Abstract
Hoy nos encontramos ante la realidad del descontento e insatisfacción por parte de los justiciables respecto a la necesidad de recurrir a la tradicional vía judicial, situación a la cual los americanos llaman “court crisis”, la cual a su vez lleva –cuando menos en principio– a una favorable recepción de las vías extrajudiciales, y entre ellas en particular al arbitraje.
Sin embargo, si bien existe aún una falta de arraigo de la institución en las diversas realidades nacionales, lo cual se debe principalmente a la más o menos defectuosa regulación del instituto y al desconocimiento y/o desconfianza respecto a este mecanismo, se está produciendo una tranquila consolidación de la institución a nivel internacional.
Es así que el arbitraje en esta era de la globalización –la cual nos presenta fundamentales problemas de política y derecho que exigen ser afrontados a través de los medios otorgados por el ordenamiento–, ha experimentado ciertamente un notable progreso dada su vinculación con el carácter sobretodo mercantil que la realidad de la globalización importa.