Rev. Ciencias Sociales 177 / 2022 (III)
ISSN Impreso: 0482-5276 ISSN ELECTRÓNICO: 2215-2601

El preludio migratorio de las personas travestis/trans sudamericanas en el ÁREA METROPOLITANA DE BUENOS AIRES (AMBA): hostilidades e identidad de género1

The migratory prelude of South American travestis/trans people in BUENOS AIRES METROPOLITAN AREA (AMBA): hostilities and gender identity

Ramiro Nicolás Pérez Ripossio*

Tipo de documento: artículo académico

Resumen

El artículo describe las fases previas a la migración (desplazamientos internos y externos) de las personas travestis/trans sudamericanas que residen en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). Mediante un enfoque cualitativo y un muestreo teórico de 44 casos, se halló que las entrevistadas experimentan diferentes hostilidades hacia sus identidades de género, por lo que deben abandonar sus entornos y alejarse de las familias antes de concretar la migración al AMBA.

Palabras clave: migración * Argentina * IDENTIDAD * GÉNERO * VIOLENCIA DE GÉNERO

Abstract

The article describes the phases prior to migration (internal and external displacement) of South American transvestites/trans people who reside in the Metropolitan Area of Buenos Aires (AMBA). Through a qualitative approach and a theoretical sample of 44 cases, it was found that the interviewees experience different hostilities towards their gender identities, for which they must leave their environments and move away from their families before migrating to the AMBA.

Keywords: migration * ARGENTINA * identity * GENDER * GENDER-BASED VIOLENCE

* Instituto de Investigaciones Gino Germani, Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires, Argentina.

ramiro7242@hotmail.com

Introducción

El artículo analiza la relación entre la construcción de las identidades de género de las personas travestis/trans sudamericanas y el proceso migratorio, observando las fases que anteceden a los desplazamientos hacia el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)2. Es decir, se describen los tránsitos internos y externos, como así también las razones para abandonar sus contextos de origen. El artículo consiste en analizar el preludio migratorio, que es la fase que precede a la consolidación de la migración en el AMBA.

Las travestis/trans sudamericanas migran hacia otros contextos como consecuencia de las violencias y las discriminaciones que experimentan en sus sociedades de origen (Berkins, 2007; García García y Oñate Martínez, 2008; Vartabedian, 2012). La migración es un proceso social que requiere atravesar diferentes momentos articulando dinámicas estructurales con anhelos y expectativas subjetivas. Las migrantes travestis/trans sudamericanas, con el objetivo de ensayar la migración, se desplazan internamente o externamente hacia países sudamericanos cercanos. Más allá de que en este artículo se observan procesos que derivan en el desplazamiento al AMBA, las migraciones de personas travestis/trans han sido descriptas en contextos europeos y en diferentes países de Centroamérica que han concluido con la migración en México (Zarco Ortíz y Chacón Reynosa, 2020).

Para las travestis/trans, el alejarse de sus familias y sus entornos implica un proceso que conjuga incertidumbres, temores, expectativas y esperanzas. Involucra el experimentar entornos menos hostiles hacia sus identidades de género pudiendo acceder a derechos y entablar vínculos que enriquezcan sus biografías; aunque también transitan diferentes violencias y discriminaciones. Por eso, resulta pertinente conocer las primeras manifestaciones de las identidades de género en sus trayectorias biográficas y como incide esto en la decisión de migrar. Además, es fundamental entender esto en el preludio de la migración; es decir, comprender esas fases previas que anteceden la migración al AMBA y que representan ensayos para concretar proyectos biográficos con mayor solidez.

El artículo plantea responder los siguientes interrogantes: ¿cómo se inicia la migración?, ¿cuáles son los sentidos que le otorgan a las fases previas que anteceden la migración al AMBA?, ¿cómo se vincula el proceso migratorio con las posibilidades de expresar sus identidades de género? La hipótesis de trabajo sostiene que las fases previas de la migración de estas personas representan ensayos necesarios para experimentar identidades de género transgresoras de la hetero-cis-normatividad (Worthen, 2016), alejadas de las familias y de acuerdo con el anonimato que brindan las grandes urbes.

Dado que los antecedentes de esta temática son escasos y la relevancia del proceso migratorio de estas personas es fundamental; puesto que sus flujos son transnacionales y evidencian la importante relación entre identidad de género y migración, es que este artículo se propone avanzar en el proceso de conocimiento existente hasta el momento. Elegir estudiar a estas personas tiene la importancia de hacer visible que las condiciones de vulnerabilidad que experimentan se deben a las violencias y las hostilidades que padecen, siendo la migración una posibilidad de transitar otras vivencias.

Las personas travestis/trans atraviesan tres tiempos que pueden diferenciarse analíticamente y que consisten en las condiciones previas para efectuar el desplazamiento, la consolidación en la sociedad receptora y los tránsitos posteriores. Aquí se describen las fases previas a la migración, que se encuentran en relación con las primeras manifestaciones y expresiones de las múltiples identidades de género de las entrevistadas.

En primer lugar, se describe el marco teórico y los antecedentes de la temática, luego la metodología; por último, las dinámicas migratorias internas y la migración externa regional. Estas fases previas de la migración se sintetizan en dos aparatados diferentes, pero se vinculan entre sí en los procesos de desplazamiento.

1. Marco teórico y antecedentes

Las investigaciones que vinculan la migración con los procesos de construcción de identidades de género y sexuales son aún incipientes. En los últimos veinte años, algunos estudios han permitido avanzar en el conocimiento de estos procesos. En lo que concierne a este artículo, las investigaciones de Lewis (2012), Prada, Ortiz, Herrera y Lozano (2012) y García Díaz (2016) son pertinentes porque además de haber sido elaboradas en el ámbito latinoamericano se han preocupado por la relación entre la identidad de género y la migración interna. Otros antecedentes de relevancia mundial han sido los de Vale (2005), Pelúcio (2009) y Vartabedian (2012), que lograron demostrar la importancia de la migración en trayectorias biográficas de las personas travestis/trans. Estos últimos trabajos se centran en las migraciones internacionales sur-norte, es decir, los desplazamientos geográficos de travestis/trans sudamericanas hacia países como España, Italia y Francia. Aquí no se agotan los antecedentes que se han elaborado sobre esta temática, aunque se han señalado aquellos de mayor pertinencia para el artículo (Osborne et al., 2012).

Dentro de las definiciones conceptuales, antes de adentrarse en la definición de identidad de género, es necesario determinar qué se entiende por género. De este modo, la teoría queer, mediante los aportes de Teresa de Lauretis (2004 [1987]), establecen que el género es una tecnología, puesto que:

Podríamos decir entonces que, como la sexualidad, el género no es una propiedad de los cuerpos o algo originalmente existente en los seres humanos, sino el conjunto de efectos producidos en los cuerpos, los comportamientos y las relaciones sociales, en palabras de Foucault, por el despliegue de una tecnología política compleja (p. 8).

Al asumir esta perspectiva, el género es definido como una tecnología productora de subjetividad que instaura una representación y produce una relación social asimétrica. El género se inscribe en los cuerpos y en las relaciones sociales; por eso, Scott (1996), Conway, Bourque y Scott (1996), y Rubin (1989), señalan que las relaciones de género se definen como relaciones de poder que organizan la sexualidad y los afectos de las personas, y las entienden como relaciones desiguales, donde las categorías de varones y mujeres (cisgénero y trans) se presentan de manera estática construidas históricamente en torno a diferencias biológicas, ideológicas, sociológicas y psicológicas que han sido históricamente jerarquizadas. En definitiva, como sostiene Scott (1996), “el género es un elemento constitutivo de las relaciones sociales basadas en las diferencias que distinguen los sexos y el género es una forma primaria de relaciones significantes de poder” (p. 289).

Ante lo expuesto, la identidad de género de las personas travestis/trans representa una dimensión que ha sido problematizada por numerosas investigaciones empíricas. En algunos de los proyectos migratorios del universo de estudio, el conformar una identidad diferente a la establecida por la hetero-cis-normatividad constituye el eje central del desplazamiento. Los principios de Yogyakarta (2007) entienden por identidad de género como:

La profundamente sentida experiencia interna e individual del género de cada persona, que podría corresponder o no con el sexo asignado al momento del nacimiento, incluyendo el sentido personal del cuerpo (que, de tener la libertad para escogerlo, podría involucrar la modificación de la apariencia o la función corporal a través de medios médicos, quirúrgicos o de otra índole) y otras expresiones de género, incluyendo el vestido, el modo de hablar y los amaneramientos (p.6).

En efecto, la heterosexualidad y el régimen patriarcal conforman una alianza política (Witting, 2006) que efectivizan la heterosexualidad obligatoria (Rich, 1996). De este modo, la heteronormatividad vincula estas características porque establece que el modo heterosexual de vincularse es la norma social universal, necesaria y legítima. Existe una relación intrínseca entre género y sexualidad que institucionaliza la heterosexualidad y que establece jerarquías con quienes se desvían de ella. A la vez, regula el comportamiento de aquellos a quienes interpela (Sumara y Davis, 1999; Jackson, 2006; Pichardoy Sánchez, 2006).

En la definición de heteronormatividad, se condensan dos cuestiones: la heterosexualidad y la norma-desvío. Según Pichardo y Sánchez (2006):

La heterosexualidad es pues una construcción cultural que exacerba las diferencias biológicas y recrea así el género. Es el modelo de sexualidad hegemónico que facilita no solo la reproducción biológica (las llamadas relaciones de reproducción) sino también del resto de cuestiones materiales y económicas (lo que se había venido llamando relaciones de producción), reproduciendo en ambos casos las relaciones de género (p.148).

La cisnormatividad es un concepto asociado a la heteronormatividad, de manera tal que autores como Worthen (2016) utilizan la denominación hetero-cis-normatividad para dar cuenta de su articulación. Tal norma sostiene que la identidad de las personas debe concordar con el género atribuido al nacer (Bradford y Syed, 2019). Según Muñoz León (2016), “la cisnormatividad ofrece, como fundamento de la generificación del cuerpo y de la identidad social, dos argumentos que denominaré como esencialismo anatómico y teleología reproductiva” (p. 168). En suma, la cisnormatividad produce la disforia de género al patologizar el desvío de la norma y esta se efectiviza mediante distintas discriminaciones hacia las personas que no se adaptan a ella.

Las identidades de género de las personas travestis/trans tensionan la hetero-cis-normatividad al romper con las lógicas binarias del género y la esencialización de las sexualidades. Por otro lado, se precisa que travesti en Latinoamérica significa no solo una identidad de género, también una orientación política de personas que asumiendo esta manera de auto percibirse han llevado a cabo acciones reivindicativas desde la década de 1990 (Berkins, 2003). En cambio, trans es un concepto paragua que contienen diferentes identidades de género que consideran al término travesti ofensivo o inadecuado. Es por ello, que el artículo denomina a las personas estudiadas como migrantes travestis/trans sudamericanas.

Por otra parte, dado que para este escrito son pertinentes los estudios migratorios resulta indispensable afirmar que para las diferentes teorías migratorias, la mirada transnacional y los estudios de circularidad migratoria son particularmente útiles. Desde la perspectiva transnacional, los migrantes contemplan una dualidad que traspasa las fronteras nacionales y los procesos migratorios se encuentran atravesados por la circularidad y las idas y vueltas que dislocan la lógica de la escisión entre sociedades emisoras y receptoras (Cortes, 2009). En definitiva, “los migrantes no rompen los vínculos con sus sociedades de origen, por el contrario, mantienen fluidas relaciones económicas, sociales y políticas con sus países a medida que se integran en la sociedad receptora” (Glick Schiller, Basch y Szatón-Blanc, 1992, como se citó en Mena, 2006, p. 2).

Ante lo expuesto es oportuno definir el concepto de migración. Según Sayad (2010, como se citó en Gil Araujo, 2010), la migración es un proceso que involucra la intersección entre el emigrado y el inmigrante y, por lo tanto, no puede entenderse desde una perspectiva estática y unilateral. El concepto migración resulta apropiado porque permite entender esta intersección que involucra a las sociedades emisoras, las condiciones objetivas que conforman los motivos de la migración, la preparatoria para consumar el acto migratorio, las cadenas migratorias, así como las condiciones y las características de las sociedades receptoras. La diferencia entre los procesos migratorios internos y los de tránsito reside en que los primeros suceden al interior de los países de origen mientras que los segundos son desplazamientos externos entre países que se conforman como espacios de tránsito, ya que la finalidad reside en migrar a terceros países.

La elección de determinados países para migrar se debe a las posibilidades de ingreso a los territorios, al acceso a derechos, a la apertura cultural y a las oportunidades económicas. En este sentido, la República Argentina parece ser un escenario atractivo, dado que más allá de las particularidades de los proyectos migratorios, la mayoría de las entrevistadas acaba por consolidar sus biografías en este contexto.

Si bien, los conceptos aquí mencionados no agotan las diferentes conceptualizaciones de la investigación, resultan los de mayor relevancia. A continuación, se presentan los principales lineamientos metodológicos.

2. Metodología

De las numerosas intervenciones metodológicas aplicadas durante la investigación, es pertinente centrarse en el enfoque, los métodos, las técnicas, la selección de casos y el procesamiento de la información empleada.

Con respecto al enfoque del artículo, se empleó una perspectiva cualitativa que contempló los sentidos subjetivos que las personas travestis/trans le otorgan a la decisión de migrar. Conocer e interpretar estos sentidos implicó utilizar determinadas técnicas que permitieran trabajar en profundidad con un conjunto de casos profundizando en motivaciones, intenciones, expectativas y sentimientos. En este sentido, la combinación de múltiples métodos, materiales empíricos y perspectivas teóricas de una investigación debe ser entendida como una estrategia que aporta rigor, amplitud y profundidad a la investigación (Denzin y Lincoln, 2015).

En primer lugar, la Teoría Fundamentada es un método de investigación cuyas bases se exponen en función de la versión e interpretación presentada por Anselm Strauss y Juliet Corbin (2002) en el libro titulado: Bases de la investigación cualitativa: técnicas y procedimientos para desarrollar la teoría fundamentada. Se trata de una estrategia de producción y de análisis cualitativo que consiste en una manera de interpretar los datos. Puede considerarse un método inductivo que parte de la relación del investigador con los datos y, a partir de esa instancia es que se constituye la teoría sustantiva sobre un fenómeno.

Con respecto a las técnicas de investigación, fueron aplicadas la entrevista en profundidad y la observación participante. Según Alonso (1998), la entrevista en profundidad es una relación social y un acto comunicacional verbalizado creado por el investigador. Se trata de un artificio que supone un sujeto que interpela y escucha mientras que el otro narra aspectos que, por lo general, involucran momentos de sus biografías.

Con base en Guber (2004), la observación participante implica mirar la realidad de un modo que difiere de la observación cotidiana, dado que se realiza con un sistema de hipótesis para fines investigativos. Permite registrar conversaciones que se constituyen en el contexto natural de las interacciones. Esta técnica, que fue complementaria a la entrevista en profundidad, permitió registrar verbalizaciones en el contexto de conversaciones tanto con travestis/trans sudamericanas como con informantes claves. Además, posibilitó ser parte de dinámicas grupales, sobre todo en el contexto de reuniones dictadas por organizaciones políticas en las que se realizó trabajo de campo.

En relación con la selección de casos se empleó el muestreo teórico, que según Glaser y Strauss, “es el proceso de recolección de datos para la generación de códigos, por el que el analista recoge conjuntamente la teoría y analiza sus datos y decide qué datos recoger en adelante y dónde encontrarlos, para desarrollar su teoría que emerge de los mismos” (1999 [1967], p. 45). De esta manera, “el muestreo teórico es acumulativo. Cada acontecimiento que entra en el muestreo se suma al análisis y a la recolección de datos hecha antes y los aumenta” (Strauss y Corbin, 2002, p. 221). Estos procedimientos permitieron acceder a 44 casos entre las migrantes y las informantes clave.

El trabajo de campo de la investigación se desarrolló entre mediados del año 2017 y mediados del año 2019. Antes los obstáculos para poder acceder mediante organizaciones políticas, las entrevistadas fueron contactadas en el contexto de la sociabilidad nocturna (bares y discotecas). También se realizó observación participante en el barrio de Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, en donde la población travesti/trans sudamericana ejerce la prostitución/trabajo sexual. Por último, en el segundo y tercer año del trabajo de campo, se logró acceder a algunas organizaciones políticas, a saber: La rosa naranja, Casa Trans y la Asociación de Mujeres Meretrices de la Argentina (AMMAR). Esta oportunidad permitió la incorporación de casos de gran relevancia teórica y realizar la mayoría de las observaciones participativas.

La muestra quedó integrada por 44 entrevistas a migrantes travestis/trans sudamericanas (peruanas, colombianas, paraguayas, brasileñas y ecuatorianas) y con diferentes características socio demográficas. La edad varió entre 18 y 57 años con una media de 27 años, la permanencia en el país fue de un mínimo de dos semanas y un máximo de veinte años, la mayoría ejerció la prostitución/trabajo sexual y el nivel instructivo fue predominantemente secundario completo, luego secundario incompleto y universitario incompleto en solo tres casos. Además, se logró hacer contacto con alrededor de 130 travestis/trans entre las nativas y las sudamericanas que involucró tanto a las entrevistadas como aquellas con las que se generaron conversaciones en el contexto de la observación participante.

La información provista por las 44 entrevistas realizadas fue procesada de diversas maneras. Primero se elaboraron grillados con el programa Excel que permitieron identificar diferentes líneas temáticas que fueron vinculados con los fragmentos de entrevistas de mayor relevancia. Estos tópicos incluyeron los diferentes momentos de la migración, incluyendo las fases previas a la migración, las primeras manifestaciones de las identidades de género, la consolidación en la sociedad receptora, las violencias y las discriminaciones experimentadas, los desplazamientos a Europa y el retorno a las sociedades emisoras.

Debido al incremento del material empírico, se empleó el software Atlas ti versión 8.3. Con esta herramienta se codificaron las diferentes entrevistas y se hizo uso de elementos analíticos como, por ejemplo, los memorandos. Además, se construyeron tablas con las principales categorías (migración interna y migración en tránsito regional, como se expondrá más adelante) según sus respectivas propiedades y dimensiones. Además, este programa permitió registrar las observaciones realizadas y generar diferentes notas de campo, a saber: condensadas, expandidas, metodológicas y de análisis e interpretación (Valles, 2000).

A continuación, se presentan los resultados y la discusión de acuerdo con las categorías de análisis mencionadas en la introducción.

3. Resultados

3.1 Inicios de la migración

Los inicios de la migración refieren al proceso mediante el cual las migrantes travestis/trans sudamericanas se desplazan para comenzar a vivir sus identidades de género alejadas de las familias y de sus entornos. Los familiares, los entornos (vecinos, conocidos y amistades) y las fuerzas de seguridad suelen ser los principales actores discriminadores que contribuyen a que esta población migre con el fin de encontrar escenarios menos hostiles. Las primeras experiencias consisten en el traslado a ciudades cercanas al interior de los países de origen o el desplazamiento hacia otros países de la región. Por lo general, estas experiencias poseen una duración variable (desde algunos meses y hasta años) y los proyectos migratorios tienen la particularidad de terminar consolidándose en el AMBA. Consolidación que no es estática, ya que pueden efectuar experiencias de regreso o realizar desplazamientos hacia Europa.

Abundantes producciones han podido determinar que la violencia que experimentan las personas travestis/trans suelen ser de diferentes tipos, pero, casi siempre, se asocian a la expresión de las identidades de género (García García y Oñate Martínez, 2008; Pelúcio, 2005; Vartabedian, 2012). Sin embargo, son escasas aquellas que han observado los desplazamientos internos o, incluso, regionales bajo la dinámica sur-sur. Estos últimos representan ensayos fundamentales en las trayectorias biográficas de estas personas porque se vinculan con el incipiente reconocimiento de la identidad de género.

Conforme con las bases de la Teoría Fundamentada, la categoría presentada en estos resultados es inicios de la migración y las subcategorías son migración interna y migración en tránsito regional. Para migración interna, la propiedad es desplazamientos por ciudades al interior de los países de origen y para migración en tránsito regional, se trata de desplazamientos por países de la región sudamericana y centroamericana. La principal dimensión observada se vincula al tiempo de permanencia en esos contextos, lo que posee una variabilidad significativa, por lo que puede ser escasa, moderada y perdurable (tabla 1). Además, otra dimensión involucrada hace a los tipos de experiencias que pueden ser positivas, negativas o neutras de acuerdo con como transitan sus identidades de género.

Tabla 1. Categoría inicios de la migración según subcategorías, propiedades y dimensiones

Fuente: Elaboración propia.

A continuación, se desarrollan dos apartados en los que se describen los orígenes del proceso migratorio prestando atención a la categoría construida, de acuerdo con sus propiedades y dimensiones.

3.2 La migración interna ante la violencia por expresar la identidad de género

A las personas entrevistadas se las interpeló sobre cómo se auto identificaban, con el fin de comprender mejor el sentido que le otorgaban a sus identidades de género. La identidad de género se realiza y se construye de maneras diversas y las personas trans le otorgan diferentes significados. Para las travestis/trans sudamericanas, el construir sus identidades de género representa el hacerse a sí mismas (Vartabedian, 2012), lo que supone intervenir el propio cuerpo y poder expresarse socialmente, es decir, en la esfera pública frente a la mirada de los demás.

Igual esto de trans, travesti, transexual o algo es lo mismo, estamos en lo mismo somos chicas que queremos ser como una mujer tengas, se corten tenga más otra, tetas la otra no tenga. Somos lo mismo, un circulo una puede tener una operación la otra no, la otra quizás quiere esa operación, pero estamos en el mismo ruedo para eso debería haber una sóla palabra o no haber palabra. Porque no somos etiqueta como se dice (Ana, colombiana, 28 años, comunicación personal, 19 de diciembre de 2018).

La entrevistada citada aquí realizó una definición pertienente al considerar que las diferentes maneras de nombrar pueden devenir en desigualdades. La mención de que no deben ser etiquetadas puede interpretarse como una forma de identificar que son construidas por los grupos sociales como “desviadas”, de acuerdo con lo que establecen las normas de la sexualidad y el género. Esto se debe a que determinadas reglas sociales que los grupos sancionan lo hacen “diferenciando las acciones ‘correctas’ de las ‘equivocadas’ y prohibidas” (Becker, 2009, p. 21). En definitiva, “los grupos sociales crean la desviación al establecer las normas cuya infracción constituye una desviación y al aplicar esas normas a personas en particular y etiquetarlas como marginales” (Becker, 2009, p. 28). Como se mencionó, la hetero-cis-normatividad imperante establece que el binarismo biológico (varón-mujer) y la atracción sexual del género opuesto es lo normal y, por eso, las travestis/trans sudamericanas son etiquetadas como desviadas siendo discriminadas desde edades tempranas.

A diferencia de lo planteado por Ana, es frecuente que las entrevistadas utilicen clasificaciones para definir sus identidades de género, que se asientan en la dicotomía entre el ser y la apariencia. Es decir, se esencializan determindos aspectos para poder establecer diferenciaciones con otras personas pudiendo afirmarse así en un sentido propio. Con base en Martínez y Montenegro (2010), los relatos sobre la identidad de género de las personas travestis/trans pueden conceptualizarse de acuerdo con el saber médico psiquiátrico o la teoría queer. Sin embargo, las distintas formas de autoidentificarse conducen a diferentes trayectorias migratorias, suponen modos de experimentar el cuerpo y de construirse de modo subjetivo. No obstante, en el discurso de algunas migrantes, tales experiencias se organizan en función de una dicotomía que jerarquiza al ser como algo estático frente a las formas de presentar el cuerpo. Es decir, que la manera de presentar el cuerpo ante los demás, desde esta perspectiva, determinaría la identidad de género.

Has llevado una transición, se podría usar la misma palabra: es transexual, llevas una transición. Y la transición es llevarte un dia de chico a la de una chica. Hormonizarte, cambiarte y verte como una chica. El ser travesti son las personas que se transvis… se transviste. La misma palabra lo dice, son personas tanto pueden usar para actuación, para trabajo, para algún show o algo, cualquier persona lo puedo hacer. Cualquier persona lo puede ser. Un hombre puede ser un travesti de la vida común y corriente puede hacerlo, esa es la gran diferencia (Jesica, peruana, 21 años, comunicación personal, 11 de octubre de 2018).

En este relato se observa que la transición implica un cambio de estado que se vincula con una decisión personal de experimentar el propio cuerpo de diferentes maneras. Aquí, la definición travesti aparece como actuación, como un estado maleable que puede cambiar, incluso, en el transcurso de una jornada. Son maneras de expresar verbalmente las diferentes maneras de vivir estas identidades de género. Por eso, algunas entrevistadas consideran que travesti es un término ofensivo mientras que para otras se trata de una identidad de género y política de relevancia en Latinoamérica. Como se observa, las diferenciaciones que producen entre el vestir, el ser o el parecer se asientan en un sentido común que esencializa la identidad de género. Para este artículo, la identidad es un proceso cambiante, un fluir que depende del profundo sentido individual y colectivo, por lo que no hay identidades de género que sean más verdaderas que otras.

Por otra parte, en algunos casos, las migrantes travestis/trans sudamericanas expresan socialmente sus identidades de género en sus entornos de origen; en otros, solo lo hacen una vez que han comenzado a migrar, ya sea de modo interno o externo. De esta manera, el migrar internamente supone atravesar los primeros momentos de los itinerarios geográficos y corporales (Vartabedian, 2014), pudiendo experimentar las primeras actuaciones de género con mayor libertad.

Durante este proceso, vivencian el distanciamiento de sus familias de origen, el ejercicio de la prostitución/trabajo sexual, el establecimiento de vínculos con pares y la incipiente transformación corporal. Goffman (2015 [1963]), sin referirse a las travestis/trans de manera específica, afirmaba que la prostitución y la homosexualidad representan características que configuran al sujeto de manera desacreditada. Es que tales atributos son difíciles de sortear en la medida en que no pueden ocultarse y, de manera frecuente, son objeto de observación y estigmatización.

Las entrevistadas consideran que las primeras manifestaciones de las identidades de género suceden a edades tempranas, en la niñez o adolescencia, mediante el juego o el ejercicio de la sexualidad y afectos. Estas expresiones quedan circunscriptas a la esfera privada y se desarrollan en el contexto de una intimidad secreta para no ser descubiertas por las familias, que al notar estos comportamientos suelen reaccionar con desconcierto (Pavan, 2019) y, en algunos casos, con hostilidad. Es por eso que la noche se presenta como un espacio de libertad en el que pueden experimentar el cuerpo representándose en otras identidades de género.

En reinados de belleza. Miss internacional, miss trans cosas así, pero igual siempre muy femenina. Siempre llevaba mi vida como de chico gay femenino y de pronto transformista los fines de semana, bueno a escondidas de mi familia cosas así que no sabían (Vanesa, colombiana, 29 años, comunicación personal, 16 de agosto de 2018).

Las travestis/trans sudamericanas, durante el día, suelen enmascarar la expresión de sus identidades de género ante la observación de sus familias, amistades y vecinos. Durante la noche, en cambio, es cuando pueden expresarse en determinadas reuniones que configuran sociabilidades que se caracterizan por los secretos y las complicidades. Ese enmascaramiento se hace efectivo en los montajes “nocturnos” que “performan” la identidad de género travesti/trans expresándola de una manera que desestabiliza la hetero-cis-normatividad impuesta por las sociedades de origen. En definitiva, lo que buscan es “… experimentar de manera ‘clandestina’ el género femenino” (Álvarez, 2017, p. 49).

Salía y me pagaba un hotel para poder vestirme, eran tiempos difíciles, mi mamá ya sabía, pero no quería aceptar la realidad, como todo padre de familia que es muy difícil para ellos aceptar esta cosa. Yo me vestía en hoteles en casa de amigas cuando vivía en ciudad y nos íbamos de joda y tenía que volver temprano para que no se dé cuenta (Nora, peruana, 33 años, comunicación personal, 9 de diciembre de 2018).

Ante condiciones hostiles provocadas por la indeseable diferencia “el individuo organiza en forma consciente, su propio rite de passage: va a otra ciudad, se refugia en una habitación durante algunos días, con ropas y afeites seleccionados previamente, y después, como una mariposa, emerge para probar sus flamantes alas” (Goffman, 2015 [1963], p. 105). Por eso, deben alejarse de sus familias y, en la clandestinidad, comenzar a realizar las primeras experiencias como travestis/trans en eventos de la sociabilidad nocturna, o bien, ejerciendo la prostitución/trabajo sexual. Esto configura una siuación paradójica, ya que durante el día deben ocultarse ante las potenciales discriminaciones, pero durante la noche performan una atracción para varones que actuan como clientes o potenciales parejas.

En palabras de Pelúcio (2009), “el día es el espacio de las amenazas, de la ‘ilegitimidad’ de sus cuerpos, casi siempre asociados a la prostitución y a una sexualidad sin reglas, y por eso, peligrosos” (p. 185). De esta manera, el estigma de ser travesti/trans se presenta como un atributo desacreditable (Goffman, 2015 [1963]) e identificable con sencillez, puesto que las disposiciones corporales son insoslayables e involucran una provocación permanente a la hetero-cis-normatividad. Este encubrimiento de la identidad de género representa una estrategia de supervivencia que permite esquivar situaciones de violencia y discriminación, y, al mismo tiempo, posibilita transitar las primeras experiencias sexuales y lazos de sociabilidad de personas que se encuentran en situaciones similares.

Ante esta situación, una de las posibilidades que evalúan y efectúan, en algunos casos, es la migración interna. Esos desplazamientos internos, poco explorados por la literatura académica (Lewis, 2012; García, 2016; Pérez y Ordaz, 2017), se presentaron en las trayectorias de diferentes entrevistadas y, por lo general, a edades tempranas habiendo alcanzado la mayoría de edad: “Yo comencé a hacer mi vida sola viviendo donde vivía. Recorrí muchos lugares, muchas ciudades de Perú” (Marta, peruana, 28 años, comunicación personal, 6 de julio de 2018).

Además de esta breve descripción, la entrevistada, en reuniones dictadas en una agrupación en la que se realizó trabajo de campo, relató que el recorrer distintas ciudades de Perú reflejaba la situación de inestabilidad y peligro de su trayectoria biográfica. La intolerancia de su familia de origen, de vecinos y compañeros de escuela configuraban un entorno que provocaba los múltiples desplazamientos. En estas experiencias atravesaba de manera incipiente el proceso de devenir travesti/trans mediante una tensión entre el distanciamiento y la aproximación a su familia que ilustraba las dificultades para consumar la migración de manera definitiva. Otra entrevistada, contactada en la misma organización, relató sus experiencias.

Cómo decir, recorría y empezaba a hacer un emprendimiento de trabajo, sin dejar los estudios y después me radiqué en Truquillo. Ahí sí me quedé muchos años de mi vida terminando la carrera y después ejerciendo el trabajo de farmacia. Ahí sí me quedé y ahí fue donde tuve la pareja, y después, cuando esta pareja, por la confianza que le brindé, me despachó de mis bienes, no pagó nada, hizo préstamos bancarios constantemente. Me dejó endeudada por todos lados. Era como un garrón. Fue un vividor. Esperó el momento preciso para... justo yo tuve que... mi padre sufrió un accidente. Entonces, volví a viajar a mi pueblo (Sandra, peruana, 43 años, comunicación personal, 25 de febrero de 2019).

Más allá de la descripción que la entrevistada realizó de su expareja, a quién definió como “garrón” —código in vivo que describe a los varones que se vinculan con las travestis/trans para beneficiarse económicamente—, la migrante relató que comenzó a radicarse en una ciudad alejada de donde vivía y luego retornó a su lugar natal como consecuencia de que su padre había enfermado. De esta manera, conformó un retorno temporal al interior de su país que luego motivó otros desplazamientos hasta consumar la migración hacia el AMBA. Según Lewis (2012), los desplazamientos internos de estas personas son consecuencia de la hostilidad y de la intención de encontrar mejores condiciones de vida que se materializa en motivos “… laborales, de salud sexual, de superación personal y/o a causa de la violencia institucional” (Lewis, 2012, p. 231). Dado que las actitudes de las familias de origen son, en su mayoría de rechazo e inaceptación, una entrevistada afirmaba:

Las personas travestis/trans sudamericanas abandonan contextos hostiles para migrar a las grandes ciudades en donde el ser desconocidas y el estar alejadas de sus familias de origen les permite articular las experiencias migratorias con la expresión social de sus identidades de género. En algunos antecedentes de esta investigación, esto quedaba asociado a la búsqueda de mercados sexuales más prósperos. Por eso, Kulick (1998), por ejemplo, afirmaba que las travestis/trans de El Salvador y Brasil migraban hacia ciudades como San Pablo debido a que la prostitución/trabajo sexual, desde el punto de vista económico, era más redituable. Cabe destacar que en los casos aquí trabajados, en los países de origen, la inserción laboral queda asociada a la prostitución/trabajo sexual, aunque antes de expresar sus identidades de género, algunas de ellas trabajaban de manera informal en empleos no calificados.

De esta manera, en los proyectos migratorios de las entrevistadas, el desplazamiento interno puede implicar ejercer la prostitución/trabajo sexual en condiciones más favorables, conseguir un trabajo formal, estudiar o, incluso, experimentar procesos identitarios y de orientación sexual ajenos a la norma. Según García (2016), para estas personas, el tránsito identitario y geográfico representan procesos que se influyen mutuamente y que se experimentan en estos desplazamientos.3 Además, la autora entiende que el desplazamiento interno permite aventurarse, luego, a realizar procesos migratorios externos, y en principio, regionales.

La migración interna es para las entrevistadas un ensayo, un momento necesario en algunos proyectos migratorios que conjuga la necesidad de alejarse de las familias de origen, pero también de las dificultades que implica independizarse y enfrentar experiencias de discriminación que difieren de las que suceden en las sociedades emisoras, aunque no por ello menos traumáticas. En este preludio migratorio se juegan experiencias de transgresión de las normas de género y sexuales, con la posibilidad de regresar a sus contextos con relativa facilidad, debido a la cercanía geográfica. Es decir, son tránsitos que contemplan cierta plasticidad porque pueden alejarse de sus entornos, pero a la vez regresar a los entornos familiares ante dificultades insoslayables.

Por otra parte, y con el fin de comprender el significado de estos desplazamientos internos, Berkins (2006) establece que “… el anonimato de la gran ciudad que les permite fortalecer su subjetividad y otros vínculos sociales que las reconozcan y también un mercado de prostitución más próspero que el del pueblo o la ciudad de crianza” (p. 225). Aunque los aportes de la autora resultan significativos, cabe interrogarse si las travestis/trans pueden alcanzar el anonimato en las ciudades. Según Meccia, Metlika y Raffo (2003), las personas travestis/trans, al presentar su subjetividad en la vida cotidiana, son portadoras de atributos inscriptos en el cuerpo que se constituyen como estigmas desacreditadores para las sociedades receptoras.

La ciudad anonimiza, pero el cuerpo no. Las marcas de la diferencia se inscriben en el cuerpo, resultan insoslayables y delatan la transgresión hacia las normas de género (Boy, 2017). De todas maneras, es probable que, aunque el cuerpo no pueda anonimizarse, algunos aspectos de la subjetividad pasen desapercibidos debido a que en las grandes urbes son personas desconocidas. Las “desconocidas” pueden ubicarse en un espacio social que habilita prácticas que en las sociedades emisoras resultarían imposibles de realizar.

Es pertinente comenzar a describir las experiencias regionales que envisten situaciones de transitoriedad migratoria. La migración interna permite establecer las conexiones necesarias para migrar hacia países de la región sudamericana. A continuación, se profundiza en el análisis de esta categoría mediante la descripción de los tránsitos regionales.

3.3 La migración en tránsito y la persistencia de las hostilidades

La migración en tránsito involucra a “aquellas personas que para llegar a su destino final atraviesan terceros países” (Gallegos y Velasco, 2009, p. 95). Entonces, migración en tránsito para este escrito refiere a dos aspectos: la migración de las travestis/tras sudamericanas por distintos países del continente americano hasta llegar al AMBA y los tránsitos hacia Europa, o bien, aquellas que poseen expectativas de continuar los proyectos migratorios en ese continente luego de migrar al AMBA.

De todas maneras, como se señaló en la introducción del artículo, aquí solo se analizan las fases previas a la migración al AMBA, con lo cual se observan los desplazamientos por diferentes países de la región sudamericana. Más allá de algunas excepciones, las travestis/trans que se desplazaron de manera regional atravesaron distintos países de Sudamérica y Centroamérica antes de llegar a este contexto, mientras que aquellas que migraron a Europa lo hicieron luego de su tránsito por el AMBA.

Ante lo expuesto, Catalina, una migrante travesti/trans ecuatoriana, relató, durante la entrevista realizada, su recorrido por distintos países de Sudamérica y Centroamérica, a saber: Colombia, Puerto Rico, Honduras, Venezuela, Perú, Brasil y Chile. Con el fin de profundizar los motivos del tránsito, manifestó que no podía consolidar su estadía en ningún ámbito debido a la discriminación que padecía como consecuencia de expresar su identidad de género.

[…] siempre hay diferencias, la gente siempre te agrede, siempre hay esa rivalidad, Colombia y Ecuador son países que se llevan bien, pero Venezuela siempre fueron los que se creían más chidos, y hasta ahora lo son, los que tenían más, y ahora están en la “b”, pero como te digo, a mí me tocó salir del país sola, me tocó vivir humillaciones en todos lados, pero siempre pasa (Catalina, ecuatoriana, 31 años, comunicación personal, 4 de mayo de 2019).

La trayectoria biográfica de esta entrevistada se vinculó con la construcción de un proyecto migratorio arduo en el que tuvo que circular por diversos entornos en los que experimentaba distintos padecimientos, entre ellos, violencias y discriminaciones. En esos contextos desarrolló diferentes estrategias de supervivencia. La venta de estupefacientes y el ejercicio de la prostitución/trabajo sexual fueron las principales. La migrante tenía escasas informaciones sobre estos escenarios y decidió aventurarse conociendo diversos países con el fin de lograr consolidar un proyecto de vida. En concreto, tal como lo plantea Berkins (2007), estas personas despliegan estrategias de búsqueda de ambientes de menor hostilidad que se modifican conforme conocen otros contextos.

Catalina intentó desplegar en estos escenarios una estrategia laboral asentada en el estilismo, aunque la venta de estupefacientes y el ejercicio de la prostitución/trabajo sexual fueron predominantes. En el proceso de atravesar diferentes países fue madurando la idea de migrar hacia el AMBA, luego de su paso por Chile (país en el que se quedó por unos meses antes de migrar a la Argentina) y teniendo en cuenta las cadenas migratorias de las que disponía.

Luego de haber vivido unos meses en Chile, mencionó que poseía amistades, a las que también denominó “madrinas”, que se encontraban en el AMBA y le brindaron algunas informaciones sobre las características de la sociedad receptora. Además, le proporcionaron los nexos para acceder a la vivienda, en una pensión del barrio de Constitución, en donde también ejerció la prostitución/trabajo sexual en espacios controlados por ellas. Las madrinas4 eran migrantes peruanas que habían consolidado sus proyectos migratorios en el país y le sustraían recursos económicos que provenían del ejercicio de la prostitución/trabajo sexual.

Más allá de estas consideraciones en la entrevista expresó que la propia Argentina podía representar un espacio de tránsito, ya que esa búsqueda para poder afianzarse en un territorio sin padecer violencias no pudo concretarse a pesar de reconocer que en este contexto pudo acceder a diferentes derechos (sobre todo rectificación registral y salud).

De igual manera, otras entrevistadas relataron que habían estado en otros países de la región antes de llegar al AMBA. Sus experiencias habían consistido en transitar por Brasil, en un caso, y por Chile, en el otro. Ambas concluían en que habían sido experiencias en las que comenzaron a transitar otras posibilidades diferentes a las de las sociedades emisoras, como, por ejemplo, usar hormonas bajo recomendación de amistades o realizar intervenciones quirúrgicas con el fin de readecuar la imagen corporal a la identidad de género autopercibida.

En el viaje, la movilidad y en los procesos migratorios incipientes, estas personas pueden avanzar en construir sus cuerpos y readecuar la imagen corporal de acuerdo a como se auto perciben. Es en otros países en donde comienzan a realizar los primeros tratamientos hormonales o realizan intervenciones quirúrgicas. Esto significa que los espacios de tránsito se expresan en un sentido geográfico temporal, pero también en un sentido corporal, ya que al ensayarse la migración se practican también performance de género.

Las entrevistadas afirmaron que los países mencionados no se trataban de espacios de menor hostilidad en comparación con el AMBA. En líneas generales, ellas comenzaron el distanciamiento de sus familias de origen en contextos diferentes al AMBA, pero, a diferencia de las trayectorias de desplazamientos internos, se trasladaron de manera externa, es decir, hacia otros países dentro del continente americano. Estos tránsitos no implicaron una mera fase intermedia entre el destino expulsor y la sociedad receptora (González, 2018). Se trataron de momentos en los que se gestaron procesos de transformación identitaria y se constituyeron las primeras experiencias de distanciamiento, lo que las liberó de la presión familiar y de una identidad de género no acorde con sus expectativas.

Conclusiones

El artículo realizó un aporte a los estudios de género y migratorios sobre una temática que ha ido adquiriendo relevancia en Latinoamérica durante los últimos veinte años. De este modo, fue descubierto que la migración interna y los desplazamientos regionales constituyen experiencias de distanciamiento familiar mediante las cuales, las migrantes travestis/trans sudamericanas, llevan a cabo las primeras experiencias en las que conjugan la construcción y la expresión de la identidad de género con la condición migratoria.

Estas fases previas se encuentran presentes en algunos proyectos migratorios, ya que, en otros, la migración hacia el AMBA ocurre de manera directa. En esa transitoriedad hacia las sociedades receptoras, se llevan a cabo las primeras experiencias de construcción identitaria en donde se ensayan las principales características de lo que implica ser migrante y expresarse socialmente de acuerdo con una identidad de género transgresora de la hetero-cis-normatividad. La migración de estas personas es un proceso complejo y circular que puede variar entre las diferentes entrevistadas; por eso, la consolidación representa una categoría pendular e inestable.

La migración para las travestis/trans sudamericanas, es un viraje que marca un antes y un después en sus biografías permitiendo que transiten diferentes experiencias que vinculan incertidumbres con expectativas, pero que, en última instancia, posibilita que transiten otros contextos y descubran otras formas de vida.

Los procesos migratorios, así como las expresiones y las vivencias de las identidades de género se retroalimentan en diferentes trayectorias biográficas. La migración ha sido una de las alternativas que las poblaciones han desarrollado ante diferentes dificultades experimentadas en sus sociedades de origen. En el caso de las travestis/trans sudamericanas, la búsqueda de escenarios menos hostiles las motiva a abandonar sus entornos a edades tempranas, desplazándose de manera interna o externa para vivir de manera más próspera. Si bien, el artículo no fue representativo de toda la comunidad LGTB+, aportó en profundidad al estudio de las migraciones de las personas travestis/trans al considerar sus experiencias y vivencias subjetivas.

Referencias

Alonso, L. E. (1998). La mirada cualitativa en sociología: una aproximación interpretativa. Editorial Fundamentos.

Álvarez Broz, M. (2017). ¿Cuánta (des)igualdad somos capaces de aceptar?: Formas, mecanismos y relaciones de (des)igualdad en personas trans de la Argentina contemporánea (1990-2015). [Tesis de doctorado no publicada]. Universidad Nacional de San Martín. Instituto de Altos Estudios Sociales.

Becker, H. (2009). Outsiders. Hacía una Sociología de la desviación. Siglo XXI.

Berkins, L. (2003). Un itinerario político del travestismo. Maffía, D. (comp.), Sexualidades Migrantes. Género y Transgenero (pp. 127-137). Scarlett Press.

Berkins, L. (2006). Travestis: una identidad política. http://www.portalsida.org/repos/Travestis.pdf

Berkins, L. (2007). Informe Nacional sobre la situación de las travestis, transexuales y transgéneros. Cumbia, copeteo y lágrimas. Asociación de Lucha por la Identidad Travesti-Transexual.

Boy, M. (2017). Cuerpos e identidades extranjerizados: vecinos/as y travestis en disputa El caso de la zona roja de Palermo, 1996-200. En Martín Boy y Mariano Perelman. (coords), Fronteras en la Ciudad. (re)producción de desigualdades y conflictos urbanos (pp. 45-64). Teseo. https://leerlaciudadblog.files.wordpress.com/2016/05/boy-y-perelman-fronteras-en-la ciudad-reproduccic3b3n-de-desigualdades-y-conflictos-urbanos.pdf

Bradford, N. J. y Syed, M. (2019). Transnormativity and transgender identity development: A master narrative approach. Sex Roles, 81(5-6), 306-325. http://doi: 10.1007/s11199-018-0992-7

Conway, J., Bourque, S. y Scott, J. (1996). El concepto de género. En Lamas, M. (comp.), El género: la construcción cultural de la diferencia sexual (pp. 23-34). PUEG.

Cortes, G. (2009). Migraciones, construcciones transnacionales y prácticas de circulación. Un enfoque desde el territorio. Párrafos geográficos, 8 (1), 35-53.

De Lauretis, T. (2004) [1987]. Tecnología del género. En Millán, Carmen y Estrada, Ángela (Eds.), Pensar (en) género. Teorías y prácticas para nuevas cartografías del cuerpo (pp. 202-235). Instituto Pensar, Pontificia Universidad Javeriana.

Denzin, N. y Lincoln, E. (2015). Manual de Investigación cualitativa, Vol. IV, Métodos de recolección y análisis de datos. Gedisa.

Gallegos, J. R. y Velasco, S. Á. (2009). “Cruzando Fronteras”: una aproximación etnográfica a la migración clandestina ecuatoriana en tránsito hacia Estados Unidos. Confluenze. Rivista di studi iberoamericani, 1(1), 89-113. https://www.aacademica.org/jacques.ramirez/41

García García, A. y Oñate Martínez, S. (2008). Transexuales ecuatorianas: el viaje y el cuerpo. En Herrera, G. y Ramirez, J. (eds.), América Latina migrante: Estado, familia, identidades (pp. 343-360). FLACSO, Sede Ecuador-Ministerio de Cultura.

García Díaz, L. R. (2016). Migración interna trans femenina hacia Quito: cuerpos, territorios, fronteras y trayectorias migratorias. [Tesis de Maestría]. FLACSO Sede Ecuador. http://hdl.handle.net/10469/8951.

Gil Araujo, S. (2010). Una sociología (de las migraciones) para la resistencia. Selección de textos de Abdelmalek Sayad (Selección: Sandra Gil Araujo e Iñaki García Borrego. Presentación: Sandra Gil Araujo. Traducción: Natalia Morales). Empiria. Revista de metodología de ciencias sociales, (19), 235-273. https://doi:10.5944/empiria.19.2010.2025

Glaser, B. G. y Strauss, A. L. (1999) [1967]. Discovery of grounded theory: Strategies for qualitative research. Routledge.

Goffman, E. (2015) [1963]. La identidad deteriorada. Amorrortu.

González, G. C. (2018). La migración centroamericana en su tránsito por México hacia los Estados Unidos. Alegatos, 27 (83), 169-194. http://revistastmp.azc.uam.mx/alegatos/index.php/ra/article/view/187

Guber, R. (2004). El salvaje metropolitano: reconstrucción del conocimiento social en el trabajo de campo. Paidós.

Jackson, S. (2006). Interchanges: Gender, sexuality and heterosexuality: The complexity (and limits) of heteronormativity. Feminist theory, 7(1), 105-121. doi: 10.1177/1464700106061462.

Kulick, D. (1998). Travesti: Sex, gender, and culture among Brazilian transgendered prostitutes. University of Chicago Press.

Lewis, V. (2012). Volviendo visible lo invisible: hacia un marco conceptual de las migraciones internas trans en México. Cuicuilco, 19 (54), 219-240. http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S018516592012000200012&script=sci_arttext

Martínez, A. y Montenegro, M. (2010). Narrativas en torno al trastorno de identidad sexual: De la multiplicidad transgénero a la producción de trans-conocimientos. Prisma Social, 4(1), 1-44. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=3632443

Meccia, E., Metlika, U. y Raffo, M. L. (2003). Trabajos al margen del Trabajo: trayectorias de vulnerabilidad de travestis y mujeres prostitutas en un Partido del Sur del Gran Buenos Aires. Laboratorio: revista de estudios sobre cambio estructural y desigualdad social, (13), 23-30. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=7082610

Mena, N. (2006). La perspectiva transnacional en el estudio de las migraciones y el debate académico en España: a propósito del X Congreso de Inmigración de Almería. Biblio 3W. Revista Bibliográfica de Geografía y Ciencias Sociales, XI (667).

Muñoz León, F. (2016). Cisnormatividad y transnormatividad como ideologías que articulan el tratamiento jurídico de la condición trans. Revista Austral de Ciencias Sociales, (30), 161-181. http://revistas.uach.cl/pdf/racs/n30/art08.pdf

Osborne R., Longo, V., Monteros, S., Aguirre, V.A., Rojas, L. y López, S. (2012). La situación de la población migrante TLGB (Transexual, Transgénero, Lesbiana, Gay y Bisexual). ONU Mujeres.

Pavan, V. (2019). Niñez Trans: experiencia de reconocimiento y derecho a la identidad. Ediciones UNGS.

Pelúcio, L. (2005). Na noite nem todos os gatos são pardos: notas sobre a prostituição travesti. Cadernos pagu, (25), 217-248. https:// doi: 10.1590/S0104-83332005000200009

Pérez, G. A. C. y Ordaz, X. E. B. (2017). Migración LGTBI a la Ciudad de México. El Cotidiano, (202), 105-113. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=325/32550024010

Pichardo Galán, J. I. y Sánchez, A. M. (2006). Homonormatividad y existencia sexual: Amistades peligrosas entre género y sexualidad. AIBR: Revista de Antropología Iberoamericana, 1(1), 143-156. http://www.aibr.org/antropologia/01v01/articulos/010108.pdf

Prada, N., Ortiz, A. M., Herrera, S. y Lozano, L. (2012). ¡A mí me sacaron volada de allá! Relatos de vida de mujeres trans desplazadas forzozamente hacia Bogotá. Alcaldía Mayor de Bogotá y Universidad Nacional de Colombia. https://masteres.ugr.es/gemma-es/pages/noticias/a-mi-me-sacaron-volada-de-alla/!

Principios de Yogyakarta (2007). Principios sobre la aplicación de la legislación internacional de derechos humanos en relación con la orientación sexual y la identidad de género.  Comisión Internacional de Juristas y Servicio Internacional para los Derechos Humanos, Yogyakarta, Indonesia. https://www.refworld.org/cgi-bin/texis/vtx/rwmain/opendocpdf.pdf?reldoc=y&docid=48244e9f2

Rubin, G. (1989). Reflexionando sobre el sexo: notas para una teoría radical de la sexualidad. En Carole Vance (ed.), Placer y peligro. Explorando la sexualidad femenina (pp. 113-190). Editorial Revolución.

Scott, J. (1996). El género una categoría útil para el análisis histórico. En M. Lamas (ed.), El Género: la construcción cultural de la división sexual (pp. 265- 302). PUEG.

Strauss, A. y Corbin, J. (2002). Bases de la investigación cualitativa: técnicas y procedimientos para desarrollar la teoría fundamentada. Universidad de Antioquia.

Sumara, D. y Davis, B. (1999). Interrupting heteronormativity: Toward a queer curriculum theory. Curriculum Inquiry, 29(2), 191-208. https//:doi:10.1111/0362-6784.00121

Vale, A. (2005). O Vôo da Beleza: travestilidade e devir minoritário [Tesis de doctorado]. Programa de Pós-graduação em Sociologia, Universidade Federal do Ceará. http://www.repositorio.ufc.br/handle/riufc/1251

Vartabedian, J. (2012). Geografía travesti: cuerpos, sexualidad y migraciones de travestis brasileñas (Rio de Janeiro-Barcelona). [Tesis de doctorado]. Universitat de Barcelona. https://hdl.handle.net/2445/35232

Vartabedian, J. (2014). Migraciones trans: travestis brasileñas migrantes trabajadoras del sexo en Europa. Cadernos pagu, (42), 275-312. https//:doi:10.1590/0104-8333201400420275

Valles, M. S. (2000). Técnicas cualitativas de investigación social. Síntesis

Worthen, M. G. (2016). Hetero-cis–normativity and the gendering of transphobia. International Journal of Transgenderism, 17(1), 31-57. https//:doi: 10.1080/15532739.2016.1149538

Zarco Ortiz, E. y Chacón Reynosa, K. (2020). Dispositivos de seguridad y sexualidad en la frontera sur de México: biopolíticas en mujeres transgénero centroamericanas. Tabula rasa, (33), 137-163. https//:doi:10.25058/20112742.n33.06

Fecha de ingreso: 14/10/2021
Fecha de aprobación: 22/09/2022


1 Este artículo pertenece a una tesis doctoral ya concluida en la Universidad de Buenos Aires, Argentina.

2 El AMBA se compone de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y 40 municipios de la Provincia de Buenos Aires.

3 La autora realizó una etnografía sobre procesos migratorios internos en el Ecuador.

4 Son travestis/trans de edad avanzada que representan una pieza fundamental de las cadenas migratorias. Permiten que las migrantes se inserten en la sociedad receptora proveyéndoles diferentes condiciones materiales y simbólicas en el destino receptor.