Abstract
Este artículo analiza cómo han persistido y resistido diversas organizaciones de la pequeña producción campesina, en el contexto de cambios de las políticas estatales de tipo económico social, durante la década 1992-2002.La apertura comercial y el incentivo a las agroexportaciones se convirtieron en las prioridades de la política estatal en el campo agropecuario, dejando sin atención a la pequeña producción campesina, hecho que la obligó a buscar nuevas estrategias productivas y organizativas.Las organizaciones aludidas en este trabajo descubrieron que la sobrevivencia campesina implica trascender el espacio de la parcela familiar y de la comunidad local campesina. Constataron que las redes locales y sectoriales juegan un papel importante para lograr incidencia política, presionado desde abajo para que las demandas y necesidades sean atendidas en las altas esferas de los gobiernos de turno y en los organismos de cooperación externa.Los cambios no han dejado atrás las tradicionales prácticas culturales campesinas, algunas de las cuales se reconfiguran frente a las nuevas influencias tecnológicas.Comments
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