Resumen
Las personas jóvenes que habitan en condiciones de pobreza son objeto de una serie de estigmatizaciones particulares: el lugar de residencia, ser pobres, pasar el tiempo de ocio en una esquina, formar parte de una barra, la vagancia y la pertenencia religiosa, entre otras. El artículo analiza cómo los jóvenes responden a esas estigmatizaciones trasladándolas a otras poblaciones, ocultándolas o convirtiéndolas en emblemas, y, por tanto, en recursos simbólicos sobre los que construyen sus identidades y les permiten afrontar la sobrevivencia en entornos urbanos caracterizados por las deficientes condiciones de vivienda, la dificultad de acceso al trabajo y la educación, la inseguridad, la violencia y los miedos.Comentarios
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