Abstract
El juicio, escribe Franncois Gorphe, es un proceso psicológico, que debe desenvolverse como una operación lógica y conforme a las reglas establecidas por la ley y exigidas por la justicia.
El estudio de las leyes psicológicas que rigen el razonamiento judicial es hoy objeto de profundas investigaciones. Es, sin embargo, más importante para el jurista del estudio de las reglas lógicas y legales que debe observar el juez para dictar una sentencia válida y justa.
El legislador debe velar porque el juicio sea justo. De ahí que él sancione los vicios en que puede incurrir el juez por errores de apreciación en la reconstrucción de los hechos o en la visión jurídica de los mismos, o por errores de razonamiento. Estos vicios tradicionalmente se han denominado errores “in judicando” y producen lo que se llama el “mal jugé”.
Además, el comienzo, desarrollo y terminación del proceso deben hacerse con respecto a determinadas reglas, de forma que garantizan los derechos subjetivos del acusado, o simplemente el buen orden y funcionamiento del proceso. Las violaciones de estas reglas constituyen los llamados errores “in precedendo”.