Abstract
"La tortura fue un procedimiento legítimo de investigación criminal y de castigo que había sido proscrito y prácticamente desaparecido en los siglos XVIII, XIX y en las primeras décadas del XX".<'> Durante la Segunda Guerra Mundial, con la barbarie nazi y fascista, la tortura volvió escondida bajo teorías repudiables. El 1 o de octubre de 1946, el Tribunal de Nuremberg, de acuerdo con el Estatuto del Tribunal de agosto de 1945, incluyó el rubro "crímenes contra la humanidad. Poco después, la Asamblea General de las Naciones Unidas declaró y proclamó los principios relativos a la responsabilidad penal internacional del individuo en que se fundamentó el juicio de Nuremberg. Desde entonces, se acepta jurídicamente que los responsables de "crímenes contra la humanidad", están sometidos a una responsabilidad penal.
Ningún Estado legaliza la tortura en su Constitución ni en su Código Penal y muchos ordenamientos jurídicos la prohíben en forma expresa. Por otro lado, diversos instrumentos jurídicos internacionales se refieren a ésta y la condenan, no obstante, la creación de una jurisdicción penal internacional competente, aún está lejos de ser realidad.
El presente trabajo pretende analizar las causas que llevan a tan repúgnate práctica, la responsabilidad que tienen los gobiernos al respecto y los distintos recursos, jurídicos y no-jurídicos, que se han creado para prevenirla y sancionarla.