Abstract
Cuando el extranjero llega a México y se inserta en el mundo de la interacción cotidiana -sobre todo privada-, independientemente de la clase o el grupo social al que pertenecen sus interlocutores mexicanos, se siente marginado a una posición de virtual "imposibilidad comunicativa" por su falta de competencia, para el uso del verbo "chingar" y anexos, mucho más que de cualquiera de las otras particularidades del habla en México -por ejemplo, el uso de las preposiciones de, hasta, o términos como ándale, órale, etc.Comments
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