Resumen
A partir de la irrupción del giro lingüístico, la historia comenzó a ser objeto de críticas que ponían en duda su condición científica y, todavía más, su propia capacidad explicativa. La historiografía, en la perspectiva de algunos de estos críticos, no era más que un relato suficientemente documentado pero que respondía a las mismas estructuras de sentido de la literatura y de la narrativa en términos más generales. Los historiadores profesionales debieron enfrentar además el éxito de la novela histórica, que en las últimas décadas ha contado con un respaldo sistemático por parte de las firmas editoriales. Frente a este doble jaque que enfrenta la historiografía, es necesario defender el carácter científico y la capacidad explicativa de la historia. En esa dirección se inscriben las reflexiones desarrolladas en este artículo, a partir de la lectura crítica de dos ejemplos de novela histórica y de la contrastación de esa forma narrativa con la propia de la operación historiográfica.Comentarios
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