Revista humanidades
ISSN: 2215-3934
humanidades@ucr.ac.cr
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica
DOI 10.15517/h.v15i1.58969
Esta obra está bajo una licencia Creative Commons
Reconocimiento-No comercial-Sin Obra Derivada
La configuración del héroe en Cocorí del escritor costarricense
Joaquín Gutiérrez
The Conguration of the Hero in Cocorí by the Costa Rican Writer
Joaquín Gutiérrez
A conguração do herói em Cocorí do Escritor
costarriquenho Joaquín Gutiérrez
Grettel Mariana Arias Orozco
Lorriane Mayreth Vargas Valverde
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Desde el arte, la literatura y la comunicación
Revista humanidades, 2025 (Enero-Junio), Vol. 15, Num. 1, E58969
La conguración del héroe en Cocorí del escritor costarricense
Joaquín Gutiérrez
The Conguration of the Hero in Cocorí by the Costa Rican Writer
Joaquín Gutiérrez
A conguração do Herói em Cocorí do Escritor costarriquenho
Joaquín Gutiérrez
Grettel Mariana Arias Orozco
1
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica
grettelmariana.arias@ucr.ac.cr
https://orcid.org/0000-0002-6366-5486
Lorriane Mayreth Vargas Valverde
2
Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica
lorriane.vargasvalverde@ucr.ac.cr
https://orcid.org/0009-0007-0043-7535
Fecha de recepción: 29 de abril de 2024
Fecha de aprobación: 29 de octubre de 2024
Resumen
En el presente artículo se describe cómo el protagonista de la novela Cocorí se convierte en un
roe exitoso de acuerdo con la teoría propuesta por Joseph Campbell. Para esto, primero se ana-
liza cuál ha sido el abordaje de la obra en el contexto costarricense; en un segundo momento, se
procede a establecer algunos conceptos teóricos sicos para el análisis del texto, tales como el
de héroe, las etapas que implica el viaje del héroe, así como algunos símbolos que terminan de
concretar la propuesta en estudio. Finalmente, se llega a un tercer momento en el cual, desps de
analizar el recorrido del personaje en la obra, se concluye que efectivamente este niño, de forma
inconsciente, se congura como un héroe popular. Si bien es cierto que no posee atributos divinos,
cumple con todas las etapas y requisitos para convertirse en héroe folclórico costarricense, quien
regresa victorioso de sus aventuras como un ser nuevo para compartir con el resto de los suyos su
nueva sabiduría.
1
Doctora en Metodología de la Investigación Educativa, Universidad de Carolina del Norte, Greensboro,
Estados Unidos
2
Licenciada en Enseñanza del Castellano y Literatura, Universidad de Costa Rica, Costa Rica.
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Desde el arte, la literatura y la comunicación
Revista humanidades, 2025 (Enero-Junio), Vol. 15, Num. 1, E58969
Palabras clave: literatura latinoamericana, infancia, viaje, símbolo
Abstract
This article describes how the protagonist of the novel Cocorí becomes a successful hero according
to the theory proposed by Joseph Campbell. Firstly, the Costa Rican context is analyzed; secondly,
we proceed to establish some basic theoretical concepts for the analysis of the text such as hero,
the stages that imply the hero’s journey, as well as some symbols that nalize the proposal under
study. Lastly, a third moment is reached in which, after analyzing the character’s journey in the
work, it is concluded that indeed this child unconsciously congures himself as a popular hero,
who, although it is true that he does not possess divine attributes, fullls with all the stages and
requirements to become a Costa Rican folkloric hero, who returns victorious from his adventures
as a new being to share his new wisdom with the rest of his people.
Keywords: Latin American literature, childhood, travel, symbol
Resumo
Este artigo descreve como o protagonista do romance Cocorí se torna um herói bem-sucedido de
acordo com a teoria proposta por Joseph Campbell. Primeiramente, analisa-se a abordagem da
obra no contexto costarriquenho; em seguida, estabelecem-se alguns conceitos teóricos sicos
para a análise do texto, como o de herói, as etapas do jornada do herói e alguns símbolos que com-
pletam a proposta em estudo. Finalmente, após analisar a jornada do personagem na obra, con-
clui-se que esse menino, de forma inconsciente, se congura como um herói popular, que, embora
não possua atributos divinos, cumpre todas as etapas e requisitos para se tornar um herói folcló-
rico costarriquenho, retornando vitorioso de suas aventuras como um ser novo para compartilhar
sua nova sabedoria com os outros.
Palavras chave: literatura latino-americana, infância, viagem, símbolo
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Grettel Arias y Lorraine Vargas
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1. Introducción
De acuerdo con Brunk y Fallaw (2006), un héroe es una persona a quien los miembros de una
comunidad le atribuyen un valor notable, talento y otros rasgos nobles, incluso divinos, lo que le
permite adquirir un lugar perdurable de importancia en la cultura de esa comunidad. La literatura
universal y la epopeya clásica comúnmente dotan a sus personajes heroicos de tales cualidades. Sin
embargo, existe otro grupo de héroes que se asemejan más a personas simples y comunes. Ehrlich
(2009) asegura que, con el desarrollo de las ciencias y la llegada del progreso y la industrialización
a la sociedad, los valores tradicionales que sustentaban la gura del héroe desaparecen. Según este
autor, “la novela moderna ha roto, junto con la sociedad y la psicología de sus componentes, con
el héroe glorioso” (Ehrlich, 2009, p. 37). Por tanto, en este artículo se explora cómo el personaje
de Cocorí, del escritor Joaquín Gutiérrez, es un ejemplo de ello.
Concretamente, se estudia el personaje del niño protagonista de la novela Cocorí como gura
heroica. A pesar de no cumplir con el perl del héroe clásico, durante su travesía, Cocorí enfrenta
aventuras que retan su ingenio y valentía. Al nal, Cocorí descubre que su búsqueda no es solo fí-
sica, sino losóca. Por ello, proponemos que el personaje de Cocorí, mediante el viaje del héroe y
los símbolos que aparecen en el texto, se congura como héroe exitoso según la teoría de El héroe
de las mil caras: Psicoanálisis del mito de Joseph Campbell (1959). De este modo, sin siquiera perca-
tarse, Cocorí se convierte en un héroe folclórico que es acompañado por animales comunes en el
contexto costarricense, como el monito Tití. Sus pícaras travesuras desembocan en un despertar,
en una nueva losofía de vida, basada en una comprensión diferente de los ciclos naturales de la
vida y la muerte, y en cómo la vida no se mide por el tiempo vivido, sino por el bien que hacemos, lo
que le permite regresar al lado de su mamá Drusila y demás amigos como un nuevo Cocorí, como
un héroe consagrado.
En este escrito, primero presentamos una breve síntesis sobre cómo ha sido analizada esta
novela anteriormente en el ámbito costarricense. Segundo, hacemos un análisis de las fases del
héroe que atraviesa el niño protagonista de la novela y el simbolismo e inuencia de los animales
y la naturaleza en la novela. Tercero, argumentamos por qué Cocorí es un héroe folclórico. Final-
mente, presentamos algunas reexiones nales sobre la conguración de Cocorí como héroe en
esta novela costarricense. De este modo, abordamos el viaje que él emprende desde la perspectiva
heroica, en tanto desencadena una construcción de sentido donde se emplea la estructura mítica
en conjunción con el simbolismo de la selva tropical, lo cual desemboca en el crecimiento personal.
1.1. Cocorí en el ámbito costarricense
Cocorí, publicado por primera vez en 1947, narra la historia de un niño afrocaribeño de 7 años
que vive en la costa limonense de Costa Rica y que, debido a una rosa que recibe como obsequio,
decide iniciar una magníca y emocionante búsqueda en la milenaria y desconocida selva tropical.
Esta novela costarricense ha formado parte de la lista de lecturas obligatorias del Ministerio de
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Educación Pública durante muchos años y ha sido objeto de críticas, discusiones y elogios entre
académicos y educadores a nivel nacional. Con el n de dibujar un panorama general sobre la no-
vela en el ámbito costarricense, realizamos una breve revisión bibliográca de artículos académi-
cos sobre los análisis literarios previos que se han realizado en el país.
La selección de los artículos que se presentan a continuación se basa en su relevancia para
el análisis identitario, social y cultural de Cocorí. Estos estudios fueron elegidos por su enfoque
crítico y por contribuir de manera signicativa a la comprensión del impacto y la recepción de la
novela en la sociedad costarricense. Los artículos seleccionados abordan desde la construcción
identitaria de los personajes hasta las implicaciones ideológicas y didácticas del texto, proporcio-
nando una base sólida para el análisis propuesto en este estudio.
Caamaño (2004) realiza un análisis centrado en aspectos identitarios del texto. La autora
examina la novela en aras de determinar cómo se construye a las personas afrodescendientes en
el discurso identitario nacional y la inserción de dicha construcción en la literatura. Ella considera
que Cocorí demuestra su inteligencia, curiosidad, valentía y profundidad durante toda la novela,
lo cual hace que el texto pueda considerarse subversivo, ya que la aparición de un niño negro des-
crito de tal manera desafía y cuestiona la ideología eurocéntrica dominante de la época. Aunque
Caamaño (2004) considera que la novela es subversiva en tanto otorga un rol central a Cocorí y lo
congura como un personaje inteligente y valiente, también destaca el uso del lenguaje empleado
en la novela. Ella asegura que en esta prima el canon estético occidental, según el cual la niña rubia
y de ojos celestes es “linda”, mientras Cocorí es “raro” por ser negro. Esta estética es reforzada
en múltiples ocasiones por el narrador omnisciente de la historia, quien decide emplear “Negrito”
tal cual segundo nombre de Cocorí. Según Caamaño (2004), este tratamiento repetitivo acentúa el
exotismo y la otredad del niño.
Por su parte, Mondol (2004) propone una lectura en la que se analiza la dimensión social de
la literatura y su signicación ideológica en el texto de Cocorí. Como se mencionó anteriormente,
esta novela ha generado polémica en la sociedad costarricense en más de una ocasión. En diferen-
tes ámbitos se ha discutido su interpretación y si debería formar parte o no de la lista de lecturas
que se leen en las escuelas costarricenses. Por ello, Mondol (2004) considera que el texto de Cocorí
se ha convertido en objeto de plurisignicación política, ideológica y didáctica, en el que los dis-
tintos discursos sociales responden al “deseo de legitimar una posición política de los discursos
frente a la obra” (p. 41). De este modo, el autor discute la gura autoral, su función didáctica, la
relación entre literatura e ideología, la trascendencia de la obra en el actual contexto costarricense
y reexiones en torno a la plurisignicación de la lectura y el lenguaje.
Chen Sham (2004) asegura que la novela infantil Cocorí, que causó controversia a principios
del año 2003, debe ser considerada dentro de la doble referencialidad cruzada mencionada por
la teoría sociocrítica, ya que esta permite que un texto literario opere en circuitos de comunica-
ción diferentes a los originales. En este artículo, el autor explora elementos textuales que generan
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una respuesta negativa en un importante sector de la sociedad costarricense. Chen Sham (2004)
destaca principalmente la retórica de apertura de la novela debido a que hace referencia al Cro-
notopo de Indias, esquema que se asemeja al del descubrimiento/conquista, el cual “reproduce el
encuentro entre el hombre blanco (europeo) y el otro subalterno nativo, llámese indio, asiático
o negro” (p. 35). No obstante, el autor arma que Cocorí no debería considerarse como el sujeto
subalterno-marginalizado común, pues:
Cocorí rompe, desde el inicio, el atavismo cultural que representa los 500 años de discrimina-
ción y de invisibilidad del sujeto afro-caribeño y, por ello, subvierte el sujeto colonial al hacer
que Cocorí sea representable y, a diferencia del sujeto colonial, pueda dialogar con otro sujeto,
con el Otro auténtico que hay en él. (Chen Sham, 2004, p. 39)
Chen Sham (2008) también menciona que el enfoque de Edward Said (1979) y la traslación
del concepto de orientalismo a un contexto latinoamericano se imponen como una estrategia útil
para comprender procesos socioculturales de hegemonía y de aculturación presentes en este texto
costarricense. Estos procesos hicieron que los estados nacionales se forjaran bajo proyectos que
marginaban grupos étnicos o sectores sociales, tales como el sujeto colectivo afrocaribeño. Los
índices del funcionamiento ideológico de esta representación se expresan a través de modelos
discursivos que Cocorí, de Joaquín Gutiérrez, inaugura muy tempranamente, tales como: (a) el
intercambio de los presentes entre el hombre blanco y el subalterno; y (b) la mirada especular y el
descubrimiento de la conciencia gracias al espejo.
Robles Mohs (2004) ofrece una lectura del paratexto verbal e ilustrativo del relato Cocorí. En
particular, la autora examina la polifonía textual inscrita en el texto cultural de la conquista de
Costa Rica y América, a través del título, apellido del autor, epígrafe, ilustración de la portada y re-
producción en la octava parte del contexto. También analiza la difracción semántica que ocurre en
el signicante de Cocorí, lo que subvierte la semántica de la conquista en términos de inferioridad
cultural, degradación racial, cacique vencido y degradación de la lengua.
De este modo, la autora asegura que Cocorí es el nombre de un niño negro de siete años que
la instancia narrativa asocia con el indígena, lo que también subvierte las asimilaciones entre los
indígenas y el animal, entre los indígenas, los moros y los judíos, así como entre la mujer y el niño,
establecidas en la semántica de la conquista para justicar la supuesta inferioridad cultural y la
degeneración racial. La situación narrativa también elimina la gura del cacique derrotado en las
guerras de la conquista, que se encuentra en varias interpretaciones teóricas, históricas y cticias.
En suma, el signicante Cocorí llama a los caciques mayores y principales a unirse contra la ofen-
siva española, especialmente contra Gutiérrez y su hueste.
En resumen, la novela Cocorí ha sido objeto de diversos análisis críticos que resaltan su im-
pacto en la construcción de identidades y su papel dentro del discurso ideológico costarricen-
se. Los estudios revisados evidencian cómo Cocorí ha sido interpretada y reinterpretada a lo
largo del tiempo, desaando y subvirtiendo las narrativas tradicionales y eurocéntricas. Desde
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la perspectiva de Caamaño (2004), quien destaca tanto los aspectos subversivos como problemá-
ticos de la representación del personaje principal, hasta Mondol (2004), que enfoca la plurisigni-
cación política e ideológica de la obra, queda claro que Cocorí sigue siendo un texto relevante y
polémico en el ámbito educativo y cultural costarricense.
Los trabajos de Chen Sham (2004, 2008) y su análisis a través del lente de la teoría sociocrí-
tica y el enfoque de Edward Said sobre el orientalismo, así como la lectura de Robles Mohs (2004)
sobre los paratextos y la semántica de la conquista, enriquecen aún más la comprensión de la no-
vela. Estos estudios proporcionan una base sólida para comprender las complejidades de Cocorí y
su impacto continuo en la sociedad costarricense.
Los hallazgos de esta breve revisión literaria indican que la novela Cocorí se ha estudiado,
principalmente, desde una perspectiva racial e identitaria. Por tanto, no se encontró ningún traba-
jo que se relacione directamente con el tema en estudio: la conguración del héroe en el personaje
de Cocorí. A pesar de que algunos consideran que esta novela está plagada de un discurso racista y
eurocentrista, debido a que el narrador hace uso de un lenguaje negativo en contra del personaje
principal de la historia, el análisis que se presenta en este artículo trasciende dicho discurso.
De este modo, en este escrito se presenta el viaje de Cocorí como una búsqueda intrínseca
para darle “sentido de la vida, al sentido del tiempo, al sentido de la belleza y al valor de la expe-
riencia” (Pérez, 2004, p. 47). Esta perspectiva permite abordar el viaje que emprende Cocorí desde
la perspectiva heroica, desencadenando una construcción de sentido donde se emplea la estruc-
tura mítica en conjunción con el simbolismo de la selva tropical, culminando en el crecimiento
personal del protagonista. En denitiva, el análisis propuesto busca aportar una nueva dimensión
a la comprensión de Cocorí, más allá de las interpretaciones tradicionales centradas en el discurso
racial e identitario.
2. Algunas deniciones fundamentales
Seguidamente se detallan las bases teóricas que constituyen los pilares argumentativos del
presente escrito. En primer lugar, se citan las premisas expuestas por diversos autores del área
literaria que han centrado su análisis en identicar las cualidades o atributos que denen a un
héroe. En segundo lugar, se hace una breve descripción de las fases del viaje o recorrido heroico.
Por último, se hace referencia a la conguración o construcción del héroe a partir de elementos
simbólicos. De esta manera, será posible determinar la inuencia de estos elementos en el texto
literario Cocorí del costarricense Joaquín Gutiérrez.
2.1. ¿Qué es un héroe?
Existen diferentes concepciones de ‘héroe’ en la literatura. Según Campbell (1959), este es
un personaje de cualidades extraordinarias, frecuentemente honrado por la sociedad a la que
pertenece, aunque también puede ser desconocido o despreciado. Por otro lado, Navarro (1978)
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argumenta que la noción de héroe ha sido manipulada y tergiversada a lo largo del tiempo, apli-
cándose indiscriminadamente a cualquier protagonista de una obra literaria. Así, sostiene que
todo héroe es un protagonista, pero todo protagonista no es un héroe necesariamente, aclarando
que el término ‘héroe’ connota una serie de rasgos y de cualidades que no pueden aplicarse a cual-
quier protagonista de una obra literaria. Ehrlich (2009) tiene una perspectiva similar, en tanto que
considera que la gura del héroe “se ha ido adaptando a la sociedad y a las necesidades espiritua-
les que requería cada época” (p. 35). Por otra parte, en el diccionario de la Real Academia Española
(s. f.) se indica que un héroe es una “persona que realiza una acción muy abnegada en benecio de
una causa noble”; “persona ilustre y famosa por sus hazañas o virtudes”; “personaje destacado
que actúa de una manera valerosa y arriesgada”; “protagonista de una obra de cción”; “persona
a la que alguien convierte en objeto de su especial admiración”; y “en la mitología antigua, hom-
bre nacido de un dios o una diosa y de un ser humano, por lo cual era considerado más que hombre
y menos que dios” (Deniciones 1-6).
Como podemos ver, existen diversas formas de denir y comprender qué es un héroe y cuál
es su papel en la sociedad que habita. Nos interesa, particularmente, el héroe que describe Navarro
(1978). La autora describe a un héroe que no se asemeja al mítico, en tanto no es necesariamen-
te aquel de origen divino, inmortal y con poderes inimaginables. En cambio, es un héroe de tipo
popular o héroe folclórico. Este último es “un hombre como los demás que está íntimamente vin-
culado al grupo con el que convive. No hay en su origen ni en su linaje nada de rango excepcional
o divino. En apariencia, pues, es uno más de los humanos” (p. 140). No solo se asemeja a un ser
humano común y corriente al no tener poderes especiales ni extraordinarios, sino que este tipo de
héroe se encuentra estrechamente vinculado al grupo con el que convive. Tanto es así que no lucha
por afán de gloria personal, sino que lucha por el bien de todos y se juega la vida para darles a los
suyos algo de lo que carecen. Por ello, este tipo de héroe genera más que una simple admiración:
despierta en sus conciudadanos y compañeros un auténtico cariño; se trata de un héroe querido
más que aclamado.
Navarro (1978) también señala que la vinculación de este personaje con la colectividad es
tan estrecha que para comprenderlo es necesario penetrar en la sociedad que habita. Ortiz (1995)
considera, al igual que Navarro (1978), que el héroe es parte integral de la sociedad que habita. Sin
embargo, para él, el héroe se asemeja más a un salvador, adquiriendo tonos incluso religiosos:
El héroe en cuestión ‘puede salvarse a sí mismo salvando a los demás o, viceversa, puede sal-
var a la comunidad salvándose así a sí mismo. Pero el héroe siempre salva —a sí mismo y los
demás— de algo peligroso, malo, empecatado, cruel o dañino. En este sentido es un santo o
elegido que, partiendo del individuo arriba a lo universal, ya que el héroe reúne en su actuación
los contrarios normalmente separados: el sí mismo individual y el otro mismo colectivo, yo y
el mundo, la realidad y lo ideal, el interior y el exterior. A través de su misión emancipadora
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se encuentran los contrarios en mixión o conjunción cuasi sagrada, al haber sabido transitar
esa relación liminar que reconcilia los elementos dispersos dotándolos de encaje o sentido de
implicación. (Ortiz, 1995, p. 385)
El estado liminar de la empresa heroica es particularmente importante para Ortiz (1995),
pues el accionar del héroe puede ser diverso (pacíco o violento, interior o exterior, político o
religioso, etc.) y esto genera que exista un catálogo de héroes tan diferentes entre sí, incluyendo
guras como Ulises, Alejandro, Juana de Arco, el Cid y Napoleón, que son guras históricas hasta
otras imaginarias como Superman, Batman, El Guerrero del Antifaz, Luke Skywalker, entre otros.
Asimismo, indica que “entre la realidad y la idealidad se sitúan nalmente los héroes prototípicos,
aquellas guras humanas-divinas situadas entre los dioses impasibles —Zeus, Júpiter, Yahvé,
Odín-Wotan— y los pasibles mortales: así Buda, Cristo, Orfeo, Hércules, Sigfrido, Aquiles...” (p.
385). Por último, el autor asegura que es el carácter salvador del héroe lo que le otorga un “aura,
brillo, luz o nimbo secular”. No obstante, para obtener ese brillo, Ortiz (1995) indica que este per-
sonaje debe formarse en un largo proceso de iniciación que, a través de un rito de paso, posibilita
el acceso y contacto con el más allá (la trascendencia inmanente).
El rito de iniciación al que hace referencia Ortiz (1995) es particularmente importante, pues
hace referencia a lo que Campbell (1959) llama ‘La aventura del héroe’. Campbell (1959) asegura
que el viaje heroico es una parte constitutiva de todo héroe, que consiste en atravesar una unidad
nuclear monolítica que comprende ritos de separación (una separación del mundo), iniciación (la
penetración a alguna fuente de poder) y retorno (un regreso a la vida para vivirla con más sentido).
Seguidamente, brindamos una breve descripción de los fundamentos teóricos que emplea Camp-
bell (1959) en el viaje del héroe.
2.2. El viaje del héroe
En la teoría de Joseph Campbell (1959), en su libro El héroe de las mil caras: Psicoanálisis del
mito, se incorpora una serie de posibles factores que fomentan o posibilitan la producción del
héroe. Estos factores son una sucesión de pasos que debe afrontar y efectuar el personaje para
trascender al hombre convencional y convertirse posteriormente en un héroe. Según este enfoque
teórico, el héroe no nace, sino que se hace. El héroe, así, sale de su mundo ordinario para enfren-
tar una serie de retos. Durante su viaje, este tiene dos misiones. La primera misión consiste en
abandonar su mundo ordinario para enfrentarse a las dicultades y demonios pertenecientes a
cada cultura local. La segunda tarea que emprende se basa en volver a su lugar de origen ‘trans-
gurado’ y enseñar las lecciones aprendidas. Todo héroe debe enfrentar estas misiones, indepen-
dientemente de su género o linaje. El periplo del héroe está compuesto por tres etapas principales:
iniciación, separación y retorno. Dentro de cada una de estas etapas existen diferentes subetapas
que puede atravesar el héroe en su recorrido. Mientras la Figura 1 detalla las tres fases principales
que constituyen el viaje de Cocorí, la Figura 2 representa el periplo del héroe con todas las posibles
subetapas que pueden integrar (Campbell, 1959).
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Figura 1. Principales fases del periplo del héroe
Fuente: Elaboración propia (2024).
Figura 2. Subfases del periplo del héroe
Fuente: Elaboración propia (2024).
Cabe mencionar que ambas guras son elaboraciones propias de las autoras basadas en
la teoría de Campbell (1959). En el siguiente apartado se describen los fundamentos teóri-
cos del periplo descrito por Campbell (1959) en el contexto especíco del viaje que emprende el
personaje Cocorí.
3. Recorrido heroico de Cocorí en la novela
El recorrido emprendido por el personaje Cocorí coincide con el paradigma de héroe pro-
puesto por Campbell (1959), detallado en la Figura 1 y Figura 2. El personaje principal de esta
novela costarricense se constituye como héroe, pues cumple con varias de las características o
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requisitos expuestos por Joseph Campbell (1959). Antes de iniciar la descripción del viaje heroico
de Cocorí, no obstante, es necesario describir cómo es la vida cotidiana y el mundo ordinario de
este niño antes de que su viaje inicie.
En esta novela costarricense, Cocorí es descrito como un niño afrocaribeño que vive con su
mamá, Drusila, en la zona del Caribe costarricense, rodeado de la selva tropical llena de árboles
milenarios, animales y plantaciones pertenecientes al entorno caribeño. La novela describe un
entorno natural vibrante y rico en detalles que reeja tanto la belleza como la amenaza latente
de la selva tropical costarricense. El protagonista, Cocorí, se encuentra en un área de selva cerca-
na a su hogar, donde la naturaleza se presenta como un personaje en misma, con sus propios
ritmos y peligros.
El escenario principal del escrito es una selva tropical densa y milenaria. La poza de agua
tranquila actúa como un espejo natural que reeja las copas de los árboles, creando la ilusión de
una selva submarina. Este lugar es visualmente impresionante y lleno de vida, ofreciendo un en-
torno donde el protagonista puede interactuar con su reejo en el agua y establecer un vínculo
íntimo con la naturaleza. Los árboles milenarios, con sus copas reejadas en el agua, crean una
imagen de grandeza y antigüedad. La vegetación es descrita como exuberante y densa, con ma-
torrales en los límites de la selva que Cocorí debe atravesar. La presencia de ramas que se alargan
como garras sugiere un ambiente hostil y lleno de misterio. La fauna de la selva también juega un
papel crucial en la ambientación. El concierto nocturno de los sapos y grillos crea una atmósfera
sonora que aumenta la sensación de estar en un lugar vivo y dinámico. La aparición de animales,
como el sapo, el grillo y el búho, añade una capa de inquietud y urgencia a la escena, especialmente
cuando estos animales parecen comunicarse con Cocorí, exhortándolo a apresurarse.
La casa en la que Cocorí vive con su madre es sencilla. La narrativa menciona cómo la madre
le había pedido que recogiera leña, lo que sitúa a Cocorí en su entorno cotidiano antes de que se
aventurara en la selva. Este encargo doméstico contrasta con la aventura que Cocorí experimenta
en la selva, subrayando el tema de la exploración y el descubrimiento. La novela nos relata cómo
Cocorí incursiona en la selva tropical a pesar de que su madre le había prohibido que se aventurara
en el bosque en ocasiones anteriores. Cocorí es descrito como un niño de gran imaginación, quien
frecuentemente acude a la playa a escuchar los relatos de aventuras heroicas de los pescadores de
la zona en el mar y en la selva. Así fue como escuchó por primera vez acerca de “los hombres ru-
bios que vivían al otro lado del mar, de la dentellada fugaz del tiburón, de las anguilas eléctricas y
de la iguana acorazada con su lengua de siete palmos” (Gutiérrez, 1957, p. 7). Posteriormente, se
describe la llegada “de los hombres rubios” en una embarcación y se dice que el corazón del Ne-
grito “dio un vuelco”, pues era la primera vez que veía una embarcación arribar y a los “hombres
rubios” de los famosos relatos. Es en este contexto que Cocorí conocerá un mundo nuevo que lo
obligará a enfrentar sus temores y los desconocidos parajes selváticos que hasta ahora no se había
atrevido a explorar.
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3.1. La partida
3.1.1. La llamada de la aventura
La aventura puede empezar de muchas formas diferentes, ya sea debido a un evento de gran
magnitud o alguna situación pequeña. La llamada a la aventura siempre descubre el velo que es-
conde un misterio de transguración; representa un rito, un momento de despertar, un paso es-
piritual que, cuando se completa, es equivalente a una muerte y un renacimiento. El horizonte
familiar de la vida se sobrepasa y los viejos conceptos, ideales y patrones emocionales dejan de ser
útiles, pues, en palabras de Campbell (1959), ha llegado el momento de cruzar un umbral.
En la novela Cocorí, la llamada se desencadena por la muerte de una rosa que Cocorí recibe
como obsequio de una niña rubia que llega en un barco. Este encuentro se describe con gran detalle
en el texto. Se relata cómo el casco del barco relucía sobre las aguas, infundiendo en Cocorí una
temerosa fascinación. Cuando este se acercó más, Cocorí vio a los hombres en la borda, incluyendo
al contramaestre con su cabellera roja, lo cual llenó al niño de asombro y curiosidad. En medio de
esta escena, Cocorí conoció a una niña rubia, suave y rosada, con ojos azules como el cielo y un
puñado de bucles dorados. La niña, fascinada por los monos que Cocorí mencionó, le pidió que le
trajera uno. En un impulso, él le prometió hacerlo, a pesar de los peligros que esto implicaba. Para
mostrar su agradecimiento, la niña le regaló una rosa, descrita como algo mágico, con estambres
como hilos de luz y rodeada de una fragancia única. Esta rosa se convirtió en un símbolo precioso
para Cocorí, quien la llevó de regreso a su choza, donde iluminó la noche con su presencia.
Sin embargo, la belleza y fragilidad de la rosa pronto se convirtieron en una fuente de re-
exión profunda para Cocorí cuando, al poco tiempo, la or murió. Este evento desencadenó en
Cocorí un estado de reexión y múltiples incógnitas, lo que genera un cambio drástico en su vida
y constituye el motivo primordial para emprender su viaje: “En el vaso en que había dejado su
or, solo había una rama seca, y en el suelo, alrededor, una lluvia de pétalos muertos” (Gutiérrez,
2006, p. 30).
El descubrimiento de la repentina muerte de la rosa llevó a Cocorí a cuestionar la fugaci-
dad de la vida y a buscar respuestas sobre la existencia: “¿Por qué la Rosa había huido tan lue-
go? ¿Por qué no lo había acompañado hasta que fuera grande?” (Gutiérrez, 2006, p. 32). De este
modo, fue notando cambios signicativos: “una rebeldía iba fermentándose en su corazón. ¡Qué
su Rosa hubiera vivido un día y en cambio otros, que de nada servían sino para hacer daño, vivie-
ran tantísimos años!” (Gutiérrez, 2006, pp. 32-33). De esta manera, el personaje de Cocorí aban-
dona su mundo y su realidad para ingresar a uno completamente nuevo y desconocido en busca
de estas respuestas. Campbell (1959) indica que este mundo insospechado puede ser representado
en varias formas:
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Revista humanidades, 2025 (Enero-Junio), Vol. 5, Num. 1, E58969
Como una tierra distante, un bosque, un reino subterráneo, o bajo las aguas, en el cielo, una
isla secreta, la áspera cresta de una montaña; o un profundo estado de sueño; pero siem-
pre es un lugar de uidos extraños y seres polimorfos, tormentos inimaginables, hechos so-
brehumanos y deleites imposibles. El héroe puede obedecer su propia voluntad para llevar al
cabo la aventura… o bien puede ser empujado o llevado al extranjero por un agente benigno
o maligno. (p. 40)
En el caso de esta novela, se trata de una selva tropical habitada por un sinfín de plantas, in-
sectos y animales exóticos, como monos, mariposas, aves, caimanes, culebras, tigres, entre otros.
Es un entorno desconocido por Cocorí, quien, de acuerdo con la descripción del texto, parece ser
residente de las playas caribeñas de Costa Rica.
3.1.2. La ayuda sobrenatural
De acuerdo con la teoría del héroe (Campbell, 1959), aquellos que no han rechazado la llama-
da de la aventura tendrán un primer encuentro durante su jornada con una gura protectora, que a
menudo es una viejecita o un anciano, que proporciona al aventurero amuletos contra las fuerzas
que debe aniquilar o enfrentar posteriormente. De esta manera,
En el reino de las hadas puede ser algún pequeño habitante del bosque, algún hechicero, er-
mitaño, pastor o herrero que aparece para dar al héroe los amuletos y el consejo que requiere.
Las mitologías superiores han desarrollado el papel en la gran gura del guía, el maestro, el
conductor, el que lleva las almas al otro mundo. (p. 48)
Por ello, precisamente Campbell (1959) asegura que:
El individuo tiene que saber y conar, y los guardianes eternos aparecerán. Después de res-
ponder a su propia llamada y de seguir valerosamente las consecuencias que resultan, el hé-
roe se encuentra poseedor de todas las fuerzas del inconsciente. La Madre Naturaleza misma
apoya la poderosa empresa. Y en tanto que el acto del héroe coincide con aquello para lo que su
sociedad está preparada, se hallará dirigiendo el gran ritmo de los procesos históricos. (p. 47)
Así las cosas, Cocorí cuenta con la ayuda de sus dos acompañantes: doña Modorra y el moni-
to Tití. La Tortuga, por un lado, constituye una fuente de sabiduría, guía y amor maternal, pues,
como lo expresa el mismo Negrito, con sus ciento cincuenta años es muy vieja y sabia. Además,
es ella quien aconseja a Cocorí buscar su respuesta en otro ser que posee más experiencia como
don Torcuato y Talamanca la Bocaracá. Igualmente, durante todo el recorrido emprendido por
los tres amigos, doña Modorra es quien los guía con respecto a qué camino tomar, qué alimentos
son venenosos, cómo escapar del caimán, etc. En la narrativa de Cocorí, doña Modorra represen-
ta una gura de ayuda sobrenatural esencial en el viaje de Cocorí. Su rol va más allá del simple
acompañamiento, proporcionando sabiduría, consejos prácticos y un soporte emocional que es
crucial para el éxito del protagonista. Esta dinámica se puede observar claramente en un pasaje
especíco del texto.
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En ese pasaje, doña Modorra comienza a darle consejos a Cocorí, preparando al joven para
interactuar con don Torcuato. Le aconseja que debe ser educado, pues él es muy quisquilloso.
También le recomienda que trate de halagarlo, pues es débil ante las adulaciones. Desde el inicio,
doña Modorra actúa como una guía sabia y experimentada. Entiende las complejidades de su en-
torno y ofrece estrategias para navegar situaciones difíciles. Su consejo sobre la importancia de la
educación y la diplomacia demuestra una sabiduría que Cocorí aún no posee, subrayando su papel
como mentora.
A medida que el grupo avanza por la selva, el entorno se vuelve cada vez más oscuro y ame-
nazante. Sin embargo, doña Modorra mantiene la calma, enfrentando los desafíos de manera
constante y lenta, manteniéndose imperturbable. Esta serenidad y resistencia ante los peligros de
la selva refuerzan su rol como un pilar de apoyo inquebrantable. Doña Modorra no solo proporcio-
na seguridad física al guiar a Cocorí y al mono Tití a través de la selva, sino que también les ofrece
una sensación de estabilidad emocional en medio de la incertidumbre que los tres atraviesan.
Por otro lado, Cocorí también cuenta con la ayuda del monito Tití, que no solo cumple un rol
importante en su aventura como guía aéreo desde los árboles, explorador y encargado de descu-
brir la condición en la que se encontraba Talamanca la Bocaracá y don Torcuato, sino que también
logra reanimarlo en más de una ocasión con sus peculiares travesuras. Asimismo, es posible con-
siderar la gura del personaje del Negro Cantor como otro protector, el cual se encuentra en una
relación muy estrecha con la naturaleza. De esta manera, puede concebirse como la contracara de
don Torcuato, en tanto uno representa al anciano sabio que da consejos de forma paternal al Co-
corí y el otro es la viva imagen del padre devorador.
3.1.3. El cruce del primer umbral
Una vez que el héroe, en este caso Cocorí, avanza con la ayuda y guía de sus protectores, doña
Modorra y el monito Tití, llega al “guardián del umbral”, quien en este escrito costarricense se
trata del caimán don Torcuato. Por ello, Campbell (1959) indica que generalmente estos custodios
poseen una fuerza magnicada y detrás de ellos habita “la oscuridad, lo desconocido y el peligro”
(p. 50). Asimismo, estos dicultan el tránsito del héroe por este umbral. De esta manera, en Co-
corí, incluso el mismo entorno denota los peligros que aguardan a aquellos que se aventuran a los
terrenos de estos seres.
La selva se abrió de pronto y apareció ante ellos el agua barrosa de la laguna del Caimán, ori-
llada de mangles. Las raíces de los mangles se abrían como dedos que se hundían en el agua,
formando múltiples canales bajo el follaje. Pero don Torcuato no se divisaba. (Gutiérrez,
2006, p. 45)
La misma descripción que se hace de don Torcuato, quien se dice tener trescientos años, de-
talla el carácter funesto y maligno de este:
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El tronco se remeció. Y junto al ojo del Tití se descorrió una costra rugosa. En el fondo había
un ojo inyectado por sangre que lo miraba echando fuego. ¡El tronco de árbol era el Caimán!
El mono, con un chillido de terror, se suspendió de un mangle con la cola y se perdió entre las
hojas. Don Torcuato se desperezó, borracho de sol, arqueó el lomo y, furioso de que le hubie-
ran interrumpido su siesta de sobremesa, dio un tarascón al aire. —¡Allí está, allí está! —gritó
el Pájaro al divisar a su amigo. Pero ni Cocorí, escondido entre unas yerbas, temblando, ni
doña Modorra, convertida en un pedrón dentro de su caparacho, le prestaron atención algu-
na... El Pájaro entró en la bocaza y comenzó a picotear entre los inmensos colmillos. Ese día
don Torcuato se había almorzado casi un ciento de ranas. (Gutiérrez, 2006, p. 46)
Una vez que Cocorí conoce a don Torcuato, tiembla de temor ante su imponente presencia.
Desde su escondite, siente gran frustración al darse cuenta de que ese animalote tan maligno tu-
viera trescientos años, mientras que su preciada rosa solo vivió un día. Cuando Cocorí nalmente
le pregunta a don Torcuato por qué su rosa vivió tan poco, el Caimán se enfurece. Para don Torcua-
to, una or era demasiado insignicante, no se podía comer, por lo que no entendía cómo alguien
podría interesarse por la vida de algo tan efímero. Como resultado, Cocorí debe enfrentarse a su
furia, lo que marca el momento del cruce del primer umbral:
¿Cómo podía este gusanillo impertinente compararlo a él, don Torcuato, el Lagarto, ¿con una
or? ¡Ni con nada! Era ya demasiado… La tarasta terrible se cerró con un estruendo río abajo.
El pajarillo, pi, pi, pi, alcanzó a ponerse a salvo, dejando dos o tres plumas entre las tremen-
das mandíbulas… El Caimán se lanzó recto como una jabalina contra los talones del Negrito. El
playón le parecía interminable al pobre Cocorí. (Gutiérrez, 2006, p. 49)
Gracias a los consejos de doña Modorra, Cocorí gana terreno y termina perdiéndolo al entrar
en los grandes árboles. Es en este punto cuando se da cuenta de que está a salvo. Cocorí ha venci-
do, lo cual equivale a cruzar el umbral. No obstante, ahora debe enfrentarse a una prueba aún más
difícil, pues se halla ahora en el vientre de la ballena.
3.1.4. El vientre de la ballena
Campbell (1959) hace mención de que este estadio del viaje se caracteriza porque el héroe, en
vez de conquistar o conciliar la fuerza del umbral, es tragado por lo desconocido hasta parecer en
ocasiones que ha muerto y fracasado en su empresa. Por tanto, se suele considerar como una for-
ma de autoaniquilación. De esta manera, en el vientre de la ballena, el héroe debe enfrentarse a los
guardianes del umbral mágico, quienes “apartan a los que son incapaces de afrontar los grandes
silencios del interior” (Campbell, 1959, p. 58) e ilustran “el hecho de que el devoto en el momento
de su entrada al templo sufre una metamorfosis” (p. 58).
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Por consiguiente, en la novela Cocorí, Talamanca la Bocaracá constituye este estadio mágico.
Es ella la guardiana a la que Cocorí debe enfrentar para lograr superar los obstáculos que le impi-
den encontrar una respuesta a la muerte de su rosa. La empresa, no obstante, no es tan simple. El
mismo paisaje evidencia la naturaleza maligna de la serpiente, quien a su paso solo deja destruc-
ción, soledad e impotencia.
Las hierbas comenzaron a ralear. La tierra parecía más descarnada entre los troncos que se
alzaban mudos de pájaros sobre un suelo arrasado. En la tierra reseca, sin la alfombra de ver-
dura, las pisadas repercutían en el silencio impresionante…
—¿Por qué tanta desolación? — preguntó Cocorí, que ya ni respiraba de nerviosidad.
—Nos acercamos— susurró doña Modorra, y ante el gesto interrogante del negrito, prosi-
guió—: Donde Talamanca la Bocaracá se arrastra por la selva no crece más. Por eso, cerca de
su nidal todo es devastación y ruina.
De improviso la selva se abrió en un claro enorme: sin una sola brizna de yerba, sin un solo
matorral, ni siquiera un arbusto. En una supercie gigantesca, pelada y árida, reposaba Tala-
manca la Bocaracá. (Gutiérrez, 2006, pp. 63-64)
Posteriormente, se describe a la misma Talamanca la Bocaracá, la cual rearma su carácter
funesto, maligno y sobrenatural:
—Es más gruesa que el tronco de un roble— articuló por n el Negrito…
—Es como el río que ondula por el llano y se pierde en la lejanía— repitió Cocorí, hipnotizado.
El Tití se tiró al suelo y escondió la cabeza entre sus largos brazos, que le anudaron el cuello.
¡Qué imprudente! Con un coletazo Talamanca los lanzaría hasta el mar…
Mucho rato estuvo contemplando el enorme cuerpo zigzagueante del cual no alcanzaban a ver
la cabeza, perdida en lontananza. (Gutiérrez, 2006, pp. 63-64)
De esta manera, este estadio del viaje se considera una etapa crítica del proceso de confor-
mación del héroe, ya que expresa un momento clímax de transformación y renacimiento de este.
No obstante, para Campbell (1959), es común que este paso no sea precisamente un tránsito apa-
cible, placentero ni sencillo, sino que el héroe, en vez de conquistar o conciliar la fuerza del um-
bral, es tragado por lo desconocido hasta parecer, en ocasiones, que ha muerto y fracasado en su
empresa. Por tanto, en el caso de Cocorí, al encontrar a Talamanca la Bocaracá durmiendo para
hacer la digestión del toro que acababa de merendar, y descubrir que dicho proceso podía durar
incluso meses, se siente perdido, desgarrado y derrotado:
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—Qué desgracia no poder plantearle mi problema— comentó con el mono—… Llegó la no-
che, salió el sol, de nuevo aparecieron las estrellas entre los árboles... Se sentía ya cansado.
Recordaba a mamá Drusila, que no sabía de él hacía tantos días, y las lágrimas le corrieron a
raudales pensando en el tibio amor de la Negra. (Gutiérrez, 2006, p. 67)
La triste situación en la que se encuentra Cocorí se acentúa aún más, dado que, como se de-
talla con mayor profundidad en el apartado del retorno, los consejos o súplicas de sus acompa-
ñantes lo hacen desistir de la búsqueda. Por tanto, toma la decisión de emprender el retorno junto
con sus amigos y sus desilusiones. Por consiguiente, tal como lo expresa Campbell (1959), pare-
ciera que en este estadio del viaje el héroe ha sido derrotado en el momento más importante del
recorrido heroico.
3.2. La iniciación
3.2.1. El camino de las pruebas
Una vez atravesado el umbral, Campbell (1959) señala que el héroe se mueve en un paisaje
de sueño poblado de formas curiosamente uidas y ambiguas, en donde debe pasar por una serie
de pruebas que representan toda una experiencia colmada de nuevos aprendizajes, crecimiento y
madurez. Por lo tanto, se trata de una etapa de crecimiento personal. Este es precisamente el caso
de Cocorí y sus dos amigos, quienes al adentrarse en el mundo desconocido descubren lo siguiente:
Era obscura la selva por donde caminaban nuestros amigos. Solo unos rayos del sol se ltra-
ban a duras penas y dejaban caer sus monedas de oro en la tierra. Horas después al llegar la
noche, las sombras se hicieron más densas. A cada paso Cocorí tropezaba y caía de bruces en
los charcos. El Tití se sentía enfermo del corazón con tanto sobresalto y doña Modorra era la
única que se mantenía imperturbable, venciendo, constante y lenta, los espantos de la selva y
de la noche. (Gutiérrez, 2006, p. 40)
La naturaleza desconocida y peligrosa de este entorno se evidencia también cuando se acer-
can al territorio de Talamanca la Bocaracá, como se puede observar en los siguientes fragmentos:
La selva continuó abriéndose ante nuestros tres amigos. Por todas partes descubrían pavoro-
sos secretos. Escorpiones que retorcían sus tenazas y corrían a esconderse debajo de las pie-
dras, gusanos venenosos arrastrando sus emes por las ramas y, entre las raíces, el rayonazo
verde de las lagartijas. (Gutiérrez, 2006, p. 57)
La selva se fue haciendo más y más impenetrable. Llegó un momento en que dejaron de es-
cuchar los cantos de los pájaros que los habían acompañado todo el camino.
—Estamos llegando— dijo la Tortuga, y un temblor le quebró la voz a su pesar. (Gutiérrez,
2006, p. 59)
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En la oscuridad se divisaron numerosos animalillos fosforescentes. Las luciérnagas
prendían sus dos faroles amarillentos y en la cola del cocuyo brillaba una luz azul dibujando
espirales por el aire: “Comenzaron a menudear las víboras. Enredadas en racimos o arrastrándose
gordas, abrazadas a las ramas con sus anillos” (Gutiérrez, 2006, p. 61). “Los árboles, vacíos de los
cantos de los pájaros, mecían sus ramas emitiendo lúgubres sonidos con el viento” (Gutiérrez,
2006, p. 67).
En este mundo desconocido e inimaginable, lleno de peligros y pruebas que debe superar,
Cocorí será ayudado únicamente por el consejo, los amuletos y los agentes secretos del ayudante
sobrenatural que encontró antes de su entrada a esta región; en otras palabras, solo doña Modorra
y el Tití pueden ayudarlo durante su viaje. Algunas de las experiencias que viven los tres compa-
ñeros durante esta etapa de pruebas son:
Descubrimiento de frutas venenosas: Una de las primeras lecciones que Cocorí aprende en
su viaje es la distinción entre las frutas venenosas y las comestibles. Atraído por la apa-
riencia de las frutas “lindas y apetitosas”, descubre que estas son en realidad peligrosas.
Doña Modorra, con su sabiduría, le explica: “¿No comprendes que si los pájaros han res-
petado ésas tan tentadoras es porque deben ser venenosas?” (Gutiérrez, 2006, p. 41). Esta
lección subraya la importancia de no dejarse engañar por las apariencias y conar en el
instinto y la experiencia para tomar decisiones seguras.
Orientación en la selva: Navegar por la densa e inmensa selva requiere habilidades espe-
ciales. Gracias a las capacidades del monito Tití para trepar a los árboles, el grupo pue-
de orientarse y encontrar su camino en el entorno desconocido. La habilidad del Tití para
observar el paisaje desde lo alto permite que Cocorí y doña Modorra mantengan el rumbo
correcto, destacando la importancia de la cooperación y la utilización de los talentos indi-
viduales en situaciones difíciles.
Rescate de un pajarito: Durante el viaje, Cocorí demuestra su valentía y compasión al res-
catar a un pajarito capturado por el mono Tití, quien había comenzado a desplumarlo. Este
acto de salvación no solo muestra el carácter noble de Cocorí, sino que también refuerza el
tema de la protección de los indefensos y la justicia. Posteriormente, este mismo pajarito
sería elemento clave para enfrentarse al temible caimán don Torcuato.
Aventura con don Torcuato: Una de las pruebas más peligrosas que enfrenta Cocorí es su
encuentro con el caimán don Torcuato. A pesar de la amenaza que representa el formidable
reptil, Cocorí logra escapar de sus fauces, demostrando su agilidad, inteligencia y capaci-
dad para enfrentarse a situaciones de extremo peligro. Además, en esta prueba, la guía de
doña Modorra se vuelve invaluable una vez más.
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Encuentro con Talamanca la Bocaracá: Finalmente, Cocorí y sus compañeros deben en-
frentarse a Talamanca la Bocaracá, una serpiente temida por su enorme tamaño y veneno
mortal. Este encuentro simboliza uno de los mayores desafíos del viaje, donde la valentía,
la astucia y el apoyo mutuo son cruciales para superar el obstáculo y avanzar en su misión.
En cada una de estas pruebas, Cocorí y sus amigos demuestran coraje, ingenio y un profundo
sentido de camaradería, lo que les permite avanzar en su viaje y crecer como individuos.
3.2.2. El encuentro con la diosa
Una vez que Cocorí ha vivido la última aventura y ha superado todas las barreras, oponentes
y enemigos que ha encontrado a lo largo de su recorrido selvático, emprende el ansiado regreso.
Es ahí precisamente cuando se da la etapa denominada por Campbell (1959) como el encuentro
con la diosa, la cual, en este caso, se evidencia en la gura de Mamá Drusila. De esta manera, este
personaje femenino representa la divinidad, la Reina Diosa del mundo, quien es madre universal
y da la última enseñanza al personaje heroico cuando, al regresar a su hogar, Cocorí descubre que,
de la Rosa sin vida que dejó, ahora hay un hermoso rosal que lo acompañará durante muchos años.
Mamá Drusila no solo actúa como la madre nutricia que brinda consuelo y orientación, sino
también como un símbolo de transformación y renacimiento. A través de su gura, Cocorí aprende
la valiosa lección de que la vida y la belleza pueden surgir incluso de la muerte y la desolación. El
hecho de que el rosal haya orecido en el lugar donde estaba la Rosa sin vida refuerza la idea de
que cada nal lleva implícito un nuevo comienzo, una renovación constante que es parte esencial
de la existencia.
Este encuentro también marca un punto de inexión en el desarrollo personal de Cocorí.
Habiendo enfrentado y superado numerosos desafíos, regresa con una nueva comprensión y una
sabiduría que le permitirá enfrentar el futuro con mayor fortaleza y esperanza. La presencia del
rosal, con sus grandes rosas rojas y su aroma sutil, se convierte en un símbolo tangible de la trans-
formación de Cocorí, un recordatorio constante de su viaje heroico y de las lecciones aprendidas:
Cocorí podría decir más tarde orgulloso:
— Yo tenía siete años cuando este rosal fue plantado.
Sus grandes rosas rojas se abrían bajo el candente sol del trópico. Y tenían también los es-
tambres del más no cristal, y esparcían alrededor un aroma sutil, como una nube rosada de
encanto. (Gutiérrez, 2006, p. 76)
En resumen, el encuentro con Mamá Drusila y el orecimiento del rosal son elementos cru-
ciales que completan el ciclo del héroe en la novela Cocorí. Representan la culminación de su viaje,
la integración de sus experiencias y aprendizajes, y el inicio de una nueva etapa en su vida. A través
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de este encuentro, la narrativa no solo resalta la importancia de la sabiduría y la maternidad, sino
que también celebra la resiliencia y la capacidad de la naturaleza para renovarse, reejando así los
valores profundos de la cultura costarricense.
3.2.3. La reconciliación con el padre
Seguidamente, Cocorí experimenta el estado conocido como la reconciliación con el padre,
pues Campbell (1959) indica que en este estadio el héroe descubre que:
Ha nacido dos veces: ahora se ha convertido en el padre. Y ahora tiene el poder, en conse-
cuencia, de jugar él mismo el papel del iniciador, el guía, la puerta del sol, al través de la cual
se puede pasar de las iluminaciones infantiles del “bien” y del “mal”, a una experiencia de
la majestuosa fuerza cósmica, purgada de la esperanza y del temor, y en paz con el entendi-
miento de la revelación del ser. (p. 82)
Por consiguiente, se trata del momento en el que Cocorí se reconcilia con el mundo y consigo
mismo. Su lucha contra la realidad por la pronta muerte y efímera vida de su Rosa ha terminado.
Ahora se reconcilia con la vida, ya que descubre que no es la cantidad de tiempo lo que determina
si una vida ha sido fructífera y signicativa, sino la calidad con que se viva cada instante:
El Negro Cantor prosiguió:
—Tu Rosa vivió en algunas horas más que los centenares de años de Talamanca y don Torcua-
to. Porque cada minuto útil vale más que un año inútil.
Cocorí sentía que una luz lo empapaba por dentro. —¡Es cierto!, por ella salvé yo a doña Mo-
dorra —recordó—. Por ella rescaté al Tití y por ella me atreví a vencer la selva —y comenzó a
ensanchársele una sonrisa en el rostro.
—¿Así es que se puede vivir mucho en un ratito? —preguntó inocente.
—¡Claro que sí! —le respondió el Negro, contento de que le hubieran entendido. (Gutiérrez,
2006, pp. 41-42)
Esta reconciliación se reeja en la aceptación de Cocorí de la transitoriedad de la vida y su
nueva comprensión de que cada momento vivido con intensidad y amor tiene un valor incalcu-
lable. Así, Cocorí no solo se reconcilia con la pérdida de su Rosa, sino que también encuentra paz
en el entendimiento de la naturaleza efímera de la existencia y en la apreciación de la belleza y
signicado que cada instante puede contener.
3.2.4. Apoteosis
El héroe Cocorí nalmente se da cuenta de que aquello que fue a buscar siempre estuvo en él.
Ahora ha alcanzado un estado de perfección e iluminación que Campbell (1959) denomina apo-
teosis. Esta culminación de su viaje no solo representa la adquisición de conocimiento y sabiduría,
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sino también una profunda conexión con la vida y la naturaleza. En este momento, Cocorí observa
su alrededor y ve cómo el aire galopa alegremente, arrastrando mariposas en su estela. La savia
sube por los tallos de las magnolias jugosas, regando los prados con su vitalidad. En este momento
de epifanía, Cocorí se siente plenamente feliz y en armonía con su entorno. La transformación
interna de Cocorí se maniesta en su capacidad de ver y apreciar la belleza del mundo natural y
descubrir que el valor de la vida no se mide por el tiempo vivido. Su felicidad es compartida con sus
amigos, quienes, tomados de la mano, comienzan a bailar y saltar locos de alegría:
Cocorí miró a su alrededor y vio al aire galopar alegra arrastrando mariposas. La savia subía
por el tallo de las magnolias jugosas y regaba por los prados. Cocorí era feliz.
Y los cuatro amigos, tomados de la mano, comenzaron a bailar y saltar locos de alegría.
(Gutiérrez, 2006, p. 74)
3.2.5. El regreso
La teoría de Campbell (1959) señala que en ciertas ocasiones el retorno del héroe se da gra-
cias a un rescate del mundo exterior, ya que puede necesitar ser asistido o salvado por alguien del
mundo exterior para lograr su regreso, lo cual claramente es lo que sucede en el caso de Cocorí.
Por ello, son los ruegos del monito Tití, los consejos de doña Modorra, del Negro Cantor y la Mamá
Drusila, y los recuerdos del hogar los que hacen que Cocorí desista en su búsqueda y emprenda el
regreso junto con sus amigos:
Cocorí no se resignaba a renunciar a su empresa.
— ¿No te gustaría darte un buen baño en el mar?, ¿o ir a ver a tu mamá? — preguntó insidiosa
la Tortuga, pensando para sus adentros que ya era tiempo de que naciera la nidada de tortu-
guitas que había dejado empollando al sol.
Claro que sí— le contestó Cocorí infantilmente.
—Entonces vámonos.
El Tití chilló feliz:
—Sí, sí, vámonos.
En el interior del Negrito se produjo una batalla. ¿Irse, quedarse? Si se iba, ¿quién podría re-
solverle su pregunta? Talamanca había sido su última esperanza. ¿Qué hacer, ¡ay!, qué hacer?
Se daba cuenta clara de que sus amigos estaban ansiosos de regresar a su pacíca vida de an-
tes. No podía abusar de ellos. Por n se declaró vencido:
Vámonos— aceptó suspirando. Y la tristeza plegó sus alas grises sobre su corazón.
(Gutiérrez, 2006, p. 69)
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No obstante, tras las lecciones aprendidas, este retorno se convierte en un regreso exitoso.
El regreso de Cocorí, corriendo a través de la selva hasta la seguridad del hogar, y su paso frente
al rancho del campesino, añade un sentido de comunidad y vida cotidiana. La playa, donde Cocorí
se retira después de la cena, ofrece un contraste con la selva, mostrando un lugar abierto y más
seguro, pero aún bajo la sombra de la imponente selva. La fascinación inicial al ver su reejo en el
agua, la excitación de aventurarse en la selva, el miedo generado por los sonidos y sombras de la
noche y, nalmente, el consuelo encontrado al estar de nuevo junto a su madre, pintan un cuadro
emocionalmente rico y envolvente. De este modo, se establece un contraste entre la seguridad del
hogar y la aventura en la selva. Esta actúa tanto como lugar de prueba como de descubrimiento,
esencial para la formación del carácter y las experiencias de Cocorí. Al llegar a su hogar, Cocorí
experimenta la calidez del reencuentro con Mamá Drusila:
Siguió corriendo por la playa y cuando divisó su choza comenzó a gritar:
—¡Mamá Drusila, aquí vengo, soy yo, Cocorí!
La Negra salió a la puerta limpiándose el rostro con el delantal. De un abrazo alzó a Cocorí
hasta quedar su carita junto a la suya.
—¡Mi chiquitito!, ¿dónde estabas, hijo mío? ¿Qué te habías hecho?
—Y los besos llovían sobre el rostro del Negrito.
—Ya te contaré, mamá. ¿Sabes? Mi or tuvo una vida muy larga; me lo explicó el Cantor.
—¿Sí, cómo?
—Dice que tuvo una vida apretada, que en un día vivió más que el Caimán y que Talamanca,
porque pasó su vida haciendo el bien.
—¡Ah! es cierto, Cocorí; pero, además, yo te tengo una sorpresa. ¿Recuerdas la rama de la
Rosa que quedó en el vaso? Pues ven a verla. Y de la mano lo llevó al jardín. Con los desvelos de
la Negra, que la había regado día y noche, ansiosa de que cuando regresara Cocorí le sirviera
de compañía para que nunca la volviera a abandonar, en el centro del jardín crecía un rosal.
(Gutiérrez, 2006, pp. 75-76)
Este regreso simboliza no solo el retorno físico de Cocorí a su hogar, sino también un retorno
emocional y espiritual. Cocorí ha integrado las lecciones de su viaje, encontrando paz y compren-
sión. La or, que una vez fue motivo de dolor, ahora simboliza la continuidad de la vida y el poder
del cuidado y el amor. La experiencia de Cocorí se transforma en un legado, reejado en el rosal
que crece robusto y hermoso en el jardín. Este le recuerda que la verdadera esencia de la vida radica
en la calidad con que se vive y en el impacto positivo que se deja en el mundo.
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4. Simbolismo e inuencia de los animales y la naturaleza en el
viaje heroico de Cocorí
En esta novela, tanto los animales como la naturaleza cumplen un papel fundamental en el
viaje del héroe y conguración de este. En concreto, se distinguen tres tipos: (1) los que motivan
a Cocorí a emprender su aventura (la rosa); (2) los que lo acompañan en toda su travesía (doña
Modorra y el mono Tití); y (3) los últimos constituyen pruebas en su travesía (don Torcuato y
Talamanca la Bocaracá). Por ello, seguidamente se estudia el simbolismo de estos personajes, así
como la inuencia que tuvieron en el viaje y la conguración de Cocorí como héroe, pues, como
indica Campbell (1959):
El paisaje, como cada una de las fases de la existencia humana, toma vida por medio de las
sugerencias simbólicas. Las colinas y los bosques tienen protectores sobrenaturales y están
asociados con episodios populares bien conocidos en la historia local de la creación del mun-
do. En diversos lugares constituyen santuarios. El lugar en que ha nacido un héroe, donde ha
realizado sus hazañas o donde ha regresado al vacío, es señalado y santicado. (p. 31)
4.1. La rosa
La rosa simboliza la belleza efímera y la fragilidad de la vida. Es el desencadenante de la aven-
tura de Cocorí, motivándolo a buscar respuestas sobre la naturaleza de la existencia y la muerte.
La rosa no solo representa la curiosidad y la inocencia de Cocorí, sino también el dolor de perder
algo hermoso y la inevitable transición hacia la madurez. De acuerdo con Chevalier y Gheerbrant
(1986), la rosa simboliza la copa de la vida, el alma, el corazón y el amor.
En la novela Cocorí, la rosa es un elemento fundamental, pues marca tanto el inicio como el
desenlace de la trama. Es el catalizador que impulsa a Cocorí a emprender su viaje, un viaje que
se convierte en una travesía de autodescubrimiento y crecimiento personal. La presencia de la
rosa transforma la vida de Cocorí: “La rosa había aromado su choza. Lo había hecho más bueno.
Por ella había enderezado a doña Modorra y había defendido al Tití de las furias del Campesino”
(Gutiérrez, 1957, p. 44). Este pasaje resalta cómo la rosa inspira al personaje principal a actuar con
valentía y bondad, lo que afecta no solo su comportamiento, sino también sus relaciones con los
demás. Así, la rosa no solo desencadena el viaje físico de Cocorí, sino también su viaje emocional y
moral, lo que simboliza el crecimiento y la transformación que experimenta a lo largo de la novela.
4.2. Doña Modorra
La tortuga, representada por Doña Modorra en la novela Cocorí, es un símbolo de sabiduría,
estabilidad y longevidad. Según Chevalier y Gheerbrant (1986), esta se concibe como una imagen
del universo y contribuye a su estabilidad, asociando su sabiduría con su longevidad. Argüello
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Scriba (2004) añade que la tortuga simboliza la estabilidad y el universo, siendo mediadora en-
tre el cielo y la tierra y asociada a las aguas primordiales, lo que la convierte en uno de los ani-
males cosmóforos de la naturaleza.
En el contexto de la novela, Doña Modorra encarna estos atributos de sabiduría y estabili-
dad. Cocorí valora su sabiduría debido a su edad avanzada: “—¡Esta sí debe saber! ¡Con sus cien-
to cincuenta años de experiencia!... Doña Modorra, usted que es tan vieja y tan sabia, ayúdeme”
(Gutiérrez, 1957, pp. 50-51). Sin embargo, aunque Doña Modorra es considerada sabia, ella misma
reconoce sus limitaciones y sugiere que don Torcuato, con más edad que ella, podría tener las res-
puestas que Cocorí busca.
La asociación de doña Modorra con lo materno también es signicativa. La parte plana de su
caparazón simboliza la tierra, reforzando esta conexión. Este aspecto materno se reeja cuan-
do ella expresa su preocupación por el bienestar de Cocorí diciendo: “Es peligroso llegar donde
ellos y no quisiera que te pasara nada” (Gutiérrez, 1957, p. 52). Cocorí reconoce su papel mater-
nal y le dice: “Usted que ha sido una segunda mamá para mí, por lo que más quiera ayúdeme”
(Gutiérrez, 1957, p. 55).
El protagonismo de doña Modorra es innegable en la aventura de Cocorí, ya que su conoci-
miento y sabiduría son fundamentales en diversas situaciones. Por ejemplo, ella le aconseja cómo
tratar a don Torcuato. Aunque Cocorí no sigue exactamente sus consejos, ella lo protege nueva-
mente cuando le indica cómo escapar de su peligro: “—¡Cocorí, no corras en línea recta, por-
que te alcanza! ¡Corre haciendo círculos!” (Gutiérrez, 1957, p. 72). Otro ejemplo de su sabiduría
se muestra cuando evita que Cocorí coma frutas venenosas, enseñándole a distinguir entre las
frutas seguras y las peligrosas: “Cocorí agradeció una vez más a la sabia tortuga. ¿Qué habrían
hecho sin su valiosa experiencia? Y escogió para ella las frutas mejores y le partió un coco para
que calmara su sed” (Gutiérrez, 1957, p. 60).
En síntesis, aunque la sabiduría de doña Modorra no es suciente para resolver la gran in-
cógnita de Cocorí, su papel como guía y protectora es inestimable. Sus consejos y su presencia
constante aseguran que Cocorí y sus amigos superen los desafíos que encuentran en su travesía,
subrayando su importancia como un símbolo de sabiduría y estabilidad en la narrativa.
4.3. El mono Tití
Este, en la novela Cocorí, representa varios símbolos importantes y desempeña un papel vital
en el viaje del héroe. La niña rubia había pedido un monito a cambio de la rosa, por lo que Cocorí
decide atrapar al mono Tití. Sin embargo, el barco había partido antes de que pudiera cumplir su
promesa y, desde ese momento, el Tití se convierte en un compañero inseparable de Cocorí hasta
el nal de su aventura. En el diccionario de símbolos de Chevalier y Gheerbrant (1986), el mono es
bien conocido por su agilidad, su don de imitación y sus bufonadas. Representa la conciencia en un
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sentido peyorativo, ya que esta aplicada al mundo sensible salta de un objeto a otro, como el mono
de rama en rama. En la obra, el mono simboliza principalmente la felicidad, agilidad, imitación,
protección y alegría.
Como doña Modorra, el Tití se convierte en un amigo el y protector de Cocorí, aunque no
tenga las respuestas a sus preguntas. A pesar de sus temores, el Tití nunca abandona a Cocorí,
mostrando su lealtad en momentos difíciles, como cuando deben enfrentarse a don Torcuato. Si
bien inicialmente el Tití presenta una serie de pretextos, nalmente decide acompañar a Cocorí,
demostrando su valentía y compromiso.
Un claro ejemplo de esta delidad se observa cuando ambos esperan pacientemente a que
doña Modorra y Talamanca se despierten. El Tití es el primero en considerar que doña Modorra
podría ayudar a Cocorí con su pregunta, usando la imitación y gestos para guiarlo hacia ella:
El Tití, desde una rama, copiaba sus gestos de desconsuelo. Pero algo divisó y bajó corriendo a
avisarle: —Cocorí, hi, hi, hi —y le señalaba con el dedo. Por la playa con su paso lento, entre-
cerrando los párpados de corcho bajo el sol encandilador, se arrastraba doña Modorra como
una joroba sobre la arena. Cocorí corrió a su encuentro. (Gutiérrez, 1957, p. 50)
El Tití también desempeña un papel en mantener el espíritu infantil de Cocorí. Sus travesu-
ras y hechos reviven la inocencia y el deseo de experimentar, lo que ayuda a Cocorí a encontrar el
conocimiento. Por ejemplo, en una ocasión, el Tití mete la cabeza en una madriguera de zorro y
sufre las consecuencias:
Salió a la carrera siguiendo el caprichoso vuelo del insecto, pero éste fue a desaparecer en un
hueco, junto a un árbol. El Tití, empecinado en su cacería, metió cabeza por la estrecha aber-
tura. ¡Buen castigo sufrió su testarudez! Era esa madriguera de un zorro hediondo que apestó
de mal olor al pobre monito. Cuando el Tití regresó, llevaba una cara tan larga que doña Modo-
rra le preguntó: —¿Qué nueva calamidad te ha pasado? Pero no necesitó respuesta, —¡U!—
Y con ambas manos se tapó la nariz. El Tití los miraba con profundo desconsuelo. Ni él se podía
resistir. (Gutiérrez, 1957, p. 100)
En resumen, aunque el Tití no conoce la respuesta a la pregunta de Cocorí, su papel en la tra-
vesía es fundamental. Lo acompaña a lo largo de todo su viaje, mostrando lealtad y protegiéndolo
en la medida de lo posible. Su presencia no solo proporciona apoyo emocional a Cocorí, sino que
también aporta un elemento de alegría y protección, esenciales para el desarrollo del protagonista
en su aventura.
4.4. Don Torcuato
En la novela Cocorí, don Torcuato representa uno de los desafíos más signicativos para el
joven héroe. Cocorí, al asociar la edad con la sabiduría, lo considera, al cocodrilo, como un ser que
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podría proporcionarle respuestas debido a su longevidad. Sin embargo, este personaje encarna
más que la sabiduría: también simboliza el peligro y la agresividad inherentes a la naturaleza.
Según Chevalier y Gheerbrant (1986), el cocodrilo se emparenta con el dragón en cuanto a
su signicación, pero encierra una vida aún más antigua e insensible, capaz de destruir despiada-
damente la del ser humano. Es un símbolo negativo, ya que expresa una actitud oscura y agresiva
del inconsciente colectivo. Su posición de intermediario entre los elementos tierra y agua hace del
cocodrilo el símbolo de las contradicciones fundamentales. También señalan los autores que este
símbolo crece en una vegetación lujuriante: en este sentido, es símbolo de fecundidad. El cocodri-
lo devora y destruye, por lo que es percibido como un demonio de la maldad y el símbolo de una
naturaleza viciosa.
Don Torcuato, a pesar de su conexión con el simbolismo de la sabiduría, muestra princi-
palmente su lado destructivo y agresivo en la novela. Cocorí, a pesar de las advertencias de doña
Modorra de ser respetuoso y halagador con el cocodrilo debido a su carácter quisquilloso, comete
la imprudencia de no seguir sus consejos. En lugar de despertar el espíritu sabio de don Torcuato,
Cocorí provoca su agresividad. Su reacción es inmediata y violenta:
Y usted sabe- proseguía el atolondrado de Cocorí- que a usted no le tienen miedo nada más
que por atropellador …, es decir La tarasca terrible se cerró con un estruendo de dientes re-
chinantes. El ruido rodó como un trueno río abajo. El pajarillo pi, pi, pi, alcanzó a ponerse a
salvo, dejando dos o tres plumas entre las tremendas mandíbulas… El caimán se lanzó como
una jabalina contra los talones del Negrito. El playón le parecía interminable al pobre Cocorí.
(Gutiérrez, 1957, pp. 71-72)
Aunque don Torcuato no proporciona una ayuda directa a Cocorí, su encuentro con el co-
codrilo no es inútil. Este evento obliga a continuar su búsqueda, convirtiéndose en un cata-
lizador para su viaje. Además, tanto don Torcuato como Talamanca la Bocaracá sirven como
ejemplos para que el Negro Cantor pueda explicarle el ciclo de la vida y la fugacidad de la belleza:
— ¿Qué es la vida de Talamanca la Bocaracá que se arrastra perezosa asolando todo a su paso
y durmiendo largas digestiones? ¿Y don Torcuato, bilioso por el poder de su vecina, que se
desquita haciendo daño a su alrededor?
—¿Tú crees que eso es vivir, Cocorí? Dormitar al sol rumiando pensamientos negros y malva-
dos. (Gutiérrez, 1957, p. 102)
En síntesis, aunque don Torcuato no cumple el rol de sabio guía que Cocorí esperaba, su
agresividad y su simbolismo oscuro lo impulsan a continuar su búsqueda. Este personaje ilustra
las dualidades de la naturaleza: sabiduría y destrucción, vida y muerte, lo cual es esencial para el
desarrollo y la comprensión de este joven héroe en su viaje por la selva costarricense.
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4.5. Talamanca la Bocaracá
En Cocorí, Talamanca la Bocaracá también es uno de los personajes que representa los pe-
ligros y las contradicciones de la naturaleza. Según las interpretaciones simbólicas, la serpiente
tiene múltiples signicados que abarcan desde la creación y la sabiduría hasta la agresividad y la
destrucción. De acuerdo con Argüello Scriba (2004), a la serpiente:
Se le atribuye en el mito sobre el nacimiento del mundo, en la mitología hindú, a una boa
gigantesca, Vishnu, que guarda en su boca mientras duerme, en las aguas primordiales, el
huevo, que en un momento determinado soltará y de ahí saldrá el mundo. Simbólicamente, la
serpiente conservó el sentido del conocimiento, de las artes, la medicina, la vida, es dual en
sus características, pero sobre todo, la transmutación de la muerte en vida y viceversa, preci-
samente, por el cambio de piel. (p. 8)
Chevalier y Gheerbrant (1986) agregan que las serpientes representan la agresividad y la
fuerza, así como la continuidad del tiempo debido a su forma de cadena y su ondulación, que las
vincula con las aguas primordiales de donde proviene la vida. Argüello Scriba (2004) argumenta
que, en las especulaciones losócas orientales, la serpiente y el dragón simbolizan lo que aún no
se ha manifestado: la unidad indivisa antes de la creación. Lurker (1992, citado en Argüello, 2004,
p. 18) resume la función de la serpiente en la mentalidad y cosmogonías asiáticas como un símbolo
de lo potencial y lo no manifestado.
Sin embargo, en la novela, Talamanca la Bocaracá es presentada de manera distinta. A pesar
de ser un ser temible, más que don Torcuato, es descrita como un ser inmóvil e incapaz de ayudar
a Cocorí. Doña Modorra menciona la devastación que causa su presencia:
Doña Talamanca la Bocaracá se arrastra por la yerba y no crece más. Por eso, cerca de su nidal
todo es devastación y ruina… sin una sola brizna de yerba, sin un solo matorral, ni siquiera
un arbusto, en una supercie gigantesca, pelada y árida, reposaba Talamanca la Bocaracá.
(Gutiérrez, 1957, pp. 87-88)
Cuando Cocorí, el Tití y doña Modorra llegan hasta ella, se encuentran con un ser que, aunque
imponente, no puede ofrecer ninguna ayuda para resolver la duda de Cocorí: “Qué desgracia no
poder plantearle mi problema –comentó con el mono-. Una persona con un vientre tan majestuo-
so y un sueño tan satisfecho tiene que ser alguien muy importante” (Gutiérrez, 1957, p.94).
Aunque Talamanca la Bocaracá no puede proporcionar una respuesta directa a Cocorí, su
papel en la historia es signicativo. Sirve como un obstáculo que motiva a Cocorí a continuar su
búsqueda a pesar de los desafíos. Su presencia refuerza la idea de que la sabiduría y las respuestas
no siempre se encuentran donde uno espera y que el camino hacia el conocimiento puede estar
lleno de peligros y desilusiones.
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En resumen, Talamanca la Bocaracá, al igual que don Torcuato, no ofrece una solución di-
recta a Cocorí, pero su papel como símbolo de las dicultades y contradicciones en la búsqueda del
conocimiento es fundamental en el recorrido del héroe. Estos encuentros con personajes temibles
y sabios en apariencia, pero incapaces de ayudar directamente, sirven para impulsarlo a seguir
adelante en su aventura, enseñándole que la perseverancia y la tenacidad son esenciales en su
búsqueda de respuestas.
5. Conguración de Cocorí como un héroe popular
Como se evidenció al inicio de este escrito, existen diversas concepciones de héroe en la li-
teratura. Cocorí, el protagonista de la novela homónima, encarna las características de un héroe
popular. A pesar de no poseer cualidades divinas, este muestra un profundo compromiso con su
comunidad y un notable altruismo. En primer lugar, Cocorí no se expone al peligro por el mero
placer de experimentar el riesgo, sino que se adentra en su aventura por la necesidad de encon-
trar una respuesta al enigma de por qué su rosa, tan linda y buena, vivió tan poco tiempo. Esta
búsqueda no es una aventura por el simple hecho de aventurarse, sino que lleva implícito un n
signicativo y trascendental.
En segundo lugar, Cocorí no suscita una pura y simple admiración, como en el caso de los hé-
roes mitológicos, sino que despierta un auténtico cariño entre sus conciudadanos y compañeros.
Un ejemplo de esto es cuando ayuda a doña Modorra a levantarse:
¡Ay, pobrecita de –gemía la tortuga–! ¡Si nadie me ayuda, me asaré al sol! El negrito la
tomó de una pata y, con un enorme esfuerzo, la puso en pie. Doña Modorra, toda congestio-
nada, suspiró: “¡Qué modo de dolerme los riñones! ¡Ya estaba viendo estrellas!” Él le sobó la
espalda un rato para aliviársela y escuchó el relato de la vieja: “Vieras de la que me has salva-
do, Cocorí. Si el jaguar llega a sorprenderme en esa posición indefensa, hubiera muerto en la
or de la edad. (Gutiérrez, 1957, p. 27)
Otro ejemplo de la estima que Cocorí genera es cuando doña Modorra, después de que él la
besara, siente cómo el calor de sus labios penetra su gruesa piel seca y envejecida y llega a su cora-
zón, disipando sus dudas y miedos: “El calor de sus labios penetró la gruesa piel pergaminada de la
Tortuga y llegó a su corazón. Se ruborizó y los últimos cristales de la duda y el miedo se deshicieron
como terrones de azúcar en el agua” (Gutiérrez, 1957, p. 56).
Además, Cocorí muestra su heroísmo al proteger a los animales, como cuando rescata a un
pájaro atrapado por el Tití:
Se quiso escapar con su presa, pero Cocorí, de un salto, lo atrapó por la cola. —Pobrecito, cómo
tiembla. Acarició con suavidad al pajarito, le dio agua en la palma de la mano y el plumón
comenzó poco a poco a retornar, tembloroso a la vida. —Gracias, Cocorí —pió con suavidad.
(Gutiérrez, 1957, p. 63)
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Finalmente, Cocorí deja una huella denitiva e imborrable en aquellos a quienes ayuda, como
lo demuestra la gratitud de doña Modorra: “—Sí, gracias a ti, hijo mío. Nunca olvidaré tu ayuda”
(Gutiérrez, 1957, p. 27). En síntesis, a lo largo de la novela, Cocorí muestra las características que
conguran a un héroe popular. Se adentra en la aventura motivado por un propósito signica-
tivo, despierta un cariño genuino en sus conciudadanos y compañeros, y mantiene una estrecha
relación con la naturaleza, dejando una huella imborrable en sus habitantes. Este análisis per-
mite comprender cómo él encarna las cualidades de un héroe popular, según las descripciones
de Navarro (1978).
Al profundizar en el concepto del héroe en Cocorí, es indispensable reconocer cómo su travesía
y acciones reejan un proceso de crecimiento y aprendizaje que lo conecta aún más con las caracte-
rísticas de un héroe popular. A lo largo de su aventura, Cocorí no solo busca respuestas a sus propias
preguntas, sino que también enfrenta diversos desafíos que ponen a prueba su valentía, empatía y
compromiso con su comunidad. Esta evolución es un rasgo distintivo de los héroes en la literatu-
ra, quienes, según Campbell (1959), deben atravesar un viaje de separación, iniciación y retorno,
transformándose en individuos más completos y sabios. Cocorí, al superar estos obstáculos, no solo
resuelve su dilema personal, sino que también fortalece los lazos con los seres que encuentra en su
camino, demostrando que su heroísmo está intrínsecamente ligado al bienestar colectivo.
Además, es interesante notar cómo Cocorí, a pesar de su corta edad y falta de poderes sobre-
naturales, se convierte en un referente moral para su comunidad. Su capacidad para actuar con in-
tegridad y desinterés en situaciones difíciles lo posiciona como un modelo a seguir, lo que destaca
la importancia de la fortaleza moral y la humanidad en la construcción del carácter heroico. Este
aspecto refuerza la idea de Navarro (1978) de que el verdadero héroe popular es aquel que, a tra-
vés de sus acciones cotidianas y su conexión con la comunidad, logra inspirar un cambio positivo y
duradero. Así, Cocorí demuestra que el heroísmo no reside en grandes hazañas épicas, sino en los
pequeños actos de bondad y coraje que tienen un impacto signicativo en la vida de los demás.
6. Lectura conclusiva
El análisis de la gura de Cocorí como héroe popular en la novela homónima de Joaquín Gu-
tiérrez ha permitido identicar las características que lo conguran dentro de este arquetipo, según
las descripciones de Navarro (1978). Este, a pesar de no poseer cualidades divinas ni extraordinarias,
demuestra un profundo compromiso con su comunidad y una notable empatía hacia los seres que le
rodean. Su heroísmo se maniesta a través de actos de valentía y altruismo que no buscan la gloria
personal, sino el bienestar colectivo.
El recorrido de Cocorí, analizado bajo la teoría del viaje del héroe de Campbell (1959), revela
una estructura narrativa en la que el protagonista se adentra en una aventura impulsada por la
búsqueda de respuestas a un enigma personal. Este viaje incluye fases de separación, iniciación
y retorno, durante las cuales él enfrenta diversos desafíos que le permiten crecer y fortalecerse
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como individuo. A través de estas experiencias, no solo encuentra las respuestas que busca, sino
que también establece vínculos profundos y signicativos con su entorno, consolidándose como
un verdadero héroe popular.
Asimismo, el simbolismo de la rosa y los animales en la novela juega un papel de vital impor-
tancia en la conguración del heroísmo de Cocorí. La rosa, con su breve pero intensa existencia,
simboliza la belleza efímera de la vida y la búsqueda de respuestas trascendentales. Los animales,
por su parte, representan diversos aspectos de la naturaleza y la comunidad, destacando la relación
de interdependencia y cuidado mutuo que lo caracteriza. Sus interacciones con estos seres reejan
su sensibilidad y su compromiso con el bienestar de todos los miembros de su entorno.
El aprendizaje de Cocorí a lo largo de su viaje heroico es otro aspecto esencial. A través de sus
aventuras y desafíos, Cocorí no solo adquiere conocimientos y respuestas sobre la fragilidad de la
vida representada por la rosa, sino que también aprende importantes lecciones sobre la empatía, el
valor de la solidaridad y la responsabilidad hacia los demás. Este crecimiento personal y moral rea-
rma su posición como un héroe que, aunque joven e inexperto al inicio de su viaje, regresa con una
mayor comprensión y aprecio por la vida y su comunidad.
Es particularmente relevante en el contexto de la literatura costarricense percibir a Cocorí, un
niño afrodescendiente, como un héroe. Este reconocimiento no solo celebra la diversidad cultural
y étnica del país, sino que también desafía y enriquece las representaciones tradicionales de la he-
roicidad. Cocorí se convierte en un símbolo de inclusión y de la capacidad de los individuos de to-
das las comunidades para ser agentes de cambio y de inspiración. Su historia resalta la importancia
de la representación y visibilización de diferentes identidades en la literatura, contribuyendo a una
sociedad más equitativa y consciente de su riqueza multicultural.
En síntesis, este estudio ha demostrado que Cocorí encarna los valores de un héroe popular,
no solo por sus acciones valientes y desinteresadas, sino también por su capacidad para inspirar un
cambio positivo en su comunidad. A través de su viaje y sus relaciones, Cocorí nos recuerda que el
verdadero heroísmo reside en los pequeños actos de bondad y coraje que tienen un impacto signi-
cativo en la vida de los demás y la propia. La novela de Joaquín Gutiérrez, por tanto, no solo ofrece
una rica narrativa de aventuras, sino también una profunda reexión sobre la naturaleza del he-
roísmo, la importancia de la comunidad y la empatía en la conguración de un verdadero héroe, y el
valor del aprendizaje y crecimiento personal a través de la adversidad.
Contribución de autoría CRediT
Grettel Arias Orozco y Lorriane Vargas Valverde contribuyeron con el diseño del estudio, el
análisis e interpretación de resultados y la preparación del manuscrito.
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