Resumen
Durante muchos años el derecho costarricense se mantuvo estático, tranquilo frente a los cambios sociales, políticos, económicos, religiosos, etc. Parecía que el sistema jurídico era indiferente a la movilidad en las demás estructuras del Sistema Social. Esto, superficialmente, indujo a más de un observador, pétreo, reaccionario y resistente en las transformaciones operadas en el resto de la realidad del país. Sin embargo, tales cambios en las estructuras y en las relaciones globales paulatinamente iban convenciendo al juez, el diputado, al gobernante, al alto jerarca de la Administración Pública, al profesor de Derecho, al periodista y a todos los que estaban íntimamente conectados con el fenómeno legal que se hacía imprescindible la reforma y la actualización de una serie de leyes, como también la emisión de nuevas normas jurídicas.
Ésta especie de toma de conciencia nacional fue tomando fuerza y con ello los recursos materiales y humanos fueron seleccionándose para la elaboración de esta tarea delicada, compleja y técnica de la modernización del derecho costarricense.