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Más allá de los “datos ”: una breve reflexión desde la epidemiología social...

Rev. Ciencias Sociales Universidad de Costa Rica, 163: 89-99 / 2019 (I). (ISSN: 0482-5276)

“masculino y lo “femenino y a la forma como se articulan estas dos construc- ciones en relaciones de poder. Género tampoco equivale a mujer. El concepto de género no se aplica a la mujer —ni tampoco al hombre per se , sino a las relaciones de desigualdad entre mujeres y hombres (o entre los ámbitos ‘masculi- nos y ‘femeninos ’) en torno a la distribu- ción de los recursos, las responsabilida- des y el poder (p.455).

Tal clarificación conceptual resulta per- tinente, en tanto constituye un aporte que debe ser integrado en todos los sistemas de infor- mación y vigilancia, más aún cuando el fin úl- timo de estos es dar cuenta de fenómenos que afectan a colectivos sociales —como la violen- cia— y en consecuencia, deben reconocer el en- tramado de factores genéricos, generacionales, contextuales y políticos, entre otros, que inter- vienen en el origen, curso y expresión de estos.

En este sentido, el análisis contextua- lizado desde el género contribuirá al reco- nocimiento histórico de las desigualdades existentes entre hombres y mujeres en el acce- so y disfrute de la salud. Sin embargo, resulta oportuno ampliar dicha variable de acuerdo con los postulados actuales (Salas y Campos, 2010) que resaltan la importancia de performar las expresiones culturales tradicionales vincu- ladas con lo femenino y lo masculino; de esta manera se pueden incluir variables en torno a la identidad genérica (cisgénero: la identi- dad de género coincide con el sexo biológico asignado al nacer; transgénero: la identidad de género no coincide con el sexo biológico asignado al nacer; género no binario: la identi- dad de género no se define desde las categorías femenino-masculino) y las prácticas sexuales (por ejemplo, la categoría hSh , utilizada para describir a aquellos hombres que tienen sexo con otros hombres, pero que no se autodefinen como homosexuales).

Los sistemas de vigilancia deben ser complementados con otros enfoques que bus- quen visualizar la diversidad del ser humano, por ejemplo, el enfoque contextual o el enfo- que generacional, los cuales enfatizan en otras

particularidades como la edad, la etnia o la clase social, para dar cuenta del impacto de la discriminación en la salud de las personas, de acuerdo con distintas condiciones sociales. En concordancia con estos enfoques, otras de las variables socioculturales que pueden incluirse en los sistemas de vigilancia epidemiológicos sobre la violencia, pueden ser la nacionalidad, la orientación sexual y la condición migratoria.

Como puede apreciarse, los aportes de la epidemiología social a los sistemas de in- formación y vigilancia de la salud, enfatizan en la importancia de no solamente presentar indicadores numéricos, sino de entenderles en el marco de un sistema sociocultural especí- fico, planteando líneas de acción derivadas a partir de esta lectura comprensiva. Solamente de esta forma, será posible potenciar la trans- formación de:

una distribución desigual de la salud entre el conjunto de la población, tra- tando de modificar no únicamente la representación estadística del fenóme- no, sino las condiciones que hacen que en la problemática sanitaria se expresen las contradicciones y las desigualdades sociales (González, 2000, p. 214).

En este sentido, a pesar de que aún no existen sistemas de información en el país re- feridos al tema de la violencia que incluyan ampliamente los postulados de la epidemiología social y que sirvan de ejemplo concreto para el análisis de los requerimientos y sugerencias esbozadas en este artículo, se considera que la eventual inclusión de dichos principios fomen- taría la promoción de políticas culturales que reconozcan y visualicen la magnitud del pro- blema, así como, la promulgación de políticas públicas que impacten directamente sobre este.

CONCLUSIÓN

La epidemiología social estudia, desde una perspectiva integral y en un sentido plu- ralista, la manera en la cual las interacciones sociales afectan la salud de los colectivos huma- nos. El posicionamiento de esta nueva corriente demanda una mayor correspondencia entre el