Resumen
Al hablar de liberalismo debemos enfrentarnos al aspecto propiamente humano de ansia de libertad y a la doctrina ya elaborada y establecida creada por esta, que culmina como la síntesis de un largo proceso y refleja que a través de las distintas épocas históricas del grito de “libertad” ha rasonado constantemente y de muy diversas maneras según el sistema de opresión imperante. Libertad contra la esclavitud, contra el dominio señorial, contra el poder del monarca, de la Iglesia, de los gremios y, en un sentido más íntimo, libertad para la expresión del pensamiento, de palabra, de religión… esto puede ser el grito aislado como el de Sócrates o de un líder que como Espartaco levanta todo un clamor. Su lucha es superior a la via y para ambos es preferible la muerte a las cadenas intelectuales o reales. Estos ejempos que datan de la antigüedad se repiten por centenares en las distntas centurias. Bastemos recordar, un milenio más tarde, la lucha de los aristócratas contra Juan sin Tierra por la Carta Magna, las peticiones de los burgueses contra los nobles y el movimiento comunal. En el Rencimiento el afán de libertad se orienta a independizar el pensamiento, a liberarlo de la fuente sujeción dogmática medieval y su anhelo se centra en la revalorización del hombre.