Resumen
Este artículo indaga sobre las diversas posiciones filosóficas sobre la dialéctica que esgrimieron Heráclito, Zenón, Platón y Aristóteles, percatándonos de que el concepto desde la Antigüedad cobró un carácter prácticamente irreconocible. A pesar de que Heráclito y Zenón no emplearon el vocablo, existe en ellos una génesis de la dialéctica. Más tarde, el movimiento sofístico es el pionero en la fundación de la dialéctica en el ámbito del debate político. Como reacción frente a ellos, Platón catapulta a la dialéctica como la más cimera disciplina, capaz de ascender a la verdad misma y ya no como opiniones con vistas a alcanzar la fama o el dinero. Aristóteles, en cambio, le otorga un sentido más humilde, cercano a su significado original oriundo del movimiento sofista, como «destreza en el hablar». Sin embargo, el estagirita trata también de superar a los sofistas elaborando su propio tratado sobre la dialéctica y con ello segregar a su «colindante perversa». Y a pesar de que la dialéctica aristotélica no cuenta con un rango filosófico o científico, es una propedéutica que prepara para la posterior captación de la verdad. Los estudios pre-dialécticos que Platón había asignado para las matemáticas, Aristóteles los reubica con la dialéctica, fijándole un formato crítico y exegético.Comentarios
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