Abstract
Doy en estas páginas por supuesto: (1) que las representaciones de todo tipo que definen la modernidad empiezan a ser reconocibles en los países centro del capitalismo occidental desde antes de la primera guerra mundial y de la revolución bolchevique; (2) que antes del desarrollo de las sociedades socialistas por ahora desaparecidas, varios y muy diversos países europeos han de considerarse periféricos respecto a ese centro (no sólo Rumanía, por ejemplo,sino, incluso, Italia, o la Rusia de los zares, o Suecia); (3) que tanto Latinoamérica como España, con diferencias matizadas no sólo entre las dos sino en el interior de Latinoamérica, han sido por mucho tiempo, y siguen siendo, sociedades y terrenos de lucha cultural periféricos con respecto al centro capitalista hegemónico.