Resumen
Desde el 2008 en Río de Janeiro se ha puesto en práctica una nueva política de seguridad pública: la pacificación de las favelas. Esta consiste en la tomada de control, por parte de las Unidades de Policía Pacificadora (UPPs), de algunas de las favelas ocupadas por grupos criminales fuertemente armados. El presente artículo demuestra que, contrariamente a lo que afirman las instituciones locales, la pacificación de las favelas no tiene como objetivo principal “llevar la paz” dentro de territorios urbanos caracterizados por altos índices de violencia. Aquí se sostiene que las UPPs hacen parte de una estrategia más amplia de reducción de la visibilidad de la violencia y, en
consecuencia, de la fama de Río de Janeiro de ser una ciudad peligrosa.