Resumen
Aunque vivimos en una época de grandes cambios, aún persisten en nuestra cultura concepciones estereotipadas acerca de la femineidad y la masculinidad. La ideología androcéntrica ha hecho creer que los hombres son dueños del poder y la autoridad. Por tal razón, al incursionar la mujer en el campo de la administración educativa debe vencer una serie de mitos y adquirir conciencia de su papel en el desarrollo de la sociedad y de su capacidad como ser humano.
La sociedad patriarcal ha determinado roles diferentes para cada sexo. Asi, las mujeres deben estar subordinadas a las actividades del hogar, mientras que los hombres deben actuar en la esfera pública. Los roles domesticos que se le han adjudicado a la mujer impiden visualizarla en puestos de jefatura. Esta discriminación que ha sufrido en el ámbito laboral profesional, la han limitado para asumir cargos que significan poder y liderazgo.
La finalidad de este artículo es brindar algunas reflexiones que contribuyan a reconceptualizar la participación de hombres y mujeres en la sociedad, partiendo de condiciones de equidad.
A la vez se pretende destacar la importancia de incorporar la perspectiva de género en la labor docente y administrativa. Asimismo propiciar una actitud reflexiva en torno a los problemas derivados de la distinción de sexo.