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Pérdida de la diversidad biológica, destrucción de hábitats, sobreexplotación, descargas ilegales de substancias en el medio, calentamiento global y crisis ambiental, son solo algunos de los temas ambientales que han cobrado relevancia a nivel mundial en los últimos años, y con ello la opción de viajar a paraísos turísticos con una buena calidad ambiental se ha puesto de moda. Seguramente en algún punto de tú vida has pensado en viajar y conocer lugares nuevos alrededor del mundo. No obstante, ¿alguna vez has pensado en el impacto ambiental que se genera a través del turismo convencional?
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Turismo convencional vs.Turismo de naturaleza
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La saturación de ecosistemas estratégicos, deterioro del paisaje, privatización de recursos naturales y por ende una desvinculación de la comunidad local con el desarrollo de la zona, son traducidos en áreas de miseria alrededor de los sitios turísticos, afectación de la seguridad alimentaria en comunidades locales, contaminación, erosión, deforestación, consumo irracional de recursos naturales, monopolio por parte de empresas multinacionales, entre muchos otros efectos. Estos efectos son producto de un turismo regido por intereses únicamente monetarios, en el cual se hace caso omiso a las circunstancias ambientales y sociales1.
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El turismo de naturaleza provee un equilibrio entre los intereses ambientales,
los sociales y los económicos
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No es de extrañar que con la llegada de turistas, el uso de los recursos naturales cambie y en la mayoría de los casos se tienda a sobrexplotarlos. Una de las principales amenazas para los ecosistemas es la presencia masiva de visitantes, debido a que en la mayoría de los casos la capacidad de carga del área es excedida. En este contexto, se ha observado el deterioro paulatino de ecosistemas que en muchos países eran considerados paraísos turísticos y de los cuales actualmente sólo quedan vestigios de ello1.
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En contraste, la interpretación ambiental, el control de impactos ambientales, el manejo integral de la basura y desechos, un adecuado suministro de agua y servicios básicos, y el mejoramiento de la calidad de vida en comunidades locales, son aspectos que —a diferencia del turismo convencional - el turismo de naturaleza considera como pilares fundamentales para un verdadero “ecoturismo”, encaminado al uso racional y adecuado de los recursos naturales, y a la conservación de la naturaleza1,2.
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¿Qué es el turismo de naturaleza?
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El turismo de naturaleza consiste en viajar recreativamente con la finalidad de realizar actividades en contacto directo con la naturaleza y las expresiones culturales inmersas en ella; esto, mediante una actitud y compromiso de conocer, respetar, disfrutar y participar en la conservación de los recursos naturales y culturales de la región a visitar. Desde este enfoque, el turismo de naturaleza provee un equilibrio entre los intereses ambientales, los sociales y los económicos, es decir, busca realizar turismo de bajo impacto ambiental y cultural, que a su vez beneficie a las comunidades locales y permita generar ingresos económicos. De acuerdo con el interés de la persona, estos viajes pueden categorizarse en tres modalidades: 1) ecoturismo, 2) turismo de aventura y 3) turismo rural.
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Ecoturismo: puede ser definido como aquella actividad turística ambientalmente responsable que busca visitar áreas naturales con el fin de disfrutar, deleitar y estudiar los atractivos naturales de dicha zona, así como cualquier manifestación cultural que pueda encontrarse ahí. Dentro de las actividades podemos destacar la observación de fauna, flora, “funga”, fósiles, paisajes y varios fenómenos de la naturaleza, el safari fotográfico, el senderismo interpretativo, los talleres de educación ambiental, la participación en programas de rescate de flora y fauna, y la participación en proyectos de investigación biológica.
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Turismo de aventura: son aquellos viajes cuya finalidad radica en realizar actividades en torno a desafíos impuestos por la naturaleza, respetando la armonía con el medio ambiente, y el patrimonio natural, cultural e histórico. Entre estas actividades podemos resaltar tres categorías: 1) terrestre: caminata, espeleísmo, escalada en roca, cañonismo, ciclismo de montaña, rapel y cabalgata; 2) acuática: buceo, snorkeling, descenso en ríos, kayakismo y pesca recreativa; y 3) aérea: paracaidismo, parapente, ala delta, globo aerostático y vuelo en ultraligeros.
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Turismo rural: se refiere a viajes con el objetivo de realizar actividades de convivencia e interacción con los miembros de una comunidad rural, manteniendo una estrecha relación con las expresiones sociales, culturales y productivas de su vida diaria. Entre estas actividades se encuentran el agroturismo, la visita a pueblos antiguos, la fotografía rural, el aprendizaje de lenguas, la preparación y uso de medicina tradicional, y los talleres gastronómicos y artesanales.
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Ecoturismo en los bosques tropicales de la península de Yucatán
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El ecoturismo en la península de Yucatán rige un eje de suma importancia para la economía regional, ya que los atractivos turísticos a lo largo de esta región son muy variados. Sus reservas naturales, grutas, playas, cientos de cenotes, lagunas costeras y estuarios, en combinación con el clima cálido y flora y fauna exuberantes, la colocan como un claro destino con vocación ecoturística2,3.
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A lo largo del paisaje yucateco es posible encontrar proyectos y servicios ecoturísticos fomentados por el gobierno federal, estatal o asociaciones civiles, los cuales buscan incentivar la actividad económica basada en la observación de la naturaleza, además de promover la participación social. Grandes ejemplos, como el caso de la Reserva de la Biosfera Ría Celestún, proporcionan este tipo de beneficios y propician que otras áreas en la península busquen seguir esta perspectiva3.
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El ecoturismo puede ser considerado una modalidad de educación ambiental, ya que al poder entablar una relación entre biodiversidad y recreación, brinda la oportunidad de comunicar un mensaje de conservación efectivo. El ecoturista logra percibir e identificar el valor de los ecosistemas y los servicios ambientales que proporcionan a nuestra vida diaria, llegando a ser más consciente de la necesidad de conservar los recursos naturales.
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Campus de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, Universidad Autónoma de Yucatán
Mérida, Yucatán, México
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Imágenes
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Ruinas arqueológicas en Chiapas, México. Fuente: Carlos Alcazar (Pixabay)
Persona buceando en cenote, península de Yucatán, México. Fuente: Rodrigo_Souza (Pixabay)
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Referencias
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1Vanegas Montes, G. M. (2006). Ecoturismo instrumento de desarrollo sostenible (monografía para optar al título de Especialista en Gestión Ambiental). Universidad de Antioquia, Medellín, Colombia.
2Daltabuit Godás, M., et al. (2007). Reflexiones en torno al ecoturismo en Yucatán. Península, 2(1), 103-124.
3Zamora, E. (2010). El potencial de Yucatán para el ecoturismo. En R. Durán García & M. E. Méndez González (Eds.), Biodiversidad y Desarrollo Humano en Yucatán (pp. 442-443). Mérida, México: CICY, PPD-FMAM, CONABIO, SEDUMA.
Publicado: 23 de setiembre, 2019. Serie 4.
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Serie de Blogs de la Revista de Biología Tropical. 2019
Universidad de Costa Rica
Edición gráfica: Alonso Prendas Vega
Edición científica: Luis E. Vargas-Castro
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