos más fuertes para el mundo moderno: la ausencia de la razón representada simbólicamente en supuestos aparatos democráticos. Resumido así, Siria representa la parte indómita del mundo, la sociedad agresiva que se impone y destruye, el mundo más crudo y visceral. No es la humorística cultura política costarricense, que explora la crítica con chistes y chascarrillos, y que niega la parte más trágica de las consecuencias políticas de manifestarse en planos más directos.

No se ahonda en ver las alianzas en el conflicto Sirio (Rusia-gobierno/usa-rebeldes), por un lado, por un posible desinterés colectivo, históricamente marcado por un ensimismamiento ejemplar10. Pero a su vez, por otra fuerza social que de Botton indica así: “el prestigio de las noticias se basa en la tácita aceptación de que nuestras vidas están siempre al borde de una transformación critica gracias a las dos fuerzas motoras de la historia moderna: la política y la tecnología” (2012, p.128). Es decir, no interesa saber sobre Siria porque se considera que es una situación de destrucción, de destino y perdición, afectando negativamente la percepción de la vida (arruinaría mi día, mi tarde, mi café). Conocer sobre Siria sería uno de los símbolos más representativos de lo que de Botton llama el “borde de una transformación crítica”, y esta transformación sería, en su visión vivida más individualmente, el morir.

Autores como Bauman y Donskis (2015) reconstruyen lo anterior con la idea de tomar a la cultura como una manifestación de la forma de abordar el miedo más característico como humanos: la muerte. Siria y Medio Oriente representan simplista y muy primitivistamente un mundo donde la marca es la muerte, casi sería una no-cultura, bajo cierta perspectiva. Es un espacio donde las imágenes que se reproducen de esta, se acentúan en una cosmovisión que activa las sensibilidades y principalmente, en los miedos más básicos e inocentes: “lúcidos, la mayoría de los hombres no preguntan demasiado, sabedores de que la violencia del mundo podría arrastrarlos” (Onfray, 2010, p.383)11.

Se ha realizado una reconstrucción discursiva a partir de una presumible asunción de las imágenes realizadas sobre Siria, la cual es importante que el lector asuma como una perspectiva de análisis. La indicación o nota de aviso corresponde a que desde una no criticidad, no imaginación y no movilidad, las imágenes sobre el conflicto en Siria recrean una condición estereotipada de lo que acontece, así como de la vivencia individual y sobre todo, social al hablar de espacios culturales y sociopolíticos que se consideran distantes. Las manifestaciones mediáticas sobre Siria no ahondan en detalles, sino en una imagen homogénea de un mundo en colapso, donde grupos, armas y conflictos inducen a esa sensación apocalíptica reiterativa.

Una manifestación de la mirada de desorden y esa mirada “apocalíptica” es lo ocurrido en Francia el 13 de noviembre del 2015. Ya que se llevó a cabo una intervención de violencia en medio de un espacio y actividad que combina los ideales de la modernidad comercial del siglo XX, lo global y lo espectacular; es decir, en un partido de fútbol entre selecciones. Se atacó lo más sagrado de la convivencia social, según Eco (2012), los acontecimientos deportivos. El mensaje que se trasmite es que ni en los momentos de los juegos, ni en los momentos de disfrute colectivo y de organización global se está seguro12. La muerte está en cualquier “tiro libre”, en cualquier “remate a portería”, en cualquier “saque de banda”.

Se analiza el tema de la muerte y la idea de inocencia con mayor detalle a partir de una imagen que recorrió el mundo. La de un niño sirio que fallece en el mar y yace en la mañana en una playa de Turquía. En este acápite se tiene un acercamiento a la visión más general de lo que podría significar el territorio donde se emplaza el conflicto, pero falta proceder sobre cómo se recrea la vida social a partir de la imagen captada por el fotógrafo Nilufer Demir, y como una imagen así, por su poder de convocar miradas, consigue resonar mundialmente.

LA EDAD DE LA INOCENCIA”13. LA NIÑEZ COMO EL SÍMBOLO DE LA PUREZA

¿Por qué nos molesta tanto el sufrimiento de un niño o niña? La reacción social frente a la muerte o la violencia se maneja de diferente forma, dependiendo de quién la reciba o ejecute. Es decir, las cualidades o características de la persona que recibe la acción llevan —y con razón— a catalogar y valorar distinto el juicio. Sin embargo, la pregunta inicial sigue siendo interesante para formular una reflexión sobre la imagen señalada. Ver una acción agresiva, como el sufrimiento o la muerte de un niño o niña en una imagen, expresan manifestaciones abiertamente más sensibles en ciertas connotaciones y expresiones de los grupos.

Una posible razón de esta diferencia en la aproximación al dolor y sufrimiento estaría en que la “inocencia” o la idea de “pureza”, que se asocia a los niños y niñas (por la idea de “ausencia de maldad” o malicia) afectan porque lleva a pensar en la disociación entre un problema y la persona. La idea de inocencia/pureza encauza a pensar de algo o alguien que no depende de su contexto. Esto quiere decir que el niño no tiene “culpa” de su muerte, no debió haber muerto, por lo cual se estaría ante una interpretación simplista, que indica asociar lo sucedido como una “injusticia”14.

Esta idea de no vincularse con los sucesos que lo rodean, es una abstracción de la persona de su entorno. La imagen de este niño hace referencia a la metáfora15 del individuo arrastrado por la sociedad y al mar como esa sociedad que arrastra contra la voluntad. En otras palabras, las guerras, las circunstancias, la sociedad en general es la culpable. Al final se tiene un argumento sobre el individuo mismo, pero descontextualizado.

Así, Aylan Kurdi se ve como inocente, porque es un niño que no está relacionado con política, guerras, etc., sería la sociedad y la situación en Siria la que desencadena que tuviera que migrar y al final, terminar muerto. Este argumento presenta elementos válidos, induciendo a que el tema de la presión social y el impacto de las fuerzas sociales sobre las personas, son clave para comprender las sociedades. Es lo que Peter Berger (1973) llamaría “La perspectiva sociológica: El hombre en la sociedad” pero llevado a una visión extrema e incompleta de su análisis. Se habla de aquella sensación y experiencia práctica donde la presión, la violencia, el sometimiento y la claustrofobia social marcan, ordenan y encausan al sujeto.

Pero deja por fuera la otra dimensión que es igualmente importante y que no puede dejarse de lado en una reflexión sociológica, la cual es el valor de las circunstancias de vida que a su vez son condicionantes. No se está diciendo que Aylan estaba destinado a morir, sino que para comprender por qué es que le sucedió, se tiene que quitar el estigma de inocencia y considerarlo como una persona envuelta en circunstancias que van más allá de él, así como se podría decir de cualquier persona, y que circunscriben en las posibilidades de vivir o morir.

No se está diciendo que Aylan es culpable de su propia situación, ni que era un niño viciado por el contexto que terminó por perder en la guerra. Lo que se afirma es la importancia de valorar como llega el niño a esa playa en Turquía. No llega por ser inocente o malvado. Llega por todo una serie de acciones de sobrevivencia enmarcadas en un conflictivo contexto bélico, pero también histórico y político, que para efectos de este artículo se denomina sociológico; es decir, vinculante y explicativo.

De los diferentes comentarios surgidos de este evento, uno presenta esa visión simplista del fenómeno que justifica el análisis anterior: “Cuando las tragedias abrazan nuestros corazones es hora de cambiar la historia. Por él y por nosotros como seres humanos, no dejemos al olvido a los hermanos de Siria. #SOS” (Comentario de Calderon, 4 de setiembre de 2015). Por un lado, se puede dar un sentido afectivo a la idea de que no se siga con sufrimiento y muerte. Pero por otro lado, se debe comprender el problema. La frase es más una muestra de buenas intenciones, que de una preocupación “real”, debido a que no da alguna perspectiva de ir a averiguar, ir a entender, ir a cuestionar. No es que dichas indagatorias solucionen el asunto, pero es una forma social de abordar el problema. Interesarse por alguna persona implica el interés por su entorno y contexto. No es lo mismo decir “¡ojalá y Aylan no estuviera muerto!”, y otras es preguntar: ¿Cómo vivía? ¿Qué cosas vio? ¿Qué esfuerzos hacían sus padres? etc.

Las preguntas hacen superar las ideas ingenuas sobre mundos de buenos y malos, y ubicarnos en un mundo de acciones, intereses, intenciones, esfuerzos, conflictos, insensibilidades, contradicciones y amarguras, entre muchas otras actitudes, que desde una mirada sociológica atraviesan y marcan al individuo, aun cuando en muchas oportunidades no es perceptible. Se deben superar las miradas del bien y el mal, porque “En la denominada guerra contra el terrorismo, por ejemplo, la palabra “mal” significa ‘No busques una explicación política” (Eagleton, 2005, p.150), y menos una explicación sociológica. Lo que lleva a negar al movimiento y a negar lo conflictivo de la vida social y de las biografías.

No se ha analizado la imagen como tal, sino la apropiación y la vivencia social que surgen de esta. Una imagen que se lee con una carga social predispuesta a darles valores asociales. Se piensa en los niños y niñas como simples receptores del impacto o la carga de la sociedad, pero no se ven como parte y agentes también de esa misma sociedad. Un niño muerto es víctima de la sociedad y ¿un niño que gana premios? ¿Es víctima? ¿Tiene algo que ver donde nació? ¿Tiene que ver la educación? La crítica a esta “edad de la inocencia” radica en pensar en las y los niños (aunque cuando se esté socializando) como parte activa y productiva de vínculos sociales. No como individuos inocentes, sino como intérpretes e interpretados del desenvolvimiento social. Romper con la “edad de la inocencia” es romper con la histórica construcción del desempoderamiento de la niñez16 (y la juventud también ha compartido esa condición). Construcciones hechas desde visiones adultocéntricas, que han puesto en la niñez una carga simbólica alta y marcadamente ilusoria, representando muy interesadamente nuestra condición humana más cercana a la pureza e idealidad17.

La dura y lastimosa travesía de Aylan Kurdi se representa en el entorno sociomediático como una exteriorización de la sociedad. Recrea parte del mundo rousseauniano, donde las instituciones sociales y políticas son las que vuelven “malvados” a los individuos y los hace confrontarse, llevandolos a la muerte posiblemente. En este caso, se hablaría del “buen-salvaje18” de Rousseau (1971), pero en formato del niño (que implícitamente toma la condición de “buen-salvajito”), que serían las ansias concentradas en rescatar la propia pureza perdida. Esta perspectiva de idealizar la exteriorización de la sociedad es lo que se denomina la “edad de la inocencia” y frente a eso, la sociología debe hacer emerger una visión no-inocente. Una mirada que incorpore la idea de movimiento distanciándose de la esencia de la niña o niño como puro, y que lleva a ser tratado como casi una entidad no-humana todavía.

MIRADA NACIONAL: EL “HÉROE” Y EL “DEPRAVADO”

SIEMPRE PERSEGUIDO: LA PARADOJA DE PERSEGUIDO

En el mes de octubre de 2015 se publicó por medios digitales (en la red social: FACEBOOK) el video que mostraba a un hombre que perseguía a una mujer, mientras según se puede interpretar, mantenía el teléfono celular19 debajo de la cintura para poder captar la parte trasera y la zona genital de ella. Desde la perspectiva sociológica, la complejidad radica en que la persona que grabó al hombre que perseguía a la mujer, también fue un hombre. Así, se tiene una primera emergencia, la cual consiste en la complejidad basada en que todos y todas pueden ser perseguidos/vigilados por la mirada social o la mirada política y militar20.

En resumen se tiene que un hombre va grabando y siguiendo a otro hombre, que a su vez va grabando y siguiendo a una mujer21. Resulta importante señalar, que si no se le indica a la mujer, ella no se hubiera percatado de lo acontecido. Ella tenía dos cámaras que le seguían el paso. Mientras que en una cámara ella era el hilo conductor, en la segunda cámara era una actriz secundaria. Sea el caso, ella terminó siendo parte de un acontecimiento social grande, que no buscó y que no quería propiciar, asimismo, de no ser por el aviso, pudo no darse cuenta. Esto debería alertar sobre: ¿cuántas veces hemos sido actores estelares, o cuantas veces actores de reparto de directores improvisados?

Antes, de comentar sobre la algarabía social una vez publicado el video en internet y en medios tradicionales, es importante destacar dicha situación del proceso social donde la mujer fue centro de atención, pero sin que ella se diera cuenta. Esto permite señalar que hubo una intencionalidad en cuanto a las dos grabaciones acaecidas. Una con un interés privado, basado en captar la intimidad de la mujer para un uso discrecional del hombre y una mirada con un interés público, la cual fue la de captar al hombre que seguía a la mujer para hacer dicho acto de conocimiento público. Se desarrolla una perspectiva interesante que está en el fondo de las discusiones sobre la modernidad que es el choque entre lo privado y lo público. La mirada pública como castigador de la mirada o la acciones privadas, y cómo el accionar privado está cada vez más expuesto.

La idea de vigilancia22 es marca clara de la omnipresente tecnología actual, y su dinámica de la inmediatez. No solamente es un acto sancionable por una moralidad o una ética que va de lo público sobre lo público, sino que la dupla celular-redes sociales, hace que lo privado (que muchos defenderían), salga a lo público e igualmente ser sancionados por morales estrictas y relativamente cerradas. El caso en discusión permite la mirada sobre revelar actitudes y acciones sancionables, además permite una lectura sobre los límites de lo público y lo privado, que Hanna Arendt (2005) subraya como una de las características de la modernidad y la nueva forma de valorar la política en un momento sociohistórico.

La paradoja del perseguido en la modernidad y en una sociedad hípertecnológica, radica en que si se pretende, indiscriminadamente, tener acceso a la intimidad de cualquier persona, también hay que reconocer que si se es atrapado en un acto particular, la intimidad se ve clausurada por la posible revelación pública de la acción para ser mirada, juzgada y cobrada por la sociedad. Es el panóptico23 de Michel Foucault (2002) donde la tecnología lo hace móvil, portátil e inmediato. En otras palabras, los códigos actuales de la tecnología individual están basados en que puedo igual de fácil captar tu intimidad como otro puede captar la mía. Cuando la mirada colectiva reclamaba la inmoralidad del perseguidor de la mujer, una mirada privada apuñaló al segundo perseguidor. Al final sobre el iniciador de una represalia simbólica, la represalia físico-práctica muestra la vida entrelazada del símbolo y la existencia.

“HÉROE”: LA NECESIDAD DE QUE MUERA

Después de la publicación del video y del apuñalamiento del segundo perseguidor (que para efectos morales, tenía un supuesto permiso de seguir) empezaron a surgir identificaciones y apelativos, que para muchos era importante de recordar y admirarle al joven. El efecto de clima dramático lo dio su apuñalamiento24, porque daba un tono desesperanzador y de injusticia que no podía pasarse por alto ni mediática, ni socialmente.

El que alguien sea apuñalado genera un interés palpable en la necesidad noticiosa de los medios de comunicación costarricense, bajo el eufemístico título de sucesos. No obstante, lo realmente llamativo es la duda y la reiterativa situación de si vivía o no, hasta la sugerente necesidad de los medios de “matar” al joven, lo cual duró varios días. Hasta se podría sospechar la necesidad de que la población y algunos medios de comunicación, abiertamente y de forma políticamente correcta, exclamaran “¡Estamos con vos!” y “¡Ánimo Gerardo!” (volveremos sobre el nombre del joven más adelante), sin embargo, en varias oportunidades afirmaban la muerte del muchacho.

¿Por qué declarar muerto, tan rápido, a alguien que acababa de hacer una acción que sociomoralmente era tan alabada? ¿Es por espectacularidad mediática? Se sugiere que sí, sin embargo, hay un elemento más por explorar. Antes de comentar la idea de espectáculo de la muerte, también es fundamental incluir en la discusión el símbolo del héroe, que ha tenido una renovada vida mediática por películas hollywoodenses25. En la versión griega más clásica del héroe y la versión constitutiva estatal (que recalca a su vez la visión griega), la muerte es un criterio casi obligatorio26 a cumplir para tener ese título: Aquiles, Ayax, Leonidas, etc. son solo ejemplos de esa heroización.

El hecho de que al joven Gerardo se le establezca, reconozca y llame por ese referente pasa porque estuvo tan cerca de la muerte (inclusive murió mediáticamente un par de veces) que su condición de héroe —aquel que dio la vida por la causa— no puede surgir menos en el imaginario social. Inclusive, la decisión de incluir la etiqueta de héroe en un titular nunca es una cuestión menor, al momento de incentivar una venta. Así, se enfrenta ante una paradoja cruenta: si Gerardo moría, pese al dolor de los familiares y amigos, causaría un mayor impacto y concientización social; pero sobre todo, una demostración mediática más impactante, que ya de por sí tiene una predilección necrológica en las noticias comerciales. La filósofa Marzano (2010) hace este llamado ético de cómo la muerte (en varias posibles manifestaciones) es un tema mediático primario para los nuevos temas de consumo de televidentes o internet-videntes. Pero, si Gerardo viviera, aún se le podría sacar provecho mediático, y la muerte sería guardada para otra ocasión.

Remarcando lo anterior, donde el peligro que corre la vida de Gerardo Cruz Barrantes hace más intensa la vida mediática alrededor del joven, también se hace más dramática la acción y la necesidad de reflexiorar si se debe actuar como él, surgiendo una gran cantidad de dudas o contradicciones. Si se hace lo que él hizo ¿me puede pasar lo mismo? Es la paradoja del héroe clásico: ser héroe, para la ciudad, pero sin que el héroe puede disfrutar su condición y estatus social27. Es necesario saber que alguien está dispuesto a morir por las cosas que se valoran, pero tal vez no “quiero ser yo”.

Pero como sociedad pareciera que se deben tener héroes latentes, esta es la manifestación más clara de la vitalidad estatal, los héroes resguardan valores, ideas, idearios, políticas, etc. El héroe funciona como un valor en sí mismo y aparece cuando más cerca se está de la muerte por una acción. El héroe tiene la característica de que usualmente sabe que lo que hace es riesgoso en extremo, pero para el caso de Gerardo no se podría considerar que grabar un video albergaba ese nivel de peligro. Se está ante una situación problemática, cualquier persona por realizar acciones, ya sean honestas, gentiles o ejemplares, puede llegar a ser héroe, debido a la suma de tres factores: mala lectura del riesgo, medios de comunicación amantes del morbo y una hospitalización forzosa con posibilidad de muerte.

Así, la bondad se podría estar revelando como un factor de alto riesgo en la sociedad, donde antes parecía parte de ser “pura vida28”, ahora implicaría consecuencias graves. Esto conlleva a la valoración de por qué alguien llegaría a ser bondadoso o solidario ¿Por qué se puede o habría de realizar una acción bondadosa? Una opción, es porque pareciera que no conlleva aparentes riesgos (mirada ingenua de la vida social), y otra opción es porque se “es” un verdadero héroe, en esencia, que está dispuesto a entregar la vida, a arriesgarse.

Ante esto vale recordar una frase que advierte y resume de alguna forma esta discusión: “Los verdaderos héroes son siempre arrastrados por las circunstancias, jamás eligen, porque si pudieran elegirían no ser héroes […] El héroe verdadero lo es siempre por error, su sueño sería ser un honesto cobarde como todos” (Eco, 2012, p.157).

Así, el héroe surge más porque lo “necesitamos” social y simbólicamente, que porque alguien en particular esté buscando la heroicidad, a menos que la pueda disfrutar sin mayores problemas y no arriesgando mucho su bienestar. Sería una especie de “viaje del héroe”, que viene siendo un patrón mitológico que se moldea en la mente y que utiliza la idea básica de “Un protagonista que salva a alguien sin necesidad de hacerlo…” (Campbell citado en Fros, 2015, p.128) y que se esperaría salga airoso. Sin embargo, en el caso de Gerardo imperó más el héroe trágico clásico: “…el protagonista termina peor que al principio” (Fros, 2015, p.129).

Se profundiza en el dramatismo con el que se dotan las noticias, el cual recalca la morbosidad, la acusación, el peligro y la muerte. El dolor que sufrió Gerardo, casi puede quedar en un plano secundario en algún sentido, dando prioridad al espectáculo del acontecimiento mediático y moral. Algunos periodistas aguardaban a la salida del Hospital Calderón Guardia reportando su condición; cabe señalar las numerosas veces en que se enunció su presunta muerte, generando incertidumbre. Él falleció casi dos meses después, el 19 de noviembre de 2015, cumpliendo por fin una profecía más mediática que griega.

“DEPRAVADO”: LA NECESIDAD DE QUE SEA UN “ENFERMO”

A diferencia del “Héroe-Gerardo”, el nombre del anti héroe costó más rastrearlo para la producción de este trabajo, incluso fue menos usado29 en los medios. Se enfocó la atención en el nombre del Héroe más que en el “Villano-Luis”, para quien los apelativos se difundieron más rápidamente: “depravado”, “enfermo”, etc. Como suele ser frecuente, el demonizar y el deshumanizar son faciles cuando se pretende desaprobar una acción,una persona o un grupo social. La historia en América da cuenta de eso en su proceso de conquista. No estamos generando una apología de Luis Umaña30, sino más bien mostrando las formas de reacción que se manifestaron a la hora de juzgar en redes sociales (incluyendo las digitales) al perseguidor de la mujer.

La acción que el hombre realizó es tachable y altamente cuestionable, sobre esto hay un consenso social, si bien no es el interés de este artículo, este hecho fue sumamente cuestionado y es parte de la agenda de igualdad desarrollada desde hace largo tiempo. Para efectos de este documento interesa analizar el punto de que la demonización y el criterio de “enfermo” surgieron como mecanismo para ubicar a esa persona en un mundo de actos concretos y apreciaciones simbólicas.

Se llevó a cabo una dicotomía sobre si estaba o no enfermo. La visión de enfermo fue tomada por un grupo de personas de diverso tipo y contexto social. Inclusive, la insinuación mediática remarcó esta idea, particularmente poniendo narraciones de personas que se identificaban como adictos al sexo, etc. Mientras que otras personas (de lo que se pudo advertir, principalmente mujeres) ofrecieron una visión que decía que no estaba enfermo, sino que era parte de la educación social que pretendía fortalecer esa forma de actuar. En alguna frase señalada se leía “…es un hijo sano del patriarcalismo” (Pichot, 2014), lo que denotaba una visión más sistémica del problema que
se presentaba.

Esta dicotomía de cómo evaluar al hombre presenta el enfrentamiento entre la visión más individual y la perspectiva más social31. Un hombre-individual que está enfermo32, frente a un hombre-social que es educado. Pese a lo simplificado y polarizado de esta reflexión, la idea es mostrar las posibles miradas ejercidas con las que se vio el acontecimiento. Asimismo, se vio al hombre individual (y a los hombres “como él”) en su condición de malo y sobre todo “enfermo”33, que son ellos los que deben cambiar; sería la versión más esencialista del humano, alguien descontextualizado. Esto permite conectar con la idea de la sección anterior y preguntarse ¿un hombre “enfermo” fue alguna vez un niño “puro”? En este sentido, se abre una veta para la visión contextual y normativa de la sociedad. Se ve al hombre-social como producto, junto con las otras personas, de la educación que se lleva a cabo en la sociedad. Sería la mirada que presenta el contexto, des-esencializada y que advierte de que estamos involucrados.

Ambas miradas reclaman acciones, pero donde la mirada esencialista llamaba “enfermo”, la mirada contextual llama hombre; y de ahí también la polémica dicotomía en cómo castigar a alguien. Si es un enfermo, puede ser —al igual que la mujer de la grabación— una víctima de su enfermedad y también un monstruo —por lo que la enfermedad lo obliga a hacer— y se entra en la cuestionable situación de que solo hay víctimas: la víctima del monstruo, y el monstruo que es víctima de la naturaleza o de algo que lo “enfermó”. Además, siguiendo a Foucault (2010), uno se puede enfermar por la presión social, ya que “…uno se enferma por sentir demasiado; se sufre por la solidaridad excesiva con todos los seres que rodean a uno. Ya no se está forzado por su naturaleza secreta; se es víctima de todo aquello que, en la superficie del mundo, solicita el cuerpo y el alma” (p.459). Pero, ¿si no está enfermo y es un hombre en condiciones de crianza como cualquier otro?, entonces no solamente habría que reprenderlo a él, sino a una sociedad que forma de esta manera, lo que obliga a crear el imperativo social de modificarse; reconstruir o revertir “privilegios” y/o beneficios sociales históricamente ejercidos para los hombres.

En este debate simbólico de lo que es o no es, se puede apreciar las consecuencias de que se valorara a este “villano” como un “enfermo”, en particular con una enfermedad depravada34. Esto des/culpabiliza a la sociedad, libera al sujeto del contexto y des/conecta cualquier intento por ser parte del problema. Sin querer decir que las acciones deban tener consecuencias según la gravedad y el impacto que conllevan, es preferible contextualizar a la deshumanización por medio del contagio simbólico de enfermos. Esto distancia de causas sociales, que desde la perspectiva sociológica resguardan pautas de comprensión y posibles medidas para lidiar con los asuntos.

Esta reflexión se ha plasmado en otros contextos. Cabe recordar el polémico texto de Arendt (2003) Eichmann en Jerusalén. Estudio sobre la banalidad del mal, donde se manifiesta que las personas esperaban ver en el nazi Adolf Eichmann a un monstruo, pero en vez de eso se toparon con un rutinario y constante burócrata. Está reflexión de Arendt35 es precisamente pertinente en este estudio, cualquiera puede acometer actos de inestimable vileza (según la mirada y los ángulos), pero esto no tiene al mal de por medio; sino son reproducciones de valores y normativas que están gestadas por compromisos simbólicos, que pueden ser banales.

Más allá, inclusive se diría que es un acto de crueldad, porque según dice Joan-Carles Mélich (2014) : “…lo típico de la lógica de la crueldad es la configuración de una gramática moral en la que el singular y, por tanto, el nombre propio, desaparece a favor de lo genérico, de la categoría, y es esta la que dice lo que uno es y cómo tiene que ser tratado…” (p.37. Cursiva del autor). Una crueldad permitida porque es en función de cobrarle lo hecho a la persona. De modo que el villano puede ser visto como banal o se le puede tratar cruelmente, son opciones que dan las relaciones sociopsicológicas que se hagan y ejerzan.

La visión de banalidad, la idea de actitud corriente, puede hacer caer en el desinterés por el tema del comportamiento y los valores reproducidos en la sociedad (porque están naturalizados), que lastiman, lesionan y se generan en conflictos con otras personas. Mientras que la crueldad es la forma de facturar el reproche social, y se hace negando identidad, o asignándole otra, una categoría que le sustrae elementos asociados al estatus, al reconocimiento, a la dignidad (sea lo que eso signifique en determinada cultura), entre otros, lo cual se asocia con la etiqueta de malo, maldad, etc.

Es cierto que el “mal” o lo terrible parece más interesante y hasta más seductor que pensar en actos “buenos” o rectos (Marina, 2013), pero esto permite considerar a las personas y eventos como más allá de las posibilidades personales. Esta visión enajena de las acciones y los intentos propios, porque “el mal” reclama desde antes, algo que está más allá de la fuerza humana. “El mal” es transhistórico, el humano concreto no, por tanto, no hay acción que valga (el mensaje del “malvado-depravado” es el de ganar siempre y dominar a sus hombres porque no puede morir). Surge la pregunta: una lectura así ¿nos beneficia o nos paraliza, nos inmoviliza como sociedad en busca de cambios?

EL SELFIE/AUTORETRATO: DORIAN GRAY EN LOS TIEMPOS HIPERMODERNOS

Lo expuesto presenta una posición difícil de reconocer, puesto que en cierta medida no se tiene y no se ha tenido tampoco, control sobre la externalidad de la mirada sobre nosotros. Esto no es nuevo, pero en un contexto donde la mirada externa está más presente que nunca con cámaras-celulares, drones, etc., la idea de resguardar la forma de ser vistos no es una tarea fácil, ni siquiera parece posible, y es más un mito asociado con la idea de la esencia de la identidad. Este punto aunado a la mirada externa y lo que se asuma de esta, forma parte de la identidad, por lo cual, se tiene una forma de reconocer que de cierta manera se es en función de cómo se es visto y se cree ser valorado. Pero, en un reverso psicológico, ni siquiera se presta atención a este punto, porque se considera casi inmutable la presunta única personalidad, por lo que de nuevo, nada tiene que ver la sociedad y la historia con el individio.

En este punto, se introduce lo que el selfie o el autoretrato puede estar simbolizando en un mundo de las miradas desbordadas. Por un lado, el selfie da la posibilidad de editarse y también de “ser o aparentar ser nosotros mismos”. Es decir, da la sensación de que es uno mismo, de que soy “yo”, retratándose como se quiere ser visto o como se cree ser, y no la sociedad la que retrata. El autoretrato es la manifestación de una técnica individualista que pone al sujeto en “el mejor mundo posible” y a su vez, da una especie de retrato ganador.

A partir de lo anterior, surge la interrogante ¿alguna vez se ha visto un selfie triste, un selfie donde se muestra las sensaciones más crueles y pesimistas? Pareciera que no. Esto genera la posibilidad de señalar que el selfie es la presentación de un “yo” megaeditado bajo parámetros de éxito y la forma más económica de señalar de que no se es parte del mundo, al menos no del mundo perdedor. La idea consiste en indicar que el selfie es “mi versión” (y la que supuestamente es, la que desde la individualidad, se debe tomar como verdadera). Pero si otros nos fotografían (estos fotógrafos representan la sociedad) entonces nos presentan en otras condiciones. En el selfie, se escoge la pose y el perfil, porque si no, los escoge la sociedad, y esta elegirá el peor o más lamentable ángulo.

El texto del siglo xix de Oscar Wilde (1890) “El retrato de Dorian Gray”, presenta un elemento importante para comprender esta lógica. En dicha obra uno de los argumentos fuertes es la importancia que tiene la imagen en la conciencia de vida. En el libro, el pacto ocurrido hace que sea la imagen del retrato el que envejezca y no la persona física, con la única condición de que Gray no vea dicho retrato, porque se revertirán entonces las cosas y la persona recuperará el envejecimiento retratado.

Entre otras ideas, el miedo e incertidumbre sobre los cambios y las fuerzas desconocidas que afectan al individuo, así como, las maneras con que se intenta perpetuar la imagen, son parte de la discusión de fondo del libro. Mencionar esta narración está en función de explicar que los selfies son un intento —actualizado al siglo xxi, de perpetuar una felicidad y vida trascendente (ya sea real o fingida). En lugar de dejar en el retrato los cambios y vivir siempre de la belleza y juventud, en el caso del selfie, más bien es el vivir en el mundo pero siempre con la imagen editada, mostrándonos como lo más exitoso posible. El selfie sería siempre la cédula de identidad digital (pero anclada en “lo real”) para acentuar que se sigue ganando en un mundo en perdición.

En lugar de evitar ver el retrato como en el caso de Dorian Gray, se pretende más bien, observar una y otra vez los selfies (haciendo cada vez más selfies) para apropiarse de esa imagen construída, es decir, apoderarse de uno mismo constantemente. Somos Gray hipermodernos e inmortales, que queremos mostrar estar vivos, con lo cual cada imagen que reproducimos como selfie tiene el tono de éxito, felicidad y celebración. Aunque dichas sensaciones y fenómenos no están en cuestión en este documento, lo que sí lo está es la necesidad de hacerlo evidente más allá del círculo inmediato de quien pueda interesarle.

Estos autoretratos son técnicas cotidianas de acentuarse y exhibirse, siendo director, productor, actor y publicista de la propia imagen, pero con las características de la publicidad de finales de los 80 y principios de los 90 (Caro, 1994), la cual consiste en poner la mejor imagen posible de un producto o persona. Se cosifica a la persona con el fin de perpetuar el mejor “yo”, con la expectativa de que esa imagen creada por cada uno sea también autoconsumida.

Se crea una imagen que distancia al sujeto del mundo o al menos, lo pone en una mejor versión (una imagen donde se es feliz y ganador), en oposición a todas las imágenes de niños “puros” y “héroes” que mueren, así como, “villanos” y “enfermos” que salen victoriosos. En pocas palabras, el selfie es la documentación del éxito36, que se espera sea lo único que quede en las pantallas, físicas y mentales, con las cuales acentuar la necesidad personal de centralidad en el mundo.

CONCLUSIONES: MIRAR MÁS ALLÁ DE LO EVIDENTE

La Sociología es un instrumento analítico y defensivo, además es un corpus teórico. Por un lado, ayuda a comprender y por otro, fomenta la discusión crítica. Sin embargo, no es un instrumento neutral en absoluto, requiere generar posición y perspectiva como lo hacen otras disciplinas (Ciencia Política, Antropología o más aún, Filosofía, entre otras), que permiten la confrontación. En resumen, es un constante pensar imaginativo. La actualidad tiene la condición de la exhibición constante de imágenes a un ritmo vertiginoso. Dichas imágenes llegan sin contexto, sin amplitud, sin sentido (o en su defecto, un sentido tendencioso) y por tanto, se le atribuyen muchas veces con la única mirada local, por ser la única posibilidad en tales circunstancias. El “héroe” y el “villano” resultan ser de las únicas formas básicas de comprender un determinado evento; los temas, las acciones, los dramas se presentan como temas de la bondad frente a la maldad, ganadores y perdedores, etc.

La primera conclusión radica en notar que no se tienen mayores elementos para abordar una idea de lo global o de lo mundial. El desconocimiento por lo global en términos de países, culturas, religiones y sociedades en general es insignificante, en comparación con el conocimiento de personajes de televisión, farándula, magnates, inclusive caricaturas. El niño Aylan Kurdi solo se reconoce por ser niño, pero qué decir de su vida como persona con nacionalidad siria, su aprendizaje cultural de la zona que habita y de su religión instruida.

Se puede empatizar con el sufrimiento ajeno, inclusive sin conocer a la persona involocrada; sin embargo, lo relevante de señalar sociológicamente es el desconocimiento por las causas del dolor. Los comentarios vistos en diferentes medios de comunicación se enfocan en el dolor sufrido, pero no aparece mayor referencia a las causas, lo que ocurre antes o durante. Se está ante una visión ahistórica del dolor, que presenta una mirada estática, no se sale del recuadro de la fotografía, es una literalidad.

Se reproducen las imágenes que indican dolor, lo cual pareciera una forma de manifestar apoyo y que los demás lo puedan ver (dando seguimiento a lo que acontece en páginas web o al mismo facebook o twitter), pero el interés se detiene ahí. Esto parece más una trampa que una forma de apropiarse y vivir en lo global. Se considera que poder identificar cosas que ocurren en el mundo es “saber” sobre el mundo, encontrándose bajo un efecto de auto referencialidad, donde la idea de una acción o acto concreto se explica por sí mismo. Una aberración socrática “…solo sé, lo que se debe saber, porque yo lo sé…”; es decir, lo que se ve es lo que existe y lo que hay que saber. En este sentido, la imagen del niño en la playa se explica por sí misma, ocurre porque la maldad se expresó (la maldad misma o la de alguien). Es un acto de más el pedir, el solicitar o el indagar sobre el trasfondo.

Conocer sobre el mundo es una oportunidad particular en el contexto de los siglos XX y XXI; la reflexión sociológica contemporánea muestra que al no conocer ni informarse sobre los procesos de otras sociedades e intrasociedades, se acrecienta el miedo ante esa manifestación de fuerzas incomprensibles.

La foto de Aylan puede ser interpretada como una resonancia de lo desconocido que es el mundo y la vida, en los cuales existen lugares visitables y peligrosos, en donde si no se tiene el mapa indicado se puede terminar muerto. De ahí que la popularidad de las agencias de viajes son los trayectos medidos y comercializables, los cuales le evitan al turista las exploraciones fuera del plan37.

La segunda conclusión es que no se distingue la contradicción entre las múltiples miradas y las intimidades. La persecución fílmica del video comentado expresa una llamada hacia los comportamientos públicos. Por un lado, si se comete una acción (sea moralmente aceptada o no) se podría estar siendo vistos y grabados. Por lo tanto, la autorregulación, una idea de panóptico foucaultiano, podría estar inculcándose debido a la sociedad fílmica. Por otro lado, una vez abierta la veta de poder grabar lo que sea cuando sea ¿qué pasa con la intimidad?, ¿quién otorga derecho a usar repetidamente la imagen de Aylan una y otra vez?, o simplemente no hay necesidad de que haya derecho, como está muerto y ya alguien la usó, no se está en la obligación de seguir ningún motivo, pacto, norma u otra referencia de acción sobre dicha fotografía.

La filmación mostró dos aspectos: en primer lugar, los permisos patriarcales que muchos hombres se dan y las licencias sociales históricamente reproducidas; y en segundo lugar, que se está más expuesto de lo que se cree. Así que el resguardo local, comunal y hasta personal, está entrando en relación directa con lo global. En otras palabras, lo global depreda o asimila elementos de localidad cuando estos entran a los canales mediáticos. Aylan representa a cualquier persona de la sociedad, en el sentido de ser arrastrado por la corriente, hacia una casi inevitable muerte. La imagen del niño se muestra y usa como ejemplo de la debilidad del individuo, cuando la vorágine social primitiva acecha y ataca.

Para el caso de la imagen global interesó enfocarse en el retratado y para la imagen local/nacional interesa el retratante. Pero con el caso del selfie38, que es el mismo el retratato/retratante, se tiene la posibilidad de ser editores y sobre todo publicistas de la vida personal, tanto nacional como internacionalmente. Es una forma de alejarse de la muerte mediática o de la invisibilización silenciosa de vivir en multitudes. La muerte sondea las imágenes, las cuales retratan y asustan. La construcción de un mundo temible es parte de un escenario mediatizado que recuerda lo mortales que son los idividuos en cada momento. El selfie es la defensa individual (muchas veces ingenua e inconsciente) que se considera efectiva o al menos práctica para defenderse de la mirada ajena.

Los recursos utilizados en este documento provienen de diferentes fuentes de producción sociológica, filosófica, semántica, socio-lingüístico, etc., debido a que la estructura que articula la reflexión está basada sobre lo que recalcaron Max Weber (2008) y Wrigth C. Mills (1987). El primero, se enfoca en la importancia de buscar y el dar sentido a las acciones; y el segundo, en la importancia de la imaginación sociológica como detonante de las figuras o imágenes estáticas que se tienen sobre el mundo y las figuras. Para eso no necesariamente tienen que haber compartimientos, sino más bien diálogos a partir de la movilización y de la imaginación, de una persona con otras.

Este escrito es una forma de explorar las ideas en diálogo, analizando ilusiones, utilizando la imaginación, combinando ideas de libros y artículos, navegando en internet, y sobre todo conversando. Como escribió en su oportunidad Zygmunt Bauman: “Pensar sociológicamente puede ayudarnos también a entender otras formas de vida, inaccesibles para nuestra experiencia directa y que con demasiado frecuencia forman parte del conocimiento de sentido común sólo como estereotipos…” (1990, p.23).

BIBLIOGRAFÍA

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OTROS

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Pichot, Malenta (2014). “El hijo sano del patriarcado.” [En línea] En: TELÁM. Argentina. Recuperado el 01 de junio de 2017. http://www.telam.com.ar/notas/201403/56570-el-hijo-sano-del-patriarcado.html

Fecha de ingreso: 21/04/2016

Fecha de aprobación: 19/09/2016


1 La primera edición salió en 1993.

2 Se apega a los títulos traducidos al español, a pesar de que los libros originales proceden del italiano, alemán y francés. También existen versiones en inglés. La razón es que, aún cuando en los títulos originales (traducidos literalmente) no contienen la palabra ilusión, la idea o el sentido gira en torno a lo expresado en este artículo, que es un cuestionamiento sobre si lo que se ve es una objetivada “realidad” o construcciones sociosimbólicas y políticas de diversa naturaleza, que pueden ser resignificadas por nosotros. El caso más claro es La estrategia de la ilusión cuyo título en italiano es Semiología quotidiana.

3 Se tomó la decisión de no mostrar ejemplos gráficos, sino describir someramente lo que la imagen especifica. Esto debido a las consideraciones éticas sobre el manejo de las imágenes.

4 Se puede registrar antecedentes sobre el tema del engaño por ejemplo, en el concepto de skiagraphia en los textos Retórica y Metafísica de Aristóteles, donde él la entendió como una “apariencia engañosa”. Véase el estudio que hace sobre esta idea: Labarriére, 1988.

5 Para una revisión sucinta de este proceso evolutivo asociado a lo social y su vinculación: Harari, 2015; Diamond, 1993; Harris, 1995 y Morris, 1967. Este punto no se aborda en este artículo, pero no deja de ser un tema que compete la comprensión más extendida de lo social en su faceta socioevolutiva.

6 El referente latinoamericano más simple de este evento son dos torres gemelas, edificios altos que para muchos eran una imagen de poder por ser altas y grandes. Pero además de esta simbología, también resguardaban una utilidad estructural del mundo liberal. Eran el espacio del mundo comercial. Su nombre era el Centro de Comercio Mundial (World Trade Center).

7 Llamar oriente medio es una convención que surgió de disposiciones geo-políticas militares estadounidenses. En un mapa occidental se pone esta zona en el centro, pero desde otras perspectivas no necesariamente sería medio. Es decir, la terminología está demarcada con un uso de organizar el mundo, sus lugares, sus conflictos, sus enemigos.

8 Irak no era responsable, ni su gobierno encabezado por Saddam Hussein, ni otras fuerzas iraquíes, de los atentados en Nueva York. Pero desde un punto de vista de interés comercial, era rentable y lucrativo controlar el Estado iraquí (con sus fuentes de petróleo) que seguir al acaudalado Osama Bin-Laden (OBL-fue entrenado y financiado por la Agencia Central de Inteligencia, C.I.A, USA.) hasta su país natal Arabia Saudita, lugar de nacimiento y abastecimiento de Al-Qaeda. Además no era políticamente correcto intervenir en Arabia Saudita, ya que es un aliado habitual con Europa y Estados Unidos, por la misma razón el control de reservas de petróleo, de las cuales Arabia Saudita se mantiene como pilar económico de medio oriente y de donde ha surgido gran cantidad del capital para el financiamiento de su reino y del mismo Al-Qaeda.

9 En orden de derrocamiento de autoridades políticas: en Túnez, Ben Ali; en Egipto, Hosni Mubarak; en Libia, Muamar Gadafi y por último, en pleno desarrollo está el Presidente de Siria, Basar Al-Assad.

10 El título de “suiza centroamericana”, así como, el desarrollo socio-histórico no marcado por guerras civiles, como sí ocurrió en el resto de América Central ha contribuido a crear una aparente cultura de ejemplaridad. Que si bien puede tener la virtud de generar confianza colectiva, también tiene la marca de olvidar los rasgos históricos y las circunstancias (inclusive casuales o externas) que llevaron a una trayectoria singular.

11 Este texto de Michel Onfray (2010) Freud. El crepúsculo de un ídolo, es un valioso esfuerzo porque cuestiona la inocencia sobre las propuestas seudo-científicas del psicoanálisis freudiano y que fueron de mucha ayuda para permitir afinar el análisis sobre una obra/imagen construida históricamente y romper la idolatría inocente que sobre esta construcción mítica se hizo, según la visión de Onfray.

12 A la larga, la humorística cultura política costarricense puede funcionar como un referente contra apocalíptico, aunque un análisis más detallado puede desarrollarse en futuras investigaciones.

13 Se toma como referencia el título del libro de Edith Wharton de 1920. La autora hizo una indagatoria sobre la pérdida de la inocencia en el contexto neoyorkino de los primeros años del siglo XX. Pero en este apartado, se reflexiona sobre la pérdida de la inocencia sobre los acontecimientos sociales, viéndolos descontextualizados.

14 Se incorpora la palabra injusticia sin mayor reflexión sobre lo que es o significa. Se recurre a la asimilación social coloquial del término, que es ambigua y usada para señalar algo malo, desigual, etc.

15 El uso de la metáfora del mar, ha sido usada por diferentes escritores como Joseph Conrad o Elías Canetti. Es significativo recordarlas porque en este caso, ambos autores lo hicieron como referencia a la multitud humana. Para este artículo se usa como la sociedad en su visión más externalizada.

16 Una discusión sobre la pérdida de inocencia, sobre todo de la valoración de las niñas y los niños como personas que participan de la sociedad y crean sociedad se puede ubicar en la novela de William Golding (1954), llamada: El señor de las moscas.

17 Un ejemplo de esto, se pueden ver en la noticia/fotograma: “Niños del planeta” (14 de octubre de 2015, Semanario Universidad), en el cual se muestran diferentes niños en condiciones principalmente militares y guerrillas.

18 “El mito del “buen salvaje” tiene una existencia que data de momentos previos a la revisión francesa, y se enmarca en la mirada española sobre el proceso de colonización y conquista americana.

19 En la actualidad, el teléfono celular alberga una multioportunidad de vincularse con el entorno: llamando, grabando el exterior (fotos-videos), etc. Este aparato se convierte en la mentalidad de la existencia, en una forma de defensa o ataque de la intimidad.

20 En relación con la vigilancia militar y de inteligencia en el uso de drones, véase el texto de Benjamin, 2014.

21 Inclusive, el joven que reveló el video en internet, a su vez fue perseguido y apuñalado dos días después de haber sido publicado dicho video. Sin embargo, en investigaciones judiciales se indicó que dicho ataque tuvo razones distintas a la situación del video (inclusive, produciendo otra generación de noticias, con alto elemento de morbosidad, pero que se desvían del tema central de este documento), cuando ya se había generado un aura amplia de especulación sobre las relaciones y razones de la supuesta “venganza” de la persona filmada en días previos.

22 Para profundizar en el debate del tema de la vigilancia, ver Bauman y Lyon, 2015 (Vigilancia líquida).

23 El panóptico es un invento de Jeremy Bentham en el siglo xix y era aplicado principalmente para la función de la prisión física. Foucault toma la idea y lo analiza como una la metáfora de cómo el ciudadano interioriza su autovigilancia, la cual es mucho menos costosa en términos de la inversión del Estado.

24 Para efectos del argumento se tomó la relación que especulativamente se dio desde lo mediático, que fue la relación entre el video que realizó y el apuñalamiento que recibió. Aunque como se vio, según los informes oficiales no tenían relación directa. La razón es poder seguir el hilo narrativo-mediático para super-poner la idea de heroicidad, sobre parámetros de rigurosidad o análisis de los hechos. Al final, las noticias sobre Gerardo tomaron un giro que quebraba el aura heroica, que los mismos medios usaron y que después descartaron, como parte de su psicología publicitaria y de aprovechamiento de imaginarios.

25 En los últimos 20 años, se han producido alrededor de 12 películas con la renovación de los héroes del siglo XX. Los estudios Marvel y los estudios DC Comics han vendido derechos de autor de los comics de sus héroes a las industrias del cine como Warner Brothers (DC Comics) y otras, convirtiéndose en industrias del cine propiamente como Marvel Studios que es propiedad de The Walt Disney Company. Para un análisis más detallado de los héroes del siglo XX y los comics véase: Morris y Morris, 2013. En los años 2015 y 2016, se presentan una inusitada gama de películas de superhéroes, que conectan con un momento social moralizador de consonancia guerrera y conflictual.

26 Odiseo es héroe porque vuelve a casa, no cumpliendo el requisito de morir por su patria. Pero no lo tiene que hacer, porque ya otro lo hizo antes, Aquiles. La dicotomía que se podría establecer en los héroes homéricos Aquiles y Odiseo, radica en que mientras Aquiles se hace héroe por darlo todo por su ciudad-estado, por la grandeza de su sociedad, Odiseo es héroe porque supera todos los obstáculos. Aquiles es héroe porque no teme a la muerte, teme más a no defraudar a su ciudad; mientras que Odiseo es aquel que lucha por la vida, para precisamente volver a su casa/ciudad. En ambos héroes la ciudad, su grupo social es la razón de acometer sus actos. Se ve reflejado inclusive en las acciones de los héroes modernizados y contemporáneos. Para una lectura descriptiva de los héroes griegos, léase: Graves, 2014 y 1955.

27 A menos que sean los héroes del siglo xx que sí pueden gozar de su estatus (debido a la necesidad de secuelas fílmicas), porque la muerte es solamente un ornamento en la historia, no una posibilidad real.

28 Expresión o costarriqueñismo que hace alusión a un saludo o indicador de armonía y amigabilidad que busca expresar una aparente ausencia de mayores contratiempos o problemas.

29 Los momentos para utilizar el nombre del anti héroe son más selectivos. Involucran un proceso largo y sostenido, cuando el villano, el malvado, el némesis, etc. es absolutamente reconocible, con una marca estigmatizada de clara maldad. Sería el efecto de un Hitler, un Franco, un Mussolini; o un William Walker, un Federico Tinoco, etc. Representantes constantes en una narración.

30 El nombre de Luis Umaña empezó a figurar tarde en lo que refiere a grafitis y circuitos digitales (en menor medida en los medios tradicionales), pero no tuvo nunca el impacto del nombre de Gerardo.

31 Esta dicotomía representa el conflicto clásico que legitima y justifica la existencia de la Psicología, frente a la Sociología. A su vez, es parte del contexto epistemológico en el que se funda la disciplina sociológica, el peso del contexto en las acciones y reproducción de la sociedad.

32 No es la idea realizar una reflexión sobre si el individuo está o no enfermo. Esto dependerá tanto de miradas disciplinarias, como de opiniones. Sin embargo, lo relevante es que no todas las personas ubican a la enfermedad como causante, lo que abre la discusión al mundo comprensivo del fenómeno y el conflicto de miradas.

33 Cabe recordar que en la modernidad la forma de representar la ausencia de la preciada razonabilidad (lema y logo fundante del periodo histórico denominado Ilustración) es la idea de enfermedad —mental— (Foucault, 2010), el cual es el código para denominar a una persona que no tiene facultades (en este caso de voluntad) y por lo tanto, debe operarse sobre la persona, la autoridad para encauzar las correctas fuerzas sociales y de la razón.

34 Se entiende depravado como alguien que se sale de la norma sexual. Esta definición, laxa por lo demás, podría hacer pensar en cuales son los límites de la norma, asimismo, considerar en que nivel de normalidad se encuentra una persona de acuerdo a las normas sexuales.

35 Esta visión de H. Arendt sobre A. Eichmann es polémica y ha tenido a su vez críticas, que omitimos por razones de espacio e interés temático. Más bien recuperamos la reflexión sobre la problemática de en lugar de pensar el mal explicativo y motivador de los acontecimientos sociales, es la rutina y la sistematicidad los causantes de las acciones.

36 Para una reflexión similar y con información de estudios sobre Facebook, véase Fros, 2015. El autor expone posturas basadas en las razones sobre la idea de la comparación entre los seres humanos, que se relacionan como factores que influyen en la percepción y el consumo.

37 La novela Lanzarote del popular francés Michel Houellebec expresa este punto con gran cinismo.

38 El uso de los elementos del clásico George H. Mead, como el “I”, el “me” y el “self” aquí sería de interés interpretativo para un debate sobre la formulación de la idea de identidad en el contexto actual. Pero se salen de las posibilidades de este artículo (Mead, 2009 y Bauman, 1990). El texto de Bauman es en especial recomendado porque es una aproximación a la Sociología desde las vivencias y preguntas cotidianas. Además para una introducción a los formadores del mundo o conocimiento sociológico se puede acudir a John Scott (ed.) en su libro 50 Sociólogos esenciales (2013).