Wimblu, Rev. Estud. de Psicología UCR, 18(1) 2023 (Enero-Junio): 33-59 /ISSN: 1659-2107
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otros estudios que abordan el acoso sexual; pero como ciberbullying o violencia entre pares (Acuña
2015; Tiffer 2017 y Chaves, Morales, y Villalobos 2020).
El ASeL y el Groming pueden ir acompañados de un mayor riesgo si hay práctica del sexting
(Alonso 2017) y “pornografía de venganza” donde el contenido se comparte sin consentimiento
(Jane 2020) y con extorsión (Rey 2017). Además, todas estas vivencias de acoso sexual virtual
generan consecuencias que pueden afectar mucho a la población adolescente, ya que desarrollan
deseos de borrar sus perfiles, miedo, agobio, inseguridad y sensación de falta de privacidad (Rey
2017), cambios en el uso y actitud al momento de utilizar las redes sociales, en la asistencia o
rendimiento escolar, cambios en la realización de actividades u ocio, hábitos alimenticios,
concentración, en los estados de ánimo, en sus relaciones interpersonales e incluso a nivel físico y
psicosomático (Palmer y García 2017).
Todas estas formas de violencia se relacionan con la construcción social del género, ya que
se atribuyen roles de género a los seres humanos basándose en la forma en los órganos genitales
(Calvo 2014) y así, se define la manera “correcta” de comportamiento del hombre o la mujer
(Batres 2001). Estos roles de género regulan la manera en que se piensa, siente y se actúa, “son
las tareas, pautas de comportamiento, valores, temores, actividades y expectativas que la cultura
asigna en forma diferenciada a hombres y mujeres. En otras palabras, es el modo de ser hombre o
de ser mujer en una cultura determinada” (Campos 2007, 32) y están basados en un sistema
sociocultural patriarcal que indica que los hombres sobre superiores a las mujeres (Campos
2007). Dicho orden social implica una construcción a partir de estereotipos que se deben seguir,
mediante ideas definidas socialmente como “machistas”, que producen cargas en las formas de
ser y consecuencias como la misoginia, la cual es “una manera de pensar y de actuar de personas
machistas...” (Campos 2007, 27). La definición de estos roles de género se establece en la
adolescencia y suele ser categorizada como “problemática” debido al adultocentrismo, el cual es
una forma de discriminación que considera a los adolescentes como personas subordinadas a
inferiores al compararlos con la población adulta (Vásquez 2013).
Con base en los anterior, es necesario mayor investigación en relación al ASeL y al
grooming, en particular, en la adolescencia, ya que es una fase crucial para la definición de roles
de género y es el momento en que se experimenta, por primera vez, estas experiencias que
desarrollan consecuencias a nivel psicológico, emocional y físico.