Abstract
Los incentivos fiscales constituyen actualmente uno de los instrumentos mayormente utilizados por los países subdesarrollados para promover el desarrollo industrial. Su efectividad como instrumento de política económica ha sido cuestionada no pocas oportunidades. El ataque contra los incentivos se dirige desde varios ángulos: en primer término se les critica desde el punto de vista de la justicia tributaria, pues el incentivo fiscal en forma de extensión de impuestos discrimina en contra de otros contribuyentes que se encuentran en condiciones similares. En segundo término se indica que los incentivos producen distorsiones en el proceso de asignación de los factores, y que estimulan la producción de bienes y el establecimiento de industrias ineficientes desde el punto de vista económico. El tercer lugar se afirma que los incentivos benefician a productores perjudicando a consumidores. En cuarto término se dice que el coto de los incentivos para el gobierno es sumamente alto, finalmente se argumenta que la efectividad misma del incentivo es dudosa como mecanismo para estimular las inversiones, pues en el proceso de inversión intervienen muchos factores dentro de los que los aspectos tributarios ocupan un lugar de poca importancia.