Abstract
Uno de los capítulos más apasionantes de la colonia es el relacionado con la vida conventual en las Indias. Para comprender lo que representaron los conventos en aquella sociedad, hay que tener en cuenta que después de la intensa movilidad social que se produjo en los comienzos de la conquista, al igual que en España y en todas las colonias del imperio, en nuestro suelo se impuso un sistema político-social muy cerrado; un sistema de estratificación engañosamente abierto que admitía el dominio de la nobleza señorial para constituirse sobre ella como poder absoluto bajo cuyo control todo funcionaba. Hasta el tan decantado honor hispánico es parte de este engranaje monárquico-señorial. Al estudiar el teatro de la época, José Antonio de Maravall explica que bajo ese sistema político-social absolutista los temas morales sufrían una gran transformación: el de la victoria del hombre sobre sí mismo y sus instintos, dejaba de ser un vencimiento de las malas inclinaciones de la naturaleza humana.