Rev. Ciencias Sociales 174: 223-243 / 2021 (IV) ISSN Impreso: 0482-5276 ISSN ELECTRÓNICO: 2215-2601

“¿PROBASTE EL SEXO VIRTUAL?”: DISCURSO SEXOLÓGICO Y CULTURA DIGITAL EN ÉPOCAS DE COVID-19

“DID YOU TRY VIRTUAL SEX?”: SEXOLOGICAL DISCOURSE AND DIGITAL CULTURE IN TIMES OF COVID-19

Estefania Martynowskyj *

Constanza María Ferrario **

RESUMEN

En este trabajo, se exploran los discursos sobre sexualidad que, en el contexto de la pandemia de covid-19, se (re)producen y circulan en las cuentas de Instagram de seis sexólogas argentinas que hacen educación sexual y divulgan su trabajo profesional a través de dicha red social. A partir de exploraciones etnográficas digitales se analizó como estas profesionales construyen un modo de narrar los saberes de la sexología en internet; despliegan actividades pedagógicas que las posicionan como nuevas referentes en el campo de la sexología nacional y configuran una red de “instagramers” que se dedican a la educación sexual.

PALABRAS CLAVE: MEDIOS SOCIALES * EDUCACIÓN SEXUAL * INTERNET * ETNOGRAFÍA * PANDEMIA

ABSTRACT

In this paper, it is exploring the discourses on sexuality that, in the context of the covid-19 pandemic, are reproduce and circulate on Instagram accounts of six Argentine sexologists who do sex education and publicize their professional work through these social media. From digital ethnographic explorations we analyze how these professionals construct a way of narrating the knowledge of sexology on the internet; deploy pedagogical activities that position them as new references in the

*

Universidad Nacional de Mar del Plata y Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (conicet ), Buenos Aires, Argentina.

emartynowskyj@gmail.com

** Universidad Nacional de Mar del Plata (unmdp) y Universidad Nacional de San Martín (unsam), ambos de Buenos Aires, Argentina.

ferrario.constanza@gmail.com

224 Estefania Martynowskyj y Constanza María Ferrario

field of national sexology and configure a network of “instagramers” dedicated to sex education.

KEYWORDS: SOCIAL MEDIA * SEXUAL EDUCATION * INTERNET * ETHNOLOGY * PANDEMICS

INTRODUCCIÓN

El 17 de abril de 2020, a casi un mes de haber comenzado en la Argentina el Ais- lamiento Social Preventivo y Obligatorio (en adelante aspo) decretado por el Presidente Alberto Fernandez a raíz de la pandemia de

covid-19, en el reporte diario1 del Ministerio de Salud de la Nación intervino el médico infectólogo José Barletta, convocado para dar recomendaciones sobre cómo tener sexo de manera segura y no propagar el virus. No tener relaciones sexuales con personas con las que no se convive, ni con las que no se cono- cen; como alternativa, hacer sexting y sexo virtual; lavarse las manos antes y después de la masturbación y el sexo virtual; desinfectar teclados, teléfonos y juguetes sexuales, fueron los consejos que dio el experto, dejando en evi- dencia que el sexo es una cuestión de interés público, en tanto atañe al gobierno de la po- blación y de sí mismo (Foucault, 2002). Como señala Attwood (2006), en Occidente, la mo- dernidad tardía trajo actitudes más permisivas hacia el sexo, aunque este también se convirtió en un foco regular de preocupación pública en el contexto de una aparente desintegración del consenso moral en torno a cuestiones de “co- rrección” sexual.

Pero no solo el Ministerio de Salud dio consejos sexuales, las redes sociales y los me-

dios de comunicación amplificaron y (re)pro- dujeron discursos sobre el sexo que incitaron a las personas a interiorizarse con distintas prácticas y tecnologías sexuales, y a ponerlas en práctica de manera responsable. En este trabajo se exploran los discursos sobre sexua- lidad que se (re)producen y circulan en los perfiles de Instagram de cinco sexólogas y una periodista de sexualidad de nacionalidad argentina, prestando atención a los consejos sexuales que estas especialistas brindan y a la imaginación privilegiada sobre la sexualidad que despliegan. Asimismo, se indagó cómo estas profesionales construyen un modo de narrar los saberes de la sexología en internet –articulando el discurso de la disciplina se- xológica con el discurso publicitario y otros recursos que habilita esta red social–; desarro- llan actividades pedagógicas que las posicio- nan como nuevas referentes en el campo de la sexología nacional –al promocionar a su vez su trabajo offline y online, ya sea en consultorio, publicaciones editoriales, boutiques eróticas, cursos– y configuran una red de “instagra- mers” que se dedican a la educación sexual desde la disciplina sexológica, realizando acti- vidades conjuntas, citándose, recomendándose y etiquetándose.

Se parte de dos hipótesis que guiaron esta investigación. La primera es que los dis- cursos de las sexólogas que intervienen en las

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Desde el inicio de la pandemia, el Ministerio de Salud de la Nación Argentina (17 de abril de 2020) emite reportes diarios para informar a la población sobre la situación del covid-19, las medidas implementadas y las recomendaciones actualizadas. Los informes son encabezados por la Secretaria de Acceso a la Salud Carla Vizzotti y se transmiten en vivo por el canal de televisión abierta “Televisión Pública Argentina” y por el canal de youtube del Ministerio de Salud de la Nación. Ver en https://www.youtube.com/user/ MsalNacion/videos

redes sociales, adquieren visibilidad y masi- vidad en un contexto de sexualización de la cultura, donde la sexualidad aparece articulada “en términos de una cultura “terapéutica” que promueve un enfoque sobre la sexualidad y el yo como un medio para el desarrollo personal y la realización” (Attwood, 2006, p. 80). En este contexto, dichos discursos forman parte de un dispositivo de gestión neoliberal de sí, que su- pone un individuo racional y responsable, capaz de ejercer una sexualidad “libre, voluntaria,


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consentida, responsable y placentera” (Brown, 2016, p. 23). La incitación al autoconocimiento, al autoplacer y a la maximización de los pla- ceres sexuales, son efectos de las transforma- ciones ocurridas en Occidente en el dispositivo de la sexualidad y en la política sexual a partir de la década de 1980 (Carrara, 2015), y de la expansión contemporánea de la cultura de la autoayuda que organiza la subjetividad moderna desde las primeras décadas del siglo xx (Illouz, 2007; 2014).

El dispositivo de sexualidad, en tanto sistema de criterios sociales, políticos, cien- tíficos, jurídicos y culturales que regulan las maneras legítimas de obtener placer y relacio- narse afectivamente, fue analizado por Fou- cault entre su emergencia durante el siglo xviii

y su ascenso a lo largo del siglo xix. Este se superpuso al dispositivo de alianza y redujo su importancia al centrarse en el control de los cuerpos (su intensificación, su valoración como objeto de saber y como elemento en las relaciones de poder). Carrara (2015) señala que este dispositivo se transformó durante las últimas décadas del siglo xx, a partir de la irrupción de la noción de derechos sexuales como derechos humanos y el centrarse en el bienestar a través del buen uso de los placeres, como criterio de demarcación del buen sexo, ahora devenido una “tecnología de si”.

En un contexto donde la sexualidad “re- presenta y moviliza algunos de los temas clave de la definición del buen yo moderno, dueño y

sociales y la incorporación de preocupaciones en torno a desigualdades de género y diversidad sexual, así como al placer sexual femenino en sus discursos, no pueden pensarse por fuera de la masificación de los feminismos ocurrida en el 20152. Como señalan Gogna y Jones (2014), hasta la primera década del 2000, el campo de la sexología no había adoptado una perspectiva de género que ayudara a entender y cuestionar “cómo ciertas supuestas diferencias entre va- rones y mujeres funcionan como desigualda- des” (p. 156). Según el relevamiento que estos autores realizaron entre 2007 y 2008 con las organizaciones sexológicas y las personas pro- fesionales más relevantes del campo en Argenti- na, la perspectiva de género era abordada desde la corrección política y, al mismo tiempo, fun- cionaba como criterio de demostración acerca de su actualización profesional, al incorporar un enfoque novedoso y “a la moda”. Mientras que:

… en la mayoría de los programas de formación sexológica (...) el género no aparece concebido como un enfoque transversal a los distintos objetos de intervención de la sexología (...) de los 22 encuentros sexológicos (jornadas y congresos) relevados entre 2003 y 2007 encontramos sólo una mesa (“género y poder”) y cuatro ponencias que incluían en su título la palabra género (...) (Gogna y Jones, 2012, p. 53-54).

conocedor de sí mismo y hedonista” (Illouz, 2014, p. 53), la “cultura de la autoayuda” ha llegado a convertirse en uno de los medios fundamentales de organización de la subjetivi- dad moderna y se ha vuelto la relación domi- nante de cada individuo consigo mismo. Para Illouz (2010), la cultura de la autoayuda está caracterizada por un “estilo emocional”, que se “preocupa” por ciertas emociones y “crea” téc- nicas para aprehenderlas y modificarlas, en un terreno donde se entrecruzan conocimientos expertos, tecnologías de los medios de comu- nicación y emociones.

La segunda hipótesis es que la emer- gencia y la proliferación de sexólogas que se dedican a hacer educación sexual en las redes

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En 2015, un colectivo de periodistas, artistas, escritoras y activistas, llamó a manifestar contra la violencia de género en reacción a una serie de femicidios. El 3 de junio, miles de personas salie- ron a la calle, bajo la consigna #NiUnaMenos. Tras la viralización de la convocatoria, se dio inicio a un movimiento internacional sin prece- dentes en la lucha contra la violencia de género. En Argentina, el feminismo cobró una presencia inédita en la arena pública y el 3 de junio (3J) se constituyó en una fecha paradigmática de este movimiento, al activar un ciclo de movilización, es decir, al propiciar la realización de otros even- tos, como los paros de mujeres de los 8 de Marzo y los “pañuelazos” para demandar por el derecho al aborto (Natalucci y Rey, 2018). Incluso, varias periodistas y militantes se refieren a este momen- to como una “cuarta ola” feminista.

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Asimismo, la vinculación con el mo- vimiento feminista era marginal –salvo excepciones individuales– y la mayoría de pro- fesionales intentaban evitar ser asociadas con la categoría “feminista” (Gogna et al., 2011). En ese sentido, el proceso de democra- tización de la sexualidad (Fassin, 2012) in- tensificado con el cambio de milenio –que en Argentina se plasmó en leyes como la del matrimonio igualitario, la de identidad de gé- nero, la de parto respetado, la de educación sexual integral, entre las más relevantes– y la expansión de los discursos feministas (inclu- yendo su institucionalización en la formación superior) sobre la sexualidad y el género como dimensiones profundamente atravesadas por el poder, la desigualdad y la violencia, han introducido ciertas tensiones en el discurso de la sexología. Este ha comenzado a incorporar algunas de dichas dimensiones para pensar la sexualidad en el marco de su práctica pro- fesional y, al mismo tiempo, mostrarse más pluralista en términos de prácticas y sujetos sexuales considerados “sanos” y deseables, y menos centrada en el coito, la genitalidad y la pareja –entendida como pareja heterosexual monogámica–.

CONSIDERACIONES METODOLÓGICAS

En la actualidad, internet se ha conver- tido en una dimensión más de los objetos de estudio de cualquier investigador o investiga- dora de las sociedades contemporáneas. Como señala Carolina Di Prospero (Di Prospero, 2017; Di Prospero y Daza Prado, 2019), dado que la red forma parte de múltiples espacios de la vida social, personal y colectiva, son muy pocos los objetos de estudio que pueden es- capar a su influencia. Esto se ha vuelto inelu- dible en el contexto de la pandemia, donde la etnografía digital3 constituye un acercamiento

privilegiado para analizar objetos de estudio digitales o que están atravesados y mediatiza- dos digitalmente (Di Prospero, 2017; Di Pros- pero y Daza Prado, 2019).

Este tipo de análisis permite abordar dinámicas de coproducción permanente de sentido entre actores y sitios explorados. Es decir, permite ver cómo las personas usuarias otorgan diversos usos y sentidos a plataformas, y cómo a su vez esos sentidos están habilitados y condicionados por los diseños de los sitios (Kozinetz, 2010). Esta metodología posibilita relacionarnos con las personas interlocutoras a partir de los mismos medios digitales que utilizan, facilitando el encuentro más allá de un espacio geográfico (Pink et al., 2016), con- virtiendo así a la dimensión digital en el objeto y medio de estudio (Di Prospero, 2017).

Estos acercamientos intentan alejarse de las nociones que ven a las tecnologías como simples herramientas de las personas usuarias (Ahlin y Li, 2019), y buscan ver las relaciones complejas y dinámicas que vuelven a las tec- nologías sociales y a la sociedad tecnológica. Hester (2018) considera a las tecnologías y a las herramientas digitales como partes de la vida cotidiana pero también como posibles ámbitos de intervención feminista (Hester, 2018). Esta mirada se suma a una larga tra- dición en los estudios de género, pioneros en señalar las hibridaciones entre la sociedad y las tecnociencias (Haraway, 1995), y en consi- derar la potencialidad de los espacios virtuales para socavar viejos ordenamientos sociales y transformar los roles de género convencionales (Wajcman, 2006).

investigaciones se comenzaron a distanciar de las primeras conceptualizaciones que veían al cibe- respacio como algo homogéneo e independiente de los contextos sociales. Estas teorizaciones planteaban que el ciberespacio solo existía en el

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Las investigaciones vinculadas a internet, nuevas tecnologías digitales e investigación etnográfica vienen desarrollándose desde hace poco más de una década (Di Prospero, 2017). Así, se ha hablado de etnografía virtual (Hine, 2004); net- nografia (Kosinetz, 2010) o etnografía digital (Pink et al., 2016). En los últimos años, estas

plano de lo “virtual” y que por tanto debía estu- diarse únicamente en “la pantalla”. Los nuevos acercamientos tratan de dar cuenta que se vive en mundos híbridos donde las fronteras entre lo físico y lo digital, lo online y lo offline, se des- vanecen por completo (Di Prospero, 2017; Ahlin y Li, 2019).


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La construcción del campo se realizó a partir del seguimiento detallado de los perfiles de Instagram4 (ig) de 6 profesionales argenti- nas que hacen educación sexual a través de las redes sociales. Cuatro de ellas son psicólogas y sexólogas clínicas, otra es médica ginecóloga y sexóloga clínica, y otra es comunicadora y di- plomada en sexualidad. Si bien, su formación y práctica profesional es distinta, las agrupamos bajo la denominación de “educadoras sexua- les”, ya que así es como definen su actividad en Instagram. Se observaron y analizaron sus publicaciones desde el inicio del aspo, pres- tándole mayor atención a aquellas que tenían como contenido específico consejos vincula- dos al contexto de pandemia. Asimismo, se ob- servaron sus charlas y videos en vivo, tanto los que llevaron a cabo de forma individual como aquellos que hicieron en cooperación con otros profesionales de la sexualidad. Por fuera de esta red social, se visitaron sus páginas web y se escucharon/leyeron sus intervenciones en medios de comunicación.

La selección de las seis educadoras se- xuales analizadas se llevó a cabo a partir de diferentes criterios. Se eligieron profesionales que tuvieran formación específica en sexología o en sexualidad humana, y que ocuparan un lugar destacado en IG. Esto último se evaluó a partir del número de seguidores, la periodici- dad y la repercusión de sus publicaciones –en términos de cantidad de “me gusta” y comen- tarios– (Van Dijck, 2016; Serafinelli, 2018). Si bien, el número de seguidores varía y ninguna

la participación de manera conjunta de eventos en las redes sociales. 5

El hecho de que Instagram “viva” den- tro de Internet y a través de dispositivos mó- viles inteligentes, hace que el empleo de un enfoque etnográfico digital se considere in- dispensable para su estudio (Serafinelli, 2018). Las investigaciones de Poulsen (2018) y Se- rafinelli (2018) sobre esta red social desta- can que en un principio su objetivo no estaba en fomentar las interacciones entre sus usua- rios, sino solamente en publicar e intercam- biar fotos (Poulsen, 2018; Serafinelli, 2018). Sin embargo, algunas modificaciones en sus interfaces, como la habilitación de Instagram Direct (una función para intercambiar men- sajería instantánea) y la herramienta Stories (una función donde las personas pueden subir fotos y videos por un lapso de 24 horas) han hecho que se habiliten nuevas posibilidades para su uso (Poulsen, 2018). Junto con las fotos y videos se pueden intercambiar contenidos de índole textual y fomentar interacciones a partir de los mensajes directos y los comentarios en publicaciones.

BREVE PRESENTACIÓN DE LOS CASOS DE ANÁLISIS

Cecilia Canzonetta abrió su cuenta de IG @lic.ceciliace a finales de 2016 pero adqui- rió popularidad en 2019. Actualmente, cuenta

de ellas se identificó con la categoría de “in- fluencer”, se considera que en la lógica de esta red social operan como tales. También se evaluó su presencia en otros medios de comu- nicación, la vinculación con espacios de for- mación en sexología o sexualidad humana, y

4 Instagram es una aplicación de fotos disponible para dispositivos móviles y de escritorio que per- miten a sus usuarios sacar fotos y videos, editarlos y compartirlos con otros usuarios. Fue lanzada el 5 de octubre de 2010 en la tienda de aplicaciones de iPhone y fue comprada por la corporación Facebook en abril de 2012 por un monto de 1000 millones de dólares (Poulsen, 2018).

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Históricamente, los sexólogos han desempeñado un rol protagónico en la institucionalización y expan- sión de la sexología en Argentina (Gogna y Jones, 2012). Algunos también tienen una presencia des- tacada en Instagram y numerosos seguidores, como por ejemplo, Patricio Gomez Di Leiva (@respuesta- sexual), Ezequiel Lopez Peralta (@citaconezequiel) y Juan Carlos Kusnetzoff (@drksexo). Sin embargo, en este primer trabajo se decidió dejar sus perfiles de lado, ya que la utilización de ig como una herra- mienta para la educación sexual fue más tardía que en el caso de las comunicadoras analizadas. Esto quiere decir que comenzaron siendo perfiles personales, luego incorporaron la difusión de cono- cimiento sexológico y en la actualidad combinan ambos usos. Por ello, se consideró que requieren de cierta especificidad en el análisis que será incorpo- rada en futuros trabajos.

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con más de medio millón de seguidores. Es psicóloga, especialista en terapia sistémica y como algunas de las sexólogas consultadas se formó en sexología clínica en la Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (sash)6. Su libro “Sexo atr. A todo ritmo. La educación sexual que queremos” (2019), lideró los ran- kings de ventas durante los primeros meses del aislamiento. Su charla ted “La ecuación del sexo” tiene más de medio millón de repro- ducciones y su columna en el programa radial “Últimos cartuchos” (Radio Vorterix) tiene gran repercusión. Durante el periodo de ais- lamiento llevó a cabo talleres online sobre or- gasmos femeninos cuyas entradas se agotaron en pocas horas y desarrolló una versión virtual de su show Beer&Sex.

Mariana Kersz abrió su ig @lic.maria- nakersz a mediados del 2017 y actualmente tiene noventa mil seguidores. Es licenciada en Psicología y se formó en Sexología Clínica en la Universidad de Buenos Aires. Es especialis- ta en terapia de parejas y se dedica a la terapia psicológica y sexual. Ganó popularidad por su presencia en distintos medios de comunica- ción. Durante el periodo de aislamiento reali- zó talleres online sobre deseo, autoerotismo, orgasmos femeninos y educación sexual para adultos.

Francesca Gnecchi creó su ig @alas- paratusexualidad a inicios del 2017 y actual- mente tiene cerca de cincuenta mil seguidores. Es licenciada en Comunicación y tiene una diplomatura en sexualidad y feminismo. Es la dueña de Erotique Pink, una boutique eróti- ca dedicada a la venta de lencería y juguetes sexuales. Durante el periodo de aislamiento dictó cursos online sobre Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquis- mo (bdsm), sexo tántrico y relaciones abiertas, junto con otros profesionales. Fue una de las

organizadoras del “Fin de semana poco santo” y de la “Sexmaraton”, dos eventos que reunie- ron a diversos profesionales de la sexualidad para dictar charlas y talleres que se transmitie- ron en vivo. Participa de los podcast de Astro Sex donde se busca vincular la astrología y la sexualidad. Tiene una gran presencia en me- dios de comunicación.

Patricia Safadi creó su ig @licpatricia- safadi a mediados del 2017 y actualmente tiene más de veinte mil seguidores. Es licenciada en Psicología y estudió Sexología Clínica en la

sash. Sus actuales actividades profesionales se dividen entre las redes sociales y su consulto- rio donde realiza terapia de parejas y atiende pacientes con problemas sexuales. Se identi- fica con el Tantra y el Tao. Busca vincular la dimensión sexual y espiritual en sus publica- ciones. También escribe notas para algunos portales de revistas.

Bárbara García creó su perfil de ig @ sexualidadeslibres a fines del 2017 y actual- mente tiene cerca de dieciséis mil seguidores. Es médica especializada en ginecología y obs- tetricia. Estudio sexología humana en el ins- tituto Kinsey de Rosario. Busca educar sobre sexualidad en su perfil de Instagram, dando charlas, talleres y ateneos que complementa con su actividad en el consultorio. Durante el aislamiento llevó a cabo workshops online (talleres virtuales) referidos a “cerebros mul- tiorgásmicos” y “parejas creativas”.

Carolina Meloni abrió su cuenta de ig @ meloni.sexologa a mediados del 2018 y actual- mente cuenta con más de catorce mil seguidores. Es licenciada en psicología y se formó en sexo- logía clínica en la sash. Forma parte del equipo de Psicología de la Federación Argentina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans (falgbt)7 y en su Instagram se define como sexóloga transfe- minista. Dentro de sus actividades profesionales

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La Sociedad Argentina de Sexualidad Humana (sash), fue creada en 1982 con el objetivo de nuclear a profesionales especializados/as en Sexología y promover el desarrollo científico de la disciplina en Argentina, desde una esfera clínica, educacional y de investigación. Quienes la funda- ron son la Lic. Laura Caldiz y el Dr. León Roberto Gindin.Ver en: https://www.sasharg.com.ar/

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La Federación Argetina de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Tras (falgbt) fue creada en el año 2005 como una red federal con el objetivo de promover la igualdad y no discriminación hacia lesbianas, gays, bisexuales y trans. Actualmente, está compuesta por más de 150 grupos y organi- zaciones de Argentina (s.f.). Ver en: https://falgbt. org/quienes-somos/


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también se encuentra su rol en las redes sociales y la atención en su consultorio. Lleva adelante el “Proyecto Chornia” donde recibe y recopila fotos de vulvas para luego socializarlas y visibilizar “imágenes de genitales reales para “normalizar” las diversas características que ellos tienen”8 .

SEXÓLOGAS EN INSTAGRAM

Desde 2015, las redes sociales se han consolidado como uno de los espacios pri- vilegiados en términos de oferta educativa y pedagógica referida a la sexualidad. En ese contexto, diferentes sexólogas y comunica- doras han tomado como aliada a la red so- cial Instagram donde muchos seguidores/as y consultantes se valen del parcial anonimato y la cercanía con las profesionales para hacer consultas. Con la situación del aislamiento, las actividades profesionales que desarrollaban las educadoras –atención en consultorio, ca- pacitaciones y talleres presenciales– quedaron supeditadas a su ejecución en espacios virtua- les y se sumaron a las tareas que ya venían de- sarrollando en ese espacio. Esto tuvo distintos efectos. Por un lado, las plataformas de comu- nicación y redes sociales como Instagram se convirtieron en el único canal de comunica- ción entre las sexólogas y sus seguidores/as y consultantes. Por el otro, aumentaron conside- rablemente las actividades que desarrollaban de forma conjunta con otros profesionales, en su mayoría charlas en vivo. Dada esta situa- ción, todas las educadoras consultadas vieron incrementada su actividad en ig como así tam- bién el número de seguidores/as9 .

En relación con las herramientas de la plataforma, las profesionales afirmaron que eligieron tener una cuenta de tipo “profesional” que les brinda acceso a las estadísticas de su perfil. Esta función les permite, entre otras cosas, conocer la edad y el género de las per- sonas que las siguen; ver el rendimiento de sus publicaciones y la interacción de los seguido- res con los contenidos. Con esta información, pueden orientar sus publicaciones. A través de esta red social, las profesionales difunden información, brindan consejos y proporcionan técnicas sobre diversos temas que atañen a la sexualidad buscando difundir una visión de la salud y la educación sexual que incluya el pla- cer. Para ello, construyen y vinculan el discur- so científico y disciplinar de la sexología con el discurso publicitario y con las herramientas que ofrece la plataforma, desde una narrativa pedagógica bajo la lógica del consejo: “8 ideas para cuarentenear solx” (Gnecchi, 2020), “Tips para mejor lubricación” (Canzonetta, 2020), “3 tips para tener sexo anal” (Kersz, 2020) o “4 toques para sentir la energía sexual por todo el cuerpo” (Safadi, 2020).

Estos son algunos de los títulos que en- cabezan publicaciones y videos de igtv de las profesionales analizadas, en los que apuntan a explicar el “modo de hacer” una determinada práctica e instruir a sus seguidores/as para que puedan realizarla. Esta narrativa pedagógica se articula a través de “tips” o como respuesta a preguntas disparadoras. Así, interrogantes cómo “¿se puede tener sexo en cuarentena?” (Kersz, 2020), “¿Cómo higienizar los jugue- tes sexuales?” (Canzonetta, 2020) o “¿Cómo ser creativos en lo sexual?” (Garcia, 2020), les permiten a las profesionales abordar una

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Ver en https://cmelonipsi.wixsite.com/carolina- meloni/proyecto-chornia

Durante los meses que duró el aspo, se hizo un seguimiento diario de las cuentas de las educa- doras y se observó el aumento vertiginoso de seguidores/as. Algunas de ellas publicaron en sus perfiles placas de agradecimiento dando cuenta de este crecimiento. Por ejemplo, Mariana Kerz contaba en marzo con 30 000 seguidores/as y en agosto este número había crecido a 80 000, y Cecilia Ce tenía en mayo 400 000 seguidores y para julio había incrementado a 500 000.

temática específica y brindar recursos para llevarla a cabo. Si bien, suelen sugerir la auto- exploración, ya que destacan que no existe una “receta única” en torno a las formas de ejercer la sexualidad, la mayoría de sus publicaciones se sustentan en este tipo de narrativa.

Como han analizado Racioppe, Párraga, y Bruzzone (2018), profesionales que hacen uso de redes sociales como Instagram para difundir conocimientos, construyen redes que les per- miten a las personas seguidoras y consultantes

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acceder a fuentes de información que suelen estar disponibles solo para profesionales (Raciop- pe, Párraga, y Bruzzone, 2018). En los nombres de sus cuentas, algunas educadoras eligen poner el término “lic” antes de su nombre, en la biogra- fía de sus perfiles explicitan su formación acredi- tada como psicólogas, periodistas y sexólogas, y en muchas de sus publicaciones buscan poner de relieve el sustento científico de los conocimientos que brindan. Por ejemplo, en una publicación sobre el “Punto P”, Cecilia Ce hace un recorrido minucioso para referirse a la próstata como un punto de excitación anatómico, científicamente demostrado. Caracteriza la zona, destaca cuales son los nervios involucrados y brinda algunas técnicas para estimularlo. Esta publicación, que también es acompañada por una imagen que se- ñala donde se encuentra el punto P, culmina con la frase: “A meter dedo, no lo digo yo, lo dice la ciencia” (Canzonetta, 2020). Al mismo tiempo, en los perfiles registrados se pueden encontrar algunas publicaciones como “Encuentra tu cér- vix” (Gnecchi, 2020), un posteo de Francesca Gnecchi donde se visualizan imágenes del cérvix uterino acompañadas por un texto explicativo que describe el lugar donde se ubica, sus carac- terísticas principales y brinda recomendaciones para que las mujeres puedan descubrir su propio cérvix y estimularlo de manera correcta. Otras publicaciones como “¿Sabías que nuestro deseo se aloja en el cerebro?” (Garcia, 2020), “¿Las personas con pene se excitan más rápido que las personas con vulva?” (Meloni, 2020), “Oposi- ción vagina-clítoris. ¿De dónde surge?” (Meloni, 2020), son frecuentes en todas las cuentas anali- zadas y demuestran el entrelazamiento entre for- mación profesional y divulgación científica que caracteriza la narrativa de estos perfiles.

En los perfiles también se puede encon- trar contenido específico orientado a mostrar y enseñar a usar juguetes sexuales, lubricantes, productos de higiene femenina o lencería eró- tica. También es frecuente la recomendación y la difusión de libros con contenido sexológico o sexual/erótico –algunos de su autoría– y ma- teriales de tipo audiovisual. Como se mencionó previamente, una de las educadoras posee una boutique erótica y muchas de ellas –las que poseen mayor cantidad de seguidores– cuentan

con alianzas comerciales con sex-shops, tien- das de lencería u hoteles por hora, por lo que algunas de sus publicaciones, historias o en vivos están destinados a mostrar y promocionar esos productos. Esta promoción suele estructu- rarse a partir de la generación de sorteos que muchas veces son presentados como forma de “agradecimiento” por el aumento de seguidores y seguidoras. Así se encuentran publicaciones del tipo: “Sorteo 400K. Esta cuarentena no termina, pero puede mejorar mucho la vida de 4 afortunadas que ganen este bello vibrador de @stherapytoys” (Canzonetta, 2020). Esto visi- biliza que la narrativa publicitaria se articula con gran parte de los contenidos que producen y difunden estas educadoras. A su vez, sus per- files funcionan como una “ventana” para pro- mocionar su trabajo offline. Ellas recomiendan a sus seguidores y seguidoras que pidan una consulta presencial –u online dada la situación de aspo– para tratar temáticas o problemas que requieren de una mayor profundidad y no pue- den ser solucionados a través de un intercambio por Instagram y para ello suelen elaborar placas o historias con la información para contactarlas. A su vez, publicitan los talleres o capacitaciones que brindan y facilitan los links para las ins- cripciones o la compra de los tickets.

Las educadoras que cuentan con mayor número de seguidores trabajan de manera con- junta con agencias de publicidad que las ayudan en la producción del contenido, en su difusión y en el mantenimiento diario. Estos perfiles se distinguen por construir una “identidad” reco- nocible. Esto se visibiliza a partir de su estética general, ya que utilizan el mismo tipo de ima- gen, los mismos colores o la misma narrativa para los textos, manteniendo una coherencia general entre todas las publicaciones. También se visualiza en los videos que están interveni- dos con conocimientos de edición específicos o en la presencia de marcas de agua. Por último, desde algunas cuentas se acuñan frases que son utilizadas frecuentemente por las educadoras en sus publicaciones, son incorporadas también por las personas seguidoras y consultantes, con lo cual se convierten en “marcas de identidad”. Es el caso de los términos “Mabel y Roberto” utilizados por Mariana Kersz para referirse a


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“¿Probaste el sexo virtual?”: discurso sexológico y cultura digital en épocas de covid-19 231

un estereotipo masculino y otro femenino, así como la expresión “Chape fuerte” para dar cuenta de una técnica para “reavivar” la pasión en la pareja, o del termino “Clete” popularizado por Cecilia Ce para referirse al sexo oral hacia personas con vulva.

Al mismo tiempo, estas narrativas están condicionadas por los recursos que ofrece la plataforma. Así, las educadoras utilizan con frecuencia la herramienta “preguntas” para proponer un interrogante sobre un tema parti- cular y que las personas puedan contestar, opi- nar y relatar experiencias. Por ejemplo, el hilo de preguntas “¿Te viste el clítoris alguna vez?” (Kersz, 2020), o la iniciativa para que cuenten experiencias sobre sexting en cuarenta: “Sex- ting, fracaso y confusión” (Canzonetta, 2020). Asimismo, esta herramienta es utilizada para que los seguidores y las seguidoras puedan realizar preguntas generales o sobre un tema específico: “Dudas/preguntas sobre deseo se- xual en Cuarentena” (Kersz, 2020) o “Sexo y cuarentena preguntas” (Canzonetta, 2020). También utilizan la herramienta “encuestas” con preguntas con dos opciones o que pueden responderse por sí o por no y la herramienta “cuestionario” donde suelen instalar un tema o pregunta y elaborar distintas opciones para que las personas elijan. Las respuestas a las preguntas, encuestas o cuestionarios suelen ser compartidas por las educadoras en sus histo- rias. A su vez, utilizan mensajes que les llegan de forma privada o como respuesta a alguno de estos recursos y realizan un post retomando esa temática con mayor profundidad, lo que genera un diálogo constante entre la informa- ción brindada por las educadoras y la deman- dada por sus seguidores y seguidoras. Finalmente, las profesionales analizadas configuran una red de “instagramers” que se siguen entre sí, se ponen “me gusta” en las pu- blicaciones o comparten el contenido de otras cuentas afines. La configuración de esta red se visibiliza aún más a partir de las prácticas de “citado” y “etiquetado” que establecen. Es muy frecuente que frente a una pregunta que escapa a sus conocimientos específicos una educadora recomiende y “derive” la pregunta a algún o alguna colega haciéndole una etiqueta, que suele

responder desde su propio perfil compartiendo la historia, que a su vez luego será compartida nuevamente por la primera educadora. Esta misma lógica se repite cuando alguna persona usuaria o consultante pide recomendaciones sobre algún profesional para tratar una temática específica. Estas prácticas producen la propaga- bilidad, lo que supone que un perfil o contenido adquiera mayor circulación al ser recomendado por otros (Jenkins et al., 2015; Racioppe et al, 2018). A su vez, esta red se articula a partir de las actividades que realizan en la plataforma y en otras redes sociales de forma conjunta. Algu- nos eventos realizados durante el aspo como el “Fin de semana poco santo” o la “Sexmaraton” y la organización de diversos profesionales a partir del hashtag #sexualidadycoronavirus visi- bilizan esta dimensión.

CONSEJOS SEXUALES: ENTRE EL PLACER Y LA RESPONSABILIDAD

Desde el comienzo del aspo, las sexólo- gas brindaron recomendaciones sobre sexua- lidad en tiempos de pandemia, que se pueden agrupar, con fines analíticos, entre consejos para el cuidado de la salud (en un sentido amplio) y consejos para aumentar el placer, el deseo y expandir los márgenes de la sexuali- dad. La mayoría de estos consejos estuvieron dirigidos hacia un público femenino, ya que el 80% de quienes siguen sus perfiles son mujeres. Una de las iniciativas más relevantes en Argentina fue el hashtag #sexualidadyco- ronavirus, con 87 publicaciones, iniciado por @alasparatusexualidad, @clinicadeparejas (de Mariana Kersz), @ginecoyvos y @sexualida- deslibres, y al que rápidamente se sumaron alrededor de veinticinco profesionales, entre quienes se encuentran las que estamos explo- rando en este trabajo. Siguiendo la consigna del gobierno de #QuedateEnCasa, proponían el hashtag como un espacio para brindar reco- mendaciones respaldadas por distintos saberes profesionales y también como un espacio de consulta para evitar concurrir al médico por controles de rutina o consultas no urgentes. En línea con las recomendaciones del Ministerio de Salud para tener sexo seguro, aconsejaban evitar las relaciones sexuales entre personas

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que no conviven o que recién se conocen y proponían como alternativa el sexo virtual, el sexting y el autoerotismo.

La “pareja” aparece como la relación más recomendable para entablar encuentros sexuales y algunos/as profesionales sostienen que el covid-19 va a revalorizar este tipo de vínculo estable, al establecer una jerarquiza- ción sexual que la ubica en la cima, por sobre otro tipo de relaciones. En este contexto, la res- ponsabilidad individual de comunicar lo que se quiere, desea, lo que le gusta y lo que no, emerge como un tema relevante:

Por otro lado, este llamado a hacerse responsable de “educar” al/a otro/a acerca de nuestras necesidades, deseos y preferencias sexuales y afectivas –que se expresa y justifica de distintas maneras dependiendo la inscrip- ción profesional de las educadoras (psicología o medicina)–, se da en paralelo a una incita- ción a quererse, gustarse, conocerse y darse placer, que muchas veces aparece como el pre- requisito para poder ser gustado/a por otro/a y encontrar placer en una relación compartida:

Hay muchas personas que esperan que el otro nos de un orgasmo y nos ense-

拾 Cómo hacés para tener sexo con tu ñe eso que no sabemos. Buen momen-

pareja en esta cuarentena?



Qué recursos nuevos usaste? ¿Qué te desafía en este tiempo? Te animaste a algo diferente? Cómo organizas tu ruti- na con los chicos?



Con la genia de @sandrixlopez nos pusimos a pensar… ¿Sabemos pedir qué queremos y cómo lo queremos? ¿Cuánto conocés tu cuerpo y el de tu pareja? La cuarentena nos plantea desafíos inmen- sos e impensados.

Te damos tips concretos para pasarla mejor (Kersz, 2020).

La clave es comunicación sexual positiva !

Pedir desde lo que te gustaría, lo que necesitas! El mito de que todo fluya sin guiarnos... nos resta placer. Por qué? Cuando alguien que nos atrae nos esti- mula, en el cerebro se enciende un sis- tema de recompensa que recibe esta información desde los sentidos y la aso- cia a un valor positivo y una sensación placentera!

Si mediante el lenguaje comunicamos qué nos gusta queda en el archivo de este circuito de recompensa cerebral. Por eso hablar de esto antes, durante y/o después de vincularnos afectiva o sexualmente enciende nuestro cerebro súper rápido la próxima

Que la conquista verbal sea cotidiana. (Garcia, 2020).

to para empezar a autogestionarte el orgasmo. Buen momento para ver qué te pasa en el encuentro con vos mismo y porqué, por ejemplo, te causa rechazo el autoplacer.

(...) Asi que básicamente podemos empezar el #challenge las 12 maneras de hacernos la paja o el mejor tutorial para la nude perfecta. (Canzonetta, 2020).

En la misma línea que el consejo ante- rior, la mayoría de las sexólogas recomiendan masturbarse, autoerotizarse y “autogestionarse el orgasmo”:

Mi media naranja? soy yo

Somos naranjas completas llenas de gajos diversos, la familia, las amistades, las

pasiones, los hobbies, los trabajos, y tam- bién los vínculos afectivos y sexuales.

Cuando estas en soltería , no falta la mitad, simplemente estás habitándote .

La autoestimulación, (masturbación) es

una forma saludable de conectar con nuestra sexualidad personal y mejorar la compartida .

La Autogestión del placer sexual es una bella forma de ver qué necesitamos, darnos tiempo para bajar la vida atr (a todo ritmo), relajar, respirar, conectar

con nuestros cuerpos y el placer... un happy hour para mi !

Les dejo en igtv unos cortos desde mi consul y una nota con @flakotar explican-


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“¿Probaste el sexo virtual?”: discurso sexológico y cultura digital en épocas de covid-19 233

do los beneficios y cómo comenzar este salu- dable camino que mágicamente nos gra-

fica la genia de @flor.luciani.ilustradora A Disfrutar-SE este finde! (Garcia, 2020).

#RatoneateSinCulpa  #HoyEsSabado .

Cuanto más conozcas tu cuerpo, más vas a poder reconocer qué es lo que te gusta y qué cosas te generan más placer. Por eso cuanto más te explores, más lite- ratura erótica leas y más pensamientos asociados al erotismo tengas, más vas a poder pedir exactaemente lo que te gusta y vas a notar cómo aumen- tan tus niveles de deseo sexual. Por eso #EnSexoMasEsMas(...)

Cómo hago para poner en práctica que más es más? Explorá, conocé tu cuer- po, el autoconocimiento es la puerta de entrada para empezar a hablar de sexualidad. Destimificá los tabúes que tengas en relación al sexo y poné en práctica lectura erótica y baños de bur- buja exclusivamente para vos. Aprendé a conocer y reconocer qué es lo que te da placer. Cuanto más conectada estés con el deseo, más ganas de tener sexo vas a tener (Kersz, 2020).

Esta valoración de la autoestimulación como una práctica saludable y que trae be- neficios para el sujeto y para sus relaciones interpersonales, así como la idea de que cada persona puede saber y pedir “exactamente lo que (le) gusta” para aumentar los “niveles de deseo sexual” y que ello implica un aprendi- zaje al que “con esfuerzo y paciencia todas las personas pueden llegar!” (Garcia, 2020), pueden pensarse como manifestaciones del “nuevo” régimen de sexualidad que Carrara (2015) señala que comienza a emerger a fi- nales del siglo xx.10 Este nuevo régimen de

10 Entre el siglo xviii y hasta la “revolución sexual” en 1960, la masturbación era considerada una práctica desviada y peligrosa para médicos, edu- cadores y religiosos (Laqueur, 2007).

sexualidad, organizado en torno a la noción de derechos sexuales, entendidos como derechos humanos, generó cambios en las moralidades, racionalidades y políticas sexuales (Carrara, 2015). Así, el buen sexo ya no es aquel que está al servicio de la reproducción biológica y la producción eugenésica de una población sana, sino el que promueve el bienestar individual y colectivo a través del buen uso de los placeres. Del mismo modo, las prácticas sexuales se evalúan moralmente en relación con el grado de congruencia con los deseos del sujeto (que expresarían su “verdad interna”) y al pleno consentimiento en participar de las mismas. El sexo se convierte en una tecnología de sí, que los individuos pueden y deben saber manejar para ser más felices.

En el contexto de aislamiento, el auto- placer no solo es propuesto como una de las “prácticas sexuales más seguras” para evitar las relaciones sexuales con personas con las que no se convive y como una práctica “saludable” para “conectar con nuestra sexualidad y mejorar la compartida” sino que además es presentado por algunas de estas educadoras como una forma de empoderamiento femenino:

Ayer, junto con @femininjaok, realiza- mos el conversatorio “Tocate, hermane” a través de un vivo de instagram. La masturbación, en contexto de aislamien- to social obligatorio, no sólo es un modo de resolución (de ganas de coger, de necesidad de contacto, como ansiolítico, etc.), sino también (...) un acto político de empoderamiento, porque nuestro pla- cer estuvo siempre supeditado al accio- nar y conocimiento de une otre (...).

Es así como, tras un recorrido histórico de mitos acerca de la masturbación y conociendo también cómo se ha ubica- do la práctica en distintos estamentos (religiosos, jurídico penales, médicos, psiquiátricos, etc.) a lo largo de los tiem- pos, nuestro conversatorio se enfocó en la búsqueda /desafío personal que conlleva descubrirnos y redescubrirnos a nosotres mismes (re)encontrándonos

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de otros modos con nuestros cuerpos. (Meloni, 2020).

Este tipo de publicaciones pueden ana- lizarse en relación con lo que sugiere Attwood (2006) sobre que en las sociedades contempo- ráneas hay un cambio perceptible en la noción del sexo como un “placer propio”, en clave de “cultura de la autoayuda”, que a su vez se com- bina con un fenómeno de “sexualización de la cultura” y difusión de consignas de “liberación femenina” (Felitti, 2016). Así, se difunden una serie de discursos, de prácticas y de produc- tos que plantean una visión del placer sexual como vía de empoderamiento femenino y que vuelven a retomar las demandas de autocono- cimiento y autodeterminación corporal que ya habían puesto en agenda los feminismos de la segunda ola (Felitti, 2016; Hester, 2018). Al mismo tiempo, esta publicación visibiliza, como se mencionó al comienzo de este ar- tículo, que en los últimos años la disciplina sexológica se ha hecho eco de ciertos discursos feministas sobre la sexualidad. En este caso, se caracteriza a la masturbación como una actividad que históricamente ha sido relegada para mujeres y disidencias pero que debería in- corporarse dado que, además de ser una vía de empoderamiento, es presentada por estas pro- fesionales como una práctica sexual saludable. El autoconocimiento se convierte en

una dimensión fundamental en las recomen- daciones brindadas por las educadoras. Este aparece como el pre-requisito indispensable para lograr la autogestión del orgasmo, pero al mismo tiempo se instala como un fin en sí mismo, al que se llegaría como resultado de llevar a cabo las prácticas sexuales vinculadas al autoplacer. El contexto de aislamiento se visualiza a partir de estos consejos, como un momento propicio para que las mujeres puedan “pasar tiempo consigo mismas”, “capacitarse, aprender y descubrir nuevas prácticas y técni- cas de sexualidad”, dedicarse a la “autoexplo- ración” de sus cuerpos, placeres y deseos, así como “conectarse” con su erotismo. Francesca Gnecchi (@alasparatusexualidad) llama a estas prácticas “citas con una misma” e incentiva a las mujeres a que generen el hábito de tomarse

momentos específicos para el “autodescubri- miento” y la “liberación sexual”. Para lograr el autoconocimiento, las educadoras no solo sugieren la masturbación, el uso de juguetes sexuales o el consumo de material erótico, sino que algunas también recomiendan la conexión espiritual y para ello ofrecen meditaciones guiadas o proporcionan técnicas para fomentar la introspección y la reflexión. En el perfil de Patricia Safadi, esta última orientación se vuel- ve más evidente. De esta manera, se pueden encontrar publicaciones como:

DÍAS DE AISLAMIENTO=-OPOR- TUNIDAD MEDITACIÓN

GUIDAD: “RECONECTANDO

C O N T U E R O T I S M O ” 1)✔Empieza por dejar que venga a tu

mente el recuerdo de una ocasión en la

que te sentiste apasionada y sexualmen- te viva. 2)✔Repasa tu historia hasta

encontrar un recuerdo con el que puedas conectar y que puedas visualizar cla- ramente en tu mente. 3)✔Si te cuesta recordar una ocasión en la que sentiste pasión, también puedes imaginar cuál sería tu fantasía sexual ideal. 4)✔ Ahora quiero que sintonices con ese recuerdo o fantasía... ¿Estás con una pareja o sola? Si estás con alguien, ¿Quién es? ¿Cómo es tu entorno? Descríbelo con tanto detalle como puedas. ¿Estás dentro de casa o al aire libre? ¿Qué aspecto tiene el lugar? ¿Qué colores ves? ¿El lugar es fresco o cálido? ¿Es tranquilo u oyes sonidos? ¿Qué está pasando? ¿Cómo son los contactos? ¿Qué está pasando en la sensualidad de tu escena?. 5)✔ Ahora quiero que percibas cómo te sientes den- tro de tu cuerpo. 6)✔Nota las sensacio- nes en tu piel, tus labios, tus genitales. Permítete sentir tu deseo. ¿Sentiste cali- dez, cosquilleo, vibración...? ¿En qué parte de tu cuerpo sientes la pasión?. 7)✔Quiero que te aferres a la energía de tu deseo... Y, recordando todos los detalles de esta experiencia, vuelve al presente” Guía de la meditación, la sexóloga Rachel Abrams. (Safadi, 2020).


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También se encuentran los posteos “Más tiempo en casa = Más tiempo para pensar en vos” donde se describe un ejercicio práctico para “retratar el equilibrio que mantienes entre las cosas que te nutren o te aportan chi (ener- gía) y las que lo agotan” para poder mantener activa la faceta erótica (Safadi, 2020); “Poten- ciar el propio placer depende más que nada, de vos misma” (Safadi, 2020); “Introspección y sensualidad. Estar aquí y ahora, con vos misma” donde se describen una serie de pasos a seguir para “desarrollar una relación ínti- ma con tu propio cuerpo” (Safadi, 2020). Las nociones referidas al autoconocimiento detec- tadas en estas publicaciones pueden pensarse en relación con la espiritualidad “new age”, surgida en la década de 1970 en Estados Uni- dos del macromovimiento sociocultural de la “Nueva Era” y, posteriormente, popularizada en Argentina (Carozzi, 1999). Este movimiento promueve la importancia del autoconocimiento como medio para la transformación individual y el empoderamiento personal (Carozzi, 1999; Felitti y Rohatsch, 2018).

El autoerotismo y la masturbación tam- bién aparecen para estas educadoras como al- ternativas que permiten alejarse del imaginario coitocentrista y heteronormado, a través del cual, la sexología ha pensado a la sexualidad, es decir, a partir del coito vaginal facilitado por un pene erecto. Así, algunas de las educa- doras han elaborado publicaciones criticando el coitocentrismo y difundiendo otras maneras de experimentar la sexualidad y definir aque- llo que es considerado sexo:

Hablamos de coitocentrismo. Hablamos de sexo = procreación. Hoy, que pode- mos tener sexo sin tener hijes, y pode- mos tener hijes sin tener sexo, pare- ciera una asociación poco sensata. Sin embargo, el pene sigue siendo el que dicta el inicio y el fin de una relación sexual: mientras dura la erección y hasta que eyaculó. Y poco se piensa sobre estas funciones del pene por fuera del coito vaginal (...) No se arman pregun- tas sobre prácticas que no lo incluyen erecto, penetrando; mucho menos que directamente no incluyan al pene (...) La

exigencia de penetración, conlleva difi- cultades para las personas con pene (...), así como para las personas con vulva (...). No es negocio para nadie. (Meloni, 2020).

En este sentido, también se encuentran publicaciones como las de Cecilia Ce “No coito también es sexo”, “No es previa, es sexo” (Can- zonetta, 2020), que intentan difundir la idea de que el sexo no es únicamente penetración.

Por otro lado, como plantea Felitti (2016), en la actualidad la noción de libera- ción femenina se encuentra vinculada a la de liberación sexual lo que implica “no solo tener sexo sino hacerlo bien y con mediciones”. Este elemento, sumado a la difusión de valores de la psicología positiva, la espiritualidad new age y el emprendedurismo característico del capi- talismo emocional, hacen que se vuelva indis- pensable informarse, esforzarse e incorporar técnicas en la búsqueda y en la consecución del placer, que se instala como una responsabi- lidad netamente individual (Felitti, 2016).

Así, aparecen una serie de posteos que proponen tips para alcanzar el orgasmo, dar y recibir sexo oral, tener sexo anal sin dolor, tener sexo virtual de manera placentera, tener una mejor lubricación, aumentar el deseo, mejorar la vida sexual con tu pareja, entre otros. Pueden asumir distintas formas narrativas como la de la receta, que explica paso a paso cómo realizar una práctica; la del catálogo, que presenta una serie de opciones para que cada quien elija la práctica que quiere realizar, o la de preguntas y respuestas. A veces estos posteos promocionan talleres o cursos arancelados para profundizar en dichas temáticas o técnicas sexuales:

3 tips para el #SexoAnal! 

#NoDuele #TeHacesFan.



El sexo anal no duele! Basta de mitos! Si lo hiciste y te dolió es porque no practicaste antes con vos mism@ o intentaron ir de una a la penetración anal.



Probá primero dilantando el esfínter mientras te duchás, ponés un poco de jabón neutro en tu dedo y de a poquito das pequeños masajes circulares con el dedo

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hasta vencer la resistencia del esfínter. . 

Practicá varias semanas hasta lograr una buena dilatación y mayor control de la zona (...) Descubrilo! (Kersz, 2020).

(...) Les dejo unas ideas para jugar con la fantasía. El sexting no es sólo intercam- bio de fotos y masturbarse en simultá- neo. Podemos:



Mandar instrucciones de cosas que querés que haga la otra persona. Un poco de rol amo/esclavo, pero cosas que se haga el otro a si mismo



Verdad/consecuencia (muy 90s) 

Digalo con emojis (my fav!!) 

Si no sabés cómo arrancar, usa algún disparador, onda “che en qué andás?” “Acá mirando videos en youtube” y pum le mandas el link de últimos cartuchos sexo anal y de ahí arranca el intercambio.



Si no te sale ni mandar fotos ni escri- bir hot, manda otras imágenes ya sea extractos de pelis porno (onda quiero que me hagas esto y foto a la pantalla de la compu) o algún extracto de un libro o lo que fuera



mostrá tus juguetes sexuales y conta- le cómo los usas



el clásico, una prenda por foto 

también se puede hacer sexo grupal o tríos por aplicaciones que permiten más de dos (whatsapp hasta 4 y zoom permi- te varios)



Audios!!! Audio gimiendo o acaban- do re vaaa. Eso si, tenes q dejar el audio grabando asi podés usar tus dos manos (...) (Canzonetta, 2020).

QUÉ NECESITAS PARA LLEGAR AL ORGASMO?

Alguna vez te lo preguntaste? Porque miramos tanto tiempo solo ese punto, miramos el qué y no el cómo.

La respuesta es hermosa, diversa y nece- sita de la herramienta más poderosa que tenemos en la sexualidad, el aprendiza- je! Nadie nació sabiendo cómo orgas- mear, primero debemos pasar por el cerebro nuestros 5 sentidos y reconocer

cómo excit-arte !

Así es, antes del querido orgasmo está la excitación

Para aprender más sobre ella, sobre cómo funciona tu cuerpo, como encen- derla, controlarla y disfrutarla desde la medicina del placer haremos un Workshop online por Zoom con conver- satorio para responder todas sus pregun- tas! (Garcia, 2020).

Estos consejos forman parte de las solu- ciones de mercado, centrales en las vidas de las clases medias y altas, dentro de las cuales “se encuentra la mercantilización de lo afectivo a partir de la existencia de servicios que vienen a resolver en la inmediatez los aspectos emocio- nales de nuestra vida” (Palumbo, 2018, p. 1). Como señalan Elizalde y Felitti (2015),

en la cultura del consumo, la demanda femeni- na de aprendizaje sobre sexualidad y erotismo, que retoman y fomentan estas educadoras se- xuales, permite, por un lado, que las mujeres hablen de sexo en público y pongan en pa- labras sus deseos y decepciones, ampliando los márgenes de autonomía sexual, pero, por otro lado, en algunos casos parecieran reforzar mandatos de género:

Ponele onda al pene, Mabel! 

Roberto también existe, Mabel. Hablamos un montónnnn de sexualidad femenina, entendemos nuestro cuerpo y aprendemos a amarnos así como somos. Complejas, dinámicas, cambiantes. ¿Pero, y el pene? (...)

Le pedimos bastante al pene: que se erecte, que nos de placer, que nos satis- faga, pero ¿nosotras sabemos satisfacer- lo? Diálogo, Mabel, ya sabés que insis- to mucho con esto, pero lo mejor que podés hacer es preguntarle a tu pareja sexual qué le gusta, cómo y con qué intensidad. No a todas las personas nos gusta lo mismo!. La zona de mayor sensibilidad del pene es el glande. Pero si vas a dar sexo oral, no te olvides de los testículos, es realmente placentero para ellos. Mientras lo masturbás/ rozás/estimulás/chupás/todo eso, acor-


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“¿Probaste el sexo virtual?”: discurso sexológico y cultura digital en épocas de covid-19 237

date del contacto visual, los hombres tienen una predominancia visual que nosotras no tenemos y eso los excita muchísimo! (...) (Kersz, 2020).

Eva Illoz (2014) ha mostrado cómo la sexualidad para las mujeres modernas ha que- dado tensionada entre la libertad sexual (pla- cer, libertad, poder) y la estructura tradicional de la familia (lazos domésticos y obligacio- nes para con otros), entretejiéndose de mane- ra compleja con un deseo de intimidad que aparece esquivo en el modelo de sexualidad serial-recreativa. En el post anterior, donde se dan consejos para “satisfacer al pene”, se reac- tualiza el mandato de género que asigna a las mujeres la responsabilidad de evitar la “huida del varón” y se propone para ello un entrena- miento sexual al servicio del placer masculino (Elizalde y Felitti, 2015).

La responsabilización no solo implica retener al otro, sino que se vincula con la idea de que es posible llevar adelante una sexua- lidad totalmente placentera y reconfortante, sin exponerse al desencanto, los disgustos, los malestares y el sufrimiento. Esto presupone un yo transparente, volitivo y dueño de sí mismo, que no solo es capaz de expulsar el sufrimiento de su vida, sino que está obligado a hacerlo, bajo el imperativo del goce, la felicidad y el entretenimiento de mercado. En algunas pu- blicaciones, el amor aparece como “objeto de administración” (Kohan, 2019) y no como una instancia que coloca a la persona en un esce- nario donde se activan múltiples ansiedades: “el miedo a fundirse con otro ser, la disolución de los límites del cuerpo y del sentimiento de identidad, y el miedo a la disolución y a la aniquilación del yo que lo acompaña” (Vance, 1989, p. 15), como se observa en la siguiente publicación:

Feminismo sexual =liberación sexual

A ver esto es lo que buscamos, no siempre nos sale así y no todos los puntos son para todxs iguales

La feminista en el sexo:

-Pide lo que quiere

-Dice que no a lo que no quiere. -El no es no en sexualidad.

-Pide que se pongan un preservativo o dice hoy no tengo ganas o va a la casa de un tipo tomar algo y después si no le pinta sexo se va

-No piensa en que la única forma de disfrutar es con un pene ni en la hetero- norma.

-Busca también su placer, no está al ser- vicio de

-Puede, si es que quiere, tomar el control -Se permite hablar de sexo

-No ve a su cuerpo como un envase, lo valora, lo cuida, lo respeta, se siente segura

-No está pensando en el qué dirán o en el qué pensarán de mí

-No cree que masturbarse sea un peca- do, lo ve como una bendición

-No cree que tener sexo en la primera cita o estar con varias personas a la vez o hacer determinadas prácticas sea algo malo -Experimenta, se atreve porque no está pensando en que si quiere usar juguetes o quiere practicar bdsm se la va a juzgar -Salió de la caja, no compra espejitos de colores ni se sube a lo establecido (Gnecchi, 2020).

Como señala Illouz (2014), “la sexuali- dad no solo es un proyecto hedonista sino tam- bién uno político y moral, impregnado de la consigna de exhibir ideales de igualdad y con- sentimiento” (p. 54). Los encuentros sexuales, en tanto locus de la modernidad cultural, apa- recen regulados por “los ideales normativos de la libertad, la autonomía y una relación implí- citamente contractual” (Illouz, 2014, p. 54).

La activación sexual de las mujeres a partir de la cultura de masas se visibiliza en la oferta educativa y pedagógica (libros eróticos de autoayuda, revistas femeninas con consejos sexuales, lencería erótica, juguetes sexua- les, talleres presenciales y charlas que brin- dan una constante “capacitación sexual”) (Illouz, 2014; Felitti, 2016; Felitti y Spataro, 2018) y también se expresa en la legitimidad acordada a la posibilidad de que sea la mujer la que tome la iniciativa, la pérdida del carácter de valor de la virginidad, la relativización de la exclusividad sexual, el valor de la experiencia

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sexual y la legitimidad de la concurrencia a diversos profesionales para conseguir la ple- nitud sexual (Semán y Vila, 2011). Además, se visibiliza el distanciamiento de algunas nor- mas sociosexuales de décadas pasadas, aunque en algunos casos el ideario de la liberación sexual puede convertirse en nuevas normativas sexuales para las mujeres (Justo von Lurzer y Spataro, 2016).

Este manifiesto de la feminista en el sexo condensa las ansiedades y las transformaciones en torno a la sexualidad y al lugar de las mu- jeres en la misma, las cuales pivotan entre la disponibilidad de nuevas formas de erotismo, articuladas en la cultura del consumo, y las des- igualdades de género persistentes, atadas en los casos más extremos al riesgo de la violencia fí- sica. En este escenario, donde “el consentimien- to y la vulnerabilidad son los términos centrales en torno de los que son accionados los derechos y las prácticas sexuales” (Gregori, 2016, p. 185), las máximas “Dice que no a lo que no quiere. El no es no en sexualidad” y “Pide que se pongan un preservativo o dice hoy no tengo ganas o va a la casa de un tipo tomar algo y después si no le pinta sexo se va”, podrían reforzar la concep- tualización de la responsabilidad como impu- tación. Desde esta perspectiva, las personas se convierten en responsables de aquello que se supone que podrían evitar y prevenir, aunque no todas tienen las mismas posibilidades “para asegurarse por sí mismas contra las consecuen- cias de su participación en la vida social y los riesgos de su existencia” (Merklen citado en Brown, 2016, p. 31).

Finalmente, en este mismo sentido, los consejos sexuales se configuran también como consejos de seguridad personal, donde la sexualidad aparece vinculada a diversas narrativas de peligro y riesgo sexual. Como se mencionó, el sexting y el sexo virtual son pre- sentados como prácticas sexuales “seguras”, ya que tenderían a evitar la propagación del virus. Sin embargo, se convierten en “inseguras” y “riesgosas”, dado que el material erótico en- viado puede ser difundido sin consentimiento. Las formas “seguras” de llevar a cabo estas prácticas fueron un tema recurrente en los per- files de las educadoras y en medios de comu-

nicación masiva durante los primeros meses de aislamiento. En un video de igtv sobre “Sex- teo en cuarentena”, Mariana Kersz indicaba:

La tercera cosa importante tiene que ver con la identidad. Si es una persona que no conoces evita enviar fotos de tu cara o de alguna zona de tu cuerpo que sea fácilmente identificable, como un tatuaje o una cicatriz para evitar que esas fotos si se llegasen a viralizar vos quedes ahí como tan pegada en esa situación. Y la última que te la voy a dejar así de yapa es que hay algunas aplicaciones que vos mandas la foto y se borran prácticamen- te en el momento (...) Así que con esto vos ya sabés que es una práctica segura (Kersz, 2020).

En la misma línea, en la columna que Francesa Gnecchi del 24 de marzo en Canal de la Ciudad (compartida en su página de ig ), sobre sexo en cuarentena, donde realiza una serie de recomendaciones para las personas que no conviven con su pareja y necesitan “mantener el fuego”, se produce el siguiente diálogo entre ella y la conductora:

F: Por un lado (recomiendo), lo que es el sexting, mandarnos fotitos, videitos o alguna cosa, siempre con personas que tengamos confianza y con consen- timiento

C: Me da miedo Fran, me da terror

F: Sí, por eso mismo. Si tenemos con- fianza y siempre lo que yo recomien- do es que no aparezcan marcas que nosotros tengamos. Por ejemplo, pri- mero nuestra cara y por otro lado, si tenemos algún tatuaje o lunar, que lo tapemos si vamos a hacer estas fotos y llegado el caso, que pueda pasar algo malo con nuestras imágenes, tenerlo con más recaudo (Gnecchi, 2020).

En estos intercambios, la noción de segu- ridad se vuelve central y en algunos casos pa-


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reciera reactualizar la idea de “mas vale segura que arrepentida” (Vance, 1989, p. 14). Históri- camente, esto ha funcionado como una precau- ción generalizada para las mujeres, a quienes se supone responsables de controlar su deseo y su expresión pública en el marco de una cultura sexual patriarcal que las pone en riesgo.

Por otro lado, algunas educadoras desta- caron el riesgo de que se relajaran los cuidados sexuales por estar alerta ante las pautas de prevención del virus, lo que podía aumentar la circulación de enfermedades de transmisión sexual (ets) o embarazos no planificados. Esto hizo que se generaran variadas publicaciones orientadas al cuidado de la salud sexual y re- productiva, así como a la promoción del “sexo seguro”: “No seamos forros. Mitos, verdades y ocurrencias sobre su uso” (Kersz, 2020), “Re- laciones sexuales saludables y placenteras. Una guía práctica para evitar los errores más co- munes y cuidar tu salud sexual” (Kersz, 2020), “¿Sabes para qué sirve un campo de látex?” (Garcia, 2020), “¿Cuál es el cuidado en el sexo entre personas con vulva?” (Meloni, 2020). Junto con los peligros potenciales del

sexo virtual y el riesgo de que se relajasen los cuidados de la salud sexual y reproductiva, la pérdida o la disminución del deseo sexual se consolidó como otra de las grandes preocu- paciones de las educadoras durante el periodo analizado, ya que consideraban la situación de aislamiento y su condición de obligatoriedad “como un estímulo aversivo para el deseo se- xual” (Meloni, 2020). Esto se tradujo en una serie de publicaciones, videos de igtv y talle- res arancelados —destinados en su mayoría a parejas, aunque no de forma exclusiva— para incentivar y fomentar el deseo sexual. “Deseo. Cómo encender tus ganas” de Mariana Kersz, taller que se dictó en más de tres oportuni- dades desde el inicio del aspo, ofrecía “tips, técnicas, herramientas y muuuuuucha info para que dejemos de cuestionar por qué no nos sale espontáneamente chaparnos a Roberto y poner manos a la obra… o ¡a la vulva!” (Kersz, 2020). También, se dictaron los talleres “Pare- jas creativas” (Garcia, 2020) y “Conquistando el deseo” (Garcia, 2020). En ellos se carac- teriza al deseo sexual como algo que no se

genera de forma espontánea pero que, a través de algunas técnicas, se puede y debe producir, ya que su falta o disminución es considerada problemática:

#ElDeseoSexualNoEsEspontaneo. 

Si tu relación de pareja se está vol- viendo un poco monótona y aburrida, podés cambiar las cosas. Estás a tiempo de renovar la pasión en tu pareja si cam- biás algunos hábitos.



El deseo sexual no es espontáneo: organizá, planificá encuentros sensuales y eróticos con tu pareja. Tengan una cita, vayan al teatro, armen una sali- da, vayan a un hotel, etc. ¡Ponganse de novios otra vez, no esperen a que la pasión los encuentre porque eso no va a pasar espontáneamente...vayan a bus- carla!



’(...) Recordá usar los 5 sentidos para explorar, besar, chupar, observar y escuchar la respiración de tu pareja en

una situación muy hot! 



No olvides la autoestimulación! Tocá, frotá, rozá, probá cosas nuevas, posiciones diferentes, juguetes, lo que se te ocurra.

 

Acordate que #MasEsMas (...) (Kersz, 2020).

En el resto de los perfiles, la baja en el deseo sexual se caracterizó de esta forma y el hecho de que, por ejemplo, los tickets para los talleres de Mariana Kersz se agotaron rápida- mente, lo que indica la relevancia que adquiere también esta situación para sus personas segui- doras y consultantes.

Sin embargo, Carolina Meloni buscó cuestionar y relativizar el guion sexual que indica que la baja del deseo durante el aisla- miento es un “problema”. Esto se visibilizó, por ejemplo, en los “En vivos” que llevó a cabo con la agrupación “Pluralidades Sexuales”, en los que participaban personas con dife- rentes identidades asexuales. Esta educadora publica frecuentemente información y dicta cursos donde tematiza la diversidad sexual e interpela el saber sexológico hegemónico al que considera heteronormado y coitocéntrico.

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En el curso “Introducción a la sexología con perspectiva de género y diversidad sexual”, que dictó en el marco de las actividades de formación ofrecidas por la Red de psicólogxs feministas11, realizaba la siguiente proclama:

Necesitamos una sexología no binaria y con perspectivas [de género y diver- sidades] porque a pesar de posicio- narnos desde el feminismo seguimos viéndola como genitalizada, fragmen- tada en zonas erógenas, automática, natural, limitada, recortada, donde “el juego previo” puede no estar, y el coito es el centro imprescindible. Porque el sexo “normal”, “habitual”, “sano” es el heterosexual, entre un varón cis y una mujer cis, siempre penetrando con un pene una vagina, siempre de a dos, siempre juntes. Porque cuando algo de todo esto no se da, se patologiza, se discrimina, se segrega, se ridiculiza, se “trata” con ejercicios, medicamentos, psicoterapia, exorcismos…Necesitamos pensar la sexología rompiendo los bina- rios. Posicionarse desde el feminismo implica también formarse apelando a que la sexualidad no es “única”, “indi- vidual”, “subjetiva” sino necesariamen- te atravesada por esta cultura y tratada desde el modelo médico hegemónico. (Meloni, 2020).

Esta pluralidad de identidades de género y prácticas sexuales se sumó al intento de vi- sibilizar cierta pluralidad en los vinculos sexo- afectivos, más allá de la pareja monogámica y del amor romántico. Varias educadoras compartieron información sobre diversos arreglos sexo-afec- tivos: “Efectos nocivos de los mitos del amor romántico o amor Disney” (Meloni, 2020) o “El amor romántico, mandato 5” (Gnecchi, 2020). Y algunas también brindaron talleres sobre “nuevos vínculos y relaciones abiertas” para “hablar sobre

11 La Red de psicólogxs feministas se fundó en 2016 y es una Asociación Civil de alcance nacional que nuclea psicólogxs con un enfoque “transfeminista, antipatriarcal y decolonial”. Ver en https://redpsi- cologxsfeministas.org/quienes-somos/

la libertad en las parejas, reflexionar sobre cómo vivís tus relaciones y los mandatos sociales” (Gnecchi, 2020).

REFLEXIONES FINALES

La emergencia y la popularización de sexólogas y periodistas de la sexualidad que hacen educación sexual a través de Instagram es algo novedoso, aunque la presencia de estas profesionales en los medios de comunicación no lo es. A principios del 2000, la sexóloga puertorriqueña Alessandra Rampolla cobró una inusitada relevancia mediática en los me- dios de comunicación de habla hispana, con un abordaje innovador de la sexualidad.

Como antecedente en Argentina, en la década de los 50 se destaca la experiencia de Eva Giberti y Florencio Escardó con la “Es- cuela para padres”, y en los 90, la presencia de Juan Carlos Kusnetzoff hablando sobre sexua- lidad y placer, en radio y televisión. A su vez, la participación de las sexólogas en redes so- ciales como Instagram presenta continuidades con lo que sucedía en las revistas femeninas de la década del 60, en relación con la práctica de brindar consejos y a la utilización de un estilo directo y coloquial, que busca complicidad con su audiencia, que continúa siendo en su mayo- ría femenina.

Lo particular del contexto actual es que la expansión de las redes sociales en la última década las ha convertido en uno de los espacios privilegiados en términos de oferta educativa referida a la sexualidad, lo cual ha ampliado los públicos de la sexología. En este sentido, la incorporación de las funciones de mensajería, historias y en vivos en Instagram las ha vuelto un espacio idóneo para poten- ciar un intercambio fluido y cercano entre, en este caso, sexólogas y seguidores/consul- tantes. Además, la creación de redes entre profesionales a través de la realización de ac- tividades virtuales conjuntas y de las prácticas de etiquetado y citación, les ha permitido a las educadoras tener mayor visibilidad y, al mismo tiempo, generar que más personas ac- cedan a un saber disciplinar que antes circu- laba de manera más acotada. Así, el formato de la red ha propiciado una articulación entre


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discurso disciplinar sexológico, divulgación científica y narrativa publicitaria, al permitir que las profesionales no solo hagan educación sexual sino que promocionen su trabajo, sus emprendimientos comerciales –cuando los tienen– o las alianzas comerciales con otros emprendimientos.

Asimismo, en el contexto actual donde conviven una mayor permisividad hacia el sexo –entendido en clave de derechos y bien- estar individual–, con una preocupación por la falta de consenso moral sobre la “correc- ción sexual” (Attwood, 2006), los discursos pedagógicos, sobre todo, cuando están res- paldados por un saber “científico” o “disci- plinar”, es decir, cuando son enunciados por voces autorizadas, como en este caso, ad- quieren valor y son demandados como fuente legítima para educar a la población sobre el “buen sexo”. Los discursos de estas sexólogas “instagramers” visibilizan el lugar del sexo como una tecnología de sí y, en este marco, los consejos sexuales están destinados tanto al buen uso de los placeres, como a la preven- ción de su “mal” uso.

Pero no solo el surgimiento y la popu- larización de Instagram y la transformación del dispositivo de sexualidad explican la am- plificación de los discursos sexológicos en las redes sociales, sino que esta se ha visto acica- teada por la masificación de los feminismos ocurrida en 2015. Este fenómeno vinculado con el ciclo de movilizaciones abierto por el “Ni una Menos”, ha puesto en el centro de los debates públicos temáticas referidas a la se- xualidad, la violencia de género, la autonomía corporal y la afectividad. Si bien, no todas las sexólogas y comunicadoras se identifican como feministas, sí se hacen eco de estos dis- cursos y retoman consignas o reclamos de los feminismos reelaborándolos para orientar su práctica profesional. Las sexólogas advierten las lógicas patriarcales y sexistas, retoman en sus consejos algunas consignas históricas del feminismo, como la libertad sexual, el dere- cho al placer, el empoderamiento o autoco- nocimiento femenino. En este sentido, Illouz (2014) ha señalado que el feminismo ya no es solo un movimiento político, sino que se

ha convertido en un código cultural, que al ser afirmado expresa el respeto por su fuerza moral y sus demandas, aunque no siempre mantiene su filo político.

En este contexto, se encuentra una serie de transformaciones en el discurso sexológico que en las voces de estas sexólogas en Insta- gram se muestra más pluralista en términos de las prácticas y relaciones sexuales conside- radas “sanas” y deseables, y menos centrado en el coito y la genitalidad. Aunque, al mismo tiempo, se identifica una tensión entre esta ampliación de los márgenes de la sexualidad y el erotismo, sobre todo para las mujeres, y cierta tendencia hacia su normatización o enunciación en términos de mandatos y res- ponsabilidad.

El contexto del aspo habilitó la inten- sificación de las pedagogías sexuales online, que ya venían difundiéndose desde los per- files de estas educadoras, produciendo un efecto normalizador en relación con el sexo “virtual”, en el marco más general de una ampliación del imaginario, las prácticas y los valores sexuales considerados y presen- tados como legítimos. Al mismo tiempo, los consejos sexuales se configuraron también como consejos de seguridad personal, donde la sexualidad apareció vinculada a narrativas de peligro sexual.

Para las mujeres, el aspo se caracterizó como un momento propicio para que se dedi- quen a la “autoexploración”, el “autoconoci- miento”, se “capaciten” y pongan en práctica nuevas técnicas sexuales, apuntalando una visión de la “liberación femenina” vinculada a la “liberación sexual” y fomentando una lógica de “emprendedurismo sexual”, que depende del deber de informarse y esforzar- se para incorporar habilidades que lleven a la consecución del placer (Felitti, 2016). Por estas razones, las pedagogías sexuales des- plegadas por las profesionales oscilan entre la “liberación sexual”, la democratización de los saberes sobre la sexualidad y las “nuevas exi- gencias de autorregulación y autodisciplina de la sexualidad femenina en la agenda neoli- beral” (Felitti y Spataro, 2018).

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Fecha de ingreso: 11/01/2021 Fecha de aprobación: 16/03/2022

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