Resumen
Llamar las cosas por su nombre en el lenguaje ordinario y cotidiano es de gran importancia para una buena comunicación entre las personas. Conservar este principio cuando se desarrolla un tema especializado, por ejemplo en el ámbito técnico-jurídico, resulta esencial no sólo por la obligada claridad que debe imponerse en la transmisión de conocimientos, sino por la imperiosa necesidad de fijar los límites conceptuales dentro de los cuales se desarrolla esa transmisión, a partir de los presupuestos que cualquier argumentación debe cimentar a la hora de un intercambio o debate teórico-práctico.
Comentarios
Descargas
Los datos de descargas todavía no están disponibles.