Resumen
Es muy probable que el nombramiento recaído en la persona de Maquiavelo el 20 de noviembre de 1520 como “Historiógrafo Oficial de Florencia” le haya gustado mucho menos que el del 15 de junio de 1498 que incluyó su nombre en una nómina de candidatos para ocupar un puesto en la Secretaría de la Signoría; nombramiento que le fue ratificado el 14 de julio de aquél mismo año. Maquiavello sentía una verdadera pasióm pos los cargos políticos y por el deseo de participar –con su experiencia- en la vida pública de la “Nueva Atenas”, ideañ que logró hacer efectivo sobre todo en sus misiones diplomáticas, las cuales sumplió siempre de manera genial.
Sin embargo, la “fortuna” le reservaba la ingrata, sorpresa de verse despedido por el gobierno mediceo, luego de 13 años de servicio a “la patria”.
Esta desgracia de Maquiavelo, habría de ser la oportunidad para el futuro de que el político de escritorio cediera al hombre de letras, al escritor que sólo entonces encontró el ocio necesario para crear, e incluso para definir su situación existencial; y para encontrar su verdadera misión en los destinos de Florencia y de Italia toda.