Wimb lu, Rev. Estud. de Psicología UCR, 20(1) 2025 (Ene-Jun, publicación continua): 1-15
ISSN: 1659-2107 ISSNe: 2215-6712
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—tal como evidencia lo sucedido en el análisis de Sol—. Es un obstáculo al esclarecimiento
de los síntomas estrechamente ligada a la represión. La transferencia tiene su vertiente
resistencial en cuanto se reemplaza en ella el recordar por el actuar, posiblemente algo de
esto haya sucedido en el caso relatado.
La resistencia es una manifestación inherente al tratamiento y a la rememoración que
este exige: “los mecanismos de defensa contra los antiguos peligros retornan en la cura en
forma de resistencias a la curación, lo cual es debido a que la misma curación es considerada
por el yo como un nuevo peligro” (Freud, 1937, p.238). Este nuevo peligro parece haberse
activado en Sol cuando la intervención de la analista puso en jaque el vínculo simbiótico con
su madre. La interpretación, aunque técnicamente adecuada, pudo haber sido vivida como un
intento intrusivo de forzar un reconocimiento para el que Sol no estaba preparada,
desencadenando la resistencia en forma extrema: el abandono.
Lacan, al igual que Freud, considera que las resistencias son un obstáculo importante
en el proceso terapéutico, y están vinculadas con la represión. En este sentido, Lacan amplía
la noción de resistencia al asociarla con la falta estructural del sujeto y la dinámica de la
transferencia. Lacan sostiene: “La resistencia es la manifestación de una parte del sujeto que
se niega a reconocer lo que, en su inconsciente, le es ajeno, aunque a veces lo busca” (Lacan,
1964, p. 109). En este contexto, las resistencias se presentan como una forma de defensa
contra lo desconocido o lo insoportable para el sujeto.
Asimismo, el mismo autor advierte que “La resistencia del paciente es siempre la
propia de ustedes (los analistas), y cuando una resistencia tiene éxito, ello se debe a que
ustedes están hundidos hasta el cuello, porque entienden (o comprenden)” (Lacan, 1984,
p.48.) Es por ello que el analista debe cumplir la regla de neutralidad. Entonces, es el analista
quien provoca la resistencia al empujar al analizante: “... simplemente significa que él (el
paciente) no puede moverse más rápido” (Lacan, 1981, p.228). Esto es, que la cura debe
regirse por un principio consistente en no forzar al paciente, no apurarlo; de esta manera la
resistencia se reduce. Este principio no fue respetado en el caso relatado.
La interrupción del tratamiento por parte de Sol puede entenderse tanto como una
forma de protegerse de un contenido que se vivió como desbordante, como una actuación en