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Hace unos 100 millones de años, en la costa norte de Brasil, decenas de especies de pterosaurios volaban sobre dinosaurios, tortugas, primitivos “cocodrilos” y miles de especies de invertebrados que habitaban un bosque tropical seco y el mar contiguo. Parecía un ambiente tropical común, pero tenía algo especial: la alta concentración de carbonato de calcio preservó en gran detalle sus fósiles.
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Entre los pterosaurios se hallaba el Thalassodromeus sethi, reptil volador de más de 4 metros de punta a punta de sus alas, poseedor de una de las cabezas crestadas más grandes, de casi metro y medio de largo. Aunque no se sabe si ambos sexos tenían esas crestas, se ha propuesto que servían para calentar o enfriar la cabeza, ayudar al reconocimiento de la especie, como atrayente sexual y como indicador de madurez1.
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¿De qué se alimentaban?
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Antiguamente se creía que la mayoría de los pterosaurios capturaban peces “raspando” la superficie, como los rayadores, y flotando ocasionalmente como los pelícanos. Hoy sabemos que difícilmente flotaban2 y que algunos eran como los gatos: hacían siestas frecuentes y se activaban de día y de noche para comer frutas, semillas, pequeños animales y tal vez hasta carroña. Otros solo salían de noche y comían pequeños animales acuáticos o filtraban animales aún más pequeños al estilo de los flamencos. Se cree que otros eran diurnos y omnívoros3, comiendo insectos, lagartijas y hasta material vegetal, o incluso se alimentaban en su juventud de insectos y reptiles pequeños, cambiando su dieta en la edad adulta a peces y mariscos1.
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Hace unos 100 millones de años, en la costa norte de Brasil,
decenas de especies de pterosaurios volaban
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Aunque Set, el dios egipcio en cuyo honor se nombró sethi a nuestro pterosaurio brasileño4, se alimentaba exclusivamente de lechugas, la mandíbula de Thalassodromeus sethi sugiere que apuñalaba con su pico a presas pequeñas y medianas, y que pudo haber vivido tanto en la orilla del mar como tierra adentro1.
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Pero mi favorito entre los pterosaurios es el pequeño Anurognathus ammoni, una especie antigua y subtropical, que aparentemente dormitaba de día, oculto en la vegetación gracias a su “camuflaje”, para salir de noche a comer arañas, babosas, insectos y vertebrados pequeños1.
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Revista de Biología Tropical, Universidad de Costa Rica
San José, Costa Rica
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Imágenes
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Un pterosaurio Thalassodromeus (derecha) y un rayador Rynchops buscando alimento (izquierda). Fuente: Mark Witton (CC BY 4.0) / Cuadros de texto añadidos [Gross, L. (2007) PLoS Biol 5(8): e217.]
Imagen compuesta: el pterosaurio de Seti, Thalassodromeus sethi, volaba hace unos 110 Ma sobre lo que hoy es la Formación Santana en Brasil; composición del autor con fósiles y reconstrucciones, elaborada con la colaboración de Carolina Seas. Fuente: Fred Wierum (CC BY 3.0), Kabacchi (CC BY 2.0), Helder da Rocha (CC BY-SA 2.0), Hectonichus (CC BY-SA 3.0), Woudloper, Michal Klajban (CC BY-SA 4.0), Todd Marshall (CC BY 3.0), Dr. Günter Bechly (CC BY-SA 3.0), Derek Keats (CC BY 2.0), Smokeybjb (CC BY-SA 3.0), Hugh Ryono / Aquarium of the Pacific, y David Rosen / Wildside Photography
Pterosaurio Anurognathus ammoni; actualmente se le considera una especie nocturna. Era del tamaño de una paloma, y aunque acá se le muestra cazando al vuelo, es más probable que para capturar sus presas se posara en las ramas. Fuente: Dmitry Bogdanov (CC BY 3.0) / Oscurecida a partir de original
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Referencias
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1Witton, M. P. (2013). Pterosaurs: Natural History, Evolution, Anatomy. Princeton, NJ: Princeton University Press.
2Hone, D. W., & Henderson, D. M. (2014). The posture of floating pterosaurs: ecological implications for inhabiting marine and freshwater habitats. Palaeogeography, Palaeoclimatology, Palaeoecology, 394, 89-98.
3Averianov, A. O. (2013). Reconstruction of the neck of Azhdarcho lancicollis and lifestyle of azhdarchids (Pterosauria, Azhdarchidae). Paleontological Journal, 47(2), 203-209.
4Kellner, A. W., & de Almeida Campos, D. (2002). The function of the cranial crest and jaws of a unique pterosaur from the Early Cretaceous of Brazil. Science, 297(5580), 389-392.
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Publicado: 9 de setiembre, 2019. Serie 4.
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Serie de Blogs de la Revista de Biología Tropical. 2019
Universidad de Costa Rica
Edición gráfica: Alonso Prendas Vega
Edición científica: Luis E. Vargas-Castro
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