Abstract
La Vicerrectoría de Investigación y la Escuela de Filología, Lingüística y Literatura, con su Programa de Investigaciones Literarias, realizaron los días martes 30 de setiembre y miércoles 1 de octubre del 2014, sus II Jornadas de investigación “Representaciones literarias de lo monstruoso”, cuyo objetivo se dirigió a analizar la actualidad y la vigencia de lo monstruoso en la literatura en tanto efecto ominoso y recurrente. Abiertamente se escogió que las jornadas estuvieran a caballo entre dos meses para que la performatividad de pertenecer, desde el punto de vista cronológico a dos distintos, fuera un signo más de esa esencia dispar que la mentalidad grecolatina vio en esos seres fabulosos, mitad humanos, mitad animales, que poblaron sus imaginarios de terror y de miedo hacia lo insólito y lo extraordinario. Luego, muy rápidamente, recordemos, estos mismos imaginarios propiciaron las metamorfosis que traspasan lo físico y encuentran la depravación y la crueldad en los seres humanos, por lo cual asocian lo monstruoso a cualidades morales y psicológicas que les serán inherentes, cuando nacen de sus instintos y afectos más siniestros.
Sirva este preámbulo para plantear la vigencia del efecto de lo monstruoso desde los comienzos de nuestra literatura occidental, pero que no se circunscriben solamente a ella, cuando también las culturas indígenas americanas (en el caso analizado por Carla Jara Murillo) también están pobladas de seres y de monstruos ancestrales, que tienen que ver con las fuerzas antagónicas del Bien y del Mal. Lo monstruoso sigue permeando la creación de figuras, de objetos y de espacios que alternan con una sociedad mediática y racional, en momentos en que la violencia y la destructividad humana se acrecientan y nos hacen preguntarnos sobre el potencial del mito del eterno retorno sobre lo monstruoso. Eso es lo que interrogan los trabajos que se encontrarán a continuación; su ubicación en este volumen y también en las Jornadas de Investigación obedeció a un criterio diacrónico con el fin de observar la evolución y el desarrollo de esa constante que es lo monstruoso en tanto categoría estético-cultural.