Resumen
La concepción de una igualdad moral ha derivado en una postulación a nivel jurídico y político de lo que conocemos como el ‘principio de igualdad’, esto es, que todas las personas deben ser tratadas con igual consideración y respeto. No obstante, para solventar prácticas discriminatorias, por ejemplo en el caso específico del acceso a puestos de representación política para las mujeres, se han instaurado en nuestras legislaciones acciones positivas como el sistema de cuotas de representación por género. Esta idea de tratamiento diferenciado entre iguales parece ser intuitivamente anti-igualitaria. Demostraremos que no son incompatibles.
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