Abstract
Se ha otorgado recientemente a Braulio Carrillo el título de Benemérito de la Patria. Y sus restos, increíblemente si repatriar ni localizara estas alturas. Gracias a la iniciativa y tenacidad de varios costarricenses, probablemente puedan descansar finalmente en su suelo natal.
Contra Carrillo se ha alzado una crítica liberal simplista, no exenta de pasión “familiar”. Tal crítica, superficial y carente de toda perspectiva histórica, ha querido ver sólo el aspecto dictatorial de la gestión gubernativa de Carrillo, la aplicación de medidas de extremas en algunos casos y, sobre una visión no profundizada de la Ley de Bases y Garantías, el carácter vitalicio que quiso atribuir a su gestión.
Con motivo del 150 aniversario de la Independencia, y dado el complejo panorama nacional, creo conveniente y de suma urgencia contribuir a la restauración de la figura histórica de Carrillo, no tanto sobre la base de una refutación al simplismo que ha prevalecido en algunas opiniones al respecto, sino sobre la base de una interpretación de su figura histórica y su gestión gubernativa.