Resumen
Lo que caracteriza que un sistema jurídico goce de un proceso justo es el respeto irrestricto a los derechos fundamentales y con ello la protección a las garantías mínimas presentes a lo largo de su desarrollo. Sin embargo, cuando esta aspiración se ve sacrificada por un excesivo e injustificado formalismo procesal se vuelve en una potencial herramienta de desafectación a los justiciables, que recurren al proceso en busca de una tutela de derechos. Durante estos años las reflexiones sobre la importancia de garantizar un juicio justo y una adecuada tutela jurisdiccional efectiva, se ha visto desafiada por el quehacer de los jueces que privilegian incorrectamente la formalidad procesal en lugar de una pronta y eficaz decisión judicial como presupuesto básico de administración de justicia. Este artículo pretende demostrar que el criterio de prevalecer el excesivo ritualismo procesal produce una afectación directa al desarrollo de un juicio justo. Y afecta el derecho de defensa, el derecho a la prueba y el derecho a una decisión pronta y diligentemente motivada. Por ello, pretendemos analizar los conceptos de formalidad procesal, proceso justo y tutela jurisdiccional efectiva, para luego observar dos criterios jurisprudenciales que nos llevarán a concluir que existe una discrepancia por parte de los jueces al momento de decidir sobre las causas, lo que produciría una grave afectación directa a los derechos y garantías inherente a los justiciables en un proceso.
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