Resumen
Este artículo explora las posibilidades sígnicas de la semiótica, para estudiar una práctica significante que ha desempeñado un papel de primer orden como centro social y económico en la historia de la identidad del costarricense: la Pulpería. Este espacio de comercio minorista, imagen barroca y punto de referencia para los vecinos de toda comunidad, asume su papel como centro de interacción social y de encuentro y comunicación en villas y poblados.
La pulpería surge en nuestro país desde el siglo diecinueve y su origen se remonta a los primeros vendedores de caminos, luego se establecen en los centros urbanos y más tarde en valles y montañas.
Hoy este centro de sociabilidad de la barriada se debate entre su desaparición o vigencia. El proceso de modernización comercial, los supermercados, “moles” y la globalización económica, parecen dispuestos barrer todo vestigio minorista, todo intento de minicosa, toda expresión de identidad no ajustada a sus doctrinas y parámetros.