Abstract
Durante la primera mitad de este siglo, las Matemáticas y, en menor medida, la Ciencia, prácticamente han ignorado la Antropología. Excepto por unos pocos ejemplos de estructuras algebraicas extraídas de relaciones de parentesco, y que sirvieron para reforzar la idea predominante de las Matemáticas como una forma de conocimiento universal, básicamente apriorística, ninguna referencia a la Antropología, ni siquiera a la Antropología Cultural, parece ser de interés para los matemáticos. La educación matemática y científica también se inclinó principalmente hacia las sociedades tecnológicamente avanzadas, económicamente desarrolladas, políticamente estructuradas y estables, donde prevalecían el trabajo asalariado y la estructura de clases identificable. Se ignoró el reconocimiento de estructuras educativas ajenas y diferentes modos culturales. La investigación ha estado dominada por modelos estadísticos.
En los últimos años, sin embargo, muchos factores se han abierto camino en la Educación en Matemáticas y Ciencias y eventualmente llegarán ellos mismos a las Matemáticas y las Ciencias. El surgimiento de nuevas rivalidades políticas, de nuevos cultos religiosos y movimientos autóctonos de autoexpresión ha penetrado en naciones que, por lo demás, estables cultural e ideológicamente, ha provocado reflexiones sobre formas de conocimiento establecidas y aparentemente indiscutibles, como las Matemáticas. Este es un estudio de caso particularmente interesante.