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Relación del desempeño laboral y la salud mental durante la
pandemia del COVID-19
Relationship between job performance and mental health during
COVID-19 pandemic
Pamela Guadamuz Rojas1
RESUMEN
El presente artículo tiene como objetivo identificar los efectos que generó la aplicación del teletrabajo debido a la
declaración de pandemia por la enfermedad de COVID-19, las medidas tomadas por las organizaciones en Costa
Rica para la promoción de la salud mental y los efectos en la salud reportados por las personas trabajadoras. Para
ello se utilizó una metodología mixta de carácter exploratorio, con la participación de 88 personas; 44
seleccionaron género masculino, 43 nero femenino. Los resultados reportaron que la mayoría de las
organizaciones realizaron actividades para la promoción de la salud mental. Además, se reportó que el
desempeño laboral del personal mejoró; no obstante, se reporta un incremento de síntomas como el insomnio,
agotamiento tanto físico como mental, entre otros. Se concluye que, si bien se realizaron actividades para la
promoción de la salud mental y el desempeño reportado ha mejorado, de igual forma se identifica una afectación
en la salud mental; por lo que se evidencia la necesidad de continuar investigaciones sobre el impacto de la
situación actual en la salud mental y el desempeño laboral.
Palabras claves: Salud mental, desempeño laboral, COVID-19.
ABSTRACT
This article aims at identifying the impact that the implementation of teleworking has had due to the declaration
of the pandemic for COVID-19, the actions taken by the organizations in the promotion of mental health, and the
effects on health reported by workers. To achieve the stated purpose, mixed exploratory research methods were
applied; with the participation of 88 people, of which 44 were male and 43 female. The results indicate that most
of the organizations have conducted activities for the promotion of mental health. In addition, it was reported that
the performance of the workers has improved; however, there are reports of an increase in symptoms such as
insomnia, physical and mental exhaustion, among others. In conclusion, even though there have been activities
carried out to promote mental health, and the reported performance has improved, negative effects on mental
health are equally reported, thus, there is an evident need to continue researching the impact on mental health and
work performance.
Key Words: Mental Health, Work performance, COVID-19
Introducción
La presente investigación busca explorar la relación entre la salud mental y el
desempeño laboral; incluyendo a su vez una tercera variable, el impacto que ha tenido la
enfermedad por COVID-19, tanto en las personas como en las organizaciones, y la adaptación
de estas a la nueva realidad mundial durante el periodo de marzo a julio del 2020. El concepto
de salud mental puede llegar a ser muy amplio, debido a que la salud puede fluctuar y debe de
1 Universidad de Costa Rica. Bachiller en Psicología. San José, Costa Rica. Correo electrónico:
pamelaguadamuz04@gmail.com
DOI: https://doi.org/10.15517/wl.v16i2.51241
Recepción: 8/9/2020 Aceptación: 20/12/2021
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ser percibida de una forma integral, incluyendo salud física como mental. Sin embargo, se parte
del concepto propuesto por la Organización Mundial de la Salud (2018), en el cual se entiende
por salud mental a un estado de equilibrio y bienestar emocional, cognitivo y conductual que
permite a la persona desenvolverse de manera adecuada en su entorno, determinado por
múltiples factores sociales, psicológicos y biológicos.
La realidad mundial actual y la declaración de pandemia, a causa de la enfermedad por
COVID-19, ha generado múltiples cambios en la dinámica de las personas a nivel: social,
laboral, familiar, económico, entre otros (OMS, 2020). Dichos cambios llevan a las personas a
un proceso de adaptación, sin considerar si estas cuentan con las herramientas, o recursos,
adecuados para afrontar esta serie de cambios. Por tanto, se considera pertinente indagar sobre
las consecuencias y reacciones creadas debido a la declaración de la pandemia y los distintos
procesos de adaptación que conlleva; puesto que los niveles de ansiedad e inseguridad de las
personas tienden a aumentar al someterse a cambios (Usher et al., 2020).
Anudado a lo anterior, se debe tomar en cuenta el impacto que tuvo la declaración de
cuarentena en las emociones y en el aumento de los problemas psicológicos, debido al
distanciamiento social, al miedo y desinformación generados por los medios de comunicación,
la disminución de los tratamientos y terapias psicológicas, entre otras (Huarcaya-Victoria,
2020; Lima et al., 2020). En este rubro Rubin y Wessely (2020) mencionan lo siguiente:
“El miedo a lo desconocido, en este caso, la propagación de la enfermedad y el impacto
en las personas, la salud, los hospitales y las economías, por ejemplo, aumenta la
ansiedad en personas sanas y en aquellas con afecciones de salud mental
preexistentes”(citado en Usher et al., 2020, p.135).
Ante este escenario es esperable que, en la actualidad, el cambiar la dinámica de la vida
de las personas, incluyendo el dejar de realizar actividades que usualmente se acostumbraba,
el convivir con un nuevo virus, el pasar de trabajar en una oficina relacionándose con otras
personas a aislarse y entrar en una modalidad de teletrabajo; se encuentre un impacto negativo
tanto en la salud mental como en el desempeño laboral. Sin embargo, las acciones que realizan
las organizaciones tienen un gran impacto tanto en la salud mental, como en el desempeño del
personal (Ahmadi et al., 2012). Lo anterior se debe a que, dependiendo de las modificaciones
que se realicen o no, el desempeño del personal va a ser mayor, menor o igual que antes de la
pandemia; lo cual a su vez impacta directamente a la organización.
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Antecedentes
Salud mental y desempeño
La salud mental y el bienestar se ven influenciados por dos elementos principales, el
propio individuo y su ambiente; los cuales deben de trabajar en conjunto para promocionar la
misma (Ahmadi et al., 2012). No obstante, la parte ambiental es común dejarla de lado al no
entender la salud de una forma integral y multifactorial, y no ver las repercusiones que esta
tiene en la vida de la persona, incluyendo su desempeño laboral. Sin embargo, se considera que
para una organización sobreviva esta debe de realizar un uso optimizado de sus recursos,
incluyendo los recursos humanos; conllevando a que, si el lugar de trabajo es adecuado y vela
por la salud mental del personal, la productividad va a aumentar (Ahmadi et al., 2012).
Lo anterior se evidencia en un estudio realizado a enfermeras, al obtener como resultado
que las profesionales con bajos niveles de salud mental presentaban mayores enfermedades
físicas, mayor consumo de medicamentos, visitas al médico y menor disciplina en el trabajo;
en consecuencia, percibían su trabajo como más demandante en comparación con las
enfermeras con buenos niveles de salud mental (Sveinsdttir y Gunnarsdttir, 2008). Lo
anterior demuestra a su vez cómo los problemas de salud mental relacionados con el trabajo
conllevan una carga tanto en la salud como en lo socioeconómico, no solo del personal sino
que también en el ámbito organizacional y en materia nacional (Van Gordon et al., 2014).
Algunas de las consecuencias de los problemas de salud mental en el personal y la
organización son: aumento de lesiones relacionadas al trabajo, absentismo, reducción de la
productividad, agotamiento, entre otras (Van Gordon et al., 2014). Por lo que, se encuentra que
el rol de la salud mental de los individuos es de suma importancia para las organizaciones,
puesto que, entre más salud mental se presentan menos índices de agotamiento en el trabajo y
un mejor desempeño laboral (Ahmadi et al., 2012).
Rol de las organizaciones durante COVID-19
Desde que se inició con los protocolos para la prevención del contagio de la enfermedad
por COVID-19, las organizaciones han tenido que generar distintos cambios en su forma de
laborar. Un ejemplo de esto es la implementación del teletrabajo, definido como: trabajar para
un empleador en un lugar de trabajo alternativo, como el hogar con un enlace electrónico
(Robertson et al., 2012, p.2611). Dicha modificación trae consigo una serie de consecuencias,
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tanto positivas como negativas. En cuanto a las positivas, se encuentra una disminución en el
tiempo de transporte del personal, mayor flexibilidad horaria, reducción de gastos, entre otros
(López et al., 2014). De la misma forma, puede generar una disminución en el estrés
desencadenado por la oficina, mayor accesibilidad para personas con discapacidad,
disminución del absentismo laboral y un aumento en la productividad (Robertson et al., 2012).
No obstante, el teletrabajo puede traer consigo un sentimiento de aislamiento, lo cual
está relacionado con un menor desempeño laboral, mayor desconfianza de las habilidades y
conocimientos (Golden et al., 2008). Además, algunas personas perciben una mayor carga
horaria y laboral, dificultades para separar la vida personal/familiar de la laboral (López et al,
2014; Robertson et al., 2012). Sin embargo, la manera en que la organización trabaje la
implementación del teletrabajo y actualmente la situación de pandemia, va a afectar
significativamente tanto en la seguridad y la salud del empleado como en la efectividad y el
desempeño de este (Robertson et al., 2012).
Ahora bien, la forma en que la se abordan dichas situaciones, evidencia el nivel de
responsabilidad corporativa de la organización, entendiendo esta como: “la integración
voluntaria por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus
operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores” (Olcese et al., 2008, p.14).
Implicando que, si la organización cuenta con un alto nivel de responsabilidad corporativa, no
solo se va a preocupar sobre el estado de salud del personal durante el teletrabajo, sino que
realizaría acciones para promover la salud en los mismos.
Por ejemplo, actualmente no solo es necesario implementar las medidas de prevención,
sino impartir medidas informativas sobre la enfermedad del COVID-19 a la población laboral,
sus síntomas y cómo prevenirlo; asimismo, desarrollar programas para la promoción de la salud
mental en torno al teletrabajo. Además de informarles sobre el estado de la organización al
estar en un momento de crisis, refiriéndose, por ejemplo, a si van a existir despidos u otros
ajustes. De igual forma, las capacitaciones y la comunicación adecuada tienen un rol esencial
para la promoción y el cuidado de la salud mental del personal, por lo que no se les debe dar
garantías falsas de lo que se espera y se debe comunicar usando un lenguaje comprensible
(Greenberg, 2020). Golden et al., (2008) proponen que el personal de gerencia de las
organizaciones sea más proactivo, y que no solamente realicen capacitaciones sobre cómo
enfrentar al aislamiento; por ejemplo, crear espacios virtuales que fortalezcan las conexiones
interpersonales entre los equipos de trabajo.
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Considerando lo anterior, se plantea la siguiente pregunta de investigación: ¿cuál es el
impacto de la promoción de la salud mental y el desempeño laboral durante la pandemia por la
enfermedad de COVID-19?
Método
La presente investigación empleó un diseño mixto con alcance exploratorio. Los datos
provienen de una encuesta realizada por medio de Google forms”, la cual contaba con
variables de tipo nominales, ordinales y discretas; con un total de 12 preguntas en temas
sociodemográficos, del teletrabajo, de la gestión de la organización, del desempeño laboral y
de la salud mental. La encuesta estuvo abierta durante 5 días, desde el 25 de junio del 2020
hasta el 30 de junio del 2020. La muestra incluyó 88 personas; 44 seleccionó género masculino,
43 género femenino y una persona seleccionó la opción de “otro”. Un 23.9% reportó
desempeñarse en una organización relativa a la educación, un 13,6 % a ingeniería, un 9.1% a
telecomunicaciones, y el resto estaba distribuido en derecho, servicios de salud, consultoría,
turismo, entre otros. Los criterios de inclusión que se tomaron fueron: estar empleado o
empleada actualmente y estar realizando teletrabajo.
Descubrimientos
De los 88 participantes encuestados, el 72,7% (n = 64) indicó que no habían realizado
teletrabajo previo a la pandemia. El 20,5% (n = 18) de participantes reportaron estar realizando
teletrabajo previo a la pandemia de 1-3 días por semana y 6,8% (n = 6) de los participantes 4 o
s as por semana. Se reportó que desde el inicio de la pandemia se incrementó el teletrabajo
puesto que el 82,7% (n = 73) trabaja en esta modalidad de 4 a s días por semana, y un 17,2%
(n = 15) de los participantes de 1 a 3 días por semana. En cuanto al desempeño, un 44,8% (n =
39) de la muestra considera que ha mejorado, un 36,8% (n = 32) considera que no ha cambiado
y un 18,4% (n = 16) que ha empeorado.
Con respecto a las medidas de promoción de la salud con que las organizaciones
contaban previo a la pandemia, se reportó que un 33% (n = 29) tenían un programa para la
promoción de la salud mental, un 48,9% (n = 43) no contaban con dichos programas, y un
18,2% (n = 16) de las personas reportaron desconocer de su existencia en la organización. De
aquellas organizaciones que tenían un programa previo a la pandemia, un 93,1% (n = 27) lo
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mantiene y un 6,9% (n = 2) lo descontinuó. No obstante, un 47,7% (n = 42) de las
organizaciones han desarrollado medidas de promoción de la salud mental relacionadas con la
implementación del teletrabajo, un 43,2% (n = 38) no han tomado medidas, y un 9,1% (n = 8)
de las personas encuestadas no contaban con dicha información.
Algunas de las medidas que se desarrollaron fueron: cursos sobre Cómo convivir con
más motivación en la familia”, Psicología del teletrabajo”, programas de relajación y manejo
del estrés, espacios de expresión sobre cómo se han sentido las personas, líneas telefónicas de
emergencias donde les atienden profesionales de áreas de la salud como psicología, nutrición,
educación física y psiquiatría, envío de documentos con información sobre ergonomía en el
sitio de trabajo, consejos para mantenerse activos, entre otros. También se realizaron pagos de
inscripciones a programas de ayuda psicológica, habilitación de días libres por salud mental,
aumento en el sueldo por asunto de aumento de costos de electricidad. Además, se han utilizado
medios tecnológicos para mindfulness, y aplicaciones como zoom para crear almuerzos o cafés
en los cuales los miembros de la organización se puedan reunir de forma recreativa.
Por otra parte, un 95,5% (n = 84) de los y las participantes recibieron por parte de la
organización información sobre estrategias para evitar el contagio de la enfermedad COVID-
19, sus síntomas y/o información respecto al virus. Además, un 79,5% (n = 70) reportó que la
organización en la cual trabaja les ha informado cómo están manejando la situación de crisis;
incluyendo el impacto financiero y las estrategias que se están tomando para asegurar la
continuidad de la organización. No obstante, se reporta que un 55,7% (n = 49) de la muestra
considera que ha presentado agotamiento mental, un 44,3% insomnio (n = 39), un 35,2% miedo
(n = 31), 29,5% dolores de cabeza (n = 26), 28, 4% agotamiento físico (n = 25), entre otros
síntomas como dificultad de concentración, depresión, aumento o disminución del apetito y
alcoholismo.
Discusión
Retomando la pregunta de investigación de ¿cuál es el impacto de la promoción de la
salud mental y el desempeño laboral durante la pandemia por la enfermedad de COVID-19?,
y al analizar los resultados en forma general, se encontró que la mayoría de las organizaciones
tuvieron un cambio importante en su forma de trabajo. Esto debido a que si bien, en la
actualidad un 82,7% de los y las participantes realizaban teletrabajo 4 o s días por semana,
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antes de la pandemia solo un 27.3% lo realizaban, reflejando que la minoría de las
organizaciones previo a la pandemia no habían implementado el teletrabajo aun cuando no es
algo novedoso. Esto conlleva a que tuvieran la obligación, debido a las medidas sanitarias, de
implementarlo de forma rápida y sin previa planificación, generando un proceso de
incertidumbre y de adaptación más drástico, el cual impacta tanto al personal como a la
organización.
Por otro lado, se evidencia una transformación de las organizaciones en cuanto a las
acciones que han desarrollado para disminuir el posible impacto, tanto del cambio de
modalidad como del desempeño; tomando en cuenta la realidad actual, de vivir y trabajar
durante una pandemia. Dado que, a pesar de abordar distintos desafíos como la implementación
y soporte de la tecnología, la falta de interacción social, la carga de trabajo, cambios en la forma
de mentoría, entre otros (Robertson et al., 2012); se reporta que en la mayoría de la muestra no
hubo cambios en su desempeño y/o este ha aumentado. Lo anterior, se encuentra en
concordancia con lo planteado por Ahmadi et al., (2012), al sugerir que las acciones que
realizan las organizaciones van a impactar directamente en el desempeño y la salud mental del
personal.
De la misma manera, se encuentra que existe una relación en el desempeño laboral
según la gestión de la pandemia de la organización. Debido a que los resultados de la presente
investigación exponen que una mayor cantidad del personal percibe una mejora en su
desempeño laboral cuando las organizaciones han tenido una comunicación fluida con el
personal. Por ejemplo, si la organización les informa sobre cómo prevenir el contagio del virus
y les mantienen informados sobre las medidas que han aplicado y/o proyectan aplicar para el
manejo de la crisis económica de la organización.
Asimismo, en las organizaciones que previo a la pandemia ya habían desarrollado
programas para la promoción de la salud, se encuentran más cantidad de casos de personas
trabajadoras que reportan un aumento en el desempeño laboral en comparación de las que
reportan una disminución del mismo. Esto evidencia la importancia de contar con programas
continuos en el tiempo para la promoción de la salud mental en espacios laborales y no solo
desarrollarlos durante una crisis.
Con respecto a lo anterior, se encuentra que la mayoría de las organizaciones que
previamente no contaban con programas para la promoción de la salud, han implementado
distintas medidas para fomentar la misma; utilizando plataformas virtuales, las cuales permiten
la expresión de la individualidad de cada persona, la interacción y la formación de discusiones
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en torno a algún tema (Howland et al., 2015). Para ejemplificar tales usos de las plataformas
virtuales, los y las participantes, reportaron medidas tales como cursos en línea sobre manejo
de estrés, de ergonomía, líneas telefónicas de atención psicológica, así como agendar reuniones
virtuales recreativas para promover la interacción del personal. Además del uso de aplicaciones
e intervenciones sobre mindfulness, lo cual se considera una intervención viable para la
promoción de la salud mental, puesto que son rentables, no son invasivas y cuentan con
respaldo de su eficacia (Van Gordon et al., 2014).
Ahora bien, tomando en cuenta que “las acciones de organismo cambian en función de
los efectos de la conducta en el ambiente” (Malott, 2006, p.27), es pertinente proporcionar
nuevas formas por las cuales las personas trabajadoras puedan recibir retroalimentación tanto
de la organización como de sus compañeros y compañeras. Esto debido a que las relaciones de
trabajo no solo cumplen la función de proporcionar información sobre las tareas por realizar,
sino que también proporcionan acompañamiento al interactuar con otras personas, las cuales
son esenciales para el desarrollo del trabajo (Golden et al., 2008). Lo anterior se evidencia en
algunas de las respuestas que los y las participantes mencionaron sobre acciones que las
organizaciones deberían de implementar para la promoción de la salud mental, y para la
adecuada adaptación al teletrabajo. Por ejemplo: actividades virtuales para mantener la
comunicación entre el personal, brindar incentivos, aumentar el acompañamiento y
retroalimentación virtual por parte de supervisores, así como de un seguimiento de este.
Anudado a lo anterior, se encuentra la importancia de la implementación por parte de
las organizaciones, de medidas para generar un adecuado lugar de trabajo, no solo enfocándose
en la infraestructura, sino que se desarrolle de forma integral, incluyendo la salud física y
mental. Además de oportunidades para que el personal pueda superarse y apotenciar sus
competencias. Al entender el comportamiento como una interacción entre la persona y el medio
ambiente, se evidencia que si el ambiente es positivo va a tener mayor posibilidad de aumentar
tanto la salud mental como el desempeño (Dean, 2016; Ahmadi et al., 2012).
Los resultados obtenidos en esta investigación concuerdan con lo propuesto por Golden
et al., (2008) al mencionar que las organizaciones y sus gerentes deben de ser proactivos en las
acciones que realizan y no solo brindar capacitaciones, ya que se reportó que además de
capacitaciones sobre el teletrabajo se han realizado programas para manejar el estrés, webinars,
clases de ejercicios, atención psicológica, entre otras. Asimismo, en la mayoría de las
respuestas se encuentra lo planteado por Ahmadi et al., (2012) al decir que “las condiciones
actuales para la salud mental de los gerentes y empleados deben considerarse como los
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objetivos y estrategias más importantes de cualquier organización (p.1588). Evidenciando
como una debida gestión humana, al ser esta encargada de las actividades estratégicas, tanto
de guía como de soporte, muestra ser de vital importancia para la organización; incluyendo en
este rubro las políticas, los planes, programas, con el fin de formar y motivar a las personas
trabajadoras y así potenciar la organización (Solarte, 2009).
A pesar de que la mayoría reporta que perciben un nivel de desempeño igual o mejor
que antes de realizar teletrabajo, también se reportan una serie de síntomas como agotamiento
mental y físico, insomnio, dificultad para concentrarse, cambios en el estado de ánimo. Las
medidas que se han implementado por parte de las organizaciones, tomando en cuenta la
realidad actual de la pandemia, las modificaciones en la modalidad de trabajo continúan siendo,
como lo propone López et al., (2014), un arma de doble filo debido a que si bien el desempeño
laboral tiende a aumentar, las afectaciones en la salud mental también.
Es pertinente que las organizaciones antes de tomar acciones y desarrollar medidas,
tanto para facilitar la adaptación del teletrabajo como para promover la salud mental del
personal, realicen un diagnóstico previo. Esto debido a que se pueden estar realizando cursos
o capacitaciones que no concuerden con la demanda de la población meta. A su vez, los
recursos invertidos por las organizaciones, en medidas que no tomen en cuenta la demanda del
personal, podrían no cumplir con el objetivo de la inversión, puesto que no van a generar un
efecto positivo. Por lo tanto, causarían pérdidas para la organización, tanto en la parte
económica como en el desempeño, al no desarrollar capacitaciones para disminuir las
afectaciones físicas y mentales de la población.
Para concluir se encuentra que, si bien se reportó que la mayoría de las organizaciones
han desarrollado medidas para facilitar la adaptación de las personas al teletrabajo y el
desempeño laboral no ha variado, se presentan a su vez síntomas que comprometen la salud
mental del personal. En consecuencia, se debe continuar identificando medidas para fomentar
la salud mental en espacios laborales. No solo por el hecho de que en un futuro pueda llegar a
influenciar y afectar el desempeño laboral del personal, sino porque al ser seres humanos
quienes componen la organización, cuentan con el derecho de velar por su salud integral, tanto
sica como mental. Por último, es importante tomar en cuenta cuál es la demanda real del
personal de cada organización, puesto que esta va a ser distinta en cada organización.
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Limitaciones
Es importante aclarar que el presente estudio es principalmente descriptivo puesto que
la información se recabó mediante autorreporte, por medio de un cuestionario, el cual recolectó
información sobre si los y las participantes consideraban que su desempeño ha disminuido,
aumentado o se han mantenido. No obstante, no fue constatada mediante otro método. De la
misma forma, no se puede establecer que dichos síntomas hayan ocurrido específicamente por
la implementación del teletrabajo y/o la pandemia por la enfermedad COVID-19; ya que dichos
síntomas pueden estar influenciados por otras variables, tanto personales como ambientales.
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