Resumen
En 1862, a los ocho años de edad Teresa Carreño ofreció varios conciertos privados en Caracas en los que improvisó e interpretó piezas del repertorio virtuosístico para piano. Varios miembros de los círculos musicales e intelectuales caraqueños la elogiaron ampliamente en la prensa por su habilidad musical. No obstante, la recepción de estos conciertos reflejaba entre líneas las tensiones y paradojas que se dieron en la cultura musical caraqueña entre las prácticas y valores que modelaban la vida de conciertos y la cultura de salón en Caracas, los estereotipos de género dominantes y las aspiraciones de progreso cultural que abogaba la élite política e intelectual. El presente estudio discute la recepción de los conciertos de Carreño en el contexto del entramado cultural del siglo XIX, atendiendo la forma en que estos problematizaron las convenciones de género y los valores sociales y estéticos que modelaron la producción y recepción de la música en Caracas, y cómo sirvieron para articular las aspiraciones culturales de la naciente nación venezolana.