Resumen
En el campo de la Arquitectura, es común que las temáticas giren en torno a un proyecto (obra edificada o edificable), una intervención u otros objetos físicos y sus respectivos diseños, pues en la academia se tiende a inculcar que la labor del arquitecto está en dar soluciones a las necesidades de la sociedad a través de obras edilicias. Esto nos ha conducido a sobrevalorar lo tangible y los resultados, por encima de lo metafísico y los procesos, de manera que en ocasiones los estudiantes visualizan su quehacer arquitectónico como un acto mecánico, meramente práctico y enfocado en la obtención de un producto, más que en el aprovechamiento del proyecto de diseño, como herramienta de aprendizaje. A raíz de esta inquietud, surge la idea de reivindicar la importancia de lo cognitivo, representado en este ensayo a través de los conceptos de: el asombro, la experimentación y el compartir descubrimientos, como un medio para dar valor a las inquietudes intelectuales de los futuros arquitectos y de esta manera estimular el emprendedurismo y el auto-cuestionamiento; generándose un cambio en el paradigma de ‘enseñar a través del método’, a ‘aprender a través de la experiencia’. Esto último quiere decir: dejar de visualizar el aprendizaje como una sucesión de lineamientos a satisfacer, para comenzar a fomentar el uso de valores cognitivos y vivenciales, ya que al concientizarse sobre ellos se da un acercamiento más integral a las variables implícitas en el diseño y se aviva el rol de los estudiantes, los docentes y el sistema educativo como constructores de nuevos conocimientos.