Abstract
Desde una óptica técnica, el DNS es un protocolo de resolución de nombres, integrante del conjunto de protocolos de comunicación telemática colectivamente conocidos como TCP/IP.
El hecho de que el DNS sea un "protocolo" implica wue es un conjunto de reglas, que en este caso sirve para la resolución (conversión) de los nombres de dominio de Internet (que son cadenas de caracteres alfanuméricos) a números IP y viceversa. En rigor, la existencia del DNS no es crítica para el adecuado funcionamiento de la red; en principio, sería perfectamente posible operar exclusivamente a base de números IP. Sin embargo, el empleo de etiquétas textuales facilita la navergación a los usuarios, en la medida en que nuestra mente retiene y asimila palabras con mayor facilidad que cifras. (...)
Para lo que aquí concierne, entonces, es oportuno recalcar que en términos ju´riicos- un nombre de dominio es un objeto de comercio.
Hasta aquí pareciera haber consenso en la doctrina. Los problemas comienzan al momento de tratar de precisar exactamente de qué clase de bien jurídico estamos hablando y, consecuentemente, de qué clases de negocios jurídicos puede o no ser objeto un nombre de dominio.