Resumen
La economía digital de la sociedad del siglo XXI ha enfrentado a la humanidad con una civilización en la que la comunicación y la transmisión de información están mediadas por la utilización de dispositivos tecnológicos. En consecuencia, los sujetos que hacen uso de la red mundial en dispositivos móviles y en sus computadoras dejan su huella digital, y con ella un rastro de datos con la información compartida, las búsquedas realizadas, los correos electrónicos enviados y las aplicaciones descargadas en sus gadgets, principalmente. Los individuos ceden este rastro de datos pasivos de forma no intencionada y, a veces, intencionadamente; sin embargo, de cualquier forma, que se obtenga la información, esto les permite a las empresas, a los anunciantes e incluso a los empleadores crear un perfil de cada usuario en línea que posteriormente puede transformarse en datos más específicos para ser explotados para fines determinados. Esta práctica es enfrentada de manera distintas por diferentes culturas, para las de alto contexto (Edward T. Hall) y las de alto control de la incertidumbre (Geert Hofstede), como la sociedad latinoamericana, el uso de la tecnología para comunicarse y participar en la economía global puede presentar mayores desafíos. Como resultado, pueden enfrentar menos oportunidades de desarrollo y también carecer de las herramientas para comunicarse con mayor precisión.