Rev. Ciencias Sociales 169: 235-240 / 2020 (III)

ISSN Impreso: 0482-5276 ISSN electrónico: 2215-2601

LA HISTORIA CONTRAATACA DEL AUTOR JUAN MANUEL SANTANA PÉREZ (Venezuela: Fundación Buria)

LA HISTORIA CONTRAATACA BY JUAN MANUEL SANTANA PÉREZ
(Venezuela: Buria FOUNDATION)

Adith Shilley Gomez Gomez*

RESUMEN

La presente es una reseña del libro La historia Contraataca de Juan Manuel Santana Pérez, historiador venezolano. El autor realiza un recorrido historiográfico sobre el quehacer de la historia, sus basamentos y metodología empleados en el siglo XX. Es un texto de gran importancia en el quehacer historiográfico, dado que se expone de manera crítica y detallada la tradición historiográfica, así como los aportes más recientes en el área. El libro se compone por nueve capítulos los cuales se reseñan de manera cuidadosa.

PALABRAS CLAVE: HISTORIA * HISTORIOGRAFÍA * RESEÑA BIBLIOGRÁFICA * METODOLOGÍA

ABSTRACT

The following is a review about the book titled La Historia Contraataca (History Fights Back), written by the Venezuelan historian Juan Manuel Santana Pérez. In the book, the historiographical path during the 20th century is presented by the author. Santana Pérez explains its history, its theoretical basis, and the methodology researchers employed during that period. The book is composed by nine chapters, which are reviewed in detail.

KEYWORDS: HISTORY * HISTORIOGRAPHICAL * BOOK REVIEW * METODOLOGY

* Colegio Santo Ángel de la Guarda, ciudad de Cúcuta, Colombia.

adithgomez@gmail.com

LA HISTORIA CONTRATACA, POR JUAN MANUEL SANTANA PÉREZ

Juan Manuel Santana Pérez (2016a y 2016b) es un reconocido catedrático de la Facultad de historia de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Doctor en Geografía e historia. Este multifacético investigador es Académico de número en la Academia Científica de Cultura Iberoamericana en San Juan de Puerto Rico; también, forma parte del Grupo de Investigación Sobre el Mundo Atlántico (gisma), en el cual se desempeña en el marco de su línea de investigación: Fuentes y Metodología para la Investigación Histórica. Su aporte académico es bastante amplio; en este sentido, ha publicado diferentes libros entre los que se encuentran los siguientes: Instituciones benéficas en Canarias bajo el Absolutismo Ilustrado (1989), Política Educativa de Carlos iii en Canarias (1990), Emigración por Reclutamientos Militares Canarios en Luisiana (1992), Cunas de Expósitos y Hospicios en Canarias [1700-1837] (1994), Hospitales en La Laguna durante el siglo xviii (1996), La Pugna Intracanaria (1988), La Puerta Afortunada Canarias en las relaciones Hispano-Africanas de los siglos xvii y xviii (2002), historia concisa de Canarias (2003), Excluidos y Recluidos en el Antiguo Régimen, Hospitales en Gran Canaria (2005) y Paradigmas Historiográficos Contemporáneos (2006). Entre sus publicaciones más recientes se encuentran: La historia Contrataca (2013) y La Pesca en el Banco Sahariano (2014).

La historia Contrataca, publicado en el año 2013 por la Fundación Buría, plasma el caminar de la historiografía contemporánea para dar respuestas a las inquietudes teórico-epistemológicas que han ocupado a los investigadores en el área durante el último siglo y que han otorgado a la historia su envestidura como quehacer científico. El autor se plantea una reflexión, enmarcada en su amplia experiencia investigativa, que marcha en torno a las diferentes teorías que sustentan los estudios historiográficos, centrándose especialmente en el propósito de estos y asumiendo frontalmente una clara posición hacia el Materialismo Histórico.

El texto se compone de nueve capítulos titulados en orden de aparición: “Fundamentación Teórica de la historia”, “La historia Precientífica”, “Paradigmas del Siglo xx”, “Encuentros y Desencuentros con la historia: Modernidad y Posmodernidad”, “Influencias Historiográficas de los Mitos Económicos”, “Los Neocons Secuentran a Clío”, “Claroscuros de la historia Cultural, Reina de las Últimas Décadas”, “Historiografía Latinoamericana o la Emergencia de la Periferia” y, finalmente, “El Retorno de la historia Critica”.

A través de toda la obra, Santana Pérez discurre sobre la lenta pero constante evolución que ha experimentado el quehacer historiográfico a nivel mundial y a lo largo del tiempo, el cual ha sido pautado dependiendo del enfoque filosófico con el cual se haya asumido. El oficio de historiador es el más dinámico de todos los oficios en virtud de que la historia es una ciencia que lucha por entrecruzar el pasado, el presente e, incluso, el futuro del hombre y de los espacios en los cuales coexiste y se justifica su accionar.

Así, pues, en el primer capítulo, “Fundamentación Teórica”, el autor propone la variable tiempo y la relación hombre-medio como elemento importante en los estudios historiográficos; Santana Pérez comenta que la historia se encuentra siempre en constante construcción. Igualmente, tiene claro que es imposible reconstruir totalmente la historia, pues cada persona tiene sus propias percepciones e interpretaciones de una misma realidad. Desde una misma perspectiva, T. Kuhn explica la íntima relación que debe existir entre la historia y la racionalidad, de modo tal que para poder llevar a cabo estudios históricos se necesita el empleo de un método específico que marque la pauta al investigador dentro de un tiempo y un espacio determinado. Lo anterior, pone en negación la existencia de la clásica división de la historia, en la que se distingue entre prehistoria e historia, pues considera que todo hecho humano es historia.

Para Santana, es menester asumir la historia como la ciencia que estudia los acontecimientos en las sociedades; por tal razón, indica que debe ser historia de la humanidad y no historia del hombre. También, la asume como un método de análisis del pasado que conlleva a comprender el presente, plantearse el futuro a fin de proponer soluciones a los problemas que describe. Además, resalta la necesidad de evidenciar los sujetos sociales (desde la comprensión de esos sujetos como agentes activos del proceso histórico) y no exclusivamente la historia de las grandes élites; esa es la base de la propuesta de la Escuela de los Annales.

Al tomar en consideración lo anterior, en el segundo capítulo denominado “La historia Pre-Científica”, realiza una reflexión sobre la historia pre-científica, puesto que allí explica las visiones que se le dio a la historia hasta la invención de la imprenta. Resalta los estudios antiguos considerados precursores de la tradición científica. Tal es el caso de Heródoto (tendencia narrativa) y Tucídides (tendencia explicativa); ambos autores conciben la historia con criterios retóricos, desde una visión atemporal y empírica. Igualmente, resalta la influencia de Platón y Aristóteles, luego, aquella de los romanos Polibio, Plutarco y Tito Livio. En la Edad Media, la historia asumió funciones religiosas cuando se privilegió la presentación de hechos históricos en relación con las festividades religiosas para, a finales de este período, presentar la historia de los reyes. Hacia la Edad Moderna, la historia se apropió de temas políticos.

Seguidamente, el investigador evidencia diferentes hechos que nutrieron a esta ciencia, tal como el descubrimiento de América con el cual se incorporaron aspectos naturalistas, geográficos y etnográficos a dicha ciencia; todo ello movido por el cambio de una visión teocéntrica de la sociedad a una antropocéntrica, en la cual se asumía la sociedad como sujeto histórico y no los antiguos mitos y relatos sobre la humanidad, situación que emerge por el advenimiento de la Era Moderna. En el siglo xviii, los temas de la historia asumen distintas vertientes: una historia inmediata (como memorias y diarios), una historia de los estados (príncipes), una historia de Roma y una historia exótica (extremo Oriente, América y el surgimiento de los estados europeos).

En el llamado Siglo de las Luces, la historia toma un rumbo más cultural e intelectual, por ello rinde atención a los hábitos y a las tradiciones de los hombres y sus sociedades; con la influencia de Inmanuel Kant, la historia asumirá una consciencia política y una noción de temporalidad que se centra, por un lado, en el curso de los astros y, por otro, en el orden de sucesión de los soberanos y sus dinastías con miras a unificar y sistematizar los hechos históricos.

Dentro de esa evolución, presenta el tercer capítulo “Paradigmas del Siglo xx, en el que explica los tres grandes paradigmas del siglo xx: el Historicismo, el Positivismo y el Idealismo. En lo que respecta al Historicismo, menciona como mejor representante a Leopold von Ranke quien asume al Estado como el individuo histórico; la historia se vale de la erudición documental que tiene la observación y la inducción como plataforma del conocimiento científico: esta visión conlleva a apoyarse en documentos o testimonios para narrar los hechos históricos sin llegar al análisis. En este apartado, Santana Pérez demuestra cómo las filosofías de turno en cada época han adoptado o transformado el propósito de los estudios historiográficos, realidad que aún en pleno siglo xxi permanece; por ello, hace entender que la historia se mantiene en constante construcción.

En cuanto al Positivismo, apoyado en la visión de Augusto Compte, lleva al historiador a emplear un discurso objetivo y unos principios de organización cronológica de los eventos para describirlos; su meta es presentarlos tal como sucedieron en realidad, en un afán de sistematizar la historia de manera teórica y metodológica. El Idealismo, por su lado, se apoya en W. Dilthey al proponer la historia desde la interpretación y la hermenéutica para presentar los acontecimientos históricos y, por ello, los historiadores asumen posiciones más subjetivas en el discurso histórico.

Hacia 1929, se erige una nueva tendencia, la Escuela de los Annales, que introduce nuevas concepciones al estudio de la historia, entre las que destacan las siguientes: la relación hombre-medio geográfico y el tiempo de larga duración; la historia coyuntural o cíclica que incluye los cambios económicos, demográficas y sociales; y, finalmente, la historia factual o individual que incluye la noción de tiempo tradicional. En materia de cambios, en la visión filosófica del mundo, el paso de la Era Moderna a la Postmoderna justifica el cambio de las mentalidades del hombre, sus motivaciones y sus actitudes frente al mundo.

En 1983, emerge el Materialismo Histórico basado en las ideas de K. Marx y F. Engels, el cual llevó al análisis de los sistemas de producción dominantes y su influencia en la evolución de las sociedades; la lucha de clases preocupa a los estudiosos de la historia, quienes se encargan del estudio de las colectividades sociales. La historia se convierte en el resultado de la relación entre el hombre y las circunstancias que lo rodean. El Dogmatismo nace dentro de esta postura y propone el análisis para llegar a la práctica teniendo en cuenta los datos históricos ajustados a la teoría y, por ello, las investigaciones ya se conocían de antemano. Posteriormente, surge el Marxismo Crítico bajo la influencia de Georg Lukács y se propone la conciencia del sujeto y del ser; esta postura retoma las ideas de Marx y plantea una historia humanista.

El cambio antes referido se justifica mejor en el cuarto capítulo, “Encuentros y Desencuentros en la historia: Modernidad y Postmodernidad”, en este apartado se analiza el debate Modernidad-Posmodernidad y sus efectos sobre la historiografía mundial, especialmente en el marco de los aportes de J. Habermas y M. Foucault, quienes descartan el fin de la historia; tales filósofos resaltan la pérdida de la fe en el progreso, la visión individualista-capitalista del hombre postmoderno y su falta de interés en explicar el presente o el pasado. Así, plantea el surgimiento de una crisis de la historia marcada por diferentes ideologías y pugnas de orden político, económico y religioso, lo que originará el nacimiento de una “nueva historia” y de una nueva sociedad.

La crisis del discurso historiográfico se evidencia en la postura asumida por los historiadores quienes se dividen en tres grandes grupos: los neoconservadores, lo reconstructores-reformistas y los deconstructores o postmodernos. Los dos primeros grupos estudiaban los cambios culturales; en el segundo grupo, destacó J. Habermas, preocupado por la racionalidad en la praxis humana, este autor asumió las ideas de Marx hacia la emancipación. En el tercer grupo, resaltó M. Foucault, quién discutió profundamente la crisis de la ideología que trajo consigo la negación de los discursos teóricos unificadores y totalizantes. Para Santana, el discurso his­tórico demuestra la llegada de la Era Postmoderna, dado que la historia asume historias colectivas fragmentarias que carecen de bases teóricas sólidas, con el privilegio de las metodologías empíricas.

En los capítulos quinto y sexto, “Influencias Historiográficas de los Mitos Económicos” y “Los Neocons Secuestran a Clío”, el historiador desde su óptica particular realiza una reflexión crítica en cuanto a la idea capitalista del progreso como el fin último de las sociedades; con respecto a esta idea, manifiesta estar en desacuerdo, así también con todo lo referido a la idea de globalización. Esa realidad, sumada a la caída del pensamiento de izquierda, da un vuelco a la historia que se convierte en una historia del tiempo presente, en la medida que se asumen varias historias fragmentadas y descentradas incapaces de proyectar su futuro marcadas por el presentismo, el relativismo y la pasividad política.

De igual forma, discurre sobre las ideas antagónicas expresadas por Fukuyama y Huntington acerca de la concepción de la historia a partir de la guerra fría; al respecto, señala que para el primero significaba el fin de la historia; mientras que para el último la continuación. Todas estas posturas se asumen en el marco del choque de civilizaciones (que suponen conflictos bélicos) y evidencian en esencia una lucha de clases. El discurso del historiador marca las diferencias entre las naciones con economías prósperas y aquellas de los países subdesarrollados; las relaciones de poder económico determinan los acontecimientos nacionales e internacionales; los países se perciben desde lineamientos diversos en atención a su cultura y civilización o en relación con el sistema político. De ahí que Santana considere la historia a partir de la idea de choque de las civilizaciones; todo ello coloca al discurso historiográfico en grandes aprietos, dada la complejidad cultural del mundo postmoderno.

En el séptimo capítulo, “Claroscuros de la historia Cultural, Reina de la Últimas Décadas”, Santana Pérez explica cómo evolucionó la historia de las mentalidades a partir de la distinción entre lo culto y lo popular. De acuerdo con el autor, esto permitió el surgimiento de la escuela francesa de los Annales. Seguidamente, realiza una revisión a las 3 críticas principales a la historia de las mentalidades. Asimismo, en este apartado, Santana Pérez desde la visión de Pierre Vilar, hace una clara distinción entre la historia como realidad y la historia como conocimiento científico, la cual está siempre, según él, casada con el poder. En este capítulo, Santana deja entrever la historia de las mentalidades como la vía para relacionar las representaciones culturales sin relación con el contexto. Así, comenta que en esta visión se da más importancia a las fuentes literarias, los protocolos notariales y la documentación inquisitorial; también se tiene en cuenta la ausencia de fuentes y datos para el estudio del mental colectivo. Finalmente, Santana reflexiona sobre la necesidad de lograr la cohesión entre sujeto y objeto.

A lo largo del octavo capítulo, “Historiografía Latinoamericana o la Emergencia de la Periferia”, el historiador analiza el papel que ha desempeñado América Latina en la producción historiográfica. Al respecto, menciona diferentes autores como Fontana. A pesar de estar consciente de las limitaciones económicas que sufre la producción académica latinoamericana, el autor presenta críticas a los diferentes aportes en los que enfatiza la autoproclamada originalidad y la poca conexión con el viejo mundo, lo que tilda de chovinista y atomista. Por otra parte, explica que las dos grandes tendencias que han tenido un mayor auge en la región han sido el Materialismo Histórico y la Escuela de los Annales, especialmente en México, Argentina, Brasil y Cuba, aunque aún se aprecian acercamientos a la historia tradicional.

En cuanto a esa visión tradicional o historia fáctica, Santana comenta que se acude a la interpretación de las fuentes de forma objetiva. Esta corriente enfatiza la visión política y la historia de los héroes nacionales que emerge del sentimiento nacionalista latinoamericano. De la influencia de Annales, surge la postura de la historiografía intelectual con visión interdisciplinar y que se basa en la Sociología y la Psicología para asumir al sujeto como protagonista del proceso social en su contexto; el sujeto histórico es visto como un individuo de naturaleza cambiante, así como representante de un contexto particular. También, el Materialismo Histórico se ha hecho presente con su base en el estructuralismo althusseriano. Igualmente, se observa una fuerte influencia de la Escuela de Frankfurt y de A. Gamsci quien se basa en interpretaciones de aspectos culturales, con lo cual elimina las relaciones de orden socioeconómico.

Santana comenta que en estas últimas décadas ha salido a la palestra de los estudios historiográficos la historia Regional en Latinoamérica con tendencia hacia una historia global. Esta visión se ocupa de los problemas de la región y la relación región-comunidades indígenas, así como, los problemas fronterizos; en suma, valora el enriquecimiento metodológico como consecuencia de la apertura de los historiadores hacia distintas visiones.

Finalmente, en el capítulo nueve, “El Retorno de la historia Crítica”, realiza una reflexión sobre lo que considera debe ser el rol de la historia dentro de las ciencias sociales, teniendo en consideración que debe renovarse el sentido que se la ha estado asignado a la historia y, por lo tanto, debe tenerse en cuenta aspectos como el tiempo y el espacio en el que se desarrollan los hechos. Santana sostiene que en este siglo xxi, la historia debe valerse de las fortalezas de las corrientes “Historicismo-positivismo, Escuela de Annales y Materialismo Histórico”.

De la primera postura debe asumir la confirmación de los hechos históricos; en otras palabras, recoger los datos de la experiencia que dan un acercamiento a la realidad. Todo ello con el apoyo de ciencias auxiliares que permitan lograr establecer la autenticidad y el grado de veracidad de los textos. De los Annales debe asumir el rescate del estudio de los factores socioeconómicos y las acciones colectivas, así como, la visión del sujeto, quien debe ser visto como un “hombre en sociedad”, siempre desde una revisión interdisciplinar. Igualmente, sugiere la revisión histórica en tres tiempos: el tiempo de larga duración (o geográfico), la historia coyuntural o cíclica y el tiempo factual o individual. El eje temático debe estar conformado por una historia que no solo abarque aspectos políticos, sino también geográficos, lingüísticos y psicológicos, entre otros.

Desde el Materialismo Histórico aconseja asumir el cambio de las sociedades humanas y mantener la búsqueda de una teoría integral de la historia sin perder de vista los elementos que componen una realidad, así como, los mecanismos que la modifican. De esta misma forma, invita a conservar la relación pasado-presente y futuro relacionando lo objetivo (las condiciones dadas) con lo subjetivo (las personas). Santana considera que el gran peligro de los estudios historiográficos en la actualidad es el carácter antiuniversalista, viciado por la idea postmoderna que considera todo discurso como posible y válido; este es un pensamiento heredado del pensamiento postmoderno. Santana anima hacia el final de su obra a los historiadores a apoderarse de un discurso crítico que tenga en cuenta la imposibilidad de ser neutral. Invita a la heterodoxia, aunque es innegable que comulga con los postulados del Materialismo Histórico, aspecto que es notable a lo largo de la obra.

REFERENCIAS

Santana Pérez, J. M. (2013). La historia Contraataca. Fundación Buria. isbn: 978-980-6087-93-4.

Santana Pérez, J. M. (2016a). Juan Manuel Santana Pérez. [Datos Personales en línea]. Canarias y su contexto Atlántico. Visiones históricas, sociales y culturales. http://www.webs.ulpgc.es/canatlantico/Componentes/42

Santana Pérez, J. M. (2016b). Hoja de vida. [Documento en línea]. http://scienti.colciencias.gov.co:8081/cvlac/visualizador/generarCurriculoCv.do?cod_rh=0001502021

Fecha de ingreso: 06/09/2019

Fecha de aprobación: 08/10/2020