Resumen
Pretendemos, con este trabajo, rescatar la labor de William M. Gabb como geólogo dentro delmarco histórico de la época. La venida de Gabb está relacionada con especulaciones sobre la existencia degrandes yacimientos minerales en Costa Rica, lo cual despertó la codicia de los hermanos Keith.Para la geología de Costa Rica, los trabajos de Gabb aportaron mucho, y de hecho fue el primer geólogo quevino a hacer mapas y quien da conclusiones regionales. Desgraciadamente no hubo quién continuara su labor,tanto así, que el mapa geológico de Talamanca nunca se publicó, y no es sino hasta ahora que se hace una repro-ducción de éste. Otra contribución muy importante fue su mapa geográfico de Talamanca, que fue publicadocomo parte de los aportes geográficos de Petermann, de finales del siglo pasado.Su pronta muerte, sólo cuatro años después de dejar Costa Rica, tuvo mucho que ver en que parte de sus trabajos nunca fueran debidamente publicados. El aporte de Gabb estriba no sólo en sus conclusiones y su mapageológico de Talamanca, sino que visita varios volcanes y escribe sobre algunas de sus giras a los cerros deCandelaria y la Península de Nicoya.Dentro de la Paleontología, nomina unas 50 especies nuevas de moluscos. Estratigráficamente, Gabb dominabamuy bien las sucesiones, por lo que describe las unidades de rocas en Talamanca, que incluyen: rocas sedimen-tarias miocenas, intrusivos que conforman el núcleo de la cordillera de Talamanca, vulcanitas en forma dediques, "antillitas" (o corales fósiles) y el relleno aluvial.Consideramos que Gabb era mucho más un geólogo-explorador y aventurero que una persona que gustara deltrabajo de laboratorio, lo que le permitió realizar exploraciones regionales en California, Santo Domingo y CostaRica. Al comparar sus trabajos a la luz de los paradigmas de la época, Gabb destaca como un geólogo excep-cional, incurriendo en errores mínimos, propios de un momento en que la geología estructural estaba apenas ensus inicios, y donde el paradigma sobre las Indias Occidentales justamente impedían un mayor acercamiento amodelos mucho más acorde con nuestro esquema de realidad geológica que se maneja actualmente. Aparenteserrores de apreciación respecto a la existencia de rocas metamórficas quedan esclarecidos, pues resulta ser unproblema de traducción que todavía era utilizado hace menos de cuarenta años "shale" por "esquisto".Comentarios
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