Abstract
Todo Estado plasma jurídicamente su modelo de convivencia de forma positiva y de forma negativa. Mediante su sistema constitucional, establece los valores, las pautas y los principios fundamentales que han de regir la coexistencia social (modelo positivo de convivencia). A través del sistema penal desvalora los comportamientos humanos que considera más insoportables en la medida en que atacan los bienes jurídicos más relevantes para el orden de la vida social (modelo negativo de convivencia). Y a su vez, cada esquema de convivencia viene conformado a lo largo de décadas, o incluso de siglos, por la historia, por la cultura, por la estructura social, económica y política que haya ido imponiéndose a lo largo del tiempo. Es por ello que cada forma de entender la vida en común en el colectivo del respectivo Estado, adopta su propio sistema jurídico.Comments
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