Rev. Ciencias Sociales 169: 27-51 / 2020 (III)

ISSN Impreso: 0482-5276 ISSN electrónico: 2215-2601

El surgimiento de las pymes en Costa Rica desde una perspectiva histórico-económica (1950-2018)

THE emergence OF SMES in Costa Rica from an historICAL-ECONOMIC perspective (1950-2018)

Kathia Cousin Brenes*

Resumen

Este trabajo analiza el surgimiento de las pymes en Costa Rica desde una perspectiva histórico-económica, durante el período 1950-2018. Esta periodización corresponde a la estructura política de cada época, en función del desarrollo empresarial y el contexto que se desea estudiar durante los modelos de desarrollo de sustitución de importaciones (1948-1979) y el de liberación económica (1982-2018). A partir del estudio se destaca que, si bien a finales del siglo xx y principios del xxi la cantidad de pymes incrementa, estas enfrentan mayores retos empresariales debido a que la política económica del Estado se inclina más por los mercados globalizados, aspectos en los cuales dichas empresas no cuentan con ventajas competitivas.

Palabras clave: COSTA RICA * HISTORIA * EMPRESA * MOdelo DE DESARROLLO * empleo

Abstract

This paper analyzes the emergence of smes in Costa Rica from an economic-historical perspective, during the years of 1950-2018. This periodization corresponds to the political structure of each period, according to the business development and the context to be studied during the import substitution development models (1948-1979) and the economic liberation (1982-2018). From the study, it is highlighted that, although at the end of the 20th century and the beginning of the 21st century the number of smes increases, they face greater business challenges, because the State’s economic policy is more inclined to globalized markets, aspects in which the previous enterprises do not have competitive advantages.

Keywords: COSTA RICA * HISTORY * ENTERPRISE * DEVELOPMENT MODELS * EMPLOYMENT

* Sede del Pacífico, Universidad de Costa Rica, Costa Rica.

kcousin4@gmail.com

INTRODUCCIÓN

Crear y mantener el crecimiento económico para incrementar el bienestar de sus habitantes es el objetivo de los países en el mundo. Para Carlos Elizondo (2013), crecer es producir bienes y servicios, al igual que generar más riqueza. De ahí que se juzguen los sistemas económicos y políticos en función de su capacidad para promover el crecimiento. Asimismo, las condiciones del entorno representan un reto enorme y complejo para América Latina, quien debe aprovechar sus oportunidades locales e internacionales mediante algún modelo de desarrollo económico (Lagos y Muñoz, 2000).

En este dinamismo, las micro, pequeñas y medianas empresas conocidas como pymes1 poseen una gran importancia en la economía costarricense. Si bien, representan el 95% del total de empresas establecidas, cuya contribución al Producto Interno Bruto (pib), su relación con la generación de empleo nacional y aportaciones a la distribución de bienes y servicios en el país son evidentes (Martínez, Acuña y Navarro, 2018), se advierte que muchas son vulnerables a los cambios del entorno.

Con respecto a lo anterior, es importante señalar que el uso de acrónimo “pymes” es relativamente reciente, a partir de la Ley 8262 (Asamblea Legislativa de Costa Rica, 2002), durante la administración de Miguel Ángel Rodríguez Echeverría.

El objetivo de este artículo es realizar un acercamiento a la temática del comportamiento empresarial de las pymes, desde el año 1950 hasta el 2018, así como los cambios significativos de su crecimiento2, de la cantidad de empresas y de la cantidad de empleados y sus escalas producidas a partir de la implementación de dos modelos de desarrollo3, a saber, el de Sustitución de importaciones4 (1948-1979) y el de Liberación económica (1982- 2018).

Para este estudio, la fecha fundante institucional de las pymes está delimitada para 1950, momento en que el Estado comenzó a estimular su creación y a impulsar la economía nacional con la creación de la Ley 2.426 Protección y Desarrollo Industrial de 1959. En esta ley, se estableció la protección y el fomento de las empresas micro, pequeñas o medianas, mediante iniciativas de promoción bancaria, protección arancelaria y asesoría técnica para contribuir con la estabilidad económica de esa época (León et al., 2014). De esa manera, estas empresas empiezan a notarse en la economía como generadoras de empleos y otros beneficios.

El interés por investigar este tema surge por dos aspectos principales: el primero, que son pocas las investigaciones5 en este campo y, el segundo, que desde lo histórico este sector no ha recibido mucho análisis. En ese sentido, al intentar conocer el pasado de las pymes puede comprenderse su presente y así proponer soluciones a sus retos.

MATERIALES Y MÉTODOS

En particular, la investigación realiza un estudio sobre la evolución histórico-económica de las pymes durante el período de 1950-2018, desde una perspectiva cuantitativa y cualitativa. Junto a eso, se implementa el método de análisis de contenido, el cual es una técnica de investigación que está “destinada a formular a partir de ciertos datos, inferencias reproducibles y válidas que pueden aplicarse a su contexto” (Krippendorff, 1990, p.28), siempre y cuando queden claros los datos que se analizan. A su vez, en un marco de referencias históricas, se estudian fuentes primarias y secundarias.

En tal proceso de identificación, la delimitación sectorial se centra específicamente en las actividades del comercio y los servicios, pues representan un sector mayoritario de las pymes (Ministerio de Economía, Industria y Comercio, 2013).

Con el propósito de profundizar en la investigación cuantitativa, se necesitaba utilizar el número de empresas pymes por rama de actividad para medir la evolución. Para lograr este fin, se comprobó que esos datos solamente existían en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (inec) desde 1950 hasta el año 1975. Posteriormente, se presentó un vacío de información, ya que las políticas estatales no estimaron la importancia de seguir censando por parte del inec. Como complemento para este proceso, en los años 90 se empleó la base de datos realizada por Gutiérrez y Bolaños6 (1999) y, finalmente a partir del año 2006, se aplicaron las estadísticas de la Caja Costarricense del Seguro Social. ¿Por qué un período tan largo de estudio?, esto se explica por los cambios en la historia económica, los cuales poseen una evidencia pausada y compleja a lo largo de las décadas o períodos.

Con relación a la contextualización, se desea definir un modelo simple de análisis. Primeramente, identificar los actores principales, entre ellos, los actores privados como empresas micro, pequeñas y medianas, así como el Estado (actor público), los cuales forman el contexto que se va a estudiar, con el fin de analizar sus relaciones económicas, políticas y sociales. En segundo lugar, con base en el modelo, se proponen las variables principales a analizar y, por tanto, los datos que se utilizarán para construir indicadores de cambio, tales como, número de empresas, cantidad de empleados y tipo de actividad.

Para la investigación, se hace la aclaración que estos datos utilizados son a nivel nacional, pero siempre se presentan diferencias grandes entre y al interior de las regiones.

RESULTADOS

Después de la Segunda Guerra Mundial, en la segunda mitad del siglo xx, muchos países latinoamericanos, entre ellos, Costa Rica, aplicaron la recomendación de la Comisión Económica para América Latina (cepal, 1954), de sustituir importaciones de bienes industriales por manufacturas de producción nacional. Más aún, el modelo suponía reducir la dependencia de las variaciones de los precios del café y del banano en el mercado internacional (Rovira, 2000; León, Arroyo y Montero, 2016).

Dentro de los cambios, se implementó el modelo de sustitución de importaciones, el cual intentaba fortalecer la actividad industrial y el mercado interno. También se promovió la participación directa del Estado en la economía (Hidalgo, 2003). Sobre esas bases, en palabras de León et al. (2014), el país se transformó en una economía esencialmente agrícola a una regida por “relaciones capitalistas más desarrolladas” (p.131). En esta línea, por lo complejo del aparato económico interno, se hizo complicado que el Estado coordinara adecuadamente sus políticas públicas.

A finales de los 70, la economía mundial entró en recesión y el país no pudo seguir operando con base en recursos provenientes de la deuda externa. Ante la crisis de principios de los 80, la situación económica se agravó, por lo que los organismos internacionales ejercieron su presión para cambiar las políticas económicas en América Latina. Así, el Banco Mundial (bmrf) y el Fondo Monetario Internacional (fmi) diseñaron los programas de ajuste estructural para aplicarlos a los países en desarrollo que ocupaban estabilizarse macroeconómicamente, a este proceso se le denominó “Consenso de Washington”. En otras palabras, eran programas que pretendían reducir o limitar el gasto público, corregir los desequilibrios macroeconómicos, entre ellos, la balanza de pagos y la inflación; asimismo, promover las exportaciones de productos no tradicionales y renegociar la deuda externa. En el caso de los países latinoamericanos, se implementaron políticas destinadas a recortar los presupuestos de los programas culturales y sociales; además, se eliminó el subsidio y los préstamos a los pequeños y medianos empresarios, siendo estos principalmente agricultores (Vargas, 2002; León et al., 2014; León et al., 2016).

A grandes rasgos, los cambios introducidos en la estructura económica a partir de 1985 y hasta la fecha, merecen especial atención en la sociedad costarricense por sus efectos negativos y positivos sobre los sectores más vulnerables.

1. Transformaciones a partir de 1950 hasta finales de los años 70

Para ofrecer una visión general, a finales de los años 40 y principios de los años 50 del siglo xx, la economía costarricense estuvo caracterizada por un sector mayoritariamente agrario (Villasuso, 2000). Tales condiciones provocaron que Costa Rica se interesara en desarrollar nuevos sectores productivos, entre ellos, la industria que iría sucesivamente remplazando a la agroexportación como eje de la economía. La idea era favorecer una política de desarrollo hacia adentro, lo que implicaba una diversificación de la estructura productiva, con un Estado más activo en la economía costarricense, es decir, un Estado Benefactor o Estado de Bienestar (Lizano, 2007). Por tal motivo, para estudiar esos cambios estructurales, se presentan los siguientes apartados:

1.1. Censo de 1950: surgimiento de las pymes

Durante los años 30, Costa Rica empezó a dar un valor social a las pequeñas y medianas empresas como “entes que presentaban una estructura capitalista incipiente” (Cousin, 2018, p.150). Precisamente, antes de 1950, el gobierno desconocía el número de empresas que existían en el país, en actividades comerciales e industriales, con excepción de las exportaciones.

Después de 1950, con la instauración de la Segunda República, en su estrategia de desarrollo, el Estado7 costarricense disminuyó la mortalidad infantil y el analfabetismo, al mismo tiempo que promovió la educación primaria y secundaria (Molina y Palmer, 2008). Interesa señalar que, en palabras de Jorge Rovira (1989), se impulsó y se legitimó un ordenamiento social de la sociedad costarricense. Como consecuencia, se produjeron cambios a nivel social. Conjuntamente, el comercio evolucionó influenciado por el comportamiento de la economía nacional, pues, al aumentar el crecimiento de la población urbana y rural, evidentemente se desarrollaron nuevos mercados locales8 y de consumo (León y Peters, 2019). Lo expuesto anteriormente se evidencia en el gráfico 1:

Gráfico 1
PORCENTAJE de empresas por rama de actividad
COSTA RICA,1950

Fuente: inec, 1950.

En relación con lo anterior, de acuerdo con el censo realizado por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (inec), las actividades mayoritarias de las empresas costarricenses en 1950 se ubicaron en el sector comercio (en cuya categoría se incluye a los servicios) y en la industria, dado que existieron 8030 empresas constituidas en la rama del comercio (70%) y 3381 empresas en la industria (30%). Esto suma un total de 11 941 empresas, de acuerdo con las estadísticas del censo.

En este período comienzan a promoverse las pymes y, en el marco social, surgen medidas estructurales que benefician a la población civil, como la creación del Banco Central de Costa Rica en 1950, el Instituto Nacional de Vivienda (invu) en 1954, la instauración del Instituto Costarricense de Turismo (itc) en 1955, entre otros (Hidalgo, 2003).

De la misma manera, Juan Manuel Villasuso (1990) indica que el Estado asumió un rol relevante para proporcionar infraestructura, en construcción de caminos, promover fuentes hidroeléctricas para dar apoyo a la actividad industrial, además, la atracción de la inversión extranjera con beneficios fiscales en el marco de la integración. En otras palabras, el país evolucionaba desde una economía basada en la agroexportación a una más diversificada y moderna. De igual forma, se producía una transformación de la sociedad en sus condiciones de vida.

1.2. Censo de 1958: consolidación de las pymes

En esta serie de renovaciones dentro del modelo económico sustitución de importaciones, las pymes se consolidaban, debido a que el Estado empezaba a implementar nuevas ideas sobre la política económica para los sectores productivos. Por ejemplo, en 1958 existía un total de 15 617 empresas, de las cuales 9641 se desarrollaban en el comercio y 5976 en la industria. De ahí que se contempla un incremento consolidado de 3676 empresas pymes respecto a 1950, lo que representó una tasa de variación9 o porcentaje de cambio de 31% de aumento10 (gráfico 2).

Gráfico 2
Porcentaje de empresas existentes
COSTA RICA, 1958

Fuente: inec, 1958a y 1958b.

Como se observa en el gráfico 2, el mayor porcentaje se registró en la actividad comercial, pues esta representó 62% de las empresas censadas. Asimismo, para 1958, las 9641 empresas comerciales significaron un aumento del 20% en relación con 1950 (incluida también la actividad de servicios).

De acuerdo con el gráfico 2, el menor porcentaje lo presenta la actividad industrial11, dado que fueron contabilizadas 5976 empresas, lo que se traduce en un porcentaje de participación total de 38%. No obstante, esta adición significa un total de 2595 empresas nuevas, es decir, un aumento de 77% (3 veces mayor al de las pymes en comercio y servicios).

En consonancia con lo anterior, los investigadores Carlos Araya (1979) y Jorge León et al. (2014) discuten que, si bien es cierto que el país comenzó a promover el crecimiento económico, no ocurrió lo mismo con su desarrollo. En autores como Eduardo Lizano (2007), Vargas (2002), Sánchez (2004) y Cousin (2015), se evidencia que, por un lado, Costa Rica seguía dependiendo de naciones desarrolladas12 para los precios de café, banano y cacao; y por otro, las importaciones de insumos, materias primas, tecnología y otros productos superaban las exportaciones.

Como otro elemento más, en 1959, el Estado creó la Ley 2426 Protección y Desarrollo Industrial, la cual impulsaba la diversificación de sectores empresariales para crear nuevas fuentes de empleo. Así, en el marco de la ley, el sector servicios se promovía dentro de esta evolución productiva, al igual que la inversión extranjera (León y Peters, 2019).

También, es necesario aclarar que la promoción de la industria en las décadas de 1940 y 1950 fue producto de la respuesta de algunos empresarios “quienes aprovecharon las ventajas ofrecidas por los diversos instrumentos de política puestos a su disposición” (León et al., 2016, p.183). De igual forma, en un ambiente favorable para el sector industrial, se estimularon este tipo de empresas, primero con una ley de fomento industrial y, posteriormente, con la creación del Ministerio de Industria y Comercio13. Más aún, esta ley fue promovida por dos figuras políticas, por un lado, Figueres Ferrer, quien representó una clase naciente de empresarios pequeños o dueños de empresas dedicadas a la industria; y, por otro lado, Echandi Montero, respaldado por productores de café e importadores de artículos terminados (Weisenfeld, 1969).

1.3. Censo de 1964: multiplicación de las pymes

En este período, según afirma el investigador Iván Molina (1997), el avance social de Costa Rica se apoyó en el progreso económico y en las divisas aportadas por los productos tradicionales que permitieron mejoras tecnológicas y una amplia diversificación del agro y de la industria. Especialmente, el crecimiento empresarial en Costa Rica se alcanzó mediante la consolidación y el fortalecimiento de las empresas en varios sectores (Vargas, 2002; Quesada, 2008; Cousin, 2015; León y Peters, 2019).

Gráfico 3
Porcentaje de empresas por rama de actividad
COSTA RICA, 1964

Fuente: inec, 1964a y 1964b.

En el Censo de 1964, según el gráfico 3, se registró la existencia de 20 116 empresas. Es decir, ocurrió un aumento de 4499 empresas en comparación con 1958, lo que significó un crecimiento de 29%. Asimismo, el sector comercio representó 50% del total, la industria muestra un 29% y, finalmente, aparece identificado por separado, el sector servicios con un porcentaje de 21%.

Para las actividades comerciales, el censo indica que el número de empresas en 1964 se estimó en 10 062, lo que significó un incremento de 421 empresas en relación con 1958, es decir, se presentó un escaso aumento porcentual del 4%.

Asimismo, para 1964, la actividad industrial representó un 29% del total. Sin embargo, se observa una pequeña disminución, dado que de 5976 en 1958, pasó a 5808 empresas en 1964. Es decir, los datos evidencian una disminución de 168 empresas, un decrecimiento de -2%, después de que el censo anterior presentara un aumento de 77%.

En el gráfico 3 se evidencia que la actividad de servicios tiende a tomar importancia y aparece como otra actividad, ya separada de la actividad comercial. A su vez, se contempla un total de 4246 establecimientos, lo que representa un 21% del total de empresas censadas. Sin embargo, este ascenso para la actividad de servicios corresponde a una política estatal de diversificación, comprendida en los alcances de la Ley 2426 Desarrollo y Protección Industrial, pues no nace arbitrariamente.

Junto a ese instrumento de política, con la incorporación de Costa Rica al Mercado Común Centroamericano (mcca), en 1960, se pretendió promover aún más el sector industrial14. De igual manera, la aprobación de la Ley de Desarrollo y Protección Industrial (1959), se realizó debido a la proximidad de que se formara el mcca (1958-1960), y del cual Costa Rica formó parte hasta 1962, por lo que ambos hechos estaban conectados15.

En este proceso, en la búsqueda por el acceso al mercado nacional y regional del mcca, se instalaron empresas extranjeras16 como: Firestone, Gerber, Polymer, gte Sylvania, entre otras (Quesada et al., 1999); no obstante, estos tipos de empresas debieron realizar una combinación de elementos y acoplamiento de procesos productivos para incrementar sus ganancias con recursos especializados, con ventajas y desventajas.

Una de esas desventajas fue que se plasmó un despegue de la industria costarricense mediante un capitalismo dependiente, al igual que en la época colonial y liberal, es decir, había:

Una fuerte y rígida dependencia del sector industrial respecto al agro-exportador y las divisas. [Además] es necesario añadir que la industria se ve altamente favorecida por las políticas económicas estatales, efectuándose, tanto por ello como por la naturaleza monopólica del capital extranjero que invierte en este sector, una sustantiva transferencia de excedente desde los otros sectores de la economía hacia este y desde él (Rovira, 2000, p. 91).

Se concluye, según la cita, que el panorama interno para las empresas industriales en la región centroamericana se complicó con un efecto internacional: la dependencia del sector industrial para ser impulsado por el sector agro-exportador. En ese contexto, una de las discrepancias del modelo de sustitución de importaciones consistió en el aumento de empresas transnacionales, las cuales implementaron tecnologías más avanzadas que ocasionaron —en muchos casos— el rezago17 de las empresas latinoamericanas para poder competir local e internacionalmente (Quesada, 2012). Esta inversión extranjera se dirigía a sectores en los cuales poseía más capacidad para competir, como la rama química y la pesca en el Golfo de Nicoya18.

Cabe destacar que, en el escenario mcca se presentaban debilidades, una de ellas era que Costa Rica poseía una restringida capacidad exportadora en cuanto a la calidad y el precio de sus productos (Vargas, 2003). Por su parte, el sociólogo Carlos Araya (1979) sugiere que, en esta integración, las economías centroamericanas eran muy parecidas y no complementarias, razón por la cual el mcca se saturó de productos similares.

1.4. Censo de 1975: disminución del sector industrial en pymes

El gobierno costarricense buscó introducir un Estado fuerte y protagónico en decisiones desde los años 50, 60 y 70 del siglo xx, precisamente, en asuntos de economía política. Sin embargo, tal enfoque trajo consigo un gasto público que aumentó el déficit fiscal y la deuda19 pública externa. La crisis de los precios del petróleo a mediados de la década de 1970 creó una desestabilización económica en muchos países, entre ellos, Costa Rica, aunado a una inflación y el debilitamiento del modelo de desarrollo de sustitución de importaciones.

En relación con lo anterior, el Censo de 1975 en el gráfico 4, muestra un total de 20 076 empresas en industria, servicios y comercio. Es decir, en comparación con 1964, se dio un estancamiento con un decrecimiento de este sector empresarial en 40 pymes, lo que significa -0,2%.

En esa línea de análisis, el gráfico 4 evidencia que el porcentaje mayor estuvo representado por el sector comercio con 50% del total de empresas. Si bien, es el mismo porcentaje para 1964 y 1975, si se analiza el porcentaje de cambio, ello implica una disminución del -2%, esto es una ligera reducción en esa actividad empresarial en el comercio con relación a 1964.

Gráfico 4
Número total y porcentaje empresas por actividad
COSTA RICA, 1975

Fuente: inec, 1975a y 1975b.

Al revisar la actividad de servicios, se observa que creció vertiginosamente con un 36% del total de todas las empresas20 pymes. También, se distingue un aumento porcentual, en esta actividad de 1964 a 1975, con un 69% y se determina que es una evolución muy diferente a los otros sectores empresariales.

En cambio, es importante recalcar también, en el gráfico 4, que la actividad industrial21 representó solo un 14% del total de empresas censadas, es decir, una cifra mucho menor a la presentada en 1964, cuando participó con un 29% del total. Si se toma en cuenta el porcentaje de cambio, resulta una disminución de -50% en la industria, dado que para 1964 existían 5808 empresas, mientras que en 1975 solamente se registraron 2870.

Es importante explicar este profundo cambio en el número de industrias, puesto que la mayoría de esa disminución debió ocurrir en las pymes. Para Carlos Araya (1979), uno de los desaciertos del período y del modelo de sustitución de importaciones es que, además de la escasa tecnología, Costa Rica dependía de países ricos para las materias primas, pero se presentaba además un crecimiento de empresas públicas productivas como por ejemplo codesa22 y la Fábrica Nacional de Licores.

Aunado a lo anterior, se presentaban otros inconvenientes, tal y como se analiza en la siguiente afirmación:

[Existe] una marcada tendencia de las industrias grandes a desplazar a las pequeñas [empresas], especialmente en algunas ramas como confección de prendas de vestir, fabricación de calzado y productos alimenticios; segundo un cambio en la clasificación internacional de rama de actividad, así el Censo de 1964, incluyó reparaciones (calzado, reparación de artefactos eléctricos, talleres de pintura y enderezado de autos, etc.), mientras que este Censo [de 1975] todas actividades pasaron al Censo de Servicios23 (inec, 1975a, p.18).

Como explica el inec, efectivamente, algunas empresas grandes comenzaron a desplazar a las empresas pequeñas24. Bajo esos patrones de economía, el Estado empezó a inclinarse más por la inversión extranjera y, al mismo tiempo, promovió políticas gubernamentales para que el sector servicios empezara a ser representativo dentro de las pymes.

A finales de los años 70, para el plano económico, el país cargaba una serie de desequilibrios macroeconómicos profundos: déficit de las finanzas públicas, inflación, desempleo, devaluación monetaria, entre otros (Lizano, 1999; Rovira, 2000; Sánchez, 2004; Cousin, 2015). En el plano social, el modelo de sustitución de importaciones tiene su punto de inflexión a finales de 1970, cuando se empieza a desmantelar el Estado de Bienestar a inicios de los 80, lo cual produjo un enorme deterioro social. Al mismo tiempo que se empieza a producir un proceso gradual de acentuación de las desigualdades25 en la sociedad costarricense.

Ante el endeudamiento externo del país, el Estado se vio obligado a recurrir a organismos económicos externos como el Fondo Monetario Internacional (fmi), la Agencia para el Desarrollo Internacional (adi) y el Banco Mundial. Estos condicionaron su cooperación a la implementación de programas de ajuste estructural (paes)26. Además, para solucionar la crisis a principios del decenio de los años 80 del siglo xx, en la administración de Luis Alberto Monge Álvarez, se propuso un cambio en el modelo de desarrollo hacia el denominado Liberación económica o promoción de exportaciones.

Para ser más específicos, con relación al modelo de desarrollo, en realidad no hubo uno anterior y otro posterior, sino que convivieron, incluso con el enfoque de la agroexportación tradicional que venía desde la mitad del siglo xix, y que continuó vigente —aunque no recibiendo prioridad en las políticas— durante todo el período de estudio.

2) Hacia la globalización y el nuevo modelo de desarrollo

Ahora bien, el nuevo modelo de liberación económica convino consolidar políticas dirigidas a promover las exportaciones no tradicionales, al mismo tiempo que impulsaba aún más la Inversión Extranjera Directa (ied), así como reducir la participación del Estado en la economía costarricense e incentivar a las empresas a exportar27. En palabras de Jorge León et al. (2014), al aminorar las políticas estatales, se creó un efecto negativo que iba en detrimento de las pymes en el mercado interno, al eliminarles los subsidios y disminuirles los créditos28 a los pequeños agricultores o empresarios. En consecuencia, se incrementaba la dificultad de competir con grandes empresas de capital foráneo por falta de asesorías o programas específicos.

En esa línea, tal como lo exponen Bulmer y Kincaid (2002), este modelo de desarrollo perjudica al sector económico de las pymes por su reducida productividad y poca inversión tecnológica, puesto que deben hacer frente al alto nivel competitivo de las empresas extranjeras29, las cuales poseen un mayor número de recursos económicos y una alta tecnología. Por el contrario, el investigador Álvaro Carvajal (2014) propone que este modelo de desarrollo llamado liberación económica, si bien presenta amenazas, genera también oportunidades, pues permite que surja un sinnúmero de pymes que implementan la alta tecnología, situación que podría incidir en que estas empresas sobresalgan dentro de la competencia con encadenamientos productivos.

En resumen, lo que se vislumbra es que el nuevo modelo de desarrollo impone que los empresarios de pymes eleven su potencial para aprovechar así las oportunidades que el entorno ofrece, respecto a los avances tecnológicos e innovación. Sin embargo, de acuerdo con Cousin (2015), este modelo promueve acciones puntuales del gobierno dirigidas a promover las exportaciones y al sector financiero y, por tanto, los otros sectores empresariales son menos promovidos o son excluidos de las políticas gubernamentales.

2.1. Crecimiento empresarial de las pymes: años 90

A principios de los 90, tal como lo interpreta Mario Posas (2000), los paes lograron beneficios en materia macroeconómica, pues consiguieron regular el déficit fiscal y la inflación, así como crear un ambiente favorable para las exportaciones; no obstante, esto se logró con un alto costo social que condujo a un dese-quilibrio en la sociedad, entre otros factores, por el nivel de vida y por acrecentar aún más la pobreza. En ese marco, se afectaron “aquellos núcleos empresariales pequeños y medianos que producen para el mercado interno” (Posas, 2000, p. 491).

A la luz de los elementos analizados anteriormente, se presenta el gráfico 5 para el decenio de los años 90, el cual contiene el número de pymes existentes en 1990, que era de 25 855 empresas de este tipo, mientras que en 1975 fueron registradas 20 076. Esto representó un porcentaje de cambio de 1975 a 1990 de un 29% de aumento. Se debe destacar que en 1964 como en 1990, se presentó el mismo porcentaje de crecimiento en el número de empresas.

Gráfico 5
Número total y porcentaje empresas por actividad
COSTA RICA, 1990

Fuente: Gutiérrez y Bolaños, 1999.

En ese contexto de tendencia de liberalizar el mercado, el empuje al sector servicios es evidente, de ahí que en el gráfico 5, se observe una participación de 40% sobre el total de las pymes, aumentando su participación respecto a 1975 cuando representó un 36% (gráfico 4). En definitiva, todas las estrategias diseñadas por el Estado repercuten en el crecimiento porcentual en este sector, pues este aumentó su número en 43%, en relación con 1975.

Asimismo, el gráfico 5 muestra que el sector comercio representó 42% del total de las pymes. Aunque es la actividad con porcentaje más alto, está seguida muy de cerca del sector servicios y, porcentualmente, resultó con un ligero aumento de 8% en relación con 1975.

La participación del sector industrial fue de 16%, lo que indica que en relación con el número de empresas en 1990, se presentan 4125 empresas pymes, que significa un incremento porcentual muy significativo de 43% respecto a 1975.

A pesar de ello, el estudio de Gutiérrez y Bolaños (1999) vislumbra que, durante los años 90 del siglo xx, la política económica de Costa Rica estuvo dirigida hacia la consecución de objetivos generales ineludibles para avanzar hacia la globalización en un marco de eficiencia, estabilidad y apertura, y no tanto a políticas sectoriales, entre las que se localiza la política hacia el desarrollo de la pequeña y mediana empresa. Lo anterior pudo haber ocasionado que tales medidas desalentaran a las empresas pymes por aumentar de tamaño en un entorno complejo. En otras palabras, para estos autores, aunque hubo un ligero crecimiento o evolución en el sector de pymes en 1990, esto se originó por medidas particulares, en la formación de recursos humanos y algún financiamiento.

Para terminar este periodo, la economía había evolucionado a ser una economía dominada por el sector servicios, con una industria de empresas de alta tecnología pero con rezagos del mercado interno (León et al., 2014).

2.2. Crecimiento empresarial de las pymes: 2006

Entre los aspectos más novedosos en la primera década del siglo xxi, está que las empresas micro, pequeñas y medianas fueron legalmente denominadas con el término “pymes”, mediante la Ley 8262 Fortalecimiento de las pequeñas y medianas empresas (pymes), del 2 de mayo de 2002, en la saliente administración de Miguel Ángel Rodríguez (1998-2002). Sin embargo, estas fueron promovidas por una serie de iniciativas del gobierno30 de Abel Pacheco (2002-2006).

GRÁFICO 6
PORCENTAJE DE EMPRESAS POR ACTIVIDAD
COSTA RICA, 2006

Fuente: Caja Costarricense de Seguro Social, 2020.

30 En Costa Rica se han desarrollado diversos programas de ayuda para pymes, como el Fondo Especial para el Desarrollo de las micro, pequeñas y medianas empresas (Fodepyme) administrado por el Banco Popular y el Programa de Apoyo a la Pequeña y Mediana empresa (Propyme). En esa línea, existen también programas de apoyo a las pymes otorgados por el Banco de Costa Rica y el Banco Nacional, que ofrecen tanto créditos como capacitaciones. Por otra parte, el 23 de abril del 2008, se creó la Ley 8634 Sistema de Banca para el desarrollo (sbd) (Asamblea Legislativa de Costa Rica, 2008), en la cual el Estado promueve que las pymes posean una herramienta crediticia, pero únicamente les financia un 75% de sus bienes, es decir, sin recursos a su nombre un empresario no puede ser sujeto de crédito.

Desde esa perspectiva, de acuerdo con la investigadora Nadia Ugalde (2009), muchos procedimientos y leyes en el país no se adaptan a las prioridades de las pymes. Adicionalmente, el Banco Interamericano de Desarrollo bid (2015) señala que, para combatir los rezagos con relación a la innovación y a la tecnología de las pymes, es necesario facilitar el financiamiento. Aunada a esta idea, en estudios de Beverenotti, Chang, Corrales y Vargas, T. (2014) se asegura que el porcentaje de crédito para este sector, en el año 2011 fue de apenas un 8,6% y ese resultado es menor al que registra Latinoamérica (12,39%).

De todo lo anterior, es apropiado preguntar ¿Por qué en los estudios de Monge y Torres (2014) del Banco Interamericano de Desarrollo (bid), 69% de las empresas mueren antes de los diez años? La respuesta es, probablemente, que las políticas del gobierno para este sector no están funcionando, entre ellos, el financiamiento para adquirir insumos, asesoría empresarial y, talvez, los programas de mejoramiento de habilidades empresariales que imparten ciertas instituciones del gobierno no estén logrando el efecto deseado. Aunado a esto, el Informe del Estado de la Nación (2013) indica que estos programas (Fodepyme y Propyme), poseen problemas de diseño y coordinación para colocar el crédito en el sector de las pymes.

Entre esos cambios, en el contexto de globalización, investigadores como Molina (2002), Quesada (2008) y Cousin (2018) insisten en que las pymes siguen enfrentando una alta competencia31 extranjera. Asimismo, muchos productos costarricenses hoy son desplazados por los productos extranjeros, ya sea porque se cuenta con una baja productividad o una escasa tecnología.

Para el año 2006, se observa un total de 46 587 pymes. Este resultado indica que existe una tasa de crecimiento de un 80% de aumento, con respecto a 1990, en los números totales de empresas en este sector. Asimismo, se comprueba que para el año 2006, se registran 32 553 empresas de tipo micro (70%), es decir, con menos de 5 empleados y, en la mayoría de los casos, con bajos niveles de productividad, casi de subsistencia (ccss, 2006).

En el gráfico 6, se percibe que la actividad económica más dinámica está representada por el sector servicios (55%), el cual muestra un aumento porcentual de 144% en relación con 1990, producto de ciertas iniciativas y políticas públicas que favorecieron su funcionamiento y promoción desde 1959. A su vez, el sector comercio solo contó con 23% de participación del total, de ese modo presentó un aumento porcentual leve de 4,5%, en relación con el año 1990. De igual manera, el sector agropecuario presentó 14% del total de empresas y, en último lugar, se encontró la actividad industrial con 8% de participación, que representa un decrecimiento de -3,4% en relación con el año 1990.

Según los datos analizados, se observa que el sector industrial se hace cada vez más pequeño para dar paso al crecimiento del sector servicios32 que es la actividad con más alto crecimiento.

2.3 Crecimiento empresarial de las pymes: 2013 y 2018

Para analizar el año 2013 con respecto al 2006, en primer lugar, se continúa con el aumento de las pymes, dado que en 2006 existieron 46 587 y en 2013, según la tabla 1, fueron contabilizadas 64 980 empresas33. Esto implica un aumento porcentual de 39% en relación con el 2006. En términos relativos, para el 2013, el sector servicios continúa siendo la actividad más sobresaliente con 56% del total de las pymes, cifra que presenta un crecimiento porcentual de 44%, en relación con el año 2006. Además, la actividad de comercio cuenta con 27% del total de las pymes, que representa una recuperación respecto a 2006, debido a que mostró un aumento porcentual de 55% para el 2013.

TABLA 1
Número total y porcentaje de pymes por actividad
COSTA RICA, 2013-2018

Actividad

Número de pymes 2013

Porcentaje

2013

Número de pymes 2018

Porcentaje

2018

Industria

5076

7%

4 836

7%

Servicios

36 011

55%

40 063

58%

Comercio

17 636

27%

18 069

26%

Agropecuario

6257

10%

5739

9%

TOTAL

64 980

100%

68 707

100%

Fuente: Caja Costarricense de Seguro Social, 2013 y 2018.

De la misma manera, en la tabla 1 se expone que el sector agropecuario presenta un porcentaje de 10% del total y, por su parte, el sector industrial participa con 7% con respecto al total de empresas, pero su aumento en número de empresas corresponde a 27%, en relación con el 2006, es decir, este sector se recupera.

Para el año 2018, la tabla 1 descubre porcentajes muy similares al año 2013. Una población estimada de 68 707 pymes, que anteriormente fue de 64 980, lo que señala un ligero aumento de 5% en su crecimiento desde el 2013 hasta el 2018.

La industria aparece con un porcentaje de participación de un 7% (sin variación o crecimiento con respecto al 2013). Además, el sector comercio desciende un punto, en relación con el año 2013, y representa el 26% del total de las pymes. Mientras, el sector agropecuario desciende un punto y queda en 9% del total. Para finalizar, el sector servicios continúa en aumento, ahora con 58%.

En términos absolutos, para el sector industrial se refleja un decrecimiento de -5%, se observa que poco a poco va perdiendo participación en la economía costarricense. Ahora bien, el sector comercio manifiesta un porcentaje ligero de aumento del 2,4% con relación al 2013. Además, el sector servicios muestra un crecimiento de un 11% con respecto al 2013.

En síntesis, en relación con los gráficos presentados y en la tabla, puede concluirse que, efectivamente, hay un aumento numérico de empresas pymes. Entre el año 1950, en el que fueron contabilizadas apenas 11 411 empresas, y el año 2018, en el cual existían 68 707, hay un aumento considerable de 55 824; esto correspondería a un crecimiento absoluto de 502%. Este aumento absoluto significó un crecimiento promedio anual en el número de empresas de 2,4% a lo largo de 68 años.

Además de estos números, a continuación, se describe el comportamiento de la participación de las pymes en las exportaciones.

2.4. Participación de las pymes en exportaciones

Dentro del comercio internacional, hay que especificar que el 24 de noviembre de 1990 el país dio su adhesión al Acuerdo General de Comercio y Aranceles (gatt) (1947, reformulado en 1994). Este acuerdo mejoraba las relaciones internacionales y disminuía las barreras que lo restringían; era un compromiso provisional mientras se creaba la Organización Mundial del Comercio (omc), en 1995, para regular el comercio mundial (León et al., 2014). En ese contexto, en 1994 se firmó el Tratado de Libre Comercio entre Costa Rica y México34 con la Ley 7474,
el primero de su índole. Posteriormente, se subscribieron nuevos tratados de libre comercio
35 en los que se movería el comercio internacional de Costa Rica36 y sus reformas.

En cuanto al proceso de internacionalización de las pymes, según datos de la Promotora de Comercio Exterior (procomer), las empresas micro representan 19% de las empresas exportadoras, las cuales generan apenas 1% de las exportaciones, mientras tanto, las empresas pequeñas y medianas, que constituyen 61%, producen 13% del total de las exportaciones en producciones agrícolas. En resumen, el sector de las pymes exporta 14%, mientras que las empresas grandes poseen una representación total de las exportaciones del 86% (Leiva, 2013). En esa línea, según datos del Ministerio de Economía (2019), en cuanto al valor de exportación, la participación empresarial de las pymes ha tenido una tendencia a la disminución, por ejemplo, en el año 2012 representaban el 7,52%, en el 2013 un 7,30%, en el 2014 un 7,19%, en el 2015 un 6,53%, en el 2016 aumentó ligeramente a 6,68% y en el año 2017 se registró una disminución hasta un 5,89%.

Con base en las consideraciones anteriores, Álvaro Carvajal (2014) afirma que, a pesar de entornos competitivos, las empresas pequeñas tienen “mayor flexibilidad para realizar modificaciones y reorientar su estrategia de producción” (p.347), más que las empresas grandes y ello representaría una ventaja o fortaleza para las que deseen exportar.

En trabajos de la Promotora de Comercio Exterior de Costa Rica (procomer) se indica que, para poder sobrevivir en un entorno cambiante, las pymes han de impulsar su capacitación, asesoramiento y consultoría, pues su éxito depende del desarrollo de sus habilidades (Leiva, 2013). Para autores como Ricardo Monge y Federico Torres (2014), muchas empresas pymes fracasan en exportar por los bajos niveles de productividad y de tamaño, por tanto, urge crear medidas de alfabetización37 en ellas.

En términos generales, la globalización exige mejorar el ambiente de negocios, y en materia de internacionalización, Costa Rica presenta una desarticulación del tejido productivo y sin ofrecer igualdad de condiciones. Dado que, por un lado, “existen las empresas ubicadas en regímenes especiales con beneficios fiscales y fuerte apoyo institucional y por otro las empresas ubicadas en regímenes regulares sin estos incentivos y en su mayoría pymes” (Beverinotti, Chang, Corrales y Vargas, 2014, p.45).

Una conclusión inmediata es que no todas las pymes de Costa Rica pueden tener acceso al beneficio de exportar y, a su vez, el desempeño de las que exportan muchas veces no es óptimo. Desde esa perspectiva, tal como lo señalan Martínez, Acuña y Navarro (2018), son las políticas gubernamentales las que pueden ayudar al crecimiento y a la expansión internacional de una pyme, más que aspectos internos de las empresas.

2.5 Análisis sobre el crecimiento de las pymes desde 1950-2018

Es fácil observar, junto con autores como Gómez (2002) y Mesalles (2012), que las pymes proliferaron a mediados del siglo xx y principios del siglo xxi. No obstante, en estudios del Banco Mundial (2014) señalan que, si bien aumentan en la cantidad, estas empresas crecen lentamente por falta de innovación, pues muchas de ellas invierten poco en nuevas tecnologías y desarrollo. Cabe agregar, además, que a veces su limitada estructura productiva dificulta la conformación de encadenamientos productivos (Arias y Muñoz, 2007; Chen y García, 2012; Martínez, Acuña y Navarro, 2018).

Eliana Franco y Carlos Sojo (1992) indican que el modelo de desarrollo actual produce una selectividad estructural, en la que las habilidades de las empresas son cruciales para reinventarse o salir del mercado. Con base en lo anterior, un gran número de empresas de tipo micro y pequeña no amplía su tamaño, porque su débil crecimiento les impide aumentar sus capacidades y, por ende, se encuentran limitadas para poder innovar y convertirse en empresas más productivas, en relación con las más grandes. Sumado a ello, un factor negativo para subsistir empresarialmente corresponde al tamaño de la pyme, dado que, cuanto más pequeña sea, menores oportunidades posee para utilizar apropiadamente sus recursos y, en consecuencia, mayores posibilidades de disolverse o de desaparecer (Monge y Torres, 2014). Como resultado, una gran mayoría revela numerosas asimetrías en sus capacidades empresariales, las cuales deben ser corregidas a tiempo.

En ese marco, se reconoce que el tema de las pymes requiere de muchas investigaciones que serán indispensables para un vuelco en las prioridades del Estado para crear más y mejores instrumentos de política comercial, dirigidas específicamente a las pymes. Por ejemplo, la creación de un aparato institucional dirigido a fomentar, financiar y apoyar técnicamente a las pymes, situación sobre la cual el país tuvo una experiencia similar con la agricultura de pequeños y medianos productores en las décadas de 1950 a 1970.

Tal como lo muestra la tabla 2, el porcentaje de cambio es positivo en la mayoría de los períodos durante los modelos de desarrollo: sustitución de importaciones y liberación económica. Es decir, el sector de las pymes en este lapso ha tenido la tendencia a aumentar su participación en el mercado costarricense en las diferentes actividades económicas. Junto a eso, el porcentaje de cambio de 1950 a 1958 y de 1958 a 1964, presenta un aumento absoluto de 31% y 29%, respectivamente.

TABLA 2

Comportamiento del porcentaje de cambio del número de pymes

COSTA RICA, 1950-2018

AÑO

AUMENTO

DISMINUCIÓN

1950

-

-

1958

31%

-

1964

29%

-

1975

-

0,2%

1990

29%

-

2006

80%

-

2013

39%

-

2018

5%

-

Fuente: Elaboración propia con base en datos del inec (1950, 1958a, 1958b 1964a, 1964b, 1975a, 1975b), Gutiérrez y Bolaños (1990) y ccss (2006, 2013 y 2018).

Durante el período de 1964 a 1975, como se presenta en la tabla 2, existe un decrecimiento de la actividad38 de -0,2%; esta disminución se dio porque en ese lapso el país estaba afectado por las crisis del petróleo, recesión mundial y los problemas internos de sustitución de importaciones. Ahora bien, en 1990 continúa un 29% de aumento y en 2006 un 80%, que se justifica por la incentivación con políticas públicas a partir de la Ley 8262 y, finalmente, entre los años 2006 y 2013 presenta un crecimiento de 39%.

No obstante, preocupa que el aumento porcentual entre el año 2013 y 2018 se presente con apenas 5%. Ante un crecimiento exiguo, esto respalda el argumento de que las pymes crecen lentamente o muy poco en el modelo de liberación económica a partir del siglo xxi.

En ese contexto económico, la globalización obliga a que Costa Rica demande condiciones necesarias para fortalecer el sector de las pymes. En esta preocupación, se necesitan ideas o iniciativas para transformarlas y favorecerlas en su gestión de desarrollo empresarial, pues enfrentan condiciones de mercados cambiantes y dinámicas que amenazan su estabilidad. Sin dejar esto de lado, recordar que las pymes permiten incrementar el Producto Interno Bruto (pib)39, ampliar el Índice de Desarrollo Humano (idh), mejorar los encadenamientos entre empresas y, además, algunas incrementan las exportaciones.

2.6. Crecimiento del sector comercio
y servicios

El objetivo de este apartado es analizar separadamente el comportamiento de los sectores comercio y servicios. Ligado a esto, se puede observar en la tabla 3 que, durante el modelo de sustitución de importaciones, la actividad comercial muestra una participación en el conjunto de las pymes bastante alta: 70% en 1950, 62% en 1958, 50% en 1964 y 1975. Más aún, en el año 1990, durante el período del modelo de liberación económica se manifestó una disminución al quedar con 42%; luego en el 2006, 2013 y 2018, su comportamiento fue más reducido, de 24%, 27% y 26%, respectivamente.

TABLA 3
Porcentaje de participación y de cambio
del número de pymes en Comercio y Servicios
COSTA RICA, 1950-2018

Año

Sector comercio

Sector Servicios

Porcentaje de participación

Porcentaje de cambio

Porcentaje de participación

Porcentaje de cambio

1950 (*)

70

-

-

-

1958 (*)

62

20

-

-

1964

50

4

21

-

1975

50

-2

36

69

1990

42

8

40

43

2006

23

4

55

143

2013

27

55

56

44

2018

26

2,4

58

11

Fuente: Elaboración propia con datos del inec (1950, 1958a, 1958b, 1964a, 1964b 1975a, 1975b), Gutiérrez y Bolaños (1999) y ccss (2006, 2013 y 2018). (*) En estos años, el sector servicios no era desglosado del comercio.

Se observa claramente en la tabla 3, que las empresas del sector comercio en 1958, presentaran un crecimiento porcentual de 20%; luego, en 1964, mostró un crecimiento leve de 4% y en el año 1975, sufrió un decrecimiento de -2%. Más adelante se recuperó un poco con un 8% de aumento en el año 1990 y descendió nuevamente en el 2006, cuando reveló una cifra de apenas un 4%. Según los datos, para el año 2006, subió vertiginosamente a 55%, pero en el año 2018 bajó el ritmo de crecimiento, pues presentó un ligero aumento de tan solo 2,4%.

Para autores como Jorge León y Gertrud Peters (2019), la actividad comercial en Costa Rica ha sido influida por grupos de interés, tanto nacionales como extranjeros, a lo largo del tiempo. A grandes rasgos, en la actualidad muchas empresas de capital extranjero han definido en gran medida las “reglas del mercado [y] ha existido asimetría entre el poder de negociación en los mercados de vendedores y de compradores, favoreciendo a los primeros, lo cual ha facilitado la acumulación de capital” (p.517). Por otro lado, llegan a tener éxito aquellos empresarios con habilidad para manejar el personal, aprovechar las oportunidades del mercado y, sobre todo, la pericia de asumir riesgos en la toma de decisiones.

En esa línea de análisis, en el sector de servicios, se observa en cifras absolutas que su porcentaje de participación se elevó de manera constante bajo ambos modelos de desarrollo. Para puntualizar, durante el modelo de sustitución de importaciones se manifestó un crecimiento del 21% en 1964 y de 36% en 1975. Posteriormente, ya en el modelo de liberación económica en 1990, se presentó una participación de 40%; en 2006 se visualiza una aportación en el total de las pymes de 55%; en 2013 su contribución fue de 56%; en el año 2018 presentó un porcentaje de 58%.

En términos del número de empresas en servicios, en 1975 se tiene un 69% de crecimiento; luego, en 1990 un 43%; en 2006 asciende a 144%; en 2013 muestra un aumento porcentual de un 44%; y, finalmente, en el año 2018 disminuye su crecimiento a 11%. Pero, eso no resta que hoy sea el sector que predomina en las pymes. A grandes rasgos, se observa que es uno de los más favorecidos con las políticas económicas de los modelos de desarrollo, debido a que están incluidos allí servicios de transporte, financieros40 y el turismo.

CONCLUSIONES

En el mundo, la globalización produce e impulsa cambios en las sociedades contemporáneas. Ante esos retos, los problemas socioeconómicos de Costa Rica no involucran solamente a un sector determinado, sino más bien a toda la población y, en ese sentido, se reconoce que gran parte de ella no llega a comprender las causas, pero alcanza a sentir sus efectos. En síntesis, a partir de este estudio se puede llegar a las siguientes conclusiones:

La investigación evidencia que desde 1950 y hasta el año 2018, el sector empresarial de pymes se ha incrementado en número, con crecimiento absoluto en el número de empresas de un 502%. Pero es necesario advertir que algunas crecen lentamente por falta de innovación y tecnología, así como de recursos financieros para invertir en infraestructura.

En Costa Rica, a partir de 1950, el Estado empezó a interesarse en otros sectores productivos aparte del agro. Por esa razón, buscó diversificar y promover otras actividades empresariales para crear nuevas fuentes de empleo en la sociedad costarricense. Inclusive, el sector servicios estaba incluido en esta diversificación con la Ley 2426 Protección y Desarrollo Industrial de 1959.

Ahora bien, en términos porcentuales, el aumento de las pymes tiende a ser positivo en los modelos de desarrollo, tanto de sustitución de importaciones como de liberación económica. Es decir, el sector de las pymes en este lapso ha tendido a aumentar su participación en el mercado costarricense en las diferentes actividades económicas, aunque en el año 2018 presentó un aumento insignificante de 5%. Por otra parte, datos del Ministerio de Economía evidencian que la participación de este sector en los últimos años está disminuyendo en su aporte al Producto Interno Bruto (pib), pues tiende a descender desde los años 2012, 2013, 2014, en el 2015 hubo un leve aumento y en el año 2017. Puede concluirse entonces, que las pymes no crecen, pero se advierte que su aporte a la economía no es intrascendente o poco significativo. Así, desde estos datos, este fenómeno merece ser un punto de investigación más profunda para las diversas instancias gubernamentales, con el fin de generar un nuevo conocimiento sobre las causas de su pérdida de dinamismo.

Al analizar el progreso de los sectores empresariales incluidos se tienen estas situaciones particulares:

Primero. Con relación a la actividad industrial, hay que observar cómo varió el porcentaje de empresas industriales respecto al total de acuerdo con este estudio. El dato más alto está representado para el año 1958 con 77%, en el modelo de sustitución de importaciones. Posteriormente, empieza a declinar de los años 1964 hasta 1975; aunque la disminución es en gran parte artificial, pues se debe a cambios en las categorías censales. Luego, realiza una mejoría en 1990 (43%), en el nuevo modelo liberación económica; para luego declinar en 2006 con -3,4%. Luego, se recupera notablemente en 2013 (25%), pero disminuye nuevamente en el año 2018 con un -5%.

En resumen, no ha crecido de manera homogénea y su liderazgo se ha reducido con el actual modelo de desarrollo. De igual modo, el descenso de esta actividad corresponde a muchos factores que se estudiaron, entre ellos, la falta de políticas adecuadas del Estado para reactivarlo.

Segundo. Como puede observarse en los resultados, los sectores de comercio y servicio son los que han incrementado más su participación en la economía a lo largo del período de estudio. Pero, a su vez, son las actividades que necesitan estar en una mejora continua e innovación para no sufrir un rezago o saturación con respecto a otros sectores económicos. Esta es una realidad que tanto el sector privado como la sociedad costarricense y el Estado no deben descuidar.

Tercero. En cuanto al comportamiento del sector comercio, esta actividad inicialmente recibía un mayor impulso con el modelo de sustitución de importaciones, en comparación con el modelo de liberación económica pues, desde 1990 hasta la fecha, tiende a disminuir, excepto para el año 2013. De lo anterior, se puede concluir que la expansión de la actividad comercial, a partir de la segunda mitad del siglo xx, está acompañada de una estructura comercial tradicional que ha venido transformándose para dar paso a dinamismos comerciales más especializados, como tipos de supermercados, cadenas de supermercados y tiendas comerciales,
que muchas veces son suministrados por empresas de capital foráneo y empresas nacionales grandes, dentro de un entorno muy competitivo.

Cuarto. El sector servicios, con ambos modelos de desarrollo, siempre ha tendido a aumentar su participación en comparación con otras actividades, producto de las políticas económicas que lo impulsan.

Básicamente, a partir de la Ley 2426 Protección y Desarrollo Industrial (Asamblea Legislativa de Costa Rica, 1959), se propició la llegada de empresas transnacionales, las cuales implementaron tecnologías más avanzadas, lo que ocasionó —en muchos casos— que se relegaran algunas empresas locales, dado que el país no contaba con una adecuada ley de protección interna como sí lo hacen los países desarrollados. De igual manera, desde los años 70, Costa Rica presenta muy pocos encadenamientos del sector empresarial de las pymes y la inversión extranjera, igual situación ocurre con el modelo vigente. Por tanto, se concluye que hoy las políticas económicas del gobierno se dirigen hacia la estabilidad y la apertura de la globalización y no tanto a políticas sectoriales.

Algunos autores consideran que una ventaja del modelo de liberación económica es presentar retos y oportunidades para las pymes. Desde aquí está la posibilidad de vender ciertos artículos que no son atractivos para las empresas grandes, así como también la posibilidad de la utilización de los encadenamientos productivos en mayor escala, siempre y cuando el gobierno costarricense implemente políticas de apoyo adecuadas para afirmar estos procesos, tal como lo realizan los países desarrollados y en América Latina como por ejemplo, Chile.

Vale la pena indicar que el nuevo modelo de desarrollo exige que los empresarios de pymes eleven su potencial para aprovechar las oportunidades que el entorno ofrece y que, en su mayoría, impliquen avances tecnológicos e innovación. Es importante agregar que es prioridad que el sector de las pymes implemente sus habilidades administrativas para poder corresponder a los desafíos del entorno y así lograr mantenerse en el mercado nacional e internacional. Por ejemplo, cada pyme debe realizar un esfuerzo para invertir en ciencia, innovación y tecnología, con el objetivo de lograr alcanzar mayores ventajas competitivas y sobrevivir en un mercado dinámico que exige cierto grado de agresividad.

El país debería trabajar en la implementación de más y mejores opciones de financiamiento para estas empresas, de modo que sus programas se adapten a las necesidades de este sector y no solo se enfoquen en las áreas que promueven las entidades financieras de los programas de Fodepyme y Propoyme. Dado que en la Ley Nº8634 Sistema de Banca para el desarrollo, el Estado promueve que las pymes posean una herramienta crediticia, pero únicamente les financia hasta un 75% del valor de sus bienes, es decir, sin recursos a su nombre un empresario no puede ser sujeto de crédito. Ante tal complejidad, urgen acciones para transformar y favorecer a las pymes en su gestión de desarrollo empresarial, pues enfrentan condiciones de mercados cambiantes y dinámicos. Como se indicó, es necesario la creación de un aparato institucional dirigido a fomentar, financiar y apoyar técnicamente a las pymes, situación sobre la cual el país tuvo experiencia similar con la agricultura de pequeños y medianos productores en las décadas de 1950 a 1970.

Con relación a este estudio, se visualiza que Costa Rica cuenta con tratados internacionales y acuerdos bilaterales para que las empresas exporten. No obstante, la realidad muestra que no todas las pymes tienen acceso al beneficio de exportar, pues apenas un 14% lo logra. Además, su desempeño no es el óptimo. Por tanto, es preciso crear políticas gubernamentales que pueden ayudar al crecimiento y a la expansión a mercados internacionales de estas empresas, dado que cada año su participación tiende a disminuir. En Costa Rica, predominantemente, las zonas francas y las maquilas reciben incentivos, sin embargo, el gobierno podría lograr una revisión de estos temas tan importantes para este sector y promoverlos, al igual que hace con la inversión extranjera.

Para finalizar, debido a su gran complejidad, los trabajos sobre el desempeño de las pymes y la búsqueda de opciones de desarrollo alternativo para ellas es una labor inacabada. Por tal motivo, se hacen necesarias nuevas investigaciones que profundicen aspectos relacionados con su gestión y con su promoción que funcionen como herramientas para mejorar y para que en el futuro, la economía nacional logre un avance y deje de ser una economía en vías de desarrollo.

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Fecha de ingreso: 21/08/2019

Fecha de aprobación: 10/08/2020


1 En esta investigación se contempla como micro a empresas que disponen de 1 a 5 personas, por pequeña a las que emplean de 6 a 30 personas y mediana a las que contratan de 31 a 100 personas, en Costa Rica (Caja Costarricense de Seguro Social, 2020; Observatorio de Mipymes, 2010). Para todos los efectos de esta investigación, el término mipyme está contenido en la definición de pymes, véase decreto ejecutivo nro. 3311, del 06 de abril de 2006.

2 Para caracterizar las empresas pymes costarricenses, según estadísticas de la Caja Costarricense de Seguro Social para el año 2018, un 74% de las pymes eran empresas de tipo micro. Es decir, una gran mayoría de estas empresas poseen un número limitado de trabajadores, quizás menos de cinco, y disponen de pocos recursos financieros para invertir en tecnología e investigación. Tales limitaciones provocan que una mayoría trabaje en niveles de subsistencia. Más aún, en el Trabajo Comunal Universitario tcu 653 denominado “Acompañamiento y fortalecimiento de las áreas administrativas y técnicas al parque empresarial mipymes de la Región Pacifico Central” de la Universidad de Costa Rica, Sede del Pacífico, se diagnostica que de las pymes del Pacífico Central, un 40% de su totalidad se encuentra en economías de subsistencia con ingresos netos anuales menores a usd $20 mil dólares, sin embargo, un 35% de estos empresarios no se refierieron a esta información o la omitieron, por lo que se analiza que la cifra podría ser mayor. Lo anterior ocasiona una limitación para su crecimiento empresarial. Aunado a esto, en los trabajos de Chen y Bartels (2009), Chen y García (2012) y Cousin (2015), se evidencian que las pymes en su mayoría aplican prácticas empresariales rudimentarias, asociadas a un mercadeo básico de ventas.

3 Los modelos de desarrollo en general son más que todo “enfoques de política”, los cuales, según Cousin (2018), no fueron sustituyéndose, sino que se fueron “superponiendo uno sobre otro y, de hecho, todos siguen coexistiendo hasta hoy” (p.150). Con respecto a lo anterior, León et al. (2014), confirman que las políticas económicas desde 1950 a 1980, no correspondían a un enfoque de sustitución de importaciones propiamente, dado que, también hubo una “diversificación en los productos exportados, al agregar la carne bovina y el azúcar a los tradicionales del café y banano […], después de 1985 no existía un único enfoque sino la combinación de al menos tres” (2014, p.277).

Asimismo, se aclara al lector que en la investigación, los años señalados delimitan períodos de preponderancia de un modelo, pero no son los de vigencia de los enfoques de política respectivos.

4 Para el historiador Rodrigo Quesada (2008), después de la Segunda Guerra Mundial hubo una reflexión que muchos llamaron teoría del desarrollo. Estos pensadores idearon que sería posible alcanzar el desarrollo, si se fortalecía el Estado, al igual que la formación de capital y la proliferación de empresas. Más aún, para este autor, la estrategia de desarrollo (modelo de sustitución de importaciones) se expandió grandemente durante dos décadas (la del 60 y la del 70) del siglo xx.

5 Se debe recordar que muchas pymes operan de manera informal bajo economías de subsistencia muy pequeñas y que el Estado está consciente de esta situación (Observatorio de Mipymes, 2010). Sin embargo, se considera que no existen políticas oportunas para minimizar este problema de la informalidad.

6 Para ese efecto, en la provincia de San José (capital de Costa Rica), se concentraba “un mayor grado de actividad económica del país, […] [por mencionar] en 1990, el área metropolitana de San José tenía más de la mitad de los establecimientos del Valle Central, que es la zona donde se encuentran las cuatro principales ciudades del país. Más aún, en 1997 la provincia albergaba 59% de las empresas que tenían un número de 31 a 100 trabajadores” (Gutiérrez y Bolaños, 1999, p.10).

7 Dentro de esas transformaciones, Carlos Sojo (2013) plantea que abolir el ejército representó una medida eficiente para resolver los conflictos políticos de golpes de Estado y la nacionalización bancaria con el fin de modernizar y hacer proliferar los servicios públicos estatales. Posteriormente, en la década de los 60 del siglo xx, se logró legitimar la estrategia de un Estado Benefactor o, mejor dicho, un Estado de Bienestar en Costa Rica.

8 Una descripción más detallada, puede encontrarse en la obra El comercio y los mercados en Costa Rica de León y Peters (2019). Dado que, se atribuye la expansión del comercio de Costa Rica, en la segunda mitad del siglo xx, a la construcción de carreteras y del ferrocarril para conectar zonas rurales con el Valle Central.

9 El porcentaje de cambio es un indicador que mide la “evolución porcentual que experimenta una variable con respecto al porcentaje de cambio de otra” (Álvarez, 1998, p. 96). En otras palabras, permite conocer en términos porcentuales el incremento o disminución de este, de un período a otro. El objetivo es visualizar cuánto disminuye o aumenta un dato específico. Su fórmula sería [(valor presente-valor pasado)]/Valor pasado] * 100.

10 Este dato se obtiene de realizar la siguiente operación= [(15.617-11.941)]/11.941]*100 = 31%

11 En estudios de Jorge León, Nelson Arroyo y Andrea Montero (2016), se expone que las actividades industriales-artesanales estuvieron presentes en la economía costarricense desde los primeros tiempos de la historia económica. Además, crecieron, básicamente, entre mediados del siglo xix y la primera mitad del siglo xx y la mayoría se encontraba en la provincia de San José. En esa evolución, algunas actividades industriales agregaron equipo y maquinaria. Para 1907, se censaron 46 fábricas con 740 obreros, situadas como pequeñas empresas industriales en producción de bienes como: cerveza, jabón, velas, hielo y harina. Sin embargo, por cambios del contexto económico a mitad del siglo xix, comenzaron a tener un crecimiento importante para la economía, ya que se empezaba a incluir nuevas expansiones o ramas industriales (León, Arroyo y Montero, 2016). Precisamente, en el decenio del 50 del siglo xx, la industria costarricense producía diversos bienes. En específico, se trataba de bienes de consumo ligero, entre los cuales estuvieron identificados los jabones, los alimentos, el calzado y los muebles (Vargas, 2003). Además, de una gran diversidad de empresas de todo tamaño y tipo de actividad fabril o artesanal (León et al, 2019).

12 Los países desarrollados acumulan beneficios con las inversiones directas sobre los países en desarrollo. Se “produce un vínculo […] entre las exportaciones del país subdesarrollado y el ritmo de la producción interna del país desarrollado. [En concreto], surge un doble monopolio: el monopolio de la producción y el monopolio de la compra” (Montero, 1990, p.187).

13 Este Ministerio fue creado mediante la Ley 2656 del 04 de noviembre de 1960 (Asamblea Legislativa de Costa Rica, 1960). Más tarde, en 1977, se le agregó el título de “Economía”.

14 En esta etapa, según Jorge León y Gertrud Peters (2019), se potenció el sector industrial de forma muy significativa, dado que, las exportaciones comenzaron a incluir bienes manufacturados, aunque confeccionados con materia prima y algunas partes importadas. Justamente, según estos autores, en la práctica, el país no concibió una “incorporación de insumos nacionales”, más bien ahondó la dependencia externa en materias primas y tecnología (León et al, 2016, p.200). En ese crecimiento, al asociarse la industria nacional con capital extranjero, este último suministraba la tecnología y las marcas, en consecuencia, se debía pagar patentes o royalties, lo que imposibilitaba un adecuado desarrollo en el país (Vargas, 2003).

15 Es importante agregar también que, gran parte de la tasa de crecimiento del sector industrial costarricense (1962-1980), correspondió a la instalación de empresas grandes en actividades de fertilizantes, cemento, textiles, productos derivados del petróleo, productos alimenticios, medicinales y farmacéuticos, fungicidas, herbicidas,
entre otros (Oficina de Planificación Nacional y Política Económica, 1982).

16 En principio, el Estado en su legislación ofrecía un trato favorable para que las empresas de capital foráneo invirtieran en el país, al otorgar bajas tasas de impuestos entre otros beneficios (León et al., 2014).

17 En relación con este rezago, según el Informe del Estado de la Nación (2012), no existió en la inversión extranjera una vinculación o encadenamientos con el aparato productivo costarricense. Dadas estas circunstancias, la dinámica de la Inversión Extranjera Directa (ied) funcionó como un tipo de enclave (Monge, 1998).

18 Es importante aclarar sobre la extracción del recurso pesquero en el Golfo de Nicoya. A grandes rasgos, el mar poseía un estatuto jurídico de libre acceso, pero para la extracción de los recursos se presentaron conflictos con la técnica de producción entre quienes poseían los recursos económicos y los que no los tenían. Ligado a esto, en Puntarenas (provincia de Costa Rica), para los años 70, hubo 15 empresas camaroneras extranjeras que exportaron 80% del producto elaborado al mercado norteamericano (Elizondo, 2005).

19 En este esquema, en trabajos de Vargas (2002), Sánchez (2004) y Quesada (2008), se insiste que el endeudamiento fue producto del incremento de las importaciones y la modernización de la estructura productiva costarricense. Ligado a esto, ante la carencia de Costa Rica de generar recursos domésticos, se recurrió al crédito externo para financiar la balanza de pagos y reducir la insolvencia económica, al igual que otros países latinoamericanos.

20 Conviene aclarar que en estos datos se incluyen tanto pymes como grandes empresas, pero estas últimas representaban un porcentaje reducido o mínimo del número total de empresas, aunque no del valor de la producción y del empleo.

21 En los años 1962-1969, en relación con las importaciones de bienes industriales, la tasa de crecimiento acumulativa se registró en 14,6%, mientras que en los años 1969-1974 en un 30, 2% (Ofiplan, 1982).

22 Para ampliar, la Corporación Costarricense de Desarrollo, S.A (codesa), se creó en 1972 con el propósito de fomentar el desarrollo en un sistema de economía mixta. Participó en el país con más de 40 empresas, con amplias facultades. Su creación no fue una ocurrencia improvisada, más bien, fue el producto de pensamientos en los decenios de los 50, 60 y 70 a nivel mundial (León et al., 2016).

23 Específicamente, se aclara que este cambio puede explicarse en gran parte por la disminución en pymes que antes clasificaban como industriales, y que ahora pasaron a servicios. Sería importante estimar el número total de empresas reclasificadas en 1975, para relativizar mejor la reducción tan grande que ocurrió en la industria.

24 En trabajos de León et al. (2016), se evidencia que la industria recibió a mitad del siglo xx, su mayor crecimiento y desarrollo, dado que, desde 1950 a 1985, tanto empresas nacionales como extranjeras atendieron demandas del mercado interno como del regional centroamericano. Más tarde, desde 1985 al 2005, señalan que se fueron incorporando las maquilas para la búsqueda de nuevos mercados.

25 Respecto a esto, los niveles de pobreza y desempleo aumentaron a inicios de los años 80 del siglo xx (Posas, 2000). Aunado a lo anterior, León y Peters (2019) afirman que en esa época se marcó un alto al “desarrollo económico, social y educativo de la población costarricense, cuyas consecuencias no sólo fueron de corto plazo, sino que, a inicios del siglo xxi, hay familias que quedaron rezagadas” (p.525).

26 Los paes se apoyaban en la creencia doctrinaria de que la economía mejorará si los recursos financieros se dirigen hacia la empresa privada que es vista como el motor del desarrollo económico y social de un país. Por otra parte, funcionan si se elimina cualquier regulación del mercado por parte del Estado, además, se liberan los precios y las tasas de interés, y se descarta cualquier mecanismo de control sobre las inversiones (Posas, 2000).

27 En el actual modelo de desarrollo solamente las empresas de zonas francas y maquilas reciben incentivos específicos para exportar.

28 En relación con este tema, el nuevo modelo de desarrollo ofrece reducir los créditos y liberar los precios (Posas, 2000).

29 Tal como lo plantea el Banco Mundial (2014), “las empresas multinacionales pueden tener efectos negativos, pues es posible que al competir en los mercados locales de productos y factores empujen a salir a las empresas locales menos eficientes y generen así trastornos temporales […] [es decir] en el corto plazo puede afectar de manera negativa a los trabajadores y generar tensiones sociales y políticas [en el país donde se ubican]” (p.15).

30 En

31 Para mayores antecedentes, en el siglo xix el capitalismo agrario era un fenómeno más que todo interno al país, donde capitalistas y campesinos chocaban en sus intereses, tanto para producir para el mercado nacional como para el extranjero (café). En la época actual, el choque es entre empresas nacionales (muchas de las cuales pasaron a manos extranjeras) y transnacionales, pero la competencia está más enfocada al mercado nacional y regional centroamericano, puesto que pocas empresas nacionales tienen capacidad para competir en otros mercados externos.

32 Según estudios realizados por Monge (2009), durante el año 2005, la colocación de los créditos para financiamiento en el sector de pymes estuvo conformado por Servicios 51,5%, Comercio 27,2%, Agricultura 15%, Industria 7,2% y Turismo 1,1%.

33 De estas, 74% son empresas de tipo micro, 22% son pequeñas y 4% son medianas. Asimismo, 10% pertenece al sector agropecuario, 7% a la industria manufacturera, 27% al comercio y 56% a otros servicios (ccss, 2013). Se agrega que San José es la provincia que más presenta empresas de tamaño micro (meic, 2019).

34 Se suscribieron, posteriormente, acuerdos bilaterales con otros países como: Chile (2002), Canadá (2002), caricom (2004), Panamá y el Tratado de Libre Comercio Centroamérica-Estados Unidos (cafta, que entró a regir a partir de 2009), el cual conllevó a la apertura de las comunicaciones y de los seguros (León et al., 2014). Además, el acuerdo entre Costa Rica y México fue reemplazado por un acuerdo entre México y Centroamérica, en julio de 2013.

35 Se pueden consultar más tratados en esta dirección http://www.comex.go.cr/Tratados. Aparecen tratados con China (2011), Singapur (2013), Perú (2013), entre otros.

36 Costa Rica ha firmado tratados internacionales con República Dominicana, Chile, Canadá, Estados Unidos, México, Trinidad y Tobago y otros, sin embargo, se presentan características negativas y positivas para una gran mayoría de pymes que quieran exportar.

37 Lo anterior está relacionado con programas educativos de acompañamientos para sus procesos productivos, contables, financieros, publicitarios, en relación con sus debilidades y con las amenazas a emprendedores o empresarios. A través de instituciones públicas como el Instituto Nacional de Aprendizaje (ina), Instituto Nacional de la Mujer (inamu), Instituto Mixto de Ayuda Social (imas), universidades públicas, entre ellas, la Universidad de Costa Rica (Sede del Pacífico en la Región del Pacífico Central), por mencionar algunas.

38 Para aclarar, la disminución de las pymes en -0,2%, aunque es un porcentaje muy pequeño, se justifica porque en ese lapso el país estaba afectado por las crisis del petróleo, recesión mundial y los problemas internos de sustitución de importaciones.

39 El aporte total de las pymes al pib en el año 2012 (36,94%), 2013 (36,42%), 2014 (35,93%), en 2015 hubo un leve aumento (36,90%), 2016 (36,00%) y en 2017 cerró con 35,73%, que representa una disminución en este último año (meic, 2019).

40 Su crecimiento está asociado a políticas de liberación del sector financiero.