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Rev. Biol. Trop. Blog Serie 4

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El 30 mayo del 2016 recibí un correo informándome que había sido admitida como pasante en un centro de conservación privado en la zona del Manu, Madre de Dios, Perú. Era una excelente oportunidad para desarrollar mis habilidades como bióloga de campo e introducirme al mundo de la conservación. Y así fue. Disfruté muchísimo la experiencia, adquirí valiosos conocimientos y reconfirmé que esa era la línea de carrera que quería seguir. Sin embargo, desde entonces también he podido identificar algunas de las fortalezas y debilidades que, en mi opinión, poseen algunos centros de conservación y ecoturismo.

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No me refiero a un asistente que se encargue de la recolecta de datos,

sino alguien con quien se trabaje al mismo nivel

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Empezaré estableciendo que apoyo totalmente las iniciativas de conservación basadas en investigación, educación y empoderamiento comunitario. Personalmente me he visto beneficiada enormemente por trabajar en un ambiente multicultural donde, comprensiblemente, el principal idioma de comunicación es el inglés. Así mismo, colaborar con profesionales provenientes de países con una gran calidad de educación en ciencias y conservación me ha sido muy provechosa. Sin embargo, no puedo cerrar mis ojos ante algunos puntos débiles de estas organizaciones y centros de conservación.

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Cuando buscamos información en internet sobre bosques tropicales, quizás no nos sorprenda mucho que la mayoría de las publicaciones están escritas en inglés. Muchos centros de conservación incentivan a investigadores extranjeros a realizar estudios en dichos centros, y a su vez promueven programas de voluntariado y turismo, lo que genera ingresos que permiten ofrecer apoyo o financiamiento a investigadores locales. ¿Está todo bien hasta aquí? Sí, si es que los resultados de las investigaciones también se publicaran en el idioma local. Y no solo eso, ¿por qué no incorporar científicos locales a la investigación? Y con esto no me refiero a un asistente que se encargue de la recolecta de datos, sino alguien con quien se trabaje al mismo nivel.

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Soy consciente que publicar en el idioma inglés brinda un mayor alcance de la investigación en el contexto académico. Sin embargo, en conservación ¿es esto más importante? ¿No justificamos acaso nuestra investigación como una herramienta que ayuda a tomar decisiones a los actores locales? Entonces, creo que las entidades de conservación tienen un poco más qué hacer en ese sentido.

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Y no solamente en cuanto a la producción científica se refiere, pues existe una falta general de difusión de la información en el idioma local. Por ejemplo, también sucede con la promoción digital y en redes sociales. Me ha pasado muchas veces que he querido compartir con familiares y amigos un artículo o blog muy interesante, pero no tenía una versión en español. Y no, no es lo mismo usar la traducción automática. Entonces me pregunto, ¿realmente los centros de conservación están usando todo su potencial para generar un impacto en la gente? ¿No son acaso los habitantes del país en cuestión los que tienen el poder de generar los cambios?

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Creo que es estupendo que muchas iniciativas de conservación sean impulsadas por profesionales extranjeros y que tanto el voluntariado como el turismo funcionen como un medio para generar fondos. Pero creo también que se está perdiendo el propósito principal. Para conservar un área natural, se necesita más que investigadores que recolecten datos, o voluntarios que tengan una experiencia extraordinaria. Se necesita un equipo de personas trabajando de manera conjunta para revalorizar un área que es cada vez más amenazada por nosotros mismos. Y es de suma importancia que sean los habitantes locales los primeros en darle valor a sus áreas naturales. Creo que los centros de conservación deben ser más conscientes del poder que tienen para aportar grandemente a este fin.

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Juriko Rupay Valdivieso

Laboratorio de Ecología de Procesos, Universidad Nacional Agraria La Molina. Lima, Perú

Investigadora asociada, Crees Foundation. Cuzco, Perú

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Imágenes

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Bosque de un área de conservación en Manu, Perú. Fuente: Juriko Rupay Valdivieso

Desembarcando en Guajará-Mirim, Brasil, un municipio con amplias áreas naturales preservadas. Fuente: Eduardo Fonseca Arraes (CC BY-NC-ND 2.0)

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Publicado: 2 de setiembre, 2019. Serie 4.

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Serie de Blogs de la Revista de Biología Tropical. 2019

Universidad de Costa Rica

Edición gráfica: Alonso Prendas Vega

Edición científica: Luis E. Vargas-Castro

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